Una nueva sonda china y una vieja sonda rusa para estudiar Venus

Por Daniel Marín, el 19 enero, 2017. Categoría(s): Astronáutica • NASA • Rusia • Sistema Solar • Venus ✎ 43

Venus es el gran olvidado de la exploración planetaria a pesar de ser el planeta más cercano a la Tierra. Sí, es un infierno en cuya superficie la presión atmosférica es insoportable y la temperatura alcanza los 470º C. Día y noche. Pero a pesar de sus condiciones hostiles, Venus es un enigma que debemos resolver si queremos saber cómo de frecuentes son los planetas habitables similares a la Tierra. Por eso la comunidad científica ha señalado una y otra vez el estudio de Venus como una de las prioridades de la exploración del sistema solar. Y sin embargo, apenas se han enviado misiones al ‘gemelo de la Tierra’. La ESA mantuvo la sonda Venus Express alrededor de Venus entre mayo de 2006 y enero de 2015, y en estos momentos la agencia japonesa JAXA tiene a Akatsuki en órbita desde diciembre de 2015, pero ambas sondas son orbitadores que se centran en el estudio de la atmósfera de Venus. Sin desmerecer el trabajo de estas misiones, lo que la comunidad científica demanda es una misión que explore la superficie y la atmósfera in situ o, en su defecto, que cartografíe la superficie mediante radar —la superficie de Venus no se puede observar en el visible desde la órbita— con una resolución mayor que la alcanzada por la sonda Magallanes en los años 90.

Maqueta de sonda china para el estudio de Venus con un radar de apertura sintética y una sonda atmosférica (Long Wei, China Daily/http://gbtimes.com)
Maqueta de sonda china para el estudio de Venus con un radar de apertura sintética y una sonda atmosférica (Long Wei, China Daily/http://gbtimes.com)

Pero la NASA no ha aprobado una misión a Venus desde Magallanes a pesar de que se han presentado múltiples propuestas en estas últimas décadas. De hecho, en la última selección de misiones Discovery la agencia espacial norteamericana desechó dos propuestas de sondas para el estudio de Venus, VERITAS y DAVINCI, en favor de dos misiones para analizar asteroides, Psyche y Lucy. Es posible que en 2019 la NASA escoja una sonda a Venus como la próxima misión de tipo New Frontiers, pero por el momento toca esperar. O, mejor dicho, tocaba, porque ya tenemos en camino una nueva misión a Venus. Pero no será una sonda de la NASA, sino china.

Efectivamente, en la feria anual internacional de la industria que se celebra en Shanghai hemos podido ver por primera vez una maqueta de un sonda china a Venus. Por ahora no hay nada aprobado en firme, pero el modelo ha sido presentado por CASC (China Aerospace Science and Technology Corporation), el principal contratista del programa espacial chino. Como suele ocurrir con casi todos los ámbitos del programa espacial del gigante asiático, CASC no hace ninguna presentación oficial si no hay detrás un proyecto sólido y tangible. En su momento ocurrió lo mismo con las primeras maquetas de la sonda a Marte de 2020, un proyecto que al final ha sido aprobado.

A pesar de que evidentemente el proyecto se encuentra en fase inicial, la sonda china tendría una masa de 2,35 toneladas e incluiría un orbitador dotado de una antena de radar de apertura sintética para cartografiar la superficie, además de una cápsula de 90 kg con una sonda atmosférica, aunque se desconoce si será capaz de mandar datos desde la superficie. Como vemos, una misión bastante ambiciosa para ser la primera sonda que China manda a Venus, pero muy en la línea de los últimos proyectos del programa espacial planetario chino. No sabemos cuándo podría despegar esta sonda, pero se supone que estaría lista a mediados de la próxima década.

Diseño actual de la sonda Venera D rusa (NPO Lávochkin).
Diseño actual de la sonda Venera D rusa (NPO Lávochkin).

Y mientras China concreta sus planes venusinos, otro país intenta resucitar los suyos. Hablamos de Rusia, que en los últimos meses ha dado mucho que hablar con una posible misión a Venus en colaboración con la NASA. En realidad el proyecto no es otro que la vieja propuesta Venera D, nacida a principios de siglo como continuación del exitoso programa soviético de exploración de Venus. Los recortes presupuestarios de Roscosmos han obligado a posponer el lanzamiento de esta misión, originalmente previsto para 2016, hasta 2026 aproximadamente, aunque no pocos expertos se temían una cancelación del programa. Pero hace tres años científicos del centro de investigaciones espaciales ruso (IKI) contactaron con el laboratorio JPL de la NASA para ver si la agencia norteamericana estaba interesada en participar en Venera D en lo que obviamente era una manera de salvar el proyecto.

Fases de la misión Venera D (NPO Lávochkin).
Fases de la misión Venera D (NPO Lávochkin).
Elementos de la misión Venera D (NPO Lávochkin).
Elementos de la misión Venera D (NPO Lávochkin).

Venera D es una nave compleja de 3,6 toneladas que incluye un orbitador y una sonda de superficie con un diseño muy similar al de las sondas soviéticas Venera y VeGa, además de dos sondas atmosféricas con objetivos varios. Una de estas sondas podría ser un globo parecido al de las misiones VeGa, mientras que la otra tendría un diseño distinto. Ambas volarían a unos 50-70 kilómetros de altura, la zona benigna de la atmósfera venusina, y su misión se prolongaría durante unos ocho días. El aterrizador analizará la atmósfera durante el descenso hasta la superficie, que duraría cerca de una hora, y se espera que funcione entre una y dos horas en el hostil ambiente de la superficie. Por su parte el orbitador estudiará el planeta durante un mínimo de dos años desde una órbita de 250 x 60.000 kilómetros.

Objetivos de Venera D (NPO Lavochkin).
Objetivos de estudio de Venera D (NPO Lavochkin).
Aterrizador de Venera D (NPO Lavochkin).
Aterrizador de Venera D (NPO Lavochkin).

La contribución de la NASA al proyecto es objeto de debate entre los investigadores de los dos países, pero una solución sería que los EE UU aportasen varias sondas. En concreto, Venera D podría llevar la aeronave VAMP (Venus Atmospheric Maneuverable Platform), una mezcla de avión y dirigible que debe volar a unos 70 kilómetros de altura. Otra opción es que la NASA aporte globos o sondas de pequeño tamaño (LLISE) para el estudio de la superficie capaces de sobrevivir varias horas. Las sondas de superficie LLISE (Long-Lived In-Situ Solar System Explorer) podrían estar alimentadas por baterías o energía eólica. En cualquier caso, los contactos entre los investigadores de los dos países han sido muy frecuentes, especialmente el año pasado, aunque es ahora cuando muchos se han enterado por la publicación de varias noticias en medios occidentales.

VAMP volando en Venus (Northrop Grumman)
VAMP volando en Venus (Northrop Grumman).
Misión de VAMP (NASA).
Misión de VAMP (NASA).
Pequeña sonda de la NASA de larga duración para el estudio de la superficie de Venus (NASA).
Pequeña sonda LLISE de la NASA de larga duración para el estudio de la superficie de Venus (NASA).
Prototipo de globo de la NASA para el estudio de Venus (NASA).
Prototipo de globo de la NASA para el estudio de Venus (NASA).

La participación norteamericana en el proyecto Venera D sería una situación win-win para ambos países. NPO Lávochkin y Roscosmos podrían sacar adelante la misión al adquirir un protagonismo político de primer orden y finalmente la NASA tendría acceso a Venus después de décadas de intentos infructuosos. Y todo por un precio irrisorio. Sin embargo, nos enfrentamos a dos problemas. Por un lado el presupuesto de Roscosmos no es precisamente boyante en estos momentos, con o sin participación de la NASA (no olvidemos que Rusia ya participa en la sonda ExoMars 2020 y tiene su propio programa de exploración lunar). El segundo inconveniente es político. Las relaciones entre Rusia y EE UU pasan por un pésimo momento y bajo la administración Obama este acuerdo hubiera sido casi imposible. Sin embargo, con Trump en la Casa Blanca todo puede ocurrir, así que no debemos descartar  una misión ruso-americana para investigar el planeta gemelo de la Tierra.

Referencias:

  • http://gbtimes.com/china/model-chinas-first-venus-probe-unveiled-shanghai
  • http://venera-d.cosmos.ru/index.php?id=658
  • https://www.mai.ru/upload/iblock/1aa/vorontsov_karchaev_martynov_primakov_rus.pdf
  • https://www.laspace.ru/upload/novator/%E2%84%9610_16.pdf
  • http://izvestia.ru/news/641963
  • https://ria.ru/science/20160802/1473410552.html


43 Comentarios

  1. Venus ahora se ve muy bien al anochecer, y leer este artículo ayuda a disfrutarlo más.
    El VAMP fascina (quizás pudiera encontrar trazas de esa vida microbiana que se ha sugerido podría haber a cierta altura en la atmósfera de Venus), aunque solo volara entre nubes, mientras que las LLISE no parecen ser muy resistentes comparadas con las Venera, que parecen más acorazadas.

    Impresiona -por infernal que es Venus, y todavía será peor en el futuro- que se considere «larga duración» aguantar solo unas horas.

  2. Parece que hay algún tipo de acuerdo entre la ESA y Roscosmos para participar en las sondas lunares. O intención de. La noticia oficial habla de «planea». Lo cierto es que Trump y May le han declarado la guerra a la UE, así que es (más que) posible que Rusia se haga querer. Desde luego el circo está en auge. Y la NASA acaba de prolongar el taxi ruso un año más.
    Pero la tendencia está clara. China la manda ella sola. Punto. Y si se estrenan así, a ver la segunda ola. Los demás, en comandita. O no la mandan.
    Y visto que hay que ir haciendo exhibición de músculo, me da que en China van a ir pisando el acelerador, porque después del espectáculo de la May y su partido de tarados, las ocasiones o se pillan al vuelo o no se pillan nunca.
    Y hasta hoy, China no ha dejado escapar *ninguna*.

  3. Pues para mí, sería dos grandes noticias, una que China se meta en Venus, es algo muy bueno y que sigan potenciando su programa científico, me hace soñar con ver un submarino en Titan o un aterrizador en Europa…

    Y por otra la colaboración de USA-Rusia, sería vital para la exploración espacial, si estas dos potencias se unen, podríamos poder pensar en grande…veremos…

    s2

  4. Hablando de Venus, Daniel Marin, alguien me comento que los chicos de JPL hicieron un estudio oara un aterrizador o rover que podría resistir un mes sobre la superficie venusina. Que sabes al respecto?
    Espero que la misión ruso americana a Venus se de, como también la de China.

    1. NADA, con la tecnologia actual, ni una sonda atmosferica, ni un ‘Lander’, ni un ‘Rover’ podra resistir mas de unas pocas horas. Las condiciones atmosfericas en Venus son ‘salvajes’, casi imposibles.

  5. Ola, es una pena que nuestro vecino «del segundo» sea el marginado de nuestra «comunidad planetaria solar», sobre todo siendo un vecino tan interesante y enigmático: Hubo océanos ?? Qué lo convirtió en un infierno?? Camina la Tierra lenta pero inexorablemente hacia ese futuro?? Podría haber vida extremófila en su atmósfera?? Por qué rota tan lento y al revés?? podríamos llenar varios folios con preguntas. Marte acapara el interés mediático y Venus es, en efecto, el gran abandonado.

    Hoy podemos estar contentos, aunque no parecen planes inmediatos, por lo menos sabemos que Venus no ha caido en el olvido total y está claro que si consiguiéramos aparcar los problemas políticos, mancomunar esfuerzos sería la solución más inteligente porque la tecnología, en cuanto a resistencia de materiales, tiene que haber mejorado desde las Venera soviéticas que marcaron un verdadero hito en la carrera espacial.

  6. Pues, por favor, que se apruebe una misión New Frontiers a Venus, pero después de la que hay que aprobar en 2019. No podemos dejar pasar la ocasión de analizar in situ los géiseres de Encélado.

    Venus puede esperar, los géiseres a lo mejor no están ahí para cuando queramos olisquearlos.

  7. Lo de la probable sonda a China es una estupenda noticia. Los chinos van quemando etapas a todo tren. Y si además lo de la misión conjunta Rusia-USA saliese adelante, estaríamos todos de enhorabuena.

    Ahora toca esperar y ver.

          1. ¡¡JAJAJAJAAAAAA!!!!

            Es verdad, no me había dado cuenta del gazapo en mi mensaje («sonda a China» en lugar de «sonda china a Venus»).

            Ahora entiendo lo de la «exploración de China por humanos»… ¡Muy bueno!

            Eso me pasa por escribir en el móvil en el metro.

  8. Me alegra ver que China sigue avanzando. Como comentan Stewie e Hilario me da la impresión de que en el 2020 estarán en primera línea y en el 2030 les iremos a la zaga (salvo, probablemente, EE.UU. que, si quiere, será capaz de igualarles e incluso dejarles atrás).

    Respecto a una posible colaboración entre Rusia y EE.UU. en la Venera-D… Las relaciones entre ambos países son demasiado tensas (en especial la de EE.UU. hacia Rusia). Donald Trump puede cambiar las cosas, de acuerdo, pero no se arreglarán definitivamente hasta que no se resuelva el embrollo de Ucrania y eso va para largo.

    Por otro lado el VAMP mooooola pero lo veo demasiado arriesgado y caro. A mi juicio, sería más acertado algo intermedio. Me explico:
    —Unos globos con baterías que te duran 8 días –> demasiado poco.
    —Un avión-dirigible con motores –> demasiado arriesgado y caro.
    ¿No sería mejor unos globos con unos paneles solares? Sería solo «algo más» caro que los globos con baterías pero permitiría mantenerlos funcionando meses.

  9. Suicidio por fin las cosas se ponen interesantes para mi planeta favorito esperemos que trump sea tan por ruso como parece hasi la misión del dronm buenísimo se hace realidad

  10. Marte nunca lo he visto como posibilidad de colonia extraterrestre por su baja gravedad y cero posibilidad de crear una atmósfera similar a la terrestre, Si la humanidad evita su probable extinción, en Venus veo una posible colonia humana en algunas decenas de miles de años, modificando su atmósfera con algún tipo de química similar a una fotosíntesis (CO2->O2) operando desde el exterior hacia el interior de su atmósfera, puede ser fantasía pero Venus es el único lugar en el sistema solar con gravedad similar a la de la Tierra y el hombre biológicamente está diseñado para esa gravedad.

    1. El problema es qué hacer con el C liberado. Sin un mecanismo para, por ejemplo, fijar el C en las rocas, de inmediato volverá a recombinarse con el O2. El ciclo del carbono no es baladí.

      Y luego queda el problema del azufre. Y el casi nulo campo magnético más el campo eléctrico 5 veces más intenso que el de la Tierra, que han «secado» de hidrógeno a Venus. El poco H que va quedando sigue escapando hacia el espacio. Y sin H no hay H2O…

      Y si esta cadena interminable de problemas tuviera solución, ¿cuánto tiempo habría que esperar para que Venus se enfríe lo suficiente par ser compatible con la vida humana?

      Ciudades flotantes en la alta atmósfera venusina, herméticas y con blindaje anti radiación ionizante, quizás. Ciudades en la superficie o subterráneas, lo veo muy difícil.

      Y si somos capaces de construir esas ciudades flotantes, ¿no sería más fácil y mucho menos arriesgado hacerlo en el espacio, con gravedad artificial centrífuga, estilo islas de O’Neill o similar?

      Saludos.

      1. Todo lo referente a la química de la atmósfera venusina lo veo tecnológicamente solucionable en lapsos de decenas de miles de años (por supuesto que la solución no la tengo yo), la temperatura es solo una consecuencia de este problema, lo que veo difícil solucionar es el tema gravitacional y como dije el único objeto en el sistema solar que tiene resuelto ese problema es Venus. La gravedad centrifuga no es ni remotamente parecida a lo que nos brinda el campo gravitatorio de Tierra o Marte, puede ser una solución temporal para algún viaje pero tarde o temprano nos traerá problemas biológicos. Somos 7.000 millones de humanos, las colonias extraterrestre a las que me refiero son de ese orden de magnitud de habitantes.

        1. Para sustentar ese orden de magnitud de habitantes necesitas, o bien un planeta «naturalmente» tan habitable como la Tierra, o bien una tecnología avanzada capaz de lograr dicho sustento artificialmente.

          En este caso «naturalmente» significa «ecosistema autosustentable», es decir, un planeta totalmente terraformado. Porque tú no buscas soluciones temporales sino permanentes, y me parece bien.

          Pero para terraformar Venus totalmente necesitas solucionar los problemas de fondo. La infernal temperatura es consecuencia del brutal efecto invernadero, que es consecuencia de la química atmosférica, que es consecuencia de los problemas de fondo: el casi nulo campo magnético (casi con seguridad debido a que Venus rota muy lentamente) y el intenso campo eléctrico.

          La Tierra, cada tanto (1 a 5 veces por millón de años), sufre una inversión de polaridad magnética. La intensidad del campo magnético terrestre decrece lentamente hasta casi cero, y crece rápidamente cuando la nueva polaridad termina de reajustarse.

          Por fortuna son eventos de «corta» duración (en escala de tiempo geológica) y quizá por eso no hay evidencia concluyente para conectar fuera de toda duda las inversiones magnéticas con extinciones masivas. Pero es claro que las inversiones magnéticas no son nada saludables.

          Si la Tierra perdiera para siempre su campo magnético, dejaría de ser habitable para casi toda la flora y fauna pluricelular. La atmósfera por sí sola no sería suficiente para filtrar las radiaciones ionizantes. De hecho las radiaciones ionizantes y el viento solar comenzarían a cambiar la atmósfera de modo que la Tierra entraría en un lento proceso de venusización o martización.

          En análoga situación estaría Venus si solucionas los problemas atmosféricos sin solucionar los problemas de fondo. Sería una solución temporal, a menos que la sostengas artificialmente. Y de todos modos Venus no sería «naturalmente» habitable, a menos que apliques algún tipo de «capa» protectora artificial contra las radiaciones ionizantes.

          Entonces hay dos alternativas, o bien tienes una tecnología condenadamente avanzada capaz de solucionar los problemas de fondo, o bien tienes una tecnología no tan avanzada pero capaz de llegar a una solución de compromiso.

          La solución de compromiso sería una terraformación parcial y perpetua, es decir, sostenida artificialmente por los siglos de los siglos mediante constante esfuerzo e ingentes cantidades de energía que escapan a la imaginación.

          Suponiendo que esa tecnología sea capaz de evacuar el residuo térmico de toda esa energía aplicada (de lo contrario el planeta volvería a convertirse en un infierno), subsiste el hecho de que ese Venus sería un entorno casi tan artificial como el de una ciudad orbital.

          Olvídate de las latas de sardinas que tenemos hoy en día, tan pequeñas que la gravedad centrífuga es mayor en los pies que en la cabeza. Me refiero a ciudades orbitales como Dios manda, con todas las comodidades y de tamaño más que suficiente para que la biología humana sea incapaz de distinguir la diferencia entre gravedad centrífuga y clásica.

          Así llegamos al quid. Si tienes un nivel tecnológico capaz de terraformar Venus total o parcialmente, entonces hace rato que eres capaz de construir flotillas enteras de ciudades orbitales como Dios manda.

          Al margen de que el capricho de los dioses es inescrutable, ¿cuál de las dos opciones, terraformación o ciudades orbitales, te parece más razonable o rentable energética y económicamente?

          Y ten por seguro que problemas biológicos (divergencia genética al menos) vamos a tenerlos en cualquier parte fuera de la Tierra. No hay lugar como el hogar.

          Saludos.

          1. Si es así seguiremos en la Tierra, no veo gigantescas naves espaciales capaces de sustentar a millones de humanos, al menos en los tiempos que nos tiene reservado la evolución, puede que otra especie lo haga.

          2. Pelau muy interesante. Te hago una pregunta de ignorante ¿no hay pensado -en la teoría disponible hoy- un dispositivo que pudiera cambiar la velocidad de rotación de un planeta?

          3. Horacio, no que yo sepa. Lo más parecido que ahora mismo recuerdo es un dispositivo ficticio usado para sacar a Urano fuera de su órbita y trasladarlo de manera controlada, en la novela Un mundo fuera del tiempo (1976) de Larry Niven.

            El dispositivo es un gigantesco tubo que flota verticalmente en la densa atmósfera de Urano y oficia como un «martillo» vaivén. Es un cañón de fusión que aspira el hidrógeno de la atmósfera, lo canaliza por el tubo y lo fusiona mediante lasers.

            Una fracción de la energía así generada alimenta el funcionamiento del cañón, pero la mayor parte sale por el otro extremo del tubo hacia el espacio. La tremenda explosión empuja el cañón hacia abajo. El culatazo es amortiguado por la densa atmósfera que a su vez lo transfiere a la masa planetaria. Cuando el cañón vuelve a su posición de equilibrio flotante, dispara otra vez y así sucesivamente.

            El propósito es sacar a la Tierra fuera de su órbita para ubicarla más lejos del Sol, porque en ese entonces (dentro de un millón de años o así) la Tierra se ha recalentado. Pero como el dispositivo no puede ser usado sobre la propia Tierra, lo que hacen es usar a Urano como «imán» gravitatorio para desplazar a la Tierra.

            Quizás alguna carambola orbital por el estilo podría aplicarse sobre Venus, no para desplazarlo (o sí, ¿por qué no?), sino para provocarle mareas gravitatorias que modifiquen su rotación. Pero bueno, esto no es más que ciencia ficción 🙂

            Saludos.

          4. Otra cosa. Me la estaba reservando para cuando alguien cayera en la cuenta de… pero como no fue así…

            Debo confesar que exageré mi estimación de la energía necesaria para sostener artificialmente una terraformación parcial y perpetua de Venus. Lo hice a propósito para resaltar la otra alternativa que es igual o incluso más viable: las ciudades orbitales.

            Yo SOY partidario de la terraformación, pero no por la fuerza bruta (gigantescas obras de ingeniería que devoran monstruosas cantidades de energía) sino con sutileza.

            Por ejemplo, si en la ecuación metemos una horda coordinada de nanobots autoreplicantes capaces de aprovechar recursos in situ (materia y energía del propio Venus), casi cualquier cosa es posible.

            El pequeeeño problema es que también es posible esto:
            https://es.wikipedia.org/wiki/Plaga_gris

            Sí, Murphy es mi pastor 🙂

      1. Jx, el enlace, siendo muy interesante, no va sobre lo que yo pregunto. En el informe de Daniel sobre la sonda Envision de Enero de 2015 se daba a entender que la resolución de la M 4 sería pronto. De ahí mi pregunta.

        1. EnVision es una respuesta ambiciosa pero de bajo riesgo a la llamada de la ESA para una oportunidad para una misión de tamaño mediano para su lanzamiento en 2022-2025. Venus es el planeta más parecido a la Tierra en masa, propiedades en masa y distancia orbital, pero ha evolucionado hasta llegar a ser extremadamente hostil a vida. Los objetivos de la misión de 5 años de EnVision son determinar la naturaleza y la tasa de cambio causado por procesos geológicos y atmosféricos, para distinguir entre teorías competitivas sobre su evolución y para ayudar a predecir la habitabilidad de los planetas extrasolares. Tres conjuntos de instrumentos como objetivos científicos abordarán la superficie específica, la atmósfera y los de la ionosfera. La Ciencia de Superficies suite se compone de un 2.2 m 2 antena de radar con los modos de funcionamiento interferómetro, Radiometer y un altímetro, apoyados por un asignador de emisividad de la superficie complementaria IR y un acelerómetro avanzada para el control de órbita y la cartografía de la gravedad. Esta suite determinará cambios topográficos causados por procesos volcánicos, tectónicos y de la atmósfera a velocidades tan bajas como de 1 mm A  - 1 . El Ambiente Ciencia suite consta de un LIDAR Doppler para cima de la nube de altitud, velocidad del viento y la cartografía de estructura mesospheric, complementado con espectrómetros de IR y UV y un spectrophotopolarimeter, todos ellos diseñados para mapear las características y composición de las nubes dinámicas y atmósfera media para identificar los efectos de los procesos volcánicos y solares. La ionosfera Ciencia Suite utiliza una sonda y doble vector magnetómetro Langmiur para entender el comportamiento y la evolución a largo plazo de la magnetosfera y la ionosfera inducida. La suite también incluye un analizador de partículas interplanetario para determinar la velocidad de suministro de agua y otros componentes a la atmósfera.

  11. La Venera-D en su concepción original alla por 2004 iba a ser lanzada en 2013 preparada para soportar condiciones brutales.Luego se postpuso a 2016,luego ante el fracaso de la phobos-grunt a 2024 y ahora a 2026.Vamos, que hasta que no la veamos en Venus no nos lo creeremos.
    Yen cuanto a China de aqui a 2030 tiene misiones lunares, la sonda a Marte, la estacion espacial, la mision a Ceres para la decada que viene, la sonda a Jupiter, el CZ-9.En 13 años es una barbaridad.Daran a todo?
    Tenemos tecnologia disponible para hacer maravillas, que pena que tengamos unos politicos con la mira de un culo de hipopótamo.
    China dara mucho que hablar.Ojala asi sea porque si tenemos que esperar por la ESA por ejemplo iremos con baston.

  12. Personalmente, no me parece muy atractiva una misión a Venus que se limite a un orbitador. Lo que habría que estudiar a fondo son las capas superiores de su atmósfera; allí donde las condiciones son medianamente favorables para el desarrollo de la vida.

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Por Daniel Marín, publicado el 19 enero, 2017
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