Primer lanzamiento de la megaconstelación china Qianfen (G60)

Por Daniel Marín, el 13 agosto, 2024. Categoría(s): Astronáutica • China • Cohetes • Comercial • Lanzamientos ✎ 40

Tras varios años de retrasos y diversos cambios de planes, China comienza poco a poco el despliegue de sus megaconstelaciones. El pasado 6 de agosto de 2024 a las 06:42 UTC la corporación SAST —parte de CASC— lanzó el cohete Larga Marcha CZ-6A Y21 desde la rampa 9A del centro espacial de Taiyuan con los 18 primeros satélites de la constelación Qianfen (G60) en la misión ‘Grupo 1 de satélites Qianfen de órbita polar’ (千帆极轨01组卫星). La órbita inicial era de 89º de inclinación y 800 kilómetros de altitud. Este ha sido el séptimo lanzamiento de un cohete CZ-6A de SAST y el primero comercial. También es la cuarta ocasión en la que la segunda etapa de un CZ-6A se desintegra en órbita tras completar su misión —el 7 de agosto—, generando una importante cantidad de fragmentos orbitales (unos cincuenta de gran tamaño). Aunque estas desintegraciones no afectan a la misión, sí son un grave problema en cuanto a basura espacial en LEO, especialmente debido a la elevada altitud en la que se producen, por lo que SAST debería solucionar este asunto cuanto antes.

Primer lanzamiento de la constelación china Qianfen mediante un CZ-6A (CASC).

La constelación Qianfen (千帆星座, ‘mil velas’ en mandarín), también denominada G60 —oficialmente se llama G60 Starlink (G60星链)—, está a cargo de la empresa SSST (Shanghai Spacecom Satellite Technology / 上海垣信卫星科技有限公司), en ocasiones denominada Shanghai Yuanxin Satellite Technology o GMS Space. Fundada en 2018, la empresa planea desplegar hasta 15 000 satélites G60 en órbita (inicialmente eran 12 000). El despliegue tendrá lugar en tres etapas. En una primera fase, hasta finales de 2025, se lanzarán 648 satélites de primera generación en órbitas de mil kilómetros de altitud para cobertura regional (este año está previsto lanzar más de cien unidades). Entre 2026 y 2027 se lanzarán otros 648 de segunda generación más capaces para alcanzar una cobertura global. Los primeros 1296 satélites de las dos fases estarán distribuidos en 36 planos orbitales con 36 satélites cada uno. La tercera fase consistirá en el despliegue de varias generaciones más avanzadas situadas en altitudes de entre 300 y 500 kilómetros, como el Starlink de SpaceX, hasta llegar a las 15 000 unidades.

Apariencia de los primeros satélites G60 (CCTV).
Emblema de la misión (CASC).

Los 18 primeros satélites de Qianfen han sido construidos por la Academia de Innovación de Microsatélites de Shanghái (MicroSat, 上海微小卫星工程中心), adscrita a la Academia China de Ciencias (CAS) y que ya ha situado en órbita más de 120 satélites de varios tipos. Cada satélite tiene una masa de unos 300 kg y cuenta con propulsores eléctricos de efecto Hall a base de kriptón con un impulso de 20 milinewton, 550 vatios de potencia y un impulso específico (Isp) de 1385 segundos. Han sido fabricados siguiendo las líneas generales del diseño plano de la primera generación de los Starlink de SpaceX, un diseño que facilita su apilado y despliegue en órbita. Para esta misión los 18 satélites se agruparon en dos pilas de nueve unidades, pero se espera poder lanzar hasta 36 o 54 unidades por misión en lanzamientos posteriores usando lanzadores más potentes. A día de hoy no está claro qué lanzadores se emplearán en el despliegue de la G60 o si el CZ-6A jugará un papel importante (se trata de un lanzador de SAST, corporación con base en Shanghái, como la constelación G60). Al igual que los primeros Starlink, estos satélites cuentan con un único panel solar. Su vida útil se estima en siete años y operarán en las bandas Ku, Q y V.

Vista de las antenas (CCTV).
Otra vista del satélite (CCTV).
Cuerpo plano del satélite (CCTV).
Detalles de los propulsores de efecto Hall a base de kriptón (CCTV).

No obstante, no todos los primeros 648 satélites de Qianfen serán construidos por MicroSat, pues al menos la mitad estarán a cargo de la empresa Shanghai Gesi Aerospace Technology Co. Ltd., más conocida como GeneSat o Gesi. El sistema de despliegue de los satélites ha corrido a cargo de CAS Space (Zhongke), otra empresa subsidiaria de CAS famosa por la familia de cohetes Lijian/Kinetica. De acuerdo con las normas de la ITU (International Communication Union), al menos el 10% de los satélites Qianfen debe estar en órbita nueve años después de hacer las reservas de frecuencias y el despliegue tiene que estar finalizado quince años más tarde, como mucho. La empresa Shanghai Yuanxin e MicroSat lanzaron en noviembre de 2019 dos satélites experimentales de comunicaciones en banda Ka de menos de 100 kg (KL-Alpha A y B) mediante un lanzador Kuaizhou 1A, aunque en su momento el lanzamiento estaba relacionado con el proyecto de constelación KLEO Connect en colaboración con Alemania, no con G60. Tras la ruptura del acuerdo de cooperación entre China y Alemania, Shanghai Yuanxin optó por emplear varias de las características de la constelación KLEO en G60 —frecuencias y planos orbitales—, lo que se ha traducido en varias demandas judiciales todavía no resueltas. En agosto de 2021 Shanghai Yuanxin e MicroSat pusieron en órbita dos prototipos de satélites para la constelación G60 (KL-Beta A y B).

Los satélites Qianfen desplegados vistos desde la segunda etapa (SAST).
Sistema de despliegue de los satélites (MicroSat).

La otra gran megaconstelación china es la Red Nacional o Guowang (国网). Mientras que G60 es una iniciativa de carácter más comercial que se desarrolló inicialmente con el apoyo del gobierno local de Shanghái, Guowang es un proyecto a nivel nacional a cargo de la empresa estatal China Satellite Network Group Corporation (中国卫星网络集团有限公司), más popular como China SatNet, en la ciudad de Xiong’an. Guowang, que ha sufrido varios retrasos, se nutrirá de varios proveedores comerciales y estatales y ya hay en órbita varios satélites experimentales —cuáles pertenecen a Guowang todavía no está del todo claro—. Es de suponer que, dependiendo de estas pruebas orbitales, se lanzarán más o menos unidades de algunos tipos de satélites que de otros. En todo caso, por ahora no se ha llevado a cabo un lanzamiento dedicado únicamente al despliegue de satélites de Guowang. A diferencia de Qianfen, el principal lanzador empleado para Guowang se supone que será el CZ-8A o el CZ-5B/YZ-2 lanzados desde Wenchang, aunque también se emplearán vectores comerciales. Una vez finalizada, Guowang contará con 13 000 satélites.

Otra vista del satélite (CCTV).
Prototipo de apilado de satélites G60 (CCTV).

Además de Qianfen y G60 existen otros proyectos de megaconstelaciones comerciales chinas, como por ejemplo el de la empresa Huawei. Recientemente, la empresa Shanghai Blue Arrow (上海蓝箭鸿擎科技有限公司) ha anunciado su intención de desplegar la megaconstelación Honghu 3 —鸿鹄, ‘cisne’— con 10 000 unidades. A diferencia de otros proyectos, Honghu ya cuenta con prototipos en órbita lanzados en diciembre del año pasado y espera usar principalmente el lanzador reutilizable Zhuque 3 de la empresa privada LandSpace para los lanzamientos de sus satélites. La empresa GalaxySpace (Galaxy Aerospace o 银河航天) de Pekín también tiene planes para una constelación de mil unidades en una órbita de unos 510 kilómetros. Cada satélite tendría una masa de entre 225 y 330 kg. En julio de 2023 GalaxySpace lanzó el satélite Lingxi-03 (灵犀03) mediante un CZ-2D, un prototipo de satélite plano tipo Starlink para ser lanzado apilado como la constelación de SpaceX.

Satélite Lingxi-03 de GalaxySpace, el «Starlink 1.0 chino», diferente al lanzado para la constelación G60 (GalaxySpace).
Concepto de lanzamiento apilado de satélites de GalaxySpace mediante un CZ-5 (GalaxySpace).

La parte positiva del inicio del despliegue de las megaconstelaciones chinas es que en los próximos años y meses veremos con toda seguridad solemnes declaraciones de preocupación por parte de organismos y gobiernos sobre el problema que supone desplegar decenas de miles de satélites en órbita baja sin ningún control internacional, incluyendo organismos e instituciones que hasta ahora han permanecido en silencio o minimizado los inconvenientes cuando la única constelación en servicio era Starlink. Más vale tarde que nunca.

Despegue (CASC).
Otra vista del lanzamiento (Weibo @黑白猫名字被占用).


40 Comentarios

  1. me temo que a la China le importa nada lo que otros opinen
    le vale nada si al mundo exterior (internacional) le gustan o no sus próximas hiper-mega-constelaciones,
    siempre se mueven es a sus propios intereses,
    de pronto se regulará hasta cierto punto pero nada de lo que se haga
    va hacer desaparecer las mega-constelaciones que llegaron para quedarse;
    y a la vista de la astronomía lo único es minimizar sus efectos;
    y de cara a los desechos orbitales,
    solo si a China (y a Rusia con sus ASAT) le da la gana de no dejar desechos por ahí.

    1. yo lo diría así: «me temo que a ….. le importa nada lo que otros opinen,
      le vale nada si al mundo exterior (internacional) le gustan o no sus ……….,
      siempre se mueven a sus propios intereses» y llenar la línea de puntos con cualquier país de esos que andan lanzando cosas al espacio por interés geopolítico

    1. No sé si es ocurrencia de Musk o de los que viajan en esa misión.
      A bordo no ca nadie de SpX así que no creo que esté promovida por Musk.
      Dado que ninguno de los 4 parece haber pilotado nada en su vida imagino que les espera un largo entrenamiento por delante y yo no creo que se lance este año.

        1. Ninguno de los astronautas de esta misión ha manejado nunca nada parecido a un avión o a una nave espacial. Salvo que ya hayan recibido entrenamiento en la Dragon a escondidas, les llevará su tiempo.
          Es mi opinión.

          1. Hombre si los llevan en modo teledirigido igual no tienen que prepararse tanto. Las técnicas de control remoto y de toma de decisiones automáticas esta muy avanzado, supongo.

            ¿No?

          2. Sí. Pero aún así sigue siendo una nave espacial. Y el problema se agrava cuando encuentran problemas y tienen que pasar ellos a tomar las decisiones.

          3. Para ser piloto de helicóptero profesional, se necesitan como 150 horas entre formación y horas de vuelo. Para ser piloto privado de avión, menos incluso. Y hay muchos temas que tratar (legislación, mecánica de vuelo, del aparato, meteorología, prácticas de vuelo, muchísimno simulador). No sé. Es como lo de los turistas espaciales que les daban un cuso intensivo en Roskosmos y a correr..
            No me parece ninguna cosa rara, la verdad.

  2. Pregunta que no tiene nada que ver: alguien sabe si ya se terminó el desarrollo del carenado extendido para los falcons, lo recordé porque en el último lanzamiento del falcón 9 (con el satélite ASBM) se ve que el dúo de satélite entran con las justas xd.

  3. ¿La cuarta ocasión en la que la 2ª etapa de un CZ-6A revienta? Joder, se puede decir eso de que «it’s not a bug, it’s a feature». ¿Se sabe qué característica de diseño hace que esto ocurra tantas veces? Incluso para los chinos, ya me parece un sudapollismo extremo… y muy peligroso.

  4. «La parte positiva del inicio del despliegue de las megaconstelaciones chinas es que en los próximos años y meses…»
    Bueno, en el caso de starlink fue prácticamente al momento. Y desde el principio se propusieron mejoras al diseño para reducir la luminosidad de los satélites.
    Algo me dice que en el caso chino no va a ser así. Vamos, como con la energía nuclear, que ahora es verde.

    1. Literalmente es así. Y creo que de momento las quejas con los chinos están bien fundadas respecto a lo poco que les importa tanto la basura espacial como la caída de cohetes en sus propias poblaciones.

  5. hay que mirar las cosas por el lado bueno los propios chinos acaban de inutilizar su propia orbita de su nueva constelacion.

    asi que lo mismo con eso aprenden a que sean mas fiables sus segundas etapas.

    ademas elon musk que no desaprobecha ninguna oportunidad ofrecio inmediatamente a los chinos via X el acceso a su API para evitar colisiones.

    lo mismo con la tonteria esta se transforma en un standar para evitar colisiones.

  6. Supremacía china en proceso ….
    Recordemos:
    https://danielmarin.naukas.com/2024/01/04/que-nos-deparara-2024-en-el-espacio/#comment-596278

    Reconocer que el argumento como respuesta de uno de los comentaristas la última vez que hice referencia a este fenómeno no fue válido por solo unos pocos años: El progreso chino es impresionante en términos relativos, pero es que desde hace dos años también lo es en terminos absolutos

    En otro orden de cosas terminaron unos JJOO hermosos como predije..
    https://danielmarin.naukas.com/2024/07/26/como-podria-ser-la-primera-base-tripulada-china-en-la-luna/#comment-610704

    1. Lo mismo pienso creo que es inevitable un desastre al estilo de la película gravedad o algo aún peor lo que me hace pensar que las grandes potencia no le interesa realmente la exploración espacio lo ven todos como un campo más de entender sus influencias 🤦

  7. Es curioso que Daniel, con toda la caña que dio a Starlink cuando empezaron a lanzar su constelación, no comente nada del impacto negativo que la constelación china tendrá en la observación astronómica.

    1. No creo que hubiera ensañamiento contra Starlink. El sesgo que hubo fue más bien debido a que era la constelación más publicitaria y, al mismo tiempo, debido a que SpX ha intentado poner remedio y ser más abiertos en el trato con los científicos que otras constelaciones. Debido a esto, muchos artículos científicos hablan de Starlink más que de las otras constelaciones y eso se traduce automáticamente también en lo que se divulga, ya que hay más material serio disponible.
      De hecho, creo que es algo que Daniel ha resaltado muchas veces.
      En mi opinión.

  8. Sigo pensando que desarrollar armas ASAT para intentar generar efectos Kessler puede ser una muy buena idea.
    Escenario: uno de los grandes se pone abusón e intenta atacar a un país medio desarrollado (con capacidades ASAT).
    Disuasión: destruir de manera concienzuda algunos satélites en las ubicaciones donde se pueda generar el máximo efecto potencial Kessler NO IMPORTA DE QUÉ NACIÓN SEAN.
    Resultado: la presión del otro u otros grandes contra el potencial abusón es tan gigantesca que, finalmente, se disuade del ataque / invasión.
    ***
    Más ideas:
    – Lanzamientos ASAT desde aviones, para incrementar el rango de acción, y desde barcos previamente preposicionados y secretamente camuflados como civiles. Que tu territorio no sea una limitación.

    – Apoyarte en otros países medianos aliados, lo que sería una especie de «Alianza ASAT»: un ataque contra uno es un ataque contra todos… y adiós LEO.

    1. Mi odio contra las constelaciones de comunicaciones en LEO no tiene límite. XD
      Me veo como el típico villano de película de Bond desarrollando en secreto armas ASAT en una islita del Pacífico… sólo me faltaría acariciar el gato, pero no puede ser porque odio también a esos bichos. XD

      1. Le he dado una vuelta, ahora durante mi paseo nocturno… esto de los ASAT son cosas muy complicadas. En realidad, como lo que buscamos es un arma Kessler, podemos prescindir de la destrucción rápida e inmediata de los satélites.
        La estrategia es a más largo plazo, consistente en inundar la órbita de desechos capaces de destruir los satélites de forma pausada pero inexorable. Así que el problema se convierte en como conseguir, dada una masa dada, que es el factor limitante (la carga útil) desplegar el máximo volumen de objetos capaces de destruir satélites (ya se trate de esferas o agujas, ¿no había un plan con algo de eso de las agujas o alguien lanzó eso en alguna misión?)
        En definitiva, cómo maximizar el daño con el mínimo coste o de la forma más viable.

        1. Con esta modificación, la Alianza ASAT se convertiría más bien en una Alianza Kessler y no se utilizarían complejos elementos ASAT sino que se dispersarían nubes de objetos deletéreos de satélites, en diferentes órbitas.
          XD

        2. Realmente, un arma Kessler seria lo más sencillo que hay: dices que lanzas una constelación de x miles satelites de comunicaciones, y les pones una carga explosiva a cada uno de ellos… A mí si me gustan los gatos.

  9. Venga ya … se llama G60 Starlink?!!! Es que los chinos no saben distinguir entre lo que es un top manta y un negocio serio?

    El hecho de que exploten los cohetes chinos … sin que hayan sido preparado para ello, me refiero, no es algo que me sorprenda. Pienso que es su concepto de fail fast, learn fast. Pero no acallan las voces en mi mente, que dicen ‘Kessler, Kessler!!!’. Sé que Space-X es más exquisito en sus errores. Pero están a otro nivel, por lo visto. Supongo que en China quitan obstáculos al aprendizaje rápido.

    Para mí, lo más importante ahora es lo que creo que sucederá, ahora que China llena LEO de cosas y fallos, y es que EEUU dirá : no, esto que hemos podido hacer en el pasado, ya no se puede hacer. Y quizás se empiece a crear un organismo internacional que medie para evitar desastres. Ello permitiría ralentizar el progreso del desarrollo espacial chino, con suerte para EEUU. Más vale tarde que nunca.

  10. Multitud de organismos, instituciones y particulares criticaron severamente a Starlink en sus principios. Que yo recuerde, nadie se cortó ni un pelo en demonizar a Starlink. Si las tornas han cambiado, es por el esfuerzo real, técnico y financiero, realizado por SpX para reducir las molestias causadas por su constelación, aunque un 100% de reducción sea imposible.

    O sea, que si ahora a esa legión de organismos, instituciones y particulares les da por criticar a China, con unos estándares medioambientales muy por debajo de los de SpX, no debería sorprender absolutamente a nadie, porque se lo merece mucho más que SpX.

    1. La ITU debería obligar al desorbitado de satélites en LEO, como máximo en cinco o seis años tras finalizar su misión. El desorbitado de etapas superiores en LEO también debería ser obligatorio (con el tiempo pueden explotar).

      Más complicado sería obligar a limpiar también la basura creada por esas etapas, porque sería carísimo. O la basura que yace en las llamadas “órbitas cementerio”, un eufemismo de “basurero orbital lejano”.

  11. No estoy de acuerdo, Martínez. La mayor parte de organismos y gobiernos que podían verse afectados por las megaconstelaciones se hicieron los sorprendidos cuando Starlink y OneWeb comenzaron su despliegue (no olvidemos que los lanzamientos de OneWeb empezaron antes), a pesar de que eran proyectos que llevaban anunciados años y se sabía que iban a tener serias consecuencias en LEO. El caso más llamativo es el de la IAU y algunos observatorios como el Vera Rubin, que directamente dijeron al principio que el problema no era para tanto, unas declaraciones que generaron grandes dosis de indignación entre muchos astrónomos. Luego tuvieron que recular poco a poco y comenzaron a organizar workshops y publicar papers sobre sus efectos.

    Esto no va de Starlink solamente. Desde el principio se dijo que Starlink era solo una de las muchas megaconstelaciones planeadas (no solo las chinas, también OneWeb, Amazon, etc.) y que había que poner orden en la normativa internacional y comprender bien sus efectos. Esto último es clave, porque poca gente entiende que las megaconstelaciones han comenzado a desplegarse sin que existieran análisis serios y completos sobre sus consecuencias (desde el impacto en las observaciones astronómicas hasta la contaminación de la alta atmósfera, por ejemplo). Y, por cierto, cualquiera que tenga interés en saber mi opinión puede buscar los numerosos artículos que he publicado en Eureka sobre este tema y verá mi insistencia en alejar el foco de Starlink.

    Otra cosa es que, tras el parón de OneWeb, en los últimos años la única megaconstelación que ha seguido creciendo sea Starlink y, como es lógico, haya sido la única empleada para comprender bien los efectos de las megaconstelaciones en la astronomía, la radioastronomía o los problemas de basura espacial, de ahí que la mayoría de estudios al respecto se basen en datos de Starlink. Por otro lado, sí, SpaceX ha introducido medidas correctoras para algunos de estos problemas, medidas muy necesarias y que son más que bienvenidas, pero el quid de la cuestión es que no podemos depender de la buena voluntad de las empresas o gobiernos y es necesario una serie de reglas internacionales que los países deben cumplir si quieren lanzar una megaconstelación (por ejemplo, obligar al desorbitado de los satélites tras unos pocos años, como bien comentas; una vez más, remito a los artículos en este blog en los que se ha hablado de este asunto).

    Eso no se ha hecho por diversos motivos y ahora ya es tarde (o, al menos, hemos perdido unos años valiosos). Por eso China podrá hacer lo que le dé la gana con sus megaconstelaciones, porque no hay normativa internacional al respecto y dependemos de su buena voluntad en la gestión de los problemas asociados. ¿Que los podemos criticar? Sin duda, y ya se está haciendo y más que se hará en los próximos años, pero eso no va a cambiar un ápice sus planes.

    1. Gracias por el comentario, Daniel.
      Me parece que esos organismos no creían que fuera posible lanzar una constelación de 4.500 satélites en LEO. La experiencia decía que todos esos proyectos acababan en vaporware o en bancarrota, por lo que no se lo tomaron en serio hasta que SpX empezó a lanzar satélites y el brillo de los Starlink v1 hizo saltar las alarmas. En mi opinión, no es que se hicieran los sorprendidos, sino que estaban sorprendidos de verdad.

      Ahora que SpX ha demostrado la viabilidad de una constelación de telecos en LEO, van a aparecer otras como hongos, es lógico (pero triste).

      Siempre he estado a favor de una normativa internacional porque creo que, además del medio ambiente, favorecería a SpX, que se ha autoimpuesto unos estándares bastante altos (por ahora, al menos).

  12. Para mí lo más preocupante es la altura a la que vuelan esos nuevos satélites chinos: 800 kilómetros significa que tardarían varias décadas en decaer sus órbitas una vez finalizada su vida operativa. Starlink emplea una altitud muy inferior, 550 kilómetros (decaen en pocos años), y la nueva generación volará a 350 kms (decarán en meses).

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