Phoenix vs. MERs

Por Daniel Marín, el 14 enero, 2007. Categoría(s): Marte • MERs • NASA • Phoenix • Sistema Solar

En un par de ocasiones he comentado en este blog la conveniencia o no de lanzar una nave fija como Phoenix en vez de enviar otro rover al planeta rojo, sobre todo ahora que sabemos el magnífico trabajo que están realizando éstos en la superficie marciana. No me interpreten mal: Phoenix es una misión perfectamente válida. Su objetivo es el estudio del polo norte marciano, región que sabemos rica en hielo de agua superficial y por tanto, es clave para comprender un poco mejor ese rompecabezas climático que es el planeta rojo. Phoenix sólo podrá durar unos seis meses, a diferencia de los MERs (que ya llevan funcionando más de mil días marcianos). El invierno matará literalmente a la sonda, puesto que ésta se alimenta por energía solar y a esas latitudes la insolación invernal es nula. Por cierto, aunque Phoenix utilizase electricidad generada por radioisótopos, como el futuro rover MSL (ya está confirmado que se usará esta fuente de energía), tampoco podría aguantar la gélida noche polar, pues habría que rediseñar por completo el vehículo, aumentando prohibitivamente su coste. Esto significa que si queremos estudiar las interesantes regiones polares es mejor lanzar una nave de bajo coste que otra muy cara, pues su vida útil no podrá exceder en todo caso de los seis meses, salvo que se construya una nave especialmente diseñada para estas zonas, lo cual es muchísimo más caro. En cuanto a la movilidad de un rover frente a un lander estático, hay que recordar que esta misión contiene una serie de instrumentos especialmente diseñados para una nave estática. Incluirlos en un rover sería muy costoso cuando no imposible. Resumiendo: los rovers son fantásticos relaciones públicas, pero eso no significa que otras naves estáticas puedan realizar una magnífica labor científica sin necesidad de tener ruedas.

Se suele decir que otra ventaja de Phoenix es su precio, pero en este punto no estoy de acuerdo: es cierto que se trata de una misión de bajo coste tipo Scout (la primera de este tipo), con un coste de 284 millones de dólares. Por comparación, los dos MERs costaron 820 millones de dólares. Sin embargo, la mayor parte de este dinero se destinó al diseño del vehículo, así que un futuro MER costaría mucho menos de 410 millones…quizás menos que un lander tipo Phoenix. Además hay que tener en cuenta que el bajo coste de Phoenix es resultado de usar partes de la cancelada Mars Surveyor 2001, que a su vez tenía un diseño muy parecido a la fracasada Mars Polar Lander, es decir, no se trata precisamente de una sonda construida desde cero. El futuro MSL saldrá por la friolera de 1200 millones, aunque sobrepasará en capacidades a los MERs y a Phoenix. Por otro lado, el diseño de los MERs, aunque limitado, ha demostrado ser perfectamente capaz. No estoy en contra de Phoenix, pero sí estoy en contra de no lanzar ningún MER más. Sin duda, el MSL será fantástico, pero también será mucho más caro y complejo, además de ser un sólo vehículo, por lo que las oportunidades de que algo salga mal se multiplican. Existe dentro de la NASA una cultura de diseñar cosas siempre novedosas y más complejas, deshaciéndose de vehículos que han demostrado su viabilidad, como es el caso de los MERs. Espero que la NASA no siga su propia tradición y no desperdicie este diseño tan exitoso que tanto ha cambiado nuestra visión del planeta rojo.



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Por Daniel Marín, publicado el 14 enero, 2007
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