Mi primera vez (en un lanzamiento espacial)

Por Daniel Marín, el 10 julio, 2019. Categoría(s): Astronáutica • Comercial • SpaceX ✎ 18

La siguiente crónica es obra de Carlos Sánchez, que tuvo la fortuna de presenciar el último lanzamiento del Falcon Heavy. Gracias, Carlos, por compartir tu experiencia con los lectores de Eureka.

 

Tendría unos cinco años. Justo antes de ir al colegio mis padres estaban viendo el telediario e informaban
de la explosión del transbordador Challenger. Un ascenso sobre el cielo azul truncado en humo y fuego.
Recuerdo que, pese a su espectacularidad y a mi corta edad, lo primero que hice fue preguntar si los
astronautas estarían bien. Mis padres, benditos ellos, me dijeron que no me preocupase, que habían
saltado en paracaídas.

El Falcon Heavy en la rampa 39A (Elon Musk).

Creo que tengo el bicho del espacio desde siempre. La idea de enormes artefactos construidos por el
hombre desafiando las leyes de la naturaleza siempre me ha fascinado y me ha acompañado en libros,
películas, juegos y sueños. Como yo, muchos viven esta fascinación y, por eso existen asociaciones como
la Planetary Society, que promociona la exploración espacial y que tuvo entre sus fundadores a Carl
Sagan.

La asociación llevó a cabo el desarrollo de un proyecto pionero, una sonda con una vela propulsada por la
luz solar. No viento, luz. No como fuente de energía, sino como propelente. El diseño inicial mutó con el
tiempo en la Cosmos 1. Pero su lanzamiento, desde un submarino (!) mediante uno de los entonces
populares (se hablaba de un proyecto de Microsoft que ríete tú de Starlink) misiles ICBM rusos
reconvertidos en cohetes lanzadores, fracasó en 2005.

Diez años después un nuevo diseño estaba pendiente de financiación, que se resolvió mediante
micromecenazgo. Participé encantado, como en otros proyectos, y en 2015 la LightSail 1 despegó en un
Atlas V junto al no menos interesante X-37B. Pero esto sólo era un vuelo de prueba. La LightSail 2 se
lanzaría en el futuro a una órbita superior para ensayar realmente la navegación solar. En un nuevo vector
en desarrollo llamado Falcon Heavy.

Y el futuro tardó cuatro años.

En 2018 el Falcon Heavy hizo su vuelo inaugural cumpliendo la promesa de SpaceX de convertir los
sueños en realidad (y si no mira los minutos iniciales de la muy ochentera película de animación Heavy Metal).

El momento se acercaba y la Planetary Society invitó a todos los miembros y colaboradores en
el proyecto a asistir al lanzamiento. Cuatro años antes ni se me había pasado por la cabeza. Ver el
despegue del cohete espacial más potente en servicio desde el Saturno V, en Cabo Cañaveral, lanzando un
satélite experimental en el que, mínimamente, he participado.

Admito que dudé. Soy humano al fin y al cabo.

El lanzamiento ofreció emociones fuertes aún sin salir de España. Con los billetes de avión ya comprados
la confirmación de la ESTA para entrar en USA llevó unos días de tensa espera. En el último momento un
retraso de la fecha del lanzamiento me desmontó la planificación, debiendo comprar un nuevo billete de
vuelta. Definitivamente, el espacio no es fácil ni barato.

Por fin, pasé el día del lanzamiento de visita en Cabo Cañaveral y, de hecho, no salí en toda la mañana del
Saturn Center que homenajea las misiones Apolo. Curiosamente, el Módulo Lunar no estaba expuesto.
Después de comer (¡junto al Saturno V!) recorrí el Kennedy Space Center y me sorprendió que los
cohetes expuestos en el jardín central eran a tamaño real… ¡Esas cápsulas superiores son demasiado
pequeñas! De hecho, había réplicas para probar su comodidad. En la de las Gemini se podía entrar, pero
en la de las Mercury… Por supuesto, también «despegué» en el simulador del Atlantis.

El Atlantis. Oh-Dios-Mío.

La víspera del lanzamiento la Planetary Society organizó una Mission Briefing con el actual CEO y
principal cara conocida de la misma, Bill Nye (le has visto en The Big Bang Theory, es un famoso
divulgador científico infantil en USA). Después se celebró una Gala Dinner (para recaudar fondos) a la
que me animé a asistir. Y quedé muy contento con la inversión, disfruté de un evento típicamente
americano con sus discursos, subastas benéficas, gente interesante… ¡mientras cenábamos BAJO el
mismísimo transbordador Atlantis!

Volviendo al lanzamiento, al caer la noche tocó coger el autobús para ir a las gradas del Saturn Center (el
lugar más cercano para verlo, pago mediante claro). Fue «gracioso» que al sentarnos en el autobús a las
22 horas, tras una cola de casi 2h, nos informaron de que el lanzamiento de las 23:30 se había retrasado a las
2:30… Y podía ser peor, aún estábamos dentro de la ventana para ese día hasta las 3.30…

Al llegar al Saturn Center teníamos cena buffet y, de nuevo, bajo otro (enorme) icono espacial. Mac &
Cheese. En serio, no podía ser más típico. Mientras estábamos allí haciendo tiempo nos permitieron ver
una nueva instalación oculta tras una cortina negra… Resulta que para celebrar el 50 Aniversario del
Apolo 11, además de regalarnos una moneda conmemorativa, revelaron una representación del alunizaje
que incluía el desaparecido Módulo Lunar sobre un remedo de superficie selenita.

La espera se hizo un poco larga pero, finalmente, todo llega. A T-20:00 ya estaba sentando, mirando
expectante el punto iluminado al otro lado del Banana River. El ambiente era fantástico. La temperatura
muy buena. La noche preciosa, con la Luna a la vista. A T-2:00 apagaron las luces de las gradas. La
emoción era palpable. Se descontaban los últimos 10 segundos de cada minuto. Una pantalla gigante
estaba conectada a la retransmisión de SpaceX.

T -0:00

Un fulgor, una gran luminosidad. Se hizo casi de día. Todo el mundo gritaba de alegría. La gente
permaneció sentada como nos pidieron para así poder disfrutarlo todos. El cohete ascendía bastante
rápido, y pasados unos segundos, el estruendo. La luz más rápida que el sonido. Quizá no ensordecedor,
pero sí ominoso, envolvente, machacón. A mayor altura el rápido movimiento se ralentiza, el cohete
parece quedar suspendido en el cielo, inmóvil, mientras poco a poco reduce su tamaño.

Otra ola de excitación recorre a un público extasiado. Se van a separar los impulsores laterales. Una luz
en el cielo se convierte en tres. La retransmisión de SpaceX informa puntualmente de la maniobra. Tras
breves instantes las pequeñas luces desaparecen, sólo se mantiene la principal. Cada vez más reducida. Y
se produce un efecto fascinante. Tras haberse iluminado la tierra en el lanzamiento, con el tiempo queda a
oscuras y se aprecia una especie de hueco en el cielo con un halo fantasmagórico, iluminado DESDE el
cielo por la etapa central. Lo llaman la nébula de lanzamiento.

La curiosidad por este nuevo elemento, inesperado, enmascara la separación de la segunda etapa y hace
más corta la espera de la segunda parte del lanzamiento de SpaceX. El aterrizaje. Tras unos minutos que
para un público ávido se hacen eternos se anuncia el encendido de reentrada de los impulsores. Y poco
después el de aterrizaje. Desde las gradas queda un poco lejos y no se verá completo, pero se aprecian
claramente las lenguas de fuego descendiendo al sur del río, mientras un emocionado espaciocompañero
previene con ansiedad. Wait for it! Wait for the double sonic booms!

Pero no llegan. El aterrizaje termina, desaparecen las lenguas de fuego en el horizonte. El público
comienza a levantarse y marcharse. Inasequible al desaliento, continúa. Wait for them!

Y llegan.

BUM-BUM! BUM-BUM!

La luz mucho más rápida que el sonido.

Mientras aún intento procesar la experiencia nos dirigimos hacia otra larga y pesada cola para coger los
autobuses de vuelta. El cansancio del día se hace evidente. La alegría compartida intensifica el momento
y lo hace especial. Los costes y sacrificios para estar allí se desvanecen, se vuelven insignificantes. Es
verdad lo que dicen. Esto engancha.

Ahora quiero más.

(c) 2019 Nathaniel Bezanson (https://www.flickr.com/photos/myself248/).

Autor: Carlos Sánchez

research@csvcorp.net



18 Comentarios

  1. Es un honor compartir mi experiencia en este magnífico blog que sigo desde hace tantos años. Muchas gracias a tí, Daniel, por tu incansable labor divulgativa.

  2. Vaya experiencia, qué envidia! Fuiste mecenas del light sail 2 también ?

    Yo el primer lanzamiento que he presenciado fue también en Cabo Cañaveral: la puesta en orbita del SES 10 con el primer Falcon 9 que voló con un «flight proven» booster. Nunca olvidaré aquel día, increíble

    Hace poco estuve en California y decidimos levantarnos a las 3 de la mañana para ir desde LA a Vandenberg para el lanzamiento de Radarsat. Llegamos allí confiando en que la predicción del tiempo que decía que el cielo se iba a aclarar sobre las 7.. Pero no fue asi. Yo, mi amigo, y los otros cientos de personas que allí estábamos nos quedamos sin ver nada. Al menos oímos los sonic booms del bosster 😛

  3. Carlos,
    Enjoyed you article, what a great description of what we experienced! It was great sharing dinner together under the shuttle. Was so sorry that you had to depart so early the morning after the launch so you missed checking out SpaceX’s new development, the StarHopper. Hopefully we will meet again. I am headed back to Kennedy Space Center to enjoy the events surrounding the 50th anniversary of Apollo 11’s landing on the moon. Will also take in the launch of an Atlas 5 and a Falcon 9 during that time.
    -Jay

  4. Increíble relato! lo recordaré siempre, y se lo mostraré a sobrinos y a mis futuros hijos. Daniel, labor increíble.
    ¿Podrías hacer un top o hacer un artículo sobre los proyectos, cohetes o naves espaciales no realizados, que sólo fueron propuestos, qué más te han fascinado?
    Gracias!

  5. Una experiencia genial maravillosamente relatada. A muchos de nosotros nos ganaron las historias de ciencia ficción y aquellos fabulosos despegues de nuestra infancia / juventud. Gracias por compartirla,
    Saludos

  6. Vaya Viaje!!!

    Una pregunta… ¿los Sonic Booms se producen porque el/los cohetes rompen la velocidad del sonido o por la distancia al observador?

  7. Buenísimo… el relato me heló la sangre, o como se dice en Argentinian «me puso la piel de gallina» 😛

    A mi me impresiona – y mucho – ver los lanzamientos en video,asi que estar allí y sentirlo en la piel debe ser maravilloso.

  8. Increible y vivencial el relato escrito, impecable lapicera y genial escritor y relator de ese momento en el que todos quisiesemos estar. Gracias desde Argentina 👍🌎

  9. Genial relato! Como todo buen espaciotranstornado… lo llevamos en el corazón!

    Daniel, lectores… algun buen articulo que recomienden sobre COSMOS I ?

    Saludos cordiales desde México.

  10. Muchas gracias a todos por dedicar unos minutos a leer la crónica y dejar vuestros comentarios.

    ASTRONAUTICO, un placer revivir el momento.

    Jay, thank you for your kind words. It was a pleasure for me too and I hope that we’ll meet again in the future. Enjoy!

  11. Muchas gracias por compartir la experiencia. Me ha gustado mucho. Además he aprendido cosas nuevas sobre lo que sucede durante el lanzamiento.

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