El estudio de los gigantes de hielo, Urano y Neptuno, es una prioridad científica. Pero también lo es el estudio de los candidatos a mundos océanos —lunas y cuerpos menores con un océano de agua bajo una corteza de hielo— y los objetos del cinturón de Kuiper. ¿Cómo combinar estas tres prioridades? Evidentemente, no es nada sencillo, pero en 2021 un equipo de la NASA presentó un concepto de misión que aunaba estos tres objetivos. Su, nombre, Calypso.

Calypso es una propuesta de misión de tipo New Frontiers —las de tipo medio en términos de coste según la clasificación de la NASA, por encima de las Discovery y por debajo de las de tipo Flagship— que estudiaría Urano y su sistema de lunas, con especial énfasis en Ariel, el cuarto satélite más grande del planeta —con un diámetro de 1158 kilómetros— y candidato a mundo océano. La sonda sobrevolaría Urano y luego se dirigiría a un planeta enano miembro del cinturón de Kuiper, bautizado por la UAI con el curioso nombre de Gǃkúnǁʼhòmdímà. No, no ha fallado la codificación del texto, sino que se trata de la transliteración de un nombre en lengua juǀʼhoan, hablada por comunidades de bosquimanos en Namibia y Botswana (los caracteres extraños son clics, unos curiosos y fascinantes fonemas característicos de estas familias de lenguas; si quieres saber cómo se pronuncia, pincha aquí, pero si no quieres romperte la boca con los clics, se puede pronunciar como gunjomdíma). En la mitología juǀʼhoan, Gǃkúnǁʼhòmdímà es una especie de mujer mágica que se transforma en animales, como por ejemplo el oso hormiguero.

Dejando los clics a un lado, Gǃkúnǁʼhòmdímà, que también se denomina 2007 UK126, fue elegido por la ventana de lanzamiento y porque se trata de un planeta enano doble. Efectivamente, Gǃkúnǁʼhòmdímà tiene un satélite, Gǃòʼé ǃHú, de 150 kilómetros de diámetro que (Gǃòʼé ǃHú es el cuerno mágico que lleva Gǃkúnǁʼhòmdímà). Lo interesante es que Gǃkúnǁʼhòmdímà es un cuerpo de 600 kilómetros de diámetro, por lo que también podría ser un candidato a mundo océano. El estudio de dos candidatos a mundos océanos, uno formado y evolucionado alrededor de un planeta gigante y otro en las profundidades del Sistema Solar, es el principal atractivo de la misión, ya que permitiría entender mejor las posibles condiciones de habitabilidad de estos cuerpos.



La misión duraría menos de 18 años, pues Calypso despegaría entre 2034 y 2036 usando un Falcon Heavy no reutilizable (o un Vulcan) con una etapa de combustible sólido STAR48VB. Sobrevolaría Urano y Ariel entre 2041 y 2043 y Gǃkúnǁʼhòmdímà entre 2051 y 2056. Para llegar a Urano, la sonda efectuaría una asistencia gravitatoria con Júpiter. Además de Ariel, Calypso estudiaría las otras cuatro grandes lunas de Urano —Miranda, Umbriel, Titania y Oberon— y el planeta propiamente dicho. El hemisferio norte de los cinco satélites sería cartografiado con una resolución de 0,1 a 2 kilómetros por píxel, mientras que el hemisferio sur de estas lunas podría ser observado con una resolución de 0,6 a 12 kilómetros por píxel. Gǃkúnǁʼhòmdímà forma parte del disco disperso extendido del cinturón de Kuiper y se cree que llegó a esta zona por la migración de Neptuno hacia el exterior poco después de la formación del Sistema Solar. Por tanto, Gǃkúnǁʼhòmdímà podría ser un cuerpo prístino y un ejemplo de cómo eran los planetesimales y cuerpos menores del Sistema Solar exterior antes de la migración de Neptuno. Calypso sobrevolaría Gǃkúnǁʼhòmdímà y su satélite a una velocidad relativa de 9 km/s, permitiendo fotografiar su superficie y analizar su composición, con especial énfasis en las sustancias orgánicas rojizas de Gǃòʼé ǃHú, ausentes en Gǃkúnǁʼhòmdímà. Tanto en Urano como en el cinturón de Kuiper, el magnetómetro de la sonda serviría para clarificar la posible existencia de un océano bajo la corteza de hielo. Si la nave sigue funcionando en los años 50, podría sobrevolar otro objeto del cinturón de Kuiper en caso de que se encontrase uno adecuado.


Para ahorrar costes, Calypso usaría un diseño derivado de la sonda New Horizons que sobrevoló Plutón. Al igual que New Horizons, llevaría un único generador de radioisótopos (RTG) de plutonio 238, aunque estaría dotada de una antena de alta ganancia de mayor diámetro —3,1 metros— para permitir las comunicaciones desde el cinturón de Kuiper. Con una masa al lanzamiento de 874 kg, Calypso tendría también un magnetómetro más sensible que el de New Horizons con el fin de buscar océanos. La misión debía salir por unos 877 millones de dólares de 2021. Actualmente no hay ninguna misión propuesta similar a Calypso, pero su interés científico sigue siendo muy grande. La desventaja es que el estudio de Urano es una prioridad actual de la NASA mucho más importante que el de los cuerpos del cinturón de Kuiper, por lo que la agencia espacial quiere sacar adelante la misión UOP a este gigante de hielo. UOP sería un orbitador que estudiaría Urano y sus lunas durante años y no solo unas horas durante un sobrevuelo.



El problema es que como sigan posponiendo este tipo de sondas, al final no llegaremos a ver los resultados de ninguna.
Y a veces es casi mejor una misión de sobrevuelo por muy escasa de instrumentación y de retorno científico que lleve, a una enorme sonda con todo tipo de cacharros encima que al final debido a los sobrecostes se acabe cancelando.
Como quisiera que fueran gemelos. Me refiero a dos sondas para orbital Urano y Neptuno y sus respectivos sistemas de lunas como hicieron las sondas Galileo y Cassini. Se podría hacer una sonda se sobrevuelo para lo cuerpos se cinturones de Kuiper.
Si la Calypso se da, yo tendré 64 años cuando la lanzan. Cuando pase por Urano y Ariel tendré entre 71 o 73 años, y finalmente, cuando la sonda alcance 2007 UK126 tendré 80 y tantos años 😞. Ojalá viviera más y con buena salud para ver más de la aventura humana en el Espacio.
¡Me encanta esta propuesta! Y 100% de acuerdo que lo suyo es lanzar al menos dos, una para Urano y otra para Neptuno.
Me apena que seamos tan lentos ciertamente se podría mejorar. Seguro que con la financiación adecuada se podía desarrollar y lanzar en menos años. También estaría bien desarrollar etapas superiores como remolcadores eléctricos o etapas propulsoras para acortar el viaje quizá a la mitad. Pero al final se trata siempre de hacer misiones muy complejas con presupuestos anuales super limitados, lo que favorece misiones que se alargan décadas y décadas. Un clarísimo ejemplo me parece LISA seguro que con una financiación más adecuada a la complejidad dela misión se podía acortar el tiempo de desarrollo a menos de la mitad….
O no, a lo mejor no es tan fácil. Pero esa es mi impresión.
Estoy de acuerdo con Jofaserimon. Si la NASA al final anda escasa de presupuesto, quizá sería mejor olvidarse del orbitador a Urano y, al menos, lanzar una sonda de sobrevuelo en plan New Frontiers.
Eso eso, menos guerras y más ciencia…
No lo veremos. Por lo menos yo.
Llegar a ese planeta enano doble sería una carambola cósmica digna de que la vea la siguiente generación. Espero que para entonces haya medios de propulsión mucho mejores que podrían adelantar a esta sonda.
Seguimos desde el comienzo de la astronáutica dependiendo de lanzar desde la Tierra los propelentes y, salvo por los paneles solares, la fuente de energía. Pienso que pronto, en unos decenios, conseguiremos usar recursos del espacio para propulsar la navegación espacial e incluso para fabricar las naves fuera de la Tierra. Entonces si que podremos conocer a fondo el sistema solar con innumerables sondas, y defender con ellas nuestro planeta de objetos peligrosos.
Al menos en cuestiones del espacio me gusta ser optimista y evadirme de lo que ocurre a ras del suelo.
Un poco de ciencia ficción:
Por este lugar de la galaxia circulan en todas las direcciones partículas a gran velocidad (rayos cósmicos) con gran poder de penetración. Si se pudieran captar con un artefacto de mucho volumen y poca masa, por ejemplo una esfera de aerogel, quizá podríamos obtener energía al frenarlas y usar esa energía para lanzarlas en una dirección para impulsar el artefacto sin depender de la energía solar ni de propelentes lanzados costosamente desde la Tierra y que duran poco. Esto nos permitiría enviar sondas hasta los últimos confines del sistema solar, y más allá si la sonda aguanta el tiempo necesario.
Tú lo has dicho. Si llegan desde todas direcciones su p total sería 0 y, por tanto, usarlas para acelerar la nave está «complicadillo», vamos, imposible.
La idea es que el calor generado internamente por rayos cósmicos en una bola gigante de aerogel, que es un buen aislante térmico, se usara para expulsar por una tobera el gas recibido y atrapado, o sea que se recibiría desde todas las direcciones, penetraría por llegar a gran velocidad, pero se expulsaría en una sola dirección.
La energía real que portan esos rayos cósmicos es casi nula comparada con la energía cinética que podrían aportar a la nave (eso en el caso de que se pudiese «extraer» dicha energía). Cuando en radiación se habla de energías normalmente es por fotón (muy muy alta) pero el total, a nivel macroscópico, es relativamente bajo (localmente efectos biológicos, por ejemplo, muy intensos, pero eso otro tema). Temperatura y calor no son lo mismo.
Puestos a divagar, veo más factible, motores de tipo iónico que puedan propulsarse con algún material muy abundante. Por ejemplo, desde una base lunar utilizar silicio como propelente, recargar en el cinturón de asteroides, luego en el satélite de gigante gaseoso que pille de camino y finalmente en el cinturón de Kuiper que ese mismo motor funcione con oxígeno, extraído del agua. Y ya que nos ponemos, que el generador que, sin duda, sería de fusión nuclear, recargase el deuterio y el tritio de esa misma agua.
Pfff, estas misiones, y sus resultados, me van a coger muy mayor, me temo.
Gracias por contarlo, Daniel. Espero poder ver tu artículo para entonces dando cuenta de los hallazgos, presumo, espectaculares.
Aprovecho para recordar que ‘Calypso’ era el nombre del barco del Comandante Cousteau, un barco de investigación y estudio de nuestros océanos. Su serie de documentales de los ’70, primeros ’80, sirvió para inducirnos amor por este planeta y en la pasión por la mar y sus misterios.
La denominación de la misión le va al pelo, si ese planeta de tan bonito nombre (😅) resulta ser un mundo océano…
Prefiero el origen del término en la «Odisea», la ninfa que retuvo a Odiseo siete años y que vivía aislada del mundo en una isla retirada (Ogigia).
Muy elegante su forma de abrir el plano sobre Calypso. Tuve la suerte de que el primer libro que leí fuera la Odisea. Sigo navegando.
100 añitos tendré (espero!) cuando Calypso llegue a su destino del planeta doble. Gracias Daniel por el simpático artículo, no solo nos conmueves con los hechos técnico-espaciales, sino con la humanidad de recordar a un olvidado pueblo del Kalahari. Aún tengo en mente la pelicula de los años 80, «Los dioses deben estar locos», que maravillosa lección de humildad y humanidad para nuestra sociedad del consumo y del egoismo. Adelante hasta el infinito.
Por cierto, En la mitología griega, Calipso era una ninfa que habitaba la isla de Ogigia y que retuvo a Odiseo durante siete años, ofreciéndole inmortalidad para que se quedara con ella.
Ojala las sondas pudieran quedarse orbitando sus destinos para sí ir recibiendo información por años y generaciones.
Buen apunte! 👍
Sólo una puntualización, Gǃkúnǁʼhòmdímà se transforma en cerdo hormiguero, que me parece un animal tan curioso como el oso hormiguero pero mucho menos conocido
Urano y Neptuno merecen un orbitador; algo parecido a Cassini (con su correspondiente lander). Parece mentira que 30 años después de las Voyager estemos pensando en un mísero sobrevuelo.
A mí también me sabe a poco una misión de sobrevuelo… Pero una flagship como Cassini me parece demasiado cara y, dado lo lejos que está Urano, tardaría horrores en llegar. Un orbitador ligerito lowcost podría hacer maravillas, incluso podría aprovecharse que las condiciones de Urano y Neptuno son similares y hacer dos, por un precio no demasiado diferente.
Bueno, «demasiado cara», todo depende de con qué hace economías cada quien.
Para el DoD (¿sigue llamándose así?), y por lo tanto, para los preparativos bélicos, no faltan recursos –se incrementan–, que multiplican absurdamente el presupuesto de la NASA. «Lógicamente» es prioritario estudiar el diseño de balas que doblen en las esquinas… 🙂
Tal como está planteada, la misión Calypso recoge el viejo anhelo de explorar dos grandes planetas como son Urano y Neptuno además de sus numerosos séquitos de lunas.
Sin embargo, en el hipotético caso de que llegara a convertirse en un hecho real, la lástima es que seguiría demandando unos plazos temporales tan dilatados como frustrantes a nivel humano. Este es un tema recurrente en la mayoría de comentarios que abordan dicho tipo de proyectos.
Necesitamos, con toda la urgencia imaginable, nuevos sistemas de propulsión mucho más rápidos y eficientes que los actuales.
No sabemos si ello será un objetivo alcanzable o si algún dia hallaremos la tecnología que lo haga posible, pero por intentarlo que no quede.
La alternativa a este esfuerzo innovador es seguir siempre restringidos a nuestro vecindario cósmico más inmediato.
Mentes creativas, a trabajar.
Esto es lo que la NASA tenía que decir hoy
https://www.nature.com/articles/s41586-025-09413-0
Puf… yo no entiendo nada… a ver si Daniel nos lo cuenta pa tontos XD
Me gusto la pronunciacion «click». Lo hice instintivamente y luego lo verifique en el link. Es chasquear la lengua, un sonido no tan raro, pero que en general no se usa para hablar.
Que comentaristas más viejunos!! Yo creo que con algo de suerte podría llegar a ver los dos sobrevuelos pero ya esas edades nadie asegura nada XD
Que sí hombre!! Que la medicina avanza que es una barbaridad!!
Fisivi, tu propuesta me parece interesante aunque veo dos problemas. En el espacio interestelar hay poca densidad de hidrógeno, ronda los cien átomos por centímetro cúbico. La bola gigante de aerogel tendría que ir a mucha velocidad y ser bastante grande para colectar el hidrógeno que impulsaría la nave. Además estos geles están expuestos a gradientes térmicos notables cuando pasan del frío del espacio vacío al calor de las estrellas que encuentran en el camino. Y a esto habría que añadir los impactos de los micro meteoritos y las partículas de polvo y hielo que se desplazan a velocidades altas.
Off topic: La NASA encuentra (hace un año, pero anuncian hoy los resultados) la biofirma más prometedora hasta la fecha en el Planeta Rojo.
No faltarán talibanes esforzándose en buscar una explicación geológica, en lugar de dirigir ese esfuerzo por el camino de la Biología (como pasó con el fosfano de Venus). Me reafirmo: algún día van a hallar culebras en Marte y buscarán una explicación geológica.
Trenchtown: Lo que propongo no es recolectar el hidrógeno interestelar lento (frío), sino las partículas rápidas (rayos cósmicos compuestos principalmente por protones) que se introducirían por si mismas en un depósito atravesando el gel y la pared del depósito. En el proceso se frenarían lo bastante como para no poder salir de nuevo, y calentarían el depósito. Lo de pasar cerca de otras estrellas, lo dejamos para un futuro muy, muy lejano🙂
En vez de desear que la NASA se gaste dinero en un orbitador a 2007 UK126, podríamos presionar para que la ESA hiciera uno. Para considerar la NASA, nosotros deberíamos ser estadounidenses, ya que pagaríamos los impuestos y podríamos tener derecho a decidir a dónde van. No tenemos que decirles a los demás qué es lo que tienen que hacer con su dinero.
Interesante. Esperemos que se cristalice este proyecto. Saludos.