Las megaconstelaciones de satélites y su impacto en la astronomía profesional: ¿todavía estamos a tiempo?

Por Daniel Marín, el 28 agosto, 2020. Categoría(s): Astronáutica • Astronomía • SpaceX ✎ 251

Las megaconstelaciones de satélites se han convertido en una seria amenaza para el futuro de la astronomía profesional a nivel mundial. Después de una fase de negación inicial, la comunidad internacional de astrónomos ha comenzado a reaccionar de forma coordinada. El primer paso para solucionar un problema es entender sus efectos, lo que implica la realización de informes sobre el impacto de estas megaconstelaciones en la actividad de los astrónomos. Los primeros informes eran muy preliminares debido a lo poco que se sabía públicamente sobre la mayor parte de estos proyectos. Por ejemplo, muchos detalles de la megaconstelación Starlink de SpaceX, como el brillo preciso de los satélites en su órbita final, no se han conocido hasta hace pocos meses. Y seguimos sin tener acceso a las características técnicas de la mayoría de las futuras constelaciones, como es el caso del proyecto Kuiper de Amazon.

El cielo estrellado con las trazas de un «tren Starlin» (AAS/Clarence Spencer).

El último de estos informes es el Satellite Constellations 1 Workshop Report, redactado por la AAS (American Astronomical Society) y la NSF (National Science Foundation) de EE UU a partir de las aportaciones de numerosos investigadores de todo el mundo que se reunieron en el primer congreso internacional dedicado exclusivamente a este problema, el SATCON1, un congreso que tuvo lugar entre el 29 de junio y el 2 de julio de este año. ¿Las conclusiones? Pues creo que nadie va a sorprenderse a estas alturas si digo que no son precisamente buenas. Como ya se sospechaba, las megaconstelaciones van a limitar gravemente muchos proyectos y observatorios astronómicos y, especialmente, aquellos con un amplio campo de visión, como el observatorio LSST Vera Rubin de Chile.

Fracción de satélites de una constelación que están a la vista en función de la altura de sus órbitas (AAS/Hainaut & Williams 2020)

El informe destaca que, efectivamente, este tipo de observatorios son por ahora minoritarios, pero un gran número de proyectos astronómicos punteros se basan en la posibilidad de realizar imágenes que cubran la mayor cantidad de cielo durante la mayor parte de tiempo posible, por lo que el número de estos telescopios está previsto que aumente. Estos proyectos incluyen el estudio de galaxias —a su vez relacionado con otros campos como la cosmología—, el descubrimiento de exoplanetas mediante el método del tránsito, la detección de asteroides cercanos a la Tierra o la identificación de contrapartidas ópticas de fenómenos que generan ondas gravitacionales, entre muchos otros.

Simulación de la traza de un satélite a 550 km de altura que cruza el campo de visión del telescopio Vera Rubin. Además de la traza principal, se pueden ver otras trazas secundarias provocadas por la saturación de los detectores (crosstalk). Estas trazas secundarias se pueden eliminar si el satélite tiene una magnitud superior a 7 (AAS).

Las simulaciones de los efectos de las megaconstelaciones toman como punto de partida la presencia de 30 000 satélites Starlink situados en órbitas de hasta 614 kilómetros de altura y 48 000 unidades de la constelación OneWeb en órbitas de 1200 kilómetros. Se echa de menos la inclusión de los primeros 3236 satélites Kuiper, que estarán situados en órbitas de hasta 630 kilómetros de altura, pero el informe se redactó antes de que se hicieran oficiales los datos sobre esta constelación. De todas formas, las simulaciones representan de forma bastante fiel cómo influyen los dos grandes grupos de satélites: aquellos situados en órbitas de hasta 600 kilómetros de altura y otros en órbitas de hasta 1200 kilómetros. Cuanto más bajo esté un satélite, más brillante será visto desde el suelo, pero, a cambio, menos tiempo permanecerá iluminado por el Sol y, además, será visto desde un área menor. A igualdad de condiciones, un satélite situado a 1200 kilómetros de altura tendrá un impacto mucho mayor que uno situado a 600 kilómetros, de ahí que una recomendación del informe sea limitar —o prohibir— los satélites de megaconstelaciones situados a esta altura.

Ejemplos de algunas megaconstelaciones (AAS).

Una recomendación —más bien un ruego— para los operadores de megaconstelaciones es que proporcionen efemérides actualizadas y fiables de los satélites, lo que permitirá prever cuando sobrevolarán un observatorio en concreto con el objetivo de tomar medidas (retrasar o parar observaciones, hacer uso de obturadores en los detectores, etc.). Por supuesto, los astrónomos instan a que se continúen con los esfuerzos para hacer que cada satélite sea lo más oscuro posible y reducir así su brillo. Como sabemos, SpaceX experimentó con el prototipo DarkSat (Starlink 1130) técnicas de reducción del brillo usando superficies más oscuras, pero se ve que no dio los resultados previstos y han decidido usar la tecnología VisorSat en los últimos lanzamientos. Las unidades Starlink de tipo VisorSat emplean visores desplegables para evitar los reflejos de la luz solar. Todavía no se ha evaluado de forma independiente cómo de efectiva es esta tecnología, pero si, como mínimo, es igual de eficaz que DarkSat, permitirá que los Starlink no sean visibles a simple vista una vez alcanzada la órbita final (DarkSat alcanzó una magnitud de 6,1 en el zenit, en el límite de la sensibilidad del ojo humano sin contaminación lumínica, frente a la magnitud 5,1 de las unidades «normales»). Esto remedia la mayor parte de las desventajas de las megaconstelaciones de cara al gran público, pero no es suficiente para aliviar la presión sobre la astrofotografía y la astronomía profesional, ya que los satélites serán siempre visibles a través de un telescopio.

Magnitud de cinco satélites Starlink en el zenit. ‘1130’ es el prototipo DarkSat (Tyson et al. 2020).
Magnitud de 281 satélites Starlink en función de la posición del Sol. La magnitud media es de 5,5, pero se aprecia una dispersión importante de brillos, lo que dificulta la aplicación de algoritmos en el tratamiento de imágenes (AAS/H. Krantz).
Histograma de la imagen anterior con la magnitud de 281 Starlink observados desde el Pomenis Observatory en mayo y junio de 2020 (AAS/H. Krantz).

Por tanto, una conclusión clara es que los satélites en órbitas más altas son más dañinos. En general, los efectos de un satélite de magnitud 8 situado en una órbita de 1200 kilómetros equivalen a los de un satélite de magnitud 7 en una órbita de 600 kilómetros de altura, ya que su velocidad angular será dos veces menor. Otro punto a vigilar es la aparición de fulguraciones —flares—, que son picos de brillo debido al reflejo de la luz del Sol por parte de algunas superficies del satélite. Estos aumentos de brillo pueden ser muy dañinos, independientemente del brillo medio de cada satélite. Afortunadamente, la constelación Starlink apenas presenta fulguraciones u otras fuertes variaciones de brillo, pero no podemos asegurar lo mismo de otros proyectos (más que nada porque no conocemos su diseño final).

Número de satélites visibles en una noche de verano en una latitud de 30º para dos constelaciones idénticas de diez mil satélites cada una, una situada en órbitas de 500 km de altura y otra en órbitas de 1000 km. Satélites de la constelación a 1000 km se ven durante toda la noche incluso en verano (AAS/Hainaut).
Satélites visibles en verano y en invierno desde el observatorio Vera Rubin. Se aprecia cómo los satélites a 1200 km son especialmente dañinos (AAS/Hainaut).

El gran problema de las megaconstelaciones es que siempre habrá unidades visibles desde un observatorio determinado. A diferencia de lo que ocurre con el tráfico aéreo o la contaminación lumínica, no habrá ningún lugar del mundo a salvo de las megaconstelaciones (con excepción de las regiones polares). El número de satélites visibles dependerá de la latitud del observador y de la estación, pero de media serán visibles un 5 % de los satélites. Si se trata de satélites situados a unos 600 kilómetros de altura, la fracción será de un 4 %. Para constelaciones a 1200 kilómetros, la fracción de satélites visibles será del 7 % o el 8 %. Eso sí, la mayoría serán visibles cerca del horizonte (la mitad se verán por debajo de los 10º con respecto al horizonte). Esto significa que los satélites afectarán especialmente a las observaciones realizadas al anochecer o al amanecer, pero no olvidemos que algunos satélites situados en órbitas más altas se podrán ver toda la noche durante el verano (el número preciso dependerá de la latitud del observatorio). Cuanto más cerca esté la latitud del observatorio de la inclinación orbital de los satélites, mayor será el número de satélites visibles (la mayoría de satélites Starlink y Kuiper estarán entre 53º y 56º, pero habra unidades con órbitas más o menos inclinadas). Por esta razón, las observaciones más afectadas por la presencia de satélites serán las realizadas unas horas antes del amanecer o poco después del anochecer, un intervalo de tiempo que los astrónomos suelen evitar. No obstante, algunas observaciones relacionadas con la búsqueda de asteroides cercanos o cometas, entre otros campos de investigación, se tienen que realizar precisamente a estas horas.

Posición de los satélites visibles de una megaconstelación en el cielo. La mayoría están cerca del horizonte (AAS/Hainaut).
Densidad de satélites en una noche de verano sobre cerro Tololo (Chile, a -30º de latitud), suponiendo 30000 satélites Starlink y 48000 OneWeb (AAS/Hainaut).
Número de satélites visibles a una latitud de 30º sur durante el solsticio de invierno local. A la izquierda, número total y a la derecha, número de unidades por encima de los 20º con respecto al horizonte. Se ha usado el número de satélites Starlink y OneWeb de otras simulaciones (David Galadí/Icosaedro Group).

El informe recalca que las medidas de atenuación de brillo, aunque bienvenidas, no sirven para nada en el infrarrojo cercano, una región del espectro de la que dependen un gran número de líneas de investigación en el futuro. Pero el impacto más grave es el que no podemos evaluar. Es decir, comenzamos a comprender cómo afectarán las megaconstelaciones a la astronomía que se está haciendo ahora o a la que se planea hacer a corto plazo, pero no podemos cuantificar el impacto que tendrán sobre la ciencia que se llevará a cabo en el futuro porque, por definición, no sabemos cómo será. Sea como sea, urge la implementación normas internacionales que obliguen a empresas y gobiernos a reducir de forma activa el impacto de las megaconstelaciones en la astronomía. Nadie pide seriamente que se impida el despliegue de estos proyectos —eso sería poner puertas al campo—, pero sí que la humanidad no dependa de la buena voluntad de multimillonarios o de determinados gobiernos con el fin de que el cielo siga siendo un patrimonio de todos los seres humanos. Un primer paso podría ser la prohibición —o limitar el número— de satélites de megaconstelaciones situados en órbitas de más de mil kilómetros de altura aproximadamente, así como la obligación de que cada unidad tenga una magnitud visual superior a 7 u 8, dependiendo de su órbita. Todavía estamos a tiempo de actuar.

Referencias:

  • https://aas.org/satellite-constellations-1-workshop-report


251 Comentarios

  1. Lo que realmente me pasma, es la pasividad de la UE para decir : el cielo no es propiedad de los EEUU. Es como la contaminación. Si EEUU contamina y promueve la contaminación, no van a ser sólo ellos quienes se fastidien con el calentamiento global, sino todos.
    Es algo increíble que ninguna voz se alce en contra de lo que ocurre. Pero no sólo es en este ámbito, sino en guerras o economía. No es posible que tenga que comprar un móvil más caro, porque EEUU ha decidido poner aranceles a China. O que no podamos disfrutar del 5G. En fin …

    1. «Lo que realmente me pasma, es la pasividad de la UE para decir : el cielo no es propiedad de los EEUU.»

      Perdona, pero no sé de qué estás hablando al personalizar en los USA:

      – OneWeb siempre ha tenido la sede en UK, y ahora pertenece al gobierno de UK y a una empresa india.
      Una pequeña isla como Gran Bretaña pretende poner en órbita una constelación de miles de satélites. Si todo el mundo hace lo mismo, será un caos.

      – Francia (y otros países europeos) no ven con buenos ojos que sea una empresa USA (SpX/Starlink) la que controle el servicio satelital de telecomunicaciones, por lo que propondrán su propia constelación.

      Además, muchos satélites son diseñados y/o construidos en Europa por Airbus y Thales Alenia. ¿Por qué iban a quejarse?

      – Rusia ya tiene la suya planificada, Sfera, cuyo desarrollo y despliegue servirá para revitalizar su sector espacial.

      – China no se quedará atrás, ni tampoco los militares chinos.

      – Hasta Samsung quiere lanzar su propia constelación de 4.000 satélites.

      Ya lo ves: el cielo no es propiedad de los EEUU. Si los demás no ponen el grito en el cielo, es porque están planeando exactamente lo mismo.

      1. UK está fuera de la UE.
        Una cosa es lo que hagan las empresas y otro lo que han de legislan los políticos. Sólo estamos al principio de lo que ocurrirá.
        Una parte de mí apoya Starlink. Pero siento que no es lo correcto. Como todo lo moderno, tenemos café sin cafeína, sabor dulce sin azúcar, leche desnatada, vídeo con detalle y fluidez degradados, carne hormonada, huevos generados con ciclos de día/noche acelerados, fruta inmadura, etc. Y ahora tendremos un cielo sin estrellas.
        En fin … puedo entender que Starlink se desarrolle. Pero no que una vez más EEUU haga lo que le dá la gana con el mundo sin que nadie le ponga el cascabel al gato. Sin que nadie pueda juzgar al juez del mundo.
        Sé que es hipócrita por mi parte. Se trata de lo mismo, pero tengo sentimientos encontrados.
        Posiblemente es un error mi ataque a EEUU. Quizás actúen correctamente. Supongo que las cosas no son blancas o negras.
        Piense lo que piense, Starlink será desplegado. Se desarrollarán tecnologías para mitigar sus efectos en los grandes observatorios, se distribuirán cronologías precisas de los pasos de los satélites delante de los observatorios y otras cosas. Da igual … no me hagas caso.

        1. Équiliqua, ése es el quid de la cuestión, bien enfocado, me alegra que el espíritu crítico siga vivo:

          Todos sabemos en nuestro corazoncito que las megaconstelaciones son una mala (y abusiva) idea, luego ya el encaje de bolillos de si es más requetemalo Starlink o Bezos o Samsung o el PeligroRojoChino o los mamotretos industriales europeos o la madre que los parió con perdón… Eso es más bien un tradicional «divide y vencerás»: mientras discutimos sin solución de continuidad sobre nuestro equipo de fútbol favorito, las corporaciones de deporte profesional (cuyos ejecutivos ni ven los partidos) siguen comprando a mayor velocidad voluntades políticas, impuestos, estadios, casas de apuestas… ah, que hablábamos de satélites – bueno, creo que se ve el símil 😉

          En fin, que a todos nos invade este cosquilleo de «aquí hay algo que no cuadra y va a acabar muy mal», quien no lo admita o está verdaderamente ciego o es un hipócrita. Pero claro, con algo totalmente nuevo como esto, no se puede decir con certeza/rigor totales que vaya a ser así, indefectiblemente. Por supuesto, tampoco se puede decir lo contrario y pasarse por el forro el principio de precaución como se está haciendo, pero todos sabemos que los «arrasadores» del «muévete rápido y rompe cosas» (lo que produce muchos más daños y damnificados que los bien llamados «unicornios» que salen de vez en cuando, como cuando monos aporrean máquinas de escribir) no se encogen ante tales nimiedades de pensamiento elitista científico-lógico. Arte degenerado, inteligentsia burguesa y esas cosas.

          No nos equivoquemos: esto es un **land grab** en toda regla como los que se hicieron en la esfera anglosajona hace no tanto en varios continentes y tan maravillosos fueron en TODOS (toditos, incluso para los beneficiados) sus aspectos.

          Es decir, aquí nadie es un ludita egoísta que no quiera mejor Internet para todos: es una herramienta que bien utilizada (un cuchillo también se puede usar mal) conlleva gran prosperidad, mejor cultura y comunicación sin grandes distinciones en cuanto a quién las recibe. Pero estas megaconstelaciones, productos del capitalismo tardío (para que no quede panfletario, esto significa: burro grande, ande o no ande, porque la innovación real y la inversión en algo sólido y duradero está démodé, o mejor, no es obscenamente rentable a corto plazo para la finanza devoradora) no van por ahí.

          Su utilidad principal es un secreto a voces: alta finanza (que no necesita gran ancho de banda pero sí ubicuidad), monitorización remota a través de dispositivos en todas las esferas de la vida (i.e. IoT), y potencialmente comunicaciones militares (en el caso de Starlink evidentes para cualquiera que lea las noticias). Hasta ahora, todas las informaciones sólidas, no basadas en comunicados de prensa de las promotoras, dejan bastante en entredicho, por no decir que desmienten, todo ese buenrollismo de conectar a la población rural para que jueguen (primero), se entretengan y vean series (segundo), y ya si eso prosperen (vigesimoquinto y último objetivo): las prestaciones simplemente no están ahí, y la arquitectura se va a quedar obsoleta antes de empezar a ser competitiva. Véase los (pocos) informes filtrados de las pruebas ß de Starlink.

          Todo esto, aliñado con los inconvenientes ya mencionados y otros que van emergiendo como setas:
          – El «hecho consumado» que sienta precedentes y lleva a imitación/proliferación, como había predicho hace unos meses: la industria europea, por ejemplo, ha indicado recientemente que va a desarrollar su propia constelación **no tanto por su utilidad intrínseca**, sino para «no quedarse atrás» con respecto a los otros actores del campo. Explícitamente, blanco y en botella. Y así los demás, salvo los 2-3 iluminados que desataron toda esta locura.
          – Astronomía y ciencia en general, sacrificados en el altar de la finanza (otro hecho consumado, veremos si se llega a niveles verdaderamente catastróficos o la burbuja estalla antes), incluyendo aplicaciones más «inmediatas» como detección de NEOs. Como deja claro el informe, la astronomía terrestre no es reemplazable en plazos de tiempo previsibles por la espacial.
          – Aspectos culturales y de destrucción/apropiación de un medio ambiente más – obviamente no es lo mismo el uso más o menos lícito y limitado de hasta ahora, que esta masificación por órdenes de magnitud.
          – Contaminación del medio, por muchos buenos propósitos que publiciten ahora (con la boca pequeña, aún así, no vaya a ser que los aten a la palabra dada), con certeza casi absoluta de un síndrome de Kessler total o parcial en unas décadas, si los planes actuales llegan a hacerse realidad aunque sea parcialmente.
          – Y la bellísima perspectiva de tener no una, sino varias, herramientas prácticamente ubicuas más de control coercitivo con utilidad nebulosa listas para desplegar sus facetas menos amables (incluso sin previsión o accidentalmente) cuando cuadre. Dirigido y orquestado por los santos patrones de la ética: EEUU en general y sus próceres salvajes en particular, personalistas, secretistas, acumuladores insaciables de capital ad infinitum en aras de sus proyectos ni vagamente esbozados (y negacionistas/trumpistas en la intimidad). Para hacer cabriolas de espaldas, vamos. Pa que jueguen al Counter los granjeros de Alabama y la Extremadura castellana, que sin duda es lo que más necesitan.

          1. «…las prestaciones simplemente no están ahí, y la arquitectura se va a quedar obsoleta antes de empezar a ser competitiva. Véase los (pocos) informes filtrados de las pruebas ß de Starlink.»

            Pobre David. Qué forma de meter la pata.
            ¿No has visto el webcast del Starlink 11? Hazlo, y pon los subtítulos para no perderte detalle de las prestaciones de Starlink (super low latency, 100 MB/s de ancho de banda, capacidad para ver varios vídeos simultáneamente y más…)
            ¿Sabes que ya han probado dos satélites con enlaces láser?

          2. Si te crees a pies juntillas un par de tweets mal escritos (3 veces) por «alguien» en la compañía «poco» conocida por hypear hasta la extenuación un par de temas con perspectivas muy dudosas pero necesitados de inversores incautos (ambos comienzan por S), y repetirlos palabra por palabra en la cobertura del lanzamiento de ese mismo sistema, sin ningún tipo de verificación independiente o dato sólido de respaldo, y con contestaciones bien fundadas tanto por parte de otros actores de la industria como por los organismos reguladores… pues tengo para ti un terrenito frondoso con vistas al Mediterráneo en el Gobi.

            Afortunadamente no necesito subtítulos con el inglés, muchas gracias. Por ello también me doy cuenta de cuando están alargando el chicle hasta el infinito y más allá, o como se diría en nuestras latitudes, el enésimo «tira que libras»:
            – latencia «súper» baja (LOL, ésa seguro que le encantó a ViaSat, FCC y demás gente que no se anda con chiquitas),
            – 100 Mbps (1/8 de MBps, que de todas formas no sería una unidad corriente), seguro cogidos con pinzas en casos pico excepcionalmente favorables y en comunicación directa sin intermediarios, cuando todas las pruebas de velocidad filtradas hasta ahora no llegan ni a un décimo de tal volumen…
            – lo de los vídeos se refiere a 100 Mbps *estables*, que efectivamente podrían valer para ver varios vídeos simultáneamente – pero no es el caso.

            Más, más… no han dicho más, salvo más anzuelos a frikis crédulos sobre juegos más veloces del mercado (otra vez esos míticos 100 Mbps) y lo de los láseres.

            Que lo de los láseres es de traca. Obviamente, nadie niega que es una tecnología transformadora y que, de funcionar *sin problemas* (lo cual trae mucha tela que cortar detrás, no es sólo instalarlos en un satélite y establecer una conexión, o varias), SÍ que daría una ventaja poderosa a Starlink como proveedor de baja capacidad a zonas infraconectadas – eso está claro desde que desvelaron el proyecto. Pero te sorprendería saber que, por ejemplo en Italia por hablar de un caso que conozco muy, muy de cerca, esa tecnología (enlace intersatelital en frecuencias ópticas) se conoce y se probó ya hace lustros en compañías privadas. Que sí que sí, que la ventaja de años luz de SpaceX resulta que se derrite en cuanto le pones un poco de pasta, pizza y limoncello delante, lamento romper el mito de forma tan cruda. Ni que decir tiene que en otras regiones más tecnológicamente avanzadas incluso precedentemente, también con TRL 8. El problema es hacerlo funcionar consistentemente (¿conoces el (gran) problema de apuntado y seguimiento?), económicamente (equipos estables y con gran volumen de datos pueden ser más caros que todo el resto del satélite), y con suficiente fiabilidad para un servicio de alto volumen de datos y usuarios. Se puede argumentar falta de visión, parálisis por análisis, lo que quieras – pero lo mostrado por Starlink hasta ahora sólo le da ventaja en el terreno de tonelaje puro y duro en órbita baja, aunque su utilidad sea discutible. Pero claro, salen hablando de «space lasers» y no hace falta más para que la bancada crédula lance las campanas al vuelo. Lo siento, el que has vuelto a meter la pata (y ya van…) eres tú.

            Ah, y la obsolescencia no es cuestión de opinión: si llegan a desplegar la constelación entera, ése es el hardware, cuyo reloj tecnológico ya empezó a correr meses antes al congelar el diseño. Pueden reemplazarlos, claro, pero ya no son dos o tres satélites «mostrencos» que con un empujoncito de capital y dos lanzamientos se puedan refrescar.

            Ah nº2: Starlink tiene a día de hoy un ~5% de tasa de fallos en los satélites lanzados hasta ahora (bueno, salvo los últimos 2-3 lanzamientos que aún no ha habido tiempo a evaluarlos): ha deorbitado 21 y tiene 16 más «muertos» en órbita, que se sepa (pues sólo indica los fallidos que hayan elevado la órbita por encima de la altura de inyección). Incluso con los «operativos», la tasa está al 2%. Calcula tú cuántos satélites fallidos/errantes es eso para una megaconstelación completa de 4200 (spoiler: entre 85 y 200) o de 24000 (spoiler terrorífico: entre 500 y 1200!!). Por cierto, llevan unas 300 aproximaciones <5 km AL DÍA (20 aproximaciones <1km AL DÍA) los Starlinks lanzados hasta la fecha con otros satélites ¡excluyendo aproximaciones entre Starlinks! Para una compañía que habla de evasión de colisiones automáticas, limpieza orbital, fiabilidad… es bastante chocante – si te crees su propaganda, claro.

            Ah nº3: manda calao que de todo mi mensaje sólo puedas objetar eso. Lo del dedo y el cielo podría parecer una hipérbole, pero va a ser que no…

          3. Por cierto, me acabo de fijar en el documento mandado ayer a la FCC: ¿te has dado cuenta que de los 3 resultados de 100 Mbps (completamente exagerados comparados con los filtrados por usuarios normales), dos son exactamente el mismo? Cortapega nivel instituto, vamos:

            https://t.co/71m8jMKhgM?amp=1 (página 8)

          4. «Si te crees a pies juntillas un par de tweets mal escritos (3 veces) por «alguien» en la compañía…»

            Mucho peor es lo tuyo, que estás dispuesto a creer a cualquiera que denoste a Starlink, sin poner más condiciones que esa.
            Además, esa compañía ha prometido otras cosas -extremadamente difíciles- y las ha cumplido. ¿Por qué no iba a creerles?

            Dentro de unos meses empiezan las pruebas públicas. Si han mentido todo el mundo lo sabrá, pero lo dudo mucho. Serían muy tontos su hicieran eso, quedarían desacreditados y perderían su actual excelente reputación (la misma que les ha permitido recaudar 2 millardos en inversiones) ¿Por qué iban a hacerlo?

            – Gracias por el cursillo sobre lásers, pero mira, soy tan raro que creo que los ingenieros de SpX saben del tema más que tú.

            «Ah, y la obsolescencia no es cuestión de opinión: si llegan a desplegar la constelación entera, ése es el hardware, cuyo reloj tecnológico ya empezó a correr meses antes al congelar el diseño. Pueden reemplazarlos, claro, pero ya no son dos o tres satélites «mostrencos» que con un empujoncito de capital y dos lanzamientos se puedan refrescar.»

            El diseño no está congelado, ni lo estará, sino que evoluciona continuamente. Creo que no sabes de lo que hablas. Estás confundiendo Starlink con una constelación convencional. La integración vertical empresarial de SpX permite una iteración continua a lo largo de la vida de la constelación.

            En cuanto a reemplazarlos queda claro que no has entendido cómo funciona el despliegue de Starlink: los satélites tienen una vida corta de 5-6 años. En cuanto SpX haya desplegado la constelación, tendrá que empezar a reponerla contínuamente, al ritmo de unos 2.000 satélites anuales.

            Habrá un flujo anual continuo de Starships poniendo en órbita satélites Starlink cada vez más potentes mientras dure la vida de la constelación.
            No hay obsolescencia tecnológica cuando practicas la iteración y evolución contínua. La obsolescencia tecnológica será un problema para la competencia de Starlink, ya que ellos sí que congelan sus diseños y los actualizan cada 5-15 años, según la vida útil del satélite.

            Existirá una sinergia entre Starship y Starlink:
            – El bajo coste de lanzamiento y la capacidad de Starship hace posible el despliegue de Starlink.
            – El despliegue de Starlink proporcionará a Starship un flujo anual de lanzamientos.

            – La tasa de fallos de los satélites: SpX está probando nuevas maneras de reducir los costes de los satélites. En cada lanzamiento suelen lanzar algunos satélites con componentes experimentales para probarlos in-situ. Estos satélites tienen, lógicamente, más probabilidades de fallar.
            Fallar -> Rediseñar -> Probar -> Fallar -> Rediseñar -> Probar… Es el modus operandi de SpaceX.

            – Elon señala a Marte, pero tú te quedas mirando su dedo.

          5. Los ingenieros de SpaceX sabrán muchísimo más que yo, no me cabe dudas, pero yo también trabajo sobre estos temas en concreto, junto con muchos colegas al nivel de los mejores de SpaceX además, y sé lo que hay. También sé muy bien lo que es el márketing corporativo.

            Soy perfectamente consciente de que los satélites se actualizarán entre versiones, faltaría más, como cualquier otro incluyendo GEOs y GNSS – pero, una vez lanzado (o, más bien, una vez construido y confirmado para ser lanzado), ese diseño ESTÁ efectivamente congelado, que es obviamente a lo que me refería.

            En cuanto a «desacreditarse» y «mentir»; ¿qué opinas tú que les ha llevado a mostrar en un documento oficial a la FCC, como único dato nuevo (y crucial) en una presentación de 25 páginas, un cortapega mal hecho (con una copia de calidad reducida con la que casi no se ven los números relevantes) de una misma velocidad de subida anormalmente alta con respecto a toda la información disponible al respecto, con denuncias de inverosimilitud por parte de la propia FCC y el resto de jugadores del ramo, y a hablar de cientos de futuras estaciones de tierra en un solo país, a la vez? ¿Un despiste? ¿Oopsie?

            En cualquier caso me han gustado estas frases tuyas sobre el «big picture»:
            «Existirá una sinergia entre Starship y Starlink, el bajo coste de lanzamiento y la capacidad de Starship hace posible el despliegue de Starlink.[…] tendrá que empezar a reponerla contínuamente, al ritmo de unos 2.000 satélites anuales.»

            Équilicuá. Y por ahora, Starlink no cuenta con Starship, ni contará durante una buena temporada en el mejor de los casos (mucho menos al nivel de lanzamientos requeridos para llevar a cabo esa «actualización continua»). La disonancia cognitiva es que nos cuentan, y os tragáis y repetís, que los *beneficios* de Starlink son la clave para el desarrollo de Starship, una vez desplegado y operativo a niveles disruptores en la industria para poder llegar a esos beneficios, claro… pero para llegar a esos niveles necesitas ¡de un Starship plenamente operativo! Pero claro, como otros programas de SpaceX que no empiezan por Star-algo funcionaron bien, todo vale y hay que suspender el más mínimo juicio crítico por decreto.

            Está bien mirar más allá del dedo *de los sabios*, pero de un prestidigitador no tanto.

          6. Se me pasó incluir el tema de la tasa de fallo: ahora mismo (y cambia cada día) van según el fantástico análisis del Dr McDowell:

            – 17 v0.9 deorbitados (pasiva o activamente).
            – 8 v0.9 fallidos y decayendo.
            – 4 v1.0 deorbitados (activamente por ahora).
            – 9 v1.0 fallidos y decayendo.
            – Entre 1 y 5 v1.0 probablemente fallidos, haciendo cosas raras.

            Esto con todos los v1.0 bajo el año de actividad, y los v0.9 sobrepasándolo ligeramente.

            Nos da entre 38 y 43 satélites problemáticos a día de hoy, con 713 satélites individuales lanzados: 5-6% de tasa de fallo/obsolescencia catastrófica. Si ignoramos los v0.9, aunque tal cosa nos deja con demasiado poco tiempo de muestra, tenemos entre 13 y 18 de 653, o sea: 2-2.8% de tasa de fallo/obsolescencia. Repito, con números oficiales y demostrados con muy poco tiempo de muestreo, por lo cual esto es un límite inferior muy conservador, al margen de que como dices tú (sin pruebas) puede haber alguno «de relleno» para pruebas de corta duración.

            Repito porque es terrorífico: un 2-3% de tasa de fallos por encima de la altura de inyección (órbita de poca longevidad), conservativamente, nos daría entre
            80 y 125
            satélites muertos u obsoletos en una constelación *mínima* de 4200 pajaritos, *si no se renovasen* – y entre
            850 y 1250
            en una completa de 42000, de nuevo *si no se renovasen*, y sólo considerando Starlink (!).

            Con sus implicaciones de contaminación lumínica (ya no habría truquitos de control de actitud y sombreado que aplicar, les funcione la propulsión o no), duración en órbita… y la obviedad de no poder evitar a otros, efecto Kessler, etc. Por dar una perspectiva que creo que eliges ignorar, como aficionado al espacio que no dudo que eres, hoy día hay menos de 2000 satélites activos en *todas* las órbitas, descontando los Starlinks.

            Es decir, una SOLA constelación completa, en el mejor de los casos según los datos más conservadores a día de hoy, sin poder aún estimar los efectos de varios años en órbita, y sin asumir el refresco constante que, como bien señalas tú, es el quid de su negocio, casi igualaría *en una única órbita* todos los satélites activos a día de hoy, sólo que con chatarra descontrolada y enormemente visible. A mí esto me parece tan grave, y me indigna tanto hacer los números para escribir este post, que mi reacción principal es de tristeza.

  2. A ver … si EEUU decidiera ir a … yo que sé … Corea del Norte y matar a todo el mundo : soldados, hombres, mujeres, niños, animales y tras hacerlo, la UE qué haría? nada? EEUU ha invadido Irak por unas supuestas armas de destrucción masiva inexistentes y nadie le ha acusado de nada. Aquí no ha pasado nada. Es como el rey de los países : inimputable.

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Por Daniel Marín, publicado el 28 agosto, 2020
Categoría(s): Astronáutica • Astronomía • SpaceX