Libro: Alegato a Marte

Por Daniel Marín, el 23 noviembre, 2013. Categoría(s): Astronáutica • Libros • Marte • Sistema Solar • Sondasespaciales ✎ 15

Por fin, después de muchos años de espera, ya está disponible en español una de las obras que más influencia ha tenido a la hora planificar una misión tripulada a Marte. Hablo, claro está, de The Case for Mars, de Robert Zubrin, que acaba de ser publicado en nuestro idioma como Alegato a Marte por Neverland Ediciones. Cuando apareció por primera vez en 1996, Zubrin causó sensación con su plan para poner un hombre en Marte, denominado Marte Directo (Mars Direct). A diferencia de las propuestas de misiones a Marte de décadas anteriores, que requerían situar en órbita baja terrestre miles de toneladas antes de partir hacia el planeta rojo, Marte Directo ofrecía -y ofrece- una alternativa mucho más sencilla.

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Marte Directo fue concebido en 1990 por Zubrin y David Baker, cuando ambos eran ingenieros de Martin-Marietta. Espoleados por los estudios que llevó a cabo su compañía para la fracasada Iniciativa de Exploración del Espacio (SEI) de George Bush, Zubrin y Baker imaginaron una estrategia de colonización que usaba elementos de muchas otras propuestas anteriores, pero combinados de forma única.

En vez de construir una nave gigantesca, Marte Directo pasaba por mandar por separado varios vehículos al planeta rojo y hacer uso de los recursos locales para fabricar combustible (ISRU), minimizando así la masa inicial de la nave de forma drástica. Según el plan de 1990, se mandaría primero a Marte una fábrica de combustible junto con una nave de retorno a la Tierra o ERV (Earth Return Vehicle). Las naves serían lanzadas sin tripulación gracias a un cohete gigante basado en la tecnología del shuttle con una capacidad comparable a la del Saturno V y que Zubrin denominó proféticamente Ares (al igual que el malogrado lanzador del Proyecto Constelación).

El ERV y la fábrica de combustible realizarían una maniobra de aerocaptura mediante un escudo térmico desplegable y aterrizarían en la superficie de Marte. Usando un reactor nuclear SP-100 como fuente de energía, la fábrica de combustible comenzaría a sintetizar metano a partir del dióxido de carbono de la atmósfera marciana y de una reserva de hidrógeno que llevaría la nave consigo. La fábrica también crearía oxígeno líquido como comburente para el metano.

En la siguiente ventana de lanzamiento (unos dos años más tarde) despegarían otros dos cohetes Ares. Uno llevaría una carga similar al primero, con otro ERV, mientras que el segundo transportaría un hábitat para cuatro astronautas. El hábitat aterrizaría en Marte cerca del ERV y la tripulación se dedicaría a explorar el planeta rojo usando rovers. Unos 500 días después -dependiendo de la ventana de lanzamiento-, los astronautas se montarían en el ERV, ahora cargado de propergoles, y pondría rumbo a la Tierra. Mientras, otro ERV comenzaría a sintetizar combustible y el ciclo se repetiría en la próxima ventana de lanzamiento. Las siguientes tripulaciones serían capaces de usar los hábitats de las misiones anteriores o bien podrían explorar otras regiones de Marte. A pesar de usar propulsión química convencional, Marte Directo permitía llevar a cabo una misión tripulada con tan sólo dos lanzamientos de un cohete pesado, un auténtico récord. Y todo gracias al empleo de aerocaptura, ISRU y un reactor nuclear.

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El ERV (izquierda) y el hábitat de Marte Directo (Wikipedia).

Zubrin explica el concepto de Marte Directo en Alegato a Marte con bastante detalle, aunque después de su publicación surgieron voces críticas apuntando a un excesivo optimismo por parte del autor a la hora de planificar la misión. Como resultado, a finales de los 90 Zubrin creó el plan Marte Semi-directo, en el que se incluyen tres naves espaciales en vez de dos. El ERV permanecería ahora en órbita de Marte, mientras que solamente aterrizaría el MAV (Mars Ascent Vehicle) con la fábrica de combustible. Al no tener que fabricar combustible para mandar hacia la Tierra todo el ERV, sólo para el MAV, el plan sería más robusto.

Marte Directo tuvo un gran impacto mediático, sin duda por méritos propios, pero también gracias al infatigable esfuerzo divulgativo de su creador, que llegó a fundar la famosa Mars Society para dar a conocer el plan por todo el mundo. La influencia de Marte Directo llegó a la NASA, que tuvo en cuenta las principales características del plan -aerocaptura, ISRU, lanzar varias naves marcianas, etc.- a la hora de crear sus diferentes arquitecturas de misión tripulada a Marte, conocidas como DRA o DRM (Design Reference Missions). No debe extrañarnos por tanto que las propuestas de la NASA para vuelos tripulados a Marte hayan incluido desde los años 90 aerocaptura, ISRU y el envío de diferentes vehículos, aunque combinados de forma bastante más compleja que en el Marte Directo de Zubrin. Por ejemplo, según la DRM 5.0 de la NASA de 2010 serían necesarios hasta siete lanzamientos de un lanzador pesado para llevar a cabo una misión tripulada. Una cifra enorme si la comparamos con los dos-tres lanzamientos de Marte Directo

Alegato a Marte es una obra imprescindible para saber cómo podemos llevar a cabo una misión tripulada a Marte de forma relativamente sencilla. Si queremos comprender por qué los planes de exploración del planeta rojo son en la actualidad los que son, Alegato a Marte es la referencia más importante de los últimos años. Una obra que no puede faltar en la biblioteca de cualquier aficionado a la exploración del espacio que se precie. El libro ya se puede comprar en librerías, incluyendo Amazon . Ya estás tardando en comprarlo.

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15 Comentarios

  1. para bien o para mal, según se quiera ver, ya no hay una guerra fría que motive a un país u otro a gastar miles de millones de dólares para intentar viajar a marte

  2. Debe ser un buen libro, ojala pudiese comprarlo. Pero en serio ya se debe ir pensando en viajara a Marte. Yo esperaba con ansias el año 2005 en que se decia que se enviaria un ser humano a marte, pero aun sigo esperando y leyendo en tu blog lo dificil que es, realmente he perdido la esperanza. Ojala se pueda cumplir este sueño de la humanidad y colonizar marte.

  3. yo no entiendo que puede tener marte que no tenga la luna. siento que ir a marte sin ir la luna de vuelta es como realizar la vuelta al mundo sin haber colonizado america primero. la meta de la humanidad no debe ser correr al astro mas cercano no tocado para luego tener decadas de fatiga. debemos ir de a poco y de manera reiterada, la luna es un puerto natural.

    1. Marte es mucho más interesante:

      – Posibilidad de evidencias de vida pasada o incluso actual.
      – Mucho más interesante desde el punto de vista geológico: vulcanismo, lechos fluviales, glaciares, téctónica de placas, …
      – Posibilidad de fabricar combustible.
      – Agua abundante, así como elementos necesarios para la vida (carbono, nitrógeno, …), lo que permite fabricar comida.
      – Un día similar al de la Tierra, en vez de medio mes de oscuridad y medio mes de luz.
      – Estaciones (la inclinación del eje marciano es casi igual que la de la Tierra).
      – Mayor gravedad (menos problemas médicos).
      – Menor radiación en la superficie.
      – No haber sido visitado por humanos.
      – Posibilidad de terraformación.
      – Desarrollo de tecnologías para viajes largos (sabemos de sobra cómo viajar a la Luna, no saldría nada nuevo de ahí).

      1. Marte será mucho más interesante, no lo niego, pero también es el fondo de un pozo gravitatorio mayor. Si queremos sacar algún provecho económico o industrial de la colonización de un cuerpo del Sistema Solar, creo que los asteroides grandes y la Luna tienen más posibilidades que Marte. Y si por interés científico fuera, también podríamos saltarnos Marte e ir directamente a por Europa y Titán, que tienen tambien posibilidades muy interesantes y son más accesibles aunque signifiquen un viaje mucho más largo.

        1. Tanto Europa como Titán están fuera de nuestras posibilidades con propulsión química, al menos a un precio razonable. Por otra parte, la radiación que hay en Europa la descartaría aunque estuviera mucho más cerca. Y tanto a Europa como a Titán llega muy poca luz solar, con lo que los problemas energéticos de una colonia sería tremendos. Marte es mucho más favorable como el siguiente paso en la exploración tripulada.

          Los asteroides sí que son mejores para minería, pero si el único objetivo de la misión es obtener minerales, en gran parte se puede hacer con robots, o traer el asteroide a la órbita lunar y luego mandar una misión tripulada sólo el tiempo necesario.

          Sí que el pozo gravitatorio es grande, pero no imposible de superar.

          A estas alturas, Marte es el siguiente paso lógico para una misión tripulada a otro cuerpo celeste.

  4. Amigo leonardo, no podemos comparar las posibilidades de Marte con las de la Luna. Marte es un planeta con los recursos necesarios para mantener una civilización tecnológica (muy similar a la Tierra en este sentido). La Luna no tiene nada de eso, y cualquier colonia dependería de la Tierra para su supervivencia. Salvo para explotación minera y base de investigación, poca utilidad más tiene. Sin ánimo de hacer publicidad, este libro (también otros) dedica gran parte de sus páginas a explicar esto y por qué es erróneo pensar que, a estas alturas, debamos pasar por la Luna antes de ir a Marte.

    Saludos.

  5. Recuerdo haber leido sobre «Marte Directo» y «Marte Semi Directo» en una revista Mecanica Popular de la epoca. Como ensayo general, se planteaba usar el sistema de la planta sintetizadora de combustible(ISRU) en una sonda para traer muestras de la superficie de Marte a la Tierra. Se decía que mientras que enviando una sonda mediante la manera tradicional, las restricciones de peso serían tal que solo se podrían llevar a casa unos cuantos gramos. En cambio, mediante el ISRU se ahorría bastante peso y se traer kilos de muestras a casa.

  6. La ESA acaba de aprobar sus planes para las próximas misiones de gran presupuesto: un observatorio de rayos X y otro de ondas gravitatorias, para lanzar en el 2028 y el 2034, respectivamente. Las misiones tripuladas fuera de la órbita baja, ni están ni se las espera. Tampoco hay misiones no tripuladas al sistema solar exterior. Deprimente…

  7. Bueno, pues ya tengo el librito encima de mi mesa …
    Por cierto, en la página 11 («Agradecimientos») sale el nombre de un tal Daniel Marín, entre los «traductores y revisores principales» …
    Y el caso es que a mí este nombre me suena de algo … 🙂

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Por Daniel Marín, publicado el 23 noviembre, 2013
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