El pasado 4 de abril de 2023 la empresa Virgin Orbit se declaró oficialmente en bancarrota, dando por finalizada una agonía de varias semanas. Unos días antes, el 30 de marzo, la compañía había despedido al 85% de su plantilla, hasta ese momento integrada por unos 800 trabajadores. La ayuda financiera de la matriz Virgin Group ha sido insuficiente para rescatar a la empresa aeroespacial, que sufrió unas pérdidas de 191 millones de dólares en 2022. Evidentemente, Virgin Orbit no ha podido remontar el fracaso del LauncherOne en última misión del 9 de enero, la primera que tuvo lugar desde el espacio aéreo europeo.
Aunque Virgin Orbit nació en 2017, el sistema de lanzamiento aéreo LauncherOne se remonta a 2012, cuando la empresa Virgin Galactic hizo pública su propuesta para lanzar cohetes orbitales desde el avión WhiteKnightTwo, usado para lanzar el avión suborbital SpaceShipTwo —sí, escrito todo junto— y diversificar así el modelo de negocio. Virgin Galactic pretendía buscar un mercado más seguro que el incipiente turismo espacial, que, a día de hoy, sigue sin cristalizar. Además, de esta forma se sumaba a la creciente oferta de microlanzadores que por entonces estaba de moda en todo el mundo, especialmente en EE.UU. El LauncherOne también era una respuesta a otros sistemas de lanzamiento aéreo, especialmente al promovido por Stratolaunch. El cohete LauncherOne original tenía una capacidad para colocar 225 kg en órbita baja (LEO) y estaba previsto que el primer lanzamiento tuviese lugar en 2016. Las empresas Surrey Satellite Technology y Sierra Nevada Space Systems anunciaron que construirían satélites específicamente diseñados para este vector.
Pero estos planes pronto tuvieron que ser revisados. Un cohete de 225 kg de capacidad era ahora insuficiente para las demandas del mercado, que favorecía lanzadores más potentes. El nuevo LauncherOne mejorado podría poner hasta 500 kg en una órbita baja (LEO) de 230 kilómetros de altura o 270 kg en una órbita heliosíncrona (SSO) de 500 kilómetros. Pero un cohete mayor no podía ser transportado por el WhiteKnightTwo, así que en 2015 la empresa anunció su intención de lanzar el nuevo LauncherOne desde un Boeing 747-400 modificado. Este avión, que previamente había servido en la aerolínea Virgin Atlantic, sería bautizado como ‘Cosmic Girl’. En 2017 el sistema de lanzamiento formado por LauncherOne y su 747 se integraron en una nueva empresa separada de Virgin Galactic, que se bautizó como Virgin Orbit. El primer lanzamiento se retrasó de 2018 a al 25 de mayo de 2020 y se saldó en fracaso, perdiéndose en el intento el satélite de la NASA Starshine 4. La primera misión exitosa se realizó el 17 de enero de 2021, colocando en órbita 12 satélites. LauncherOne se convertía así en el primer sistema de lanzamiento aéreo de combustible líquido en alcanzar la órbita. Siguieron otras tres misiones exitosas antes del lanzamiento fallido de este año. Con dos misiones fallidas de un total de seis, la fiabilidad del LauncherOne no ha resultado ser demasiado impresionante.
El concepto de lanzamiento aéreo se remonta a los inicios de la era espacial, pero no sería hasta 1990 cuando entró en servicio el primer cohete lanzado desde un avión, el Pegasus de la empresa Orbital (actualmente Northrop Grumman). El Pegasus XL, un cohete de tres etapas de combustible sólido que puede colocar 475 kg en órbita baja, se lanza desde el avión Stargazer, un Lockheed L-1011 TriStar modificado (aunque en los primeros lanzamientos del Pegasus se usó un bombardero B-52). Pegasus demostró la viabilidad de un sistema espacial aéreo y la flexibilidad que le da el poder despegar desde casi cualquier lugar del mundo. El Pegasus fue el encargado de poner en órbita desde el espacio aéreo de Canarias el satélite español Minisat 01 en abril de 1997, hasta la fecha el único lanzamiento espacial efectuado desde España. No obstante, Pegasus resultó ser tremendamente caro y, paradójicamente, la empresa Orbital desarrolló versiones del lanzador que se lanzan desde tierra para abaratar sus costes (cohetes Minotaur o Taurus).
Los sistemas de lanzamiento aéreo tienen la ventaja de evitar el rozamiento atmosférico en la zona de mayor densidad de la atmósfera y —esto es algo que se suele olvidar— reducen significativamente las pérdidas gravitatorias de un cohete que despega en vertical. Expresado con otras palabras, la mayor parte del combustible de un lanzador se gasta en las primeras decenas de segundos acelerando desde el reposo. Esto permite que un cohete lanzado desde un avión tenga una primera etapa más pequeña o, en igualdad de tamaños, pueda transportar una carga útil mayor que un vector convencional. Podríamos decir que este tipo de sistemas sustituyen una primera etapa convencional por un avión subsónico que funciona aquí como una primera etapa reutilizable y, por tanto, resulta mucho más barato de operar. Un sistema de lanzamiento aéreo subsónico permite reducir la Delta-V que debe generar el vector entre unos 500 m/s —si el cohete usa alas para generar sustentación y desviar su trayectoria hacia arriba— y unos 370 m/s —si se emplean paracaídas durante la caída del vehículo desde el avión—. Otra ventaja es que, en teoría, puede ser lanzado desde numerosos puntos del planeta Tierra y no se ve limitado por los azimuts de lanzamiento que restringen las operaciones de los centros espaciales de todo el mundo. Y decimos en teoría porque en la práctica uno no puede lanzar un cohete orbital desde cualquier lado, pues hacen falta instalaciones de tierra para procesar la carga útil y, sobre todo, estaciones de seguimiento para recibir la telemetría del vehículo.
A lo largo de las últimas décadas se han propuesto numerosas iniciativas de sistemas de lanzamiento aéreo: desde lanzadores basados en misiles balísticos desplegados mediante paracaídas desde aviones militares C-5 o C-17, hasta sistemas más avanzados y complejos que usan aviones hipersónicos como primera etapa. Todos estos proyectos se han quedado en nada, aunque algunos, como el cohete QuickReach de la empresa estadounidense Air Launch o el sistema ruso Vozdushni Start (Воздушный Старт/ Air Launch) han estado cerca de hacerse realidad durante la primera década de este siglo. Tras la desaparición de Virgin Orbit y Stratolaunch —la empresa sigue adelante, pero ya no tiene como objetivo principal lanzar cohetes orbitales con este monstruoso avión—, quedan muy pocas propuestas de lanzamiento aéreo que continúen en activo, y muchas de ellas están relacionadas con pequeños vectores lanzados desde aviones militares o aeronaves de pequeñas dimensiones para aplicaciones eminentemente militares. Un ejemplo de esta tendencia es el cancelado programa ALASA de la DARPA estadounidense o el programa PILUM español, en desarrollo desde 2018, para lanzar desde un caza un pequeño cohete de combustible sólido de 3 etapas capaz de colocar un máximo de 20 kg en LEO.
No deja de ser curioso que Virgin Orbit, con un sistema totalmente operativo y una clientela en firme, haya quebrado antes que Virgin Galactic, que oferta un programa de turismo espacial que no ha conseguido el éxito esperado. Pero las cosas son como son. Esperemos que alguna empresa resucite el sistema LauncherOne tras comprarlo a Virgin Orbit para que toda la tecnología y el esfuerzo invertido en este proyecto no caiga en saco roto.
Herebus, ¿qué decias que el New Glenn no sería competitivo en precio?
https://spacenews.com/escapade-confident-in-planned-2024-new-glenn-launch/
El hombre que se ha hecho MEGA billonario vendiendo con márgenes de céntimos…en fin…
O la Starship funciona MUY bien o el New Glenn será el nuevo rey por precio/Kg…
¿el New Glenn necesita que la Starship fracase?
como bien dices:
“..el New Glenn SERÁ (tiempo futuro; 2024+)..”,
mientras tanto la Starship es lo que existe HOY,
a la espera de que todo salga bien en su primer intento de lanzamiento orbital..
spoiler:
es probable que por cualquier cosa algo salga mal a la primera
y no logre el propósito el sistema SH-SS..
si eso pasa se vera,o la calidad o los sesgos, de tus comentarios Erick Bezos.
El mejor precio por kg en órbita lo ofrece un tipo que ha colocado 0 kg. en orbita.
El mejor precio para internet vía satélite lo ofrece un tipo con 0 satélites en órbita.
El mejor cohete es uno que aún no voló.
De momento es mega millonario por compra- venta de cosas.
Una pena, pero esto se repetirá con alguna que otra empresa, hay muchas empresas pugnando fieramente y el mercado debe reestructurarse, sólo quedarán los más fuertes, el resto caerá en bancarrota o absorbida por otras.