Entre 1969 y 1976, tres sondas espaciales soviéticas lograron traer a la Tierra muestras de la superficie lunar. Junto a la sonda japonesa Hayabusa, son las únicas misiones que han recogido pedazos de otro mundo de forma automática. Sin embargo, a pesar de que sólo tres naves fueron un éxito -Luna 16, Luna 20 y Luna 24-, la URSS lanzó un total de once sondas de la serie Ye-8-5 (Е-8-5 en ruso) para conseguir su objetivo. El programa Ye-8-5 fue, junto con los Lunojod (Ye-8), la respuesta soviética al Programa Apolo, aunque en realidad ambas familias de sondas se habían creado con la intención de facilitar las misiones tripuladas del proyecto N1-L3.
Las Ye-8-5 eran sondas pesadas construidas por NPO Lávochkin cuya masa rondaba los 5800 kg. Estaban divididas en dos secciones, una etapa de descenso y otra de ascenso. La etapa de descenso -etapa KT (корректирующе-тормозной модуль, «módulo corrector y de frenado»)- tenía cuatro metros de diámetro y disponía de un motor principal KTDU-417 (11D417) de 18,9 kN de empuje diseñado por la oficina de diseño de Isayev que se alimentaba de cuatro tanques de combustibles hipergólicos, dos de hidracina (UDMH) y dos de ácido nítrico. La etapa KT estaba dotada de dos cámaras panorámicas separadas 50 cm entre sí similares a las usadas por las sondas Ye-6 y los Lunojod. La etapa de ascenso (RYe-85) tenía una masa de 520 kg y una altura de dos metros. Contaba con una cápsula en su parte superior de 50 cm de diámetro y 39 kg para albergar las muestras del regolito lunar recogidas por un brazo-taladro (GZU) de 90 cm de longitud situado en la etapa KT y que había sido diseñado por Vladímir Barmin. Con el fin de alcanzar la velocidad de escape lunar de 2,7 km/s y poder así dirigirse a la Tierra, la etapa de ascenso estaba dotada de un motor KRD-61 de Isayev que generaba 18,8 kN de empuje durante 53 segundos. La cápsula era capaz de sobrevivir una reentrada directa en la atmósfera terrestre a 11 km/s con una deceleración de 315 g y estaba dotada de dos paracaídas (piloto y principal).
Además de las tres sondas que lograron traer muestras a la Tierra, otras tres Ye-8-5 alcanzaron nuestro satélite: Luna 15, Luna 18 y Luna 23. La Luna 15 (Ye-8-5 nº 401) se estrelló contra la superficie del Mare Crisium en julio de 1969 mientras Armstrong y Aldrin preparaban el Eagle para volver a la órbita lunar después de completar su histórica misión. La Luna 18 (Ye-8-5 nº 407) también se estampó contra el regolito lunar a las 07:58 UTC del 11 de septiembre de 1971 (en la región 3,57º N, 56,50º E) al caer desde una altura de cien metros. Por lo visto, el motor de la etapa de descenso se apagó antes de tiempo por culpa de un consumo de combustible mayor de lo previsto.
Pero la Luna 23 fue un caso aparte. La sonda, con una masa de 5795 kg, fue lanzada el 28 de octubre de 1974 desde Baikonur mediante un cohete Protón-K. Designada Ye-8-5M nº 410, fue la primera Ye-8-5 mejorada. La serie Ye-8-5M contaba con un nuevo mecanismo de recogida de muestras construido por Barmin. El brazo GZU fue sustituido por un ingenioso sistema de raíles montado en la etapa KT. El taladro era capaz de perforar el regolito hasta una profundidad de 2,5 metros y una vez recogidas las muestras, el taladro subía por los raíles hasta alcanzar la cápsula. Además, las Ye-8-5M no incorporaban ninguna cámara panorámica en la etapa KT para ahorrar peso.
La Luna 23 realizó una maniobra de ajuste de camino hacia la Luna y se insertó en una órbita lunar de 94 x 104 km el 2 de noviembre de 1974. Después de rebajar su perilunio hasta los 17 km de altura sobre la zona de aterrizaje, el 6 de noviembre comenzó la maniobra de descenso. Para alunizar, la sondas Ye-8-5 debían encender el motor de la etapa KT una vez más durante unos cinco o seis minutos, dependiendo de la misión. Este encendido estaba calculado para que la nave alcanzase una velocidad nula -tanto vertical y como horizontal- a unos 1800 km de altura sobre la superficie. A partir de entonces, la nave caía libremente hasta que el radar de descenso indicaba que se encontraba a 700 metros de altura. En ese momento se encendía otra vez el motor para frenar la caída. El motor principal se apagaba a 20 metros de altura y el descenso final se completaba mediante los motores vernier, evitando de este modo que el escape del motor principal pudiese dañar el vehículo al alcanzar la superficie. Para evitar que la nave pudiera rebotar en el momento del aterrizaje, los vernier se apagaban a unos 2-3 metros de altura de acuerdo con los datos del sensor de rayos gamma Kvant-2.
La extraña maniobra de descenso de las Ye-8-5, con su peligrosa caída libre de varios cientos de kilómetros, no era tan eficiente como el powered descent del LM del Apolo, pero se podía adaptar a casi cualquier tipo de relieve en una época que la URSS carecía de modelos detallados de la superficie lunar. La Luna 23 completó todas las etapas del descenso y alunizó en el Mare Crisium, pero por motivos que no están claros, la velocidad de aterrizaje fue mayor de la esperada, alcanzando los 11 m/s. Como resultado, el nuevo mecanismo de recogida de muestras resultó dañado y no se intentó hacer despegar la etapa superior. La Luna 23 siguió transmitiendo en su frecuencia de 922 MHz hasta que los sistemas de la nave dejaron de funcionar el 9 de noviembre. Por este motivo, la Luna 23 resulta especialmente interesante, ya que se trata de la única sonda Ye-8-5 que se encuentra casi intacta en la superficie lunar. El resto de sondas de la serie que están en la Luna, o bien resultaron destruidas (Luna 15 y Luna 18), o bien dejaron únicamente la etapa de descenso KT después de completar su misión. Pero, ¿por qué falló la Luna 23? Durante años, la causa del fallo ha sido un misterio, aunque en su momento se culpó al sistema de guiado del vehículo. No obstante, en las recientes imágenes del lugar de alunizaje captadas por la sonda de la NASA Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) resulta evidente que la sonda cayó de lado y se halla tumbada de costado sobre el regolito. Ahora está claro por qué las autoridades soviéticas decidieron no encender el motor de la etapa de ascenso para al menos probar el correcto funcionamiento de sus sistemas, aunque que sepamos, los ingenieros de Lávochkin desconocían que la nave había quedado tumbada sobre la superficie.
La carrera lunar había terminado, pero los soviéticos no querían finalizar su parte en el espectáculo con un fracaso. La siguiente Ye-8-5M (nº 412) fue lanzada el 16 de octubre de 1975 y tampoco logró su objetivo al estrellarse por culpa de un fallo de la cuarta etapa del Protón. Pero el que la sigue la consigue y el 9 agosto de 1976 despegó la última Ye-8-5 (nº 413). Esta vez todo fue bien y la sonda, bautizada como Luna 24, se posó el 18 de agosto muy cerca de su hermana Luna 23. El 19 de agosto la etapa de ascenso se encendió y 3,52 días más tarde la cápsula con 170 gramos de regolito lunar aterrizó en Siberia a 200 km de la ciudad de Surgut. Gracias a los radiofaros con los que iba equipada, el equipo de rescate no tuvo problemas en encontrarla. Tres gramos de regolito serían intercambiados con la NASA por una cantidad equivalente de muestras obtenidas por las misiones Apolo.
Hasta hace muy poco nadie sabía a qué distancia de la Luna 23 había aterrizado la Luna 24, pero la sonda LRO ha permitido calcular la separación exacta entre ambas sondas: 2,3 kilómetros. Es decir, los futuros turistas que se paseen por el Mare Crisium podrán disfrutar de los restos intactos de la Luna 23 y, por el mismo precio, ver la etapa KT del Luna 24 a poca distancia. Si el guía se lo permite, quizá puedan buscar los restos de la Luna 15 desperdigados por la superficie un poco más al norte y llevarse algún pedazo. Un tour bien completo, sí señor.
Los programas Ye-8 y Ye-8-5 desaparecieron en los años 70, pero curiosamente parte de su herencia sigue viva. La etapa de descenso KT sería usada por NPO Lávochkin como base para desarrollar la etapa de crucero de la familia de sondas UMVL, de las que sólo se lanzarían las malogradas Fobos 1 y Fobos 2. A partir de esta etapa, NPO Lávochkin construyó la famosa etapa superior Fregat, empleada en los lanzamientos comerciales de los cohetes Soyuz. Así que ya sabes, cuando veas un lanzador Soyuz despegando desde la Guayana Francesa o desde Rusia piensa que un pedazo del desaparecido programa lunar soviético viaja dentro de él.
Gracias!!!
Es un placer poder leer una tarde de Domingo algo tan interesente como esto.
Gracias por tu labor desinteresada.
Que interesante!!… aunque creo que esos turistas del futuro deberán tener cuidado al acercarse a Luna 23, despúes de todo su etapa de ascenso aún debe de estar cargada de combustible…
No te preocupes por eso, primero no creo que nadie vaya por allí antes de 10 años y segundo porque el ambiente térmico lunar debe haber causado fisuras y el combustible se habrá evaporado.Si al aterrizar y volcarse se hubiese vertido el tetróxido/acido nitrico con la UDMH habrian explotado creando el minicrater «Luna-23».
Hay que reconocer que el 1969 fué nefasto para la URSS.
Astronautix pone esto el dia 8 de Mayo..»Mishin, Keldysh, Pashkov, Smirnov, and Serbin meet. Some of them are still expecting a big failure in the Apollo programme that will set the Americans back and still make it possible for Russia to be first on the moon. These are black days in the Soviet programme – it is clear to Kamanin that the Americans will successfully land on the moon in July, and the Russians are 2 to 3 years behind.»
El dia 10 de junio tenian estos planes «VPK Military-Industrial Commission issues a decree on the schedule for the rest of 1969. There are to be five launches of Ye-8-5 lunar soil return robots, on 14 June, 13 and 28 July, 25 August, and 25 September. There are to be two launches of Ye-8 Lunokhod robot rovers on 22 October and 21 November. Further manned L1 flights are cancelled. «
El 21 de Febrero habia explotado un N-1 y el 3 de Julio otro
que arrasó la rampa de lanzamiento (explosión equivalente a 3 kilotones dada su masa ).
Si se hubiesen atrevido a llevar 2 cosmonautas en el ZOND-7 hubiesen tenido una alegria ; su vuelo fué perfecto pero los incidentes con Zond previos lo desaconsejaron.
Mal año, efectivamente
Los soviéticos tenian fabricadas algunas sondas mas del tipo
Ye-8M; recuerdo una foto en el AW&ST del montaje de naves VENERA en 1976 o 1977 en las que el texto decia » tecnicos sovieticos canibalizan un Luna para obtener partes para montaje… «.. no decia que podria ser (seguramente equipos electrónicos ) ya que poco tenian en común gran cosa. En la foto se veia la etapa de ascenso del Luna (que nunca se lanzó ). Posiblemente fuera un error de Novosti o Tass ceder esa foto, ya antes se habian colado mostrando fotos de Kubasov y Eleiseiev entrenado en el simulador de la nave lunar como si fuese una SOYUZ de la época.
Me sigue pareciendo increible lo que se podia lograr en los 60-70 a pesar de todas las dificultades tecnologicas de la epoca.
Creo que es un error creer que había poca tecnologia en los 60-70: el shuttle es un diseño de los setenta, la Red DSN ya funcionaba en los sesenta y se podia hacer navegar a una nave a 200 millones de Km. con error de unos Km.En otros campos de la Ciencia sucedia igual; si ve Vd. la película «La amenaza de Andrómeda «(1971) comprobará que los laboratorios de alta seguridad biológicos poco tenian que envidiar a los actuales.
El telescopio de Monte Palomar es de los años 30!! y no ha tenido nada igual en 40 años.
Qué buenas las imágenes del LRO, nos están permitiendo ver las misiones soviéticas intactas, ahí posadas en la Luna.
También son interesantes los cráteres de «impacto» producidos por los objetos lanzados hacia la Luna y estrellados contra ella ; los S-IVB daban buenos zambombazos en el suelo.
Dani estás infernal!.
😉
muy buena entrada. sabia que habían fracasado varias pero no podía precisar su numero. no lo recordaba. fué una tasa de fallos muy muy alta pero lograron su objetivo.
Los «diarios de Kamanin» se consideran hoy una fuente importante de desclasificación de la cosmonautica; tras el fracaso del lanzamiento de un LUNA Ye-8-5 el 14 de Junio de 1969 el general describe que han tenido 7 fallos de 13 intentos con el cohete Proton, con 6 fallos consecutivos:2 en motores de la 1ªfase (Glushko), 3 en la 2ª y 3ª construidas por Konopatov y 2 en el Block-D de Mishin lo que indica falta de control y mala cualificación en las factorias (sic.)
Fallos en lanzadores con tanta frecuencia solo se recuerdan con el primer cohete europeo EUROPA con una mezcla de fases y tecnologia que era un caos.
Saludos
La luna 24 estuvo a uno metro de aterrizar en el crater, y fallar como las otras, tuvieron suerte.
Hummm y sería tan difícil poner de pie la sonda con un rover? el problema sería reconectar la sonda pero… hummm igual valdría la pena replanteárselo
Olvídese Vd. , esa sonda ya es chatarra.
Interesante artículo, El debate está abierto.