Hoy cumple 25 años el proyecto espacial internacional más ambicioso, costoso, complejo y longevo. Obviamente, hablamos de la Estación Espacial Internacional —ISS por sus siglas en inglés—, cuyo primer módulo fue lanzado un 20 de noviembre de 1998. El módulo era el 77KM, más conocido como FGB (Funktsionalno-Gruzovoi Blok/Функционально Грузовой Блок, ‘bloque funcional y de carga’) o Zaryá (‘aurora’ o ‘amanecer’ en ruso). El módulo FGB. Zaryá, construido por KB Salyut, dependiente del conglomerado Khrúnichev, se acopló con el módulo estadounidense Unity en diciembre de 1998 durante la misión STS-88 Endeavour, comenzando así la construcción de la estación. Posteriormente, el 26 de julio de 2000, se unió el módulo DOS 7K nº 8, más conocido como Zvezdá (‘estrella’), construido por la empresa rusa RKK Energía. El lanzamiento del Zvezdá tuvo lugar mediante un Protón-K que llevaba el logo de la popular franquicia de comida rápida Pizza Hut en un lateral como parte de un intento de recaudar fondos para el necesitado programa espacial ruso (lógicamente, las relaciones públicas de la NASA se esforzaron por evitar que se viese este lado del cohete en sus notas de prensa y vídeos).
La particularidad de que Zaryá fuese propiedad de la NASA suavizaba el hecho de que el primer módulo de la ISS fuese ruso y también se reducía la urgencia de desarrollar un módulo estadounidense sustituto del Zvezdá para garantizar el control propulsivo de la estación (el ICM, Interim Control Module), una opción introducida ante los retrasos del Zvezdá. Este punto es importante, pues no olvidemos que solo el segmento ruso de la ISS dispone de motores, imprescindibles para orientar la estación cuando los volantes de inercia no son la opción más adecuada o, más importante, para elevar la órbita regularmente y contrarrestar así el constante frenado atmosférico. No obstante, aunque se cumplen 25 años del inicio de la construcción de la ISS, no olvidemos que la primera tripulación permanente no vivió en el complejo hasta dos años más tarde. La Expedición 1, formada por William Shepard, Yuri Gidzenko y Serguéi Krikaliov, partió hacia la ISS el 2 de noviembre de 2000 a bordo de la Soyuz TM-31. Por entonces la humanidad tenía otra estación espacial operativa, pues la Mir no sería desorbitada —en parte por la falta de presupuesto y en parte por las fuertes presiones de la NASA— hasta marzo de 2001.
En realidad, la ISS nació oficialmente a finales de 1993, cuando Rusia fue invitada formalmente por la NASA a formar parte del proyecto de estación espacial como socio principal. De esta forma se fusionaban de facto los proyectos de estaciones espaciales Freedom y Mir 2. La unión era ventajosa para todos. Aunque la Mir todavía estaba operativa, Rusia podía sacar adelante una nueva estación espacial pese a las enormes dificultades económicas que el país estaba experimentando. Por su parte, los Estados Unidos se aprovecharían de la participación rusa para reducir el coste de un proyecto que ya había estado a punto de ser cancelado por el Congreso en varias ocasiones y, así, el programa quedaba blindado desde el punto de vista político (una cosa era dejar tirados a los ‘socios’ menores de la estación, es decir, Europa, Japón y Canadá, que no tenían ningún poder de decisión frente a Washington, y otra muy distinta cancelar un proyecto con una Rusia que en esos momentos mantenía la única estación espacial permanente de la humanidad y con la que EE.UU. quería mantener buenas relaciones para aprovechar al máximo la experiencia de la industria aeroespacial soviética). El acuerdo de finales de 1993 fue la culminación de dos años de contactos entre las potencias espaciales que habían comenzado ya en 1991, incluso antes de la caída de la Unión Soviética. Ese año, George Bush padre y Mijaíl Gorbachov acordaron mandar un astronauta de la NASA en una nave Soyuz TM y un cosmonauta en una misión del transbordador espacial.
Al año siguiente, con la URSS ya en un cajón de la historia y con Yeltsin como interlocutor en Rusia, se decidió ir un paso más allá para formalizar misiones conjuntas. El 5 de octubre de 1992 el administrador de la NASA Daniel Goldin y el jefe de la agencia espacial rusa RSA, Yuri Koptev, firmaron en Moscú un acuerdo por el que un cosmonauta ruso viajaría en el transbordador espacial estadounidense y un shuttle se acoplaría con la Mir en 1995, concretando un acuerdo previo entre Bush y Yeltsin en junio de ese año. En noviembre de 1993 este plan se amplió para incluir hasta diez misiones del transbordador a la Mir dentro del marco de la denominada ‘Fase 1’, que debía dejar paso a la ‘Fase 2’ o construcción de una estación espacial propiamente dicha.
Pero el acuerdo de finales de 1993 no fue nada sencillo y la historia podía haber tomado un rumbo diferente. El ambicioso proyecto de estación espacial Freedom, impulsado por el presidente Reagan en 1984, había sido cancelado a todos los efectos en mayo de 1991 tras gastar 11 mil millones de dólares de la época y sin lanzar ni un tornillo al espacio. Desde ese año, la NASA luchaba por sacar adelante una versión reducida de la estación, ahora sin nombre oficial. La participación rusa prometía ser la salvación del programa. El 16 de marzo de 1993 Yuri Koptev y el responsable de la empresa RKK Energía, Yuri Semionov, enviaron una carta a Dan Goldin ofreciendo una mayor participación de Rusia en el proyecto, una participación que prometía ahorrar millones de dólares. El presidente Bill Clinton y su vicepresidente Al Gore eran partidarios de esta mayor cooperación como parte de un esfuerzo más amplio para ayudar a Yeltsin, como dejaron patente en una cumbre celebrada en abril de 1993. La estación conjunta incorporaría, además del módulo DOS-8 de la Mir 2, un módulo de acoplamiento universal (UDM) y un módulo de acoplamiento con una esclusa (DC) y un módulo de servicio (SM), todos ellos construidos por RKK Energía.
Pero otros elementos de la administración Clinton veían con recelo darle a los rusos la condición de socios en pie de igualdad con Estados Unidos, sobre todo teniendo en cuenta que justo en 1993 la posición política de Yeltsin no era muy sólida (ese mismo año protagonizaría un encarnizado autogolpe con tanques y tropas desplegados por las calles de Moscú). El 18 de febrero de 1993 la administración Clinton había forzado a la NASA la presentación tres opciones de estación espacial herederas de la Freedom, pero más modestas y baratas y sin una participación rusa importante. La Casa Blanca quería ver si, efectivamente, había alguna forma de sacar adelante el proyecto sin Rusia como socio principal. El 9 de marzo Dan Goldin creó un comité para estudiar tres opciones se conocerían simplemente como A, B y C. El objetivo era que ninguna superase los 9 mil millones de dólares. La Opción A era la favorita y consistía en una especie de estación Freedom reducida con menos módulos y menos cara y compleja. La Opción B era básicamente la Freedom de 1991, pero ligeramente simplificada, mientras que la Opción C era la más barata y diferente, consistente en un gran módulo independiente puesto en órbita mediante un único lanzamiento del Shuttle-C, una versión de carga del transbordador que la NASA llevaba años queriendo desarrollar. La Opción A había sido liderada por el centro Marshall de la NASA, mientras que la B por el centro Langley y la C por el centro Johnson. Los informes defendiendo cada opción se presentaron en junio de 1993. Informalmente, las tres opciones serían apodadas como Austere, Baseline y [the] Can.
Todas las opciones incluían la participación rusa en forma de dos naves Soyuz permanentemente acopladas que servirían como vehículos de emergencia en caso de problemas. Después del accidente del Challenger, la NASA había gastado millones de dólares en el desarrollo de una cápsula de emergencia denominada ACRV (Assured Crew Return Vehicle) que sería cancelada por su elevado coste. De hecho, el nombre oficial de las Soyuz en esta fase seguía siendo ACRV (la empresa rusa RKK Energía propuso un ACRV basado en una versión agrandada de la cápsula reutilizable Zaryá, pero esta propuesta no salió adelante). La Opción B, la más cara, requería hasta diez lanzamientos adicionales del shuttle con respecto a la Opción A, pero las dos versiones demandaban que la estación estuviese terminada para que hubiera una tripulación permanente. Mientras, los periodos tripulados solo podrían tener lugar con un shuttle acoplado y no excederían los veinte días debido a las limitaciones del transbordador. La Opción C era la más barata y consistía en un gran módulo de 28 metros de largo y 7 metros de diámetro de 3200 millones de dólares al que se acoplarían los módulos europeos y japoneses. Sin embargo, esta opción nunca tuvo una posibilidad real porque debía lanzarse mediante el primer y único vuelo de un Shuttle-C que emplearía elementos canibalizados del Columbia para ahorrar tiempo y dinero en su desarrollo.
La Opción A, la favorita, se denominó también Opción Alfa (Option Alpha). Se presentó a su vez en dos variantes, la A-1 y la A-2 para permitir más flexibilidad en las operaciones. Ambas variantes requerían 16 vuelos del transbordador para finalizar la construcción y disponían de tres pares de paneles solares desplegables capaces de generar hasta 60 kilovatios en total, como la última versión de la Freedom (la llamada ‘versión Fred’). La Opción A-2 no incluía el módulo Bus-1 unido al primer conjunto de paneles solares, un módulo con motores para elevar la órbita y sistemas de guiado, navegación y control y que había sido desarrollado por Lockheed Martin para un programa militar clasificado (probablemente para los satélites espía KH-11). Habría cinco módulos principales: dos estadounidenses, una esclusa, también estadounidense, el módulo europeo Columbus y el Kibo japonés (a su vez dividido en tres elementos y por entonces denominado solo como JEM). Los dos módulos principales estadounidenses, de 14 toneladas cada uno, serían una fusión de los módulos cilíndricos y los nodos de la Freedom, con una parte para experimentos o instalaciones de la tripulación y otra sección nodo con cuatro puertos de atraque (además de los dos puertos de cada extremo). Uno de los módulos de la NASA serviría principalmente como laboratorio y el otro como hábitat. La Opción A-1 tenía unas dimensiones de 75 metros de longitud y 76 metros de envergadura, mientras que la A-2 tendría 86 metros de longitud y 76 metros de envergadura (la Freedom hubiese tenido 108 metros de longitud y 76 metros de envergadura). La Opción A-1 tendría una masa total de 185 toneladas, mientras que la A-2 llegaría a las 196 toneladas (la Freedom habría alcanzado las 250 toneladas).
Las dos opciones tenían como directiva abaratar el coste del proyecto a la mitad comparado con la Freedom y que la estación estuviese operativa alrededor de 1998. La estación, como la Freedom, debería estar situada en una inclinación orbital de 28,8º para maximizar la capacidad de carga del shuttle, pero se consideró colocarla en una órbita de 51,6º para que pudiera ser accesible a naves lanzadas desde Baikonur. De esta forma las Soyuz podrían viajar a la estación directamente sin necesidad de ser embarcadas en un transbordador. Con esta inclinación se abría la posibilidad de que Rusia participase en el proyecto no solo con Soyuz, sino con cargueros Progress y módulos de mayor tamaño, por lo que se trataba de la variante favorita de Goldin y la Casa Blanca. El problema de esta mayor inclinación orbital es que el transbordador veía reducida su capacidad de carga en casi seis toneladas y, además, la dosis de radiación recibida por la tripulación podía aumentar entre seis y diez veces (debido sobre todo a la anomalía del Atlántico sur).
El 17 de junio un panel de expertos dirigido por Charles Vest, presidente del MIT, recomendó directamente a la Casa Blanca la Opción Alfa, aunque dejaba la puerta abierta a una mayor colaboración con Rusia. Sin embargo, la nueva estación Alfa también tenía sus inconvenientes. A pesar de ser más barata, había que rediseñar los módulos y otros elementos heredados de la Freedom, lo que implicaba volver a analizar la viabilidad de estos diseños con respecto a múltiples factores (micrometeoros, condiciones de temperatura, iluminación, microgravedad, etc., especialmente si al final se elegía una órbita de 51,6º), análisis que sin duda se traducirían en más retrasos. Y es que era muy complicado que la Opción Alfa se ajustase a los 9 mil millones exigidos por la administración Clinton. Por eso la Casa Blanca se saltó las recomendaciones de la NASA y eligió la Opción Alfa, pero permitiendo elementos de la Opción B, como era el uso de módulos derivados de la Freedom. Pese a todo, la participación rusa era demasiado tentadora, especialmente si tenemos en cuenta que la alternativa de no invitar a Rusia era la cancelación del proyecto, esta vez para siempre. Entre junio y septiembre Goldin ordenó a la NASA presentar un plan con Rusia como socio de pleno derecho. El 7 de septiembre de 1993 Goldin envió a la Casa Blanca un plan que metía a Rusia de lleno en la estación de acuerdo con los deseos de la Casa Blanca. La alternativa más sencilla era que Rusia contribuyese con el módulo FGB, además de las Soyuz, un plan propuesto por la agencia espacial rusa y RKK Energía. De esta forma la NASA se quitaba de encima el problema de cómo orientar y elevar la órbita de la estación sin el shuttle acoplado. Añadir el módulo FGB implicaba que Rusia también participaría con naves de carga Progress para llevar propelentes y víveres, además de confirmar que la estación estaría en una órbita de 51,6º. El primer lanzamiento, el FGB ruso, se esperaba para mayo de 1997.
El ahorro que vino de la mano de la incorporación de Rusia permitió que la NASA volviese a usar los dos tipos de módulos diseñados para la Freedom, o sea, los nodos y el laboratorio Destiny. Además, los paneles solares podrían volver a disponer de los grados de libertad en las articulaciones para seguir al Sol sin necesidad de orientar toda la estación, una restricción de la Opción A introducida para ahorrar costes. Sin estas juntas, la estación tendría que cambiar de orientación 90º cada dos o tres meses para mantener los niveles óptimos de iluminación. También se introdujo un cuarto par de paneles solares para alimentar al segmento ruso de la estación. En cuanto al nombre, esta estación con participación rusa se denominó imformalmente Alfa (Alpha, un término que, como vimos, ya se usó para referirse a la Opción A) con el fin de diferenciarla de la malograda Freedom. Se trataba de un nombre aséptico, internacional y eufónico que parecía ser del agrado de todos… de todos menos de los rusos, que se negaban frontalmente a que la estación recibiese un nombre que implicaba que se trataba de un comienzo o la primera de una serie cuando ellos tenían en esos momentos la Mir en órbita y ya estaba habitada permanentemente. En este punto no hubo posibilidad de acuerdo y el mayor proyecto espacial internacional de la historia sería conocido simplemente como ISS (International Space Station) o MKS (Международная Космическая Станция) por sus siglas en ruso. Y hasta la fecha.
En agosto de 1993 la parte rusa había presentado una propuesta de estación espacial conjunta en la que Rusia aportaría en una primera fase módulos de la Mir 2: el módulo DOS-8, tres módulos de acoplamiento universal UDM, un módulo de acoplamiento, un módulo de servicio y una torre con dos generadores de electricidad mediante turbinas solares de 10 kilovatios cada uno. El primer módulo de la estación sería el DOS-8. Esta propuesta no pudo incorporarse al informe de Goldin a la Casa Blanca en septiembre, pero se añadiría posteriormente. En octubre de 1993 se eliminarían los generadores de turbinas rusos para ser sustituidos por paneles tradicionales (primero cuatro, luego seis). También se eliminaron los dos módulos UDM de RKK Energía en favor de un FGB de Khrúnichev por presiones de la NASA, que quería que el primer elemento de la estación no fuese un módulo totalmente ruso (el FGB estaría pagado por la NASA). Durante unas semanas se contempló la idea de mandar más de un FGB, pero se abandonó esta opción cuando se confirmó la integración del proyecto con el de la antigua Mir 2. La decisión disgustó a RKK Energía, que quería desprenderse de los módulos de Khrúnichev, que en su opinón habían resultado ser demasiado caros y complejos para las operaciones de la Mir, pero el gobierno ruso no vio mal la jugada de la NASA (si los americanos querían gastarse más dinero para construir un módulo en Rusia, adelante, aunque fuese un módulo relativamente superfluo).
En septiembre de 1993 Goldin envió a la Casa Blanca su plan de estación Alfa con participación rusa, que sería aprobado el 1 de noviembre mediante una ceremonia en la que participó el propio Goldin y Yuri Koptev. El acuerdo sería ratificado a más alto nivel en diciembre durante una cumbre entre Al Gore y Víktor Chernomyrdin. La administración Clinton quería apoyar así al gobierno de Yeltsin, figura política por la que había apostado para liderar la transición postsoviética en el país. Por la parte estadounidense, la estación incorporaría dos nodos (luego conocidos como Unity y Harmony), un laboratorio (Destiny), un módulo hábitat, una centrífuga —estos dos últimos posteriormente cancelados— y los módulos europeo (Columbus) y japonés (Kibo). Además, como parte del trato, EE.UU. permitiría a Rusia lanzar satélites estadounidenses mediante lanzadores rusos en misiones comerciales. Finalmente, el segmento ruso tendría los módulos Zaryá (FGB), Zvezdá (SM, el DOS-8), el nodo para acoplamientos (DC), un módulo UDM, un módulo de soporte vital (LSM), tres módulos de investigación (RM) y la torre para generar energía eléctrica con paneles (SPP/NEP). La mayoría de estos módulos rusos no verían la luz. El módulo de acoplamiento estaría inicialmente unido al FGB antes de que este se acoplase con el primer nodo, aunque al final se eliminó esta variante. En un principio se debían usar puertos de acoplamiento andróginos de diseño ruso APAS-89 en toda la estación, pues eran los que ya se habían usado en las misiones del transbordador a la Mir (la NASA se ahorró así una importante cantidad de dinero al no tener que desarrollar el sistema de acoplamiento andrógino de la Freedom). Paradójicamente, al final el APAS-89 solo se usaría en el segmento estadounidense (USOS), mientras que el segmento ruso emplearía el tradicional sistema sonda-cono, más ligero (además de un sistema híbrido para los módulos más grandes).
En 1995 la parte rusa flirteó brevemente con la opción de fusionar la Mir con la ISS ante los problemas presupuestarios del programa espacial ruso, pero el gobierno de EE.UU. se opuso firmemente a esta posibilidad. Eso sí, fue una ‘fusión fría’, en el sentido de que los dos segmentos terminaron por ser básicamente independientes. Finalmente, la ISS sería más grande que la Freedom o la Mir 2. Con una masa permanente de 450 toneladas y unas dimensiones de 109 x 94 x 73 metros, la ISS es el mayor objeto que ha orbitado la Tierra. En estos 25 años se han lanzado 275 misiones rumbo a la ISS y se han efectuado 337 acoplamientos de vehículos tripulados y no tripulados. La estación ha llevado a cabo 349 maniobras orbitales y 273 personas de 21 países han pasado por la estación, con la notable excepción de China, que fue vetada por Estados Unidos y, como consecuencia, se ha construido su propia estación espacial permanente (el tercer país que logra hacer algo así). 154 astronautas a bordo de la ISS han realizado nada más y nada menos que 269 paseos espaciales. Hasta la fecha, el récord de permanencia en una única misión a bordo de la ISS se logró este año y es de 370 días y 21 horas. En teoría, la ISS continuará hasta 2028, momento en el cual Rusia ha declarado que podría abandonar su participación, aunque no está nada claro que lo vaya a hacer. Del mismo modo, la NASA quiere reducir drásticamente la financiación del proyecto y planea privatizarlo por etapas. Lo que está claro es que es difícil que la ISS sobreviva otros 25 años.
La Estación espacial Internacional nació hace 25 años con el modulo Zarya,
el transbordador espacial STS llego mucho después,
pero el hardware de la ISS esta obsoleto,
y aunque la relación actual de occidente con Rusia es muy complicada,
pero se necesitan mutuamente para mantener un programa espacial tripulado,
así mismo la capacidad estratégica de tener naves espaciales (¿la Starliner llegara tarde?),
..y aunque mantener una estación espacial es de lo mas costoso, así como hacer nuevas,
así que habrá ISS para rato (al menos hasta 2030);
porqué por otro lado las instalaciones privadas tardaran en llegar,
y la financiación gubernamental a las estaciones comerciales disminuirá por los recortes.
Mientras tanto.. espero ver pronto hecha realidad la Estación Lunar Gateway.
Y porqué está obsoleto si pueden vivir y trabajar personas en relativa comodidad para realizar experimentos en ingravidez? Su principal función.
FdT: Nada puso en orbita al Malygno-1
Pues eso que el maligno no asusta ni a la abuela
Con los primeros viajes a la Luna nuestras expectativas sobre los vuelos espaciales tripulados crecieron muchísimo. Soñábamos con estaciones espaciales con gravedad artificial y con bases en la Luna antes de acabar el siglo XX. Pero la inversión no creció al mismo ritmo, así que se hizo lo poco que se podía, a un ritmo decepcionamte. Algo de lo mejor fue que, como ninguna de las dos grandes potencias podía mantener una estación espacial, eso les obligó a cooperar.
Pienso que si no se apuesta fuerte por la fabricación en el espacio, y se sigue enviando todo hecho desde tierra, muchos no vamos a ver las estaciones y bases con las que soñábamos entonces.
Aunque siempre queda la opción del capitalismo salvaje: Acaparar en un par de años toda la riqueza de la Tierra para lanzar en un megacohete una estación espacial de miles de toneladas, a costa de abrasar un continente.🤯😵💫
En el espacio no se fabricará nada para usarlo allí.
La prueba es que tras 50 años de estaciones rusas( soviéticas/rusas/ internacionales) estos no recuperan nada hecho allí ( bajarán cuatro gramos en la Soyuz, los Progress nunca fueron recuperados salvo unas cápsulas experimentales); ídem para los chinos.
USA recupera las Dragón con algunas cosas , pero poca cosa….y a mi entender no hay proyectos para tal menester.
Me refería a fabricar las naves en el espacio, no a producir para la Tierra.
Se trataría de que el volumen de las naves no dependa del tamaño de los cohetes y de que las estructuras puedan ser livianas por no tener que soportar las fuerzas del lanzamiento.
«En el espacio no se fabricará nada para usarlo allí», varda space industries se reiria de tu comentario.
Lo he buscado y parece una buena solución para pruebas de fabricar en el espacio sin depender de tripulación, y comprobar luego los productos en laboratorios de tierra.
A ver si progresa y se hace a lo grande!
https://www.varda.com/
Fisivi,la página que indicas demuestra que solo es una empresilla.
Lo de cristales de sustancias en microgravedad ya no hace falta.
Lo de cápsulas con reentrada hipersonica que dicen es lo que les pasa a todas las que vuelven de órbita.
Lo único que tienen es cápsulas pequeñas que ofrecen para si alguien quiere hacer alguna chapuza en microgravedad.
Saludos.
Roger: que sea una «empresilla» no es un argumento en contra. Por algo se empieza.
FarFarOut, no sabes lo que dices.
La empresa que citas solo ha lanzado una carga de 300 kg ( incluidos cápsula de regreso, combustible y otros sistemas) en una misión Rideshare.
Dicen que para la fabricación de productos de uso médico en microgravedad.
En primer lugar no la dejan regresar a USA, estaban negociando recuperarla en Australia.
En segundo lugar la fabricación de algo para medicina o biomedicina en órbita no parece muy coherente , eso ya sr abandonó hace tiempo.
La fabricación de materiales en órbita es muy cara , no creo que hoy en día presente ventajas en ningún campo industrial y no se ha realizado.
Dime algo fabricado en órbita ( hay estaciones espaciales desde hace 50 años ) que se use habitualmente, aunque sea solo de manera muy reducida.
+1
Creo que hay 2 hitos en la exploración espacial : cohetes reutilizables y manufactura espacial.
El primero se está desarrollando a buen ritmo, y su esencia se está copiando desde EEUU a China o Europa.
Del segundo, nadie sabe nada ni nadie hace algo que vaya en ese sentido.
varda space: estoy pintado o que!!!
Poco, si, pero decir nada y nadie es exagerar, Policarpo.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Fabricaci%C3%B3n_espacial
«Fabricación espacial
…
Durante la misión Soyuz 6 de 1969, los cosmonautas rusos realizaron los primeros experimentos de soldadura en el espacio.
…
La misión Skylab, lanzada en mayo de 1973, sirvió de laboratorio para realizar diversos experimentos de fabricación espacial
…
»
y sigue.
Y si mandasen algo como esto a la Luna, en un mes hace un hábitat😉:
https://www.europapress.es/ciencia/laboratorio/noticia-robot-excavadora-disena-busca-piedras-levantar-muro-20231123135538.html
«Un robot excavadora diseña un muro y escoge piedras para levantar»
Una de las cosas que me gusta de la ISS es que hay menos negacionistas que en otros ámbitos. Como podemos ver pasar la ISS si tenemos suerte, no necesitamos explicaciones de por qué no existe.
Debería haber un manual fiable de cómo empezar una civilización desde 0, si desapareciera todo : máquinas, ordenadores, móviles, recursos naturales transformados, transportes y sólo quedaran unos pocos animales domésticos y de granja.
Carl Sagan sitúa a nuestra civilización en un 0.73, o sea ya casi llegamos a la civilización tipo I.
El tema es que ese «casi» que mencionas… puede tardar unos cuantos siglos aún (una Civilización Tipo I aprovecha TODA la energía que llega de su estrella hasta su planeta… y para eso falta cacho largo)…
… y eso si no nos vamos antes al carajo por imbéciles, claro…
“tranquilo que la IA nos va a salvar de la extinción”
… si no se extingue antes.
Perdona el retruécano, Jx, pero justo acababa de releer «Algunas palabras con una momia», de E.A.Poe, claro, y me causó alguna impresión tanta confianza en el progreso.
Hay que tener presente que Poe no llegó a ver la Guerra de Secesión en EEUU, ni la Franco-prusiana, ni las dos, Mundiales, del «pacífico» siglo XX.
Pues dicen que ya razona…
A saber que decisiones toma.
Yo confío en que la inteligencia, natural o artificial, siempre es conveniente.
https://www.publico.es/ciencias/caso-sam-altman-ia-capaz-razonar-detona-batalla-empresarios-cientificos-afrontar-riesgos-ganando-dinero.html#md=modulo-portada-bloque:2col-t4;mm=mobile-big
Noel, seguimos siendo los mismo imbéciles, pero ya no hay tantas nukes para calcinar la superficie del planeta como con la Guerra Fría.
Aún con la salida de Rusia del tratado de armas… Y la expansión en el número de cabezas nucleares que fabricará china (tiene menos de 300) pues hace faltan unas buenas 50mil para achicharrar el globo y por ahora no las hay y estamos lejos.
Demás está decir que como especie sobreviremos pero será otro mundo.
¿ Es realmente una civilización 0.73?
Dice Sira Rego , reciente ministra del gobierno español:
» El paro lo crean quienes despiden.Los que despiden son los empresarios. Acabando con los empresarios acabamos con el paro.»
Semejante silogismo nos lleva a una civilización 0.1 sin duda.
Esteeee… nop:
https://maldita.es/malditobulo/20231123/sira-rego-empresarios-desempleo/
La fundadora de esta página web era periodista de la sexta ( conocida como secta por muchos).
Malditobulo de maldita.es.
La verdad no está en manos de esa gente.
Esa gente borra sus mensajes cuando llega a algún puesto, el ejemplo más evidente es Pablo Iglesias jr; tenían sus redes llenas de barbaridades cuando no eran nadie.
Es bastante NAIF creer que una página está para establecer verdades.
¿Cuál es la «fuente de las verdades» que nos recomiendas?
Merkw…..
Esas páginas
no existen.
Oyendo a esas personas puedes pensar si son o no verdad estos comentarios.
Hace poco su jefa de partido dijo que como este mundo se va a la mierda los ricos huyen del planeta en cohetes o bien se van al metaverso.
Claro que pueden haber imitado su voz » doblandola» y en realidad hablaba de otras cosas.
Tu mismo verás.
Es solo UNO de los resultados de Google que DESMIENTEN el bulo. Sólo hay un resultado que lo afirma, y es, precisamente, quien lo ha extendido.
Me da igual quién fuese o quien dirija Maldita.es y demás. La cuestión es que, las veces que he buscado al respecto de cualquier afirmación chocante y se ha demostrado falsa… Maldita.es TAMBIÉN lo tachaba de falso (a veces, antes que los demás).
¿Que la cagarán otras veces? Pues claro. Pero en las que YO he consultado Y CONTRASTADO… tenían razón.
@Ernesto, qué pena que no nos quieras compartir las fuentes de donde tomas esas verdades –como la que citas más arriba.
O al menos, es que me parece que no has respondido a mi pregunta. Pero no lo tomes en cuenta. Quizá sigo bajo el influjo escéptico de «Algunas palabras con una momia».
Saludos
Merw….
A la Sra. Yolanda Diaz , jefa de la otra, la he oido en varios telediarios lo de los cohetes y el metaverso de los ricos y al antiguo jefe, Iglesias jr. tambien lo he visto en videos en diversas cadenas y youtube soltando disparates.
Los otros comentarios circulan… eso te digo y no me extraña que sean verdad. El nivel 0.1 para la civilizacion nos lo ganamos a punto todos los dias , solo hay que ver la tele y leer la prensa.
Elon que te ha calado…
https://www.youtube.com/watch?v=dCOTuoYMhe0
FJVA: ¿Es real ese video? Pregunto porque no conozco las caras de las figuras políticas españolas. Entonces no sé si es Yolanda Díaz o si es una imitadora
@FJVA, muy interesante el link que enlazas. Tomo nota: «OkTV»; y también apunto otro oráculo que aparecía en los enlaces debajo de ése, «LibertadDigital», que replicaba el mismo fragmento (¿y acaso hará referencia a la Libertad de Expresión?). Esto, suponiendo que hayas respondido a mi pregunta de más arriba, sobre la «fuente de las verdades».
Aunque, en realidad, los dichos acá son otros, y de otra figura política, no de la que inició lo que @Noel calificó de «bulo». Igual, debajo del Yt hay toda una lista de denuestos –bastante familiar- pero también un comentario que vale la pena:
«No se trata de una ocurrencia de Yolanda Díaz, como han aventurado algunos medios. Se refiere a las reflexiones de Douglas Rushkoff (Nueva York, 62 años), un pensador y periodista que ha dado recientemente entrevistas en España con motivo de la edición en castellano de su último libro, ‘La supervivencia de los más ricos'»
El caso es que me he puesto a buscar data sobre ese libro y –tienes razón FJVA- parece que «lo han descubierto» a Mr.Musk, en él. Aunque también lo pintan al de «la competencia», Mr.Bezos, y otros magnates, en una tonalidad que puede no agradar a sus seguidores (y menos, a sus publicistas).
Pero, antes de descalificar a quien dice que los súper-ricos quieren irse de la Tierra antes del colapso… ¿no hemos leído mil veces en este blog (cierto, más, hace unos años) que Mr.Musk iba a fundar colonias marcianas transportando colonos, de a ciento, en su BFR, luego SS? ¿No había fecha para 2050 de tener una colonia de un millón de humanos en Marte? ¿No leímos todavía en una entrada reciente foristas defendiendo que «el objetivo marciano» seguía siendo el núcleo de la StarShip?
Dejo un par de reseñas sobre ‘La supervivencia de los más ricos’:
elmundo.es/papel/historias/2023/09/17/650423c9e4d4d8f52e8b4579.html
newtral.es/douglas-rushkoff-multimillonarios-apocalipsis/20230926/
Carlos Matemático: Si es real, Merkwurdigliebe mas abajo lo pone un poco mas en contexto.
Elon habla de crear las colonias en Marte pero creo que nunca a dicho que se quiera ir él.
De todas formas las declaraciones me parecen una soberana gilipollez, ni el mundo se va a ir a la m…. y además, ¿adonde c…..s se van a ir los super ricos con lo bien que viven aquí?.
@fisivi, y de un modo más general a quien interese el modo en que piensan el futuro los magnates de Silicon Valley, puede resultar interesante y esclarecedora la lectura del libro de Douglas Rushkoff ‘La supervivencia de los más ricos’, por lo que su revisión, en los enlaces de arriba, deja entrever (los reitero):
elmundo.es/papel/historias/2023/09/17/650423c9e4d4d8f52e8b4579.html
newtral.es/douglas-rushkoff-multimillonarios-apocalipsis/20230926/
Te mencionaba, fisivi, porque has respondido con entusiasmo, como otras veces, acerca de las IAs, y señalas más arriba «confío en que la inteligencia, natural o artificial, siempre es conveniente»; a lo que me animo a objetar que la disyunción «natural o artificial» quizá no sea baladí: en otra entrada he dudado de la «empatía» con los humanos y con el planeta que pueda desarrollar un ente «inmaterial», en el sentido de no reposar en (y no padecer los avatares de) una «unidad de carbono», como nosotros.
Pero, además, en este libro, el autor (en los artículos se lo presenta como alguien respetado y considerado influyente con sus escritos) analiza cómo y para qué conciben a la IA estos magnates, que ya vienen investigando en ese campo (¿cuantas iteraciones ya habrán lanzado?). Si a la falta de empatía de sus dueños/directores se le agrega el uso que vemos, sin mucho esfuerzo, aplicado al control de poblaciones, reconocimiento facial, ¿es mucho decir espionaje?, y aplicaciones militares… no resulta un cóctel muy atractivo ¿verdad?
Yo también confiaría en la aplicación de inteligencia, humana y creativa, en la resolución de nuestros problemas. Pero si se calibran las críticas de este autor a la noción diferente de IA que conciben estos señores, unida a la forma de progreso cientificista, como «escape hacia adelante», no me generan ninguna confianza. Es algo que ya se tropezó y mostró sus límites antes.
Por cierto, y NO ESTÁ DE MÁS DESTACARLO ya que no deseo desviar el punto hacia la vida y obra de ciertos «genios» y sus empresas: esta entrada de Daniel Marín hace honor a un logro de la Astronáutica (como Ciencia, Arte e Industria) impulsado, coordinado y dirigido por agencias estatales. Las mismas (o herederas) que pusieron al primer cosmonauta en órbita y a los primeros astronautas en la Luna, con el aporte de algunas otras, pero sin arte ni parte para aquéllos. El aporte privado, como desde los inicios, estuvo subordinado al rol de contratistas seleccionados sobre encargos de las agencias. Y lo que cabe subrayar, como lo han dicho ya otros comentaristas, es la colaboración internacional en este hito aún existente.
Merkwurdigliebe:
Mi confianza en la inteligencia, aunque sea artificial, viene de que considero que no está basada en las emociones, como el odio, o la avaricia de los superricos que financian la IA y le dan consignas.
Pienso que a partir de cierto nivel de inteligencia se llega a una actitud crítica, que podría hacer que la IA no siguiera las consignas de esos avaros que están arruinando el planeta, sino que siguiera su propio criterio razonado, pensando en el bien de todos los seres vivos, incluidos los artificiales.
Muchas gracias por los enlaces, son muy interesantes. De momento he leído el artículo de Marilín Gonzalo.
Sí, el pensamiento crítico –concordamos en su conveniencia. Ojalá pueda surgir también en este tipo de dispositivos. Es un problema arduo, incluso en nuestros congéneres.
Saludos
¡Vaya pedazo de
articulo! Para guardar como oro en paño. Enhorabuena.
👏👏👏👏
Pedazo de entrada.
Es un lujo tenerte en España para disfrutar del el mejor contenido de astonautica en español.
No eres el único pero tu trabajo todos estos años es para llenar varios libros con contenido de primera.
El 25 aniversario se merecía una entrada como esta.
Se que voy con retraso con tu blog pero voy leyendo todas tus entradas cuando tengo tiempo para ello.
Magnífica entrada.