Globos para estudiar la posible existencia de vida en Venus

Por Daniel Marín, el 29 diciembre, 2020. Categoría(s): Astronáutica • Astronomía • Sistema Solar • Venus ✎ 63

Uno de los «no descubrimientos» astronómicos más famosos de este año sin duda ha sido la detección de fosfano en Venus. El descubrimiento provocó todo tipo de titulares entusiastas, pero poco después el asunto se desinfló tras ser criticado ferozmente por el resto de la comunidad científica debido a la falta de evidencias. El artículo original de Nature Astronomy contenía un error en el procesado de los datos del observatorio ALMA y, aunque, el descubrimiento ha quedado en ‘cuarentena’, es importante recalcar que los autores no solo no han retirado el paper, sino que siguen manteniendo que, efrctivamente, hay fosfano en el planeta vecino. Eso sí, en cantidades muy inferiores a las inicialmente sugeridas. La polémica alrededor del descubrimiento, que en determinados momentos tomó el cariz de un enfrentamiento personal muy agrio y muy poco profesional, en el fondo se produjo por las implicaciones astrobiológicas del mismo. El fosfano es un posible biomarcador y una de las posibles fuentes de este compuesto podría ser algún tipo de microorganismo capaz de sobrevivir y reproducirse en las nubes de ácido sulfúrico de Venus.

Una pequeña flota de globos estudia la alta atmósfera de Venus ( Adrian Mann).

Polémicas aparte, lo cierto es que la alta atmósfera venusina es uno de los lugares más benignos para la vida en el sistema solar desde el punto de vista astrobiológico y hace décadas que existen propuestas para estudiar esta región mediante globos o, incluso, aviones (recordemos que solo las sondas soviéticas VeGa lograron desplegar dos globos en Venus, una hazaña que tuvo lugar a mediados de los 80). A una altura de entre 50 y 60 kilómetros la atmósfera de Venus tiene una presión similar a la superficie terrestre y una temperatura no demasiado elevada (menos de 60 ºC). Dejando a un lado las nubes de ácido sulfúrico, es un ambiente paradisiaco si lo comparamos con los 460 ºC y 93 atmósferas de la superficie. Una nueva propuesta liderada por Andreas M. Hein planea estudiar esta zona de la atmósfera venusina mediante globos, pero a diferencia de otros proyectos, se trata de mandar una pequeña flota de sondas en vez de un único aparato.

Venus visto en ultravioleta por la sonda japonesa Akatsuki en noviembre de 2018 (JAXA/Kevin M. Gill).
Los globos soviéticos de las sondas VeGa, los únicos que por el momento han estudiado Venus (Blamont et al.).

Hein y sus colegas proponen dos variantes de globos, una de 1,7 kg de masa y otra de 16 kg. Un posible esquema de misión sería lanzar una sonda con cinco globos pequeños y uno grande. Todos los globos funcionarían mediante energía solar y/o baterías. Llevarían una pequeña estación meteorológica y cámaras, pero el instrumento estrella solo lo llevaría el globo más grande. Este instrumento sería un espectrómetro de masas destinado a analizar la composición atmosférica y, en concreto, la de los aerosoles que se hallan en suspensión. Este ‘globo nodriza’ también podría servir para enviar los datos del resto de la flota a la Tierra (o a un hipotético orbitador). Los globos viajarían a bordo de una cápsula de entrada con una masa total de entre 37 y 48 kg, que entraría directamente en la atmósfera de Venus desde una trayectoria interplanetaria. El vehículo de lanzamiento podría ser un microlanzador como el Electron de la empresa estadounidense Rocket Lab, capaz de enviar una nave de 68 kg a Venus (o una cápsula de hasta 37 kg a la atmósfera del planeta vecino). Rocket Lab ya ha declarado su intención de realizar misiones a Venus de bajo coste que analizarán la atmósfera de Venus mientras el vehículo se desintegra en la atmósfera, pero, evidentemente, la inclusión de globos sería una mejora sustancial. Si se escoge un vehículo mayor —por ejemplo, la sonda india Shukrayaan 1—, se podrían mandar hasta diez globos pequeños.

Sonda a Venus de Rocket Lab (Rocket Lab).

Los globos de pequeñas dimensiones tendrían una vida corta, de unos dos días terrestres, aunque el globo principal podría sobrevivir más tiempo. Esta misión podría estar lista en dos o tres años con un coste inferior a los veinte millones de dólares. No se trata de una sonda avanzada, sino de una misión precursora para estudiar esta parte de la atmósfera de Venus y, por un lado, confirmar la presencia de fosfano y, por otro lado, determinar su las condiciones en esta zona son adecuadas para la vida. En definitiva, hay mucho que ganar —o mejor dicho, mucho que aprender— y poco que perder con una misión de este tipo.

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Propuesta de sonda venusina VISE con un globo aerostático (NASA).
Propuesta de globo BEV (Balloon Experiment at Venus) (NASA).

Más adelante se podría enviar una sonda más compleja, como Calypso Venus Scout. Calypso sería un globo que flotaría a unos 50 kilómetros de altura, pero la novedad de esta propuesta es que también incluiría una cápsula —más bien batiscafo— que se descolgaría de la sonda principal mediante un cable de 20 a 40 kilómetros de longitud (!) para estudiar directamente la superficie de Venus por debajo de la capa de nubes. Otra alternativa menos radical es una sonda como BEV (Balloon Experiment at Venus), un concepto del JPL de la NASA. BEV sería capaz de cambiar su altura de crucero entre los 20 y los 40 kilómetros de altura gracias al uso de una mezcla de amoniaco y agua. Otras propuestas, como VISE (Venus In Situ Explorer), también se basan en el empleo de conceptos similares de globos que funcionan mediante el cambio de fase de distintos componentes de una mezcla para controlar la altura (en el caso de VISE sería una mezcla de helio y agua).

Proyecto de sonda-globo venusino Calypso (NASA).

Venus es un planeta fascinante incluso sin fosfano y sin vida. Averiguar por qué el planeta gemelo de la Tierra se convirtió en el infierno que vemos hoy es una prioridad, como lo es saber hasta cuándo pudo ser habitable. El problema de todas estas propuestas radica en que Venus sigue siendo el gran olvidado de la exploración planetaria. ¿Cuándo veremos otro globo surcar los cielos de Venus?

Propuesta de globo europeo European Venus Explorer (EVE) de 2007, cancelada en 2010 (ESA).

Referencias:

  • https://arxiv.org/pdf/2009.11826.pdf
  • https://arxiv.org/pdf/2012.05844.pdf
  • https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0376042119300478?via%3Dihub
  • https://arxiv.org/pdf/2008.08620.pdf


63 Comentarios

  1. Siempre me pregunté «que atraeria de un planeta como la Tierra, a una hipotética civilización extraterrestre?» Por supuesto no serían las materias primas, la galaxia está repleta de ellos, sólo podría ser la vida. La VIDA como forma de conocimiento tiene un valor incalculable, que nosotros no apreciamos todavía en toda su amplitud.

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Por Daniel Marín, publicado el 29 diciembre, 2020
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