Mientras lees estas líneas, el lanzador espacial más potente del mundo ya está en la rampa esperando su lanzamiento. Hace casi medio siglo el Apolo 17 despegaba rumbo a la Luna. Sería la última misión tripulada lunar estadounidense del programa Apolo. Cincuenta años después, la NASA está lista para llevar a cabo otra misión lunar: Artemisa I. Aunque se trata de una misión sin tripulación, será la primera del programa Artemisa, un proyecto que pretende llevar otra vez humanos a la Luna. Por otro lado, Artemisa I es la culminación de más de una década de desarrollo del cohete gigante SLS y la nave Orión. Por fin, la NASA pondrá a prueba su cohete pesado y su nave de espacio profundo, una hazaña que muchos críticos pensaban que nunca llegaría. Si todo sale bien, el próximo lunes 29 de agosto de 2022 a las 12:33 UTC el primer SLS despegará desde la rampa 39B del Centro Espacial Kennedy (KSC) con la primera nave Orión completa rumbo a la Luna.
La misión tendrá una duración de 42 días, 3 horas y 20 minutos. Tras el lanzamiento, la nave Orión, unida a la segunda etapa ICPS, se situará en una órbita de aparcamiento alrededor de la Tierra antes de realizar el encendido translunar TLI (Trans Lunar Injection), de unos 18 minutos de duración. Dos horas tras el despegue, la nave Orión se separará de la ICPS y, poco después, se liberarán diez pequeños satélites que constituyen la carga secundaria de esta misión. Durante el viaje a nuestro satélite, la nave Orión efectuará una maniobra de corrección antes de situarse el 4 de septiembre en una órbita de tipo DRO (Distant Retrograde Orbit) usando el motor principal del módulo de servicio europeo y mientras pasa a 141 kilómetros de la superficie lunar. Como su nombre indica, se trata de una órbita distante —a un mínimo de 64400 kilómetros de la Luna— y retrógrada con respecto a la rotación lunar. La nave Orión realizará cinco pases por el perilunio —el punto más cercano a la superficie lunar— antes de poner rumbo a la Tierra el 21 de septiembre (el último perilunio será a unos mil kilómetros). Si todo sale bien, la cápsula Orión amerizará en el océano Pacífico el 10 de octubre de 2022 frente a la costa de San Diego (California) tras haber recorrido 2,1 millones de kilómetros y después de haber sobrevivido a una reentrada a 40200 km/h. Aunque la cápsula no irá tripulada en esta primera misión, a bordo viaja un trío de maniquíes astronautas que han sido bautizados como ‘comandante Campos’, Helga y Zohar.
Artemisa I —Artemis I en inglés— será la primera misión del cohete SLS (Space Launch System) de la NASA y de la nave Orión en su configuración completa (recordemos que la cápsula Orión efectuó un vuelo de prueba en órbita baja, la misión EFT-1, en diciembre de 2014, pero sin el módulo de servicio ni muchos sistemas críticos que sí se han incorporado en este vuelo). El SLS de la misión Artemisa I es de tipo Block 1, es decir con una segunda etapa ICPS derivada del cohete Delta IV y una capacidad máxima de carga en órbita baja de unas 95 toneladas o 27 toneladas en una trayectoria hacia la Luna. Estas prestaciones lo convierten, a la espera del debut del sistema Starship de SpaceX, en el sistema de lanzamiento más potente en servicio, si bien su capacidad de carga sigue estando por debajo de la que tenía el mítico Saturno V. El primer SLS Block 1 tiene 98,15 metros de altura y una masa al lanzamiento de 2608 toneladas. Es capaz de generar 3992 toneladas de empuje al despegue, un 15% más que el Saturno V. Está formado por dos aceleradores de combustible sólido, una etapa central criogénica —con hidrógeno y oxígeno líquidos— dotada de 4 motores RS-25, el adaptador LVSA que conecta la etapa central con la segunda etapa criogénica ICPS y el adaptador OSA que une la ICPS con la nave Orión. El contratista principal del SLS es Boeing.
La Etapa Central o CS-1 (Core Stage 1) tiene una longitud de 64,6 metros de largo y 8,4 metros de diámetro y ha sido diseñada tomando como base el Tanque Externo (ET) del transbordador espacial. Su masa en seco es de 85,28 toneladas y con combustible es de 1088,6 toneladas (sin tener en cuenta el peso de los motores). En su parte inferior lleva cuatro motores RS-25, que en realidad son motores SSME (Space Shuttle Main Engines) del transbordador espacial usados en misiones anteriores (en Artemisa I se emplearán los motores 2045, 2056, 2058 y 2060). Los RS-25 funcionan durante unos ocho minutos y generan entre 188,8 y 232,4 toneladas de empuje cada uno. Al igual que el ET del shuttle, la etapa está recubierta de un sistema de protección térmica en forma de espuma anaranjada que se aplica por toda la superficie con el fin de mantener las bajas temperaturas de los tanques de hidrógeno y oxígeno líquidos al mismo tiempo que se protege la estructura de las altas temperaturas generadas por el rozamiento atmosférico y la acción de los motores del lanzador.
La Etapa Central está formada por el tanque de hidrógeno y el de oxígeno. El tanque de hidrógeno, situado en la parte inferior, es un gran cilindro de 40 metros de longitud y 8,4 metros de diámetro formado por cinco secciones de 6,7 metros de largo soldadas entre sí y es capaz de albergar 2,4 millones de litros de hidrógeno a -253 ºC. Situado encima, el tanque de oxígeno tiene un diámetro similar y una longitud de 15,7 metros, siendo capaz de contener 891000 litros de oxígeno líquido a -147 ºC. La Etapa Central, que es el cohete más grande y potente jamás construido por la NASA, llegó al Centro Espacial Kennedy el 29 de abril de 2021 procedente del Centro Stennis de la agencia espacial, situado en Misisipi, donde se llevaron a cabo las pruebas de encendido. Fue construida en las instalaciones de Boeing en Michoud (Luisiana), el mismo lugar en el que se construían los ET del transbordador o las primeras etapas S-IC del Saturno V..
En la parte superior de la Etapa Central se encuentra el adaptador LVSA (Launch Vehicle Stage Adapter), que une la CS con la segunda etapa ICPS y que permanecerá unida a la Etapa Central durante la misión. Construida por Teledyne Brown, tiene una masa de 4,5 toneladas y rodea la parte inferior de la etapa ICPS. Su longitud es de 8,4 metros, con un diámetro máximo inferior de 8,4 metros y uno superior de 5,1 metros.
A cada lado de la etapa central se hallan los aceleradores de combustible sólido o SRB (Solid Rocket Boosters), cuyo núcleo son los motores RSRM (Redesigned Solid Rocket Motors), formados por cinco segmentos de combustible (los RSRM derivan de los SRB del shuttle, que tenían cuatro segmentos). Con una longitud de 54 metros, son los cohetes de combustible sólido más grandes y potentes jamás construidos para un lanzador operativo, capaces de generar 725,8 toneladas de empuje cada uno. Proporcionan el 75% del empuje durante los dos primeros minutos de vuelo del SLS y funcionan durante 126 segundos. A diferencia de los SRB del transbordador, los SRB del SLS no son reutilizables y no se recuperarán en esta misión. Han sido construidos por Northrop Grumman y el combustible que utilizan es PBAN (PolyButadiene AcryloNitrile).
La segunda etapa ICSPS (Interim Cryogenic Propulsion Stage) tiene una longitud de 13,7 metros y un diámetro de 5,1 metros. Emplea un motor RL10B-2 de Aerojet Rocketdyne de 11,2 toneladas de empuje. Ha sido construida por ULA a partir de la etapa DCSS (Delta Cryogenic Second Stage) del cohete Delta IV (se ha alargado el depósito de hidrógeno y añadido tanques de hidrazina para control de orientación, entre otros cambios). El adjetivo de interim se debe a que en su momento se consideró una opción de compromiso hasta que estuviese disponible la EUS (Exploration Upper Stage), una etapa mucho más potente que permitirá que el SLS Block 1B pueda colocar más de 105 toneladas en órbita baja (está previsto que el SLS Block 1B debute en la misión Artemis IV en 2027). Por último, el adaptador OSA (Orion Stage Adapter) une la etapa ICPS con la nave Orión. Con una masa de 800 kg y construido en aluminio, tiene una longitud de 1,5 metros y un diámetro de 5,5 metros. Lleva los diez cubesats que se liberarán camino a la Luna y permanecerá unida a la segunda etapa durante toda la misión.
El sistema SLS/Orión emplea las mismas instalaciones que el transbordador espacial: la rampa 39B y el mítico edificio de ensamblaje VAB (Vehicle Assembly Building) del Centro Espacial Kennedy (la rampa 39A está actualmente controlada por SpaceX). El cohete se ha integrado en la High Bay 3 del VAB y se ha trasladado a la rampa sobre la plataforma de lanzamiento móvil ML (Mobile Launcher), que incluye la torre con umbilicales y brazo de acceso de la tripulación, con una altura total de 122 metros. El conjunto SLS/Orión y la ML se traslada a la rampa mediante el transporte oruga CT-2 (Crawler Transporter 2), que fue construido para el programa Apolo y se empleó con el shuttle. La torre de servicio de la plataforma de lanzamiento ML del SLS Block 1B es incompatible con la actual, de ahí que será necesario usar otra diferente a partir de la misión Artemisa IV.
La carga útil principal del SLS en la misión Artemisa I es la nave Orión, formalmente denominada MPCV (Multi-Purpose Crew Vehicle). Se trata de una nave de la NASA que tiene como contratista principal a Lockheed Martin. El conjunto MPCV incluye la torre de escape LAS, la cápsula Orión o Módulo de Tripulación (CM), el Módulo de Servicio Europeo (ESM), el adaptador que une el CM con el ESM, el cono adaptador SAC (Spacecraft Adapter Cone) que une la nave con el OSA de la segunda etapa ICPS y los paneles desechables SAJ que rodean al módulo de servicio. La nave Orión es capaz de permanecer 21 días en el espacio con una tripulación de cuatro personas sin acoplarse a ninguna estación espacial o módulo lunar. Orión (la cápsula CM más el Módulo de Servicio) tiene una masa total de 25,85 toneladas, una longitud de 7,3 metros y un diámetro de 5,2 metros, con una envergadura de 19 metros con los 4 paneles solares desplegados. La masa de la MPCV con el sistema LAS y los adaptadores es de 33,45 toneladas.
La cápsula (Crew Module) de esta misión es el CM-002 —el primer CM, el CM-001, fue el de la misión EFT-1 de 2014— y tiene una masa de 10,4 toneladas, un diámetro de 5,2 metros y una altura de 3,3 metros. Es la mayor cápsula tripulada jamás construida y su forma general es idéntica al módulo de mando del Apolo, con un ángulo de 57,5º. Su parte central es el segmento presurizado, formado por 7 piezas de una aleación verdosa de aluminio-litio soldadas entre sí. La cápsula lleva cuatro ventanas, una escotilla de acceso lateral para la entrada de la tripulación en la rampa y una escotilla frontal que comunica con el túnel de acoplamiento (el túnel se usará por primera vez en la misión Artemisa III). El escudo térmico trasero, de 5 metros de diámetro, es el mayor que se haya construido para una cápsula espacial —obviamente, el del shuttle o las lanzaderas del programa Burán eran más grandes— y está formado por 186 bloques de material ablativo Avcoat basado en el material empleado en las naves Apolo, unido a una estructura de titanio (cada bloque tiene una forma única). El escudo debe ser capaz de soportar 2760 ºC durante la reentrada. La parte frontal de la cápsula está cubierta por 1300 losetas de sílice derivadas de las empleadas en el escudo térmico del transbordador espacial. Las losetas se hallan cubiertas por una capa de aluminio para protegerlas, una capa que le da a la cápsula un aspecto reluciente. El CM dispone de 12 propulsores MR-104G de Aerojet Rocketdyne a base de hidrazina para orientar la cápsula tras la separación del módulo de servicio y durante la reentrada (cada uno con un empuje de 712 newton). El CM tiene un volumen de 19,56 metros cúbicos, de los cuales son habitables 8,95 metros cúbicos. Aunque en esta misión no lleva tripulación, el CM puede acomodar a un máximo de cuatro astronautas. Para Artemisa I, la cápsula Orión lleva el maniquí ‘comandante Campos’ y los torsos Helga y Zohar, estos últimos dotados de sensores de radiación (Zohar lleva un chaleco protector, mientras que Helga no).
La nave Orión incorpora dos ordenadores de gestión de vuelo, cada uno de ellos formado a su vez por un módulo de ordenadores de vuelo o FCM (Flight Computer Module), un módulo de control de comunicaciones y un módulo de control de representación de datos para los astronautas. Cada uno de los 4 FCM es totalmente redundante y se conectan con el resto de sistemas a través de 8 unidades PDU (Power and Data Units). Para el descenso, la cápsula lleva un total de 11 paracaídas que comienzan a desplegarse a 8 kilómetros de altitud. Primero se despliegan 3 paracaídas pequeños que separan las cubiertas de los paracaídas, seguidos de 2 paracaídas guías que estabilizarán la cápsula antes de desplegar 3 paracaídas pilotos. Estos serán además los encargados de tirar de los 3 paracaídas principales. Cada paracaídas principal está elaborado en nylon y kevlar y tiene una longitud de 67 metros, un diámetro de 35 metros y un peso de 120 kg. Con el fin de garantizar que la cápsula quede flotando en el océano con la orientación adecuada, el CM lleva el sistema CMUS (Crew Module Uprighting System), formado por 5 globos de helio de color naranja que evitarán que la cápsula quede boca abajo o de lado.
El Módulo de Servicio (SM, Service Module) incluye el Módulo de Servicio Europeo (ESM, European Service Module) y el adaptador con la cápsula o CMA (Crew Module Adapter). El ESM, de 4,9 toneladas y 4 metros de largo, ha sido proporcionado por la Agencia Espacial Europea (ESA) e incluye cuatro paneles solares derivados de la nave de carga ATV a la ISS, así como tanques de agua potable (240 litros), oxígeno (90 kg) y nitrógeno (30 kg), además del sistema de propulsión del vehículo. Cada panel solar tiene 7 metros de longitud y está dividido en tres secciones de 2 x 2 metros. Los 4 paneles generan 11,2 kilovatios de potencia eléctrica y alimentan 4 baterías situadas en la cápsula que se encargan de suministrar una corriente a 120 voltios a los sistemas de la nave (en los extremos de los paneles hay una serie de cámaras para enviar imágenes de la nave Orión en el espacio profundo). El ESM se halla rodeado durante el lanzamiento por tres paneles protectores SAJ (Spacecraft Adapter Jettison panels). El ESM de Artemisa I, el ESM-001, ha sido construido por Airbus y se ha bautizado como «Bremen». El sistema de propulsión del ESM integra 33 motores, incluyendo el motor principal, 8 motores auxiliares y 24 motores de control de posición. El motor principal OME (Orion Main Engine) es en realidad un propulsor AJ-10 del sistema OMS (Orbital Maneuvering System) del shuttle. Fabricado por Aerojet Rocketdyne, se trata del motor OME-111, que se usó en 19 misiones del transbordador (voló por primera vez durante la misión STS-41G Challenger en 1984) y tiene un empuje de 2,8 toneladas. La tobera tiene unas dimensiones de 1,91 metros de largo y 1,09 metros de diámetro. Los 8 motores auxiliares son del tipo R4D-11 de Aerojet Rocketdyne, de 50 kgf de empuje, y se emplearán en maniobras de traslación (o como reserva del motor principal), mientras que los 24 motores de posición, que se encuentran agrupados de cuatro en cuatro, están construidos en Europa y derivan de los empleados en el ATV. 12 de estos propulsores son primarios y la otra mitad están de reserva, pero todos tienen un empuje de 220 newton. Como anécdota, los motores R4D fueron empleados originalmente en el módulo de servicio del CSM y del LM del programa Apolo. Para alimentar estos motores, el ESM lleva cuatro tanques de propergoles hipergólicos (MON3 y MMH) de 2000 litros cada uno. Un tanque de helio a 340 atmósferas se encarga de presurizar los tanques de propergoles. El ESM también incorpora un sistema de control de la temperatura con seis radiadores que emplean hidrofluoroéter como refrigerante.
Cubriendo la nave Orión durante el despegue está el sistema de escape, LAS (Launch Abort System). El LAS de la nave Orión es el sistema de emergencia más potente construido, capaz de generar un empuje de 181,4 toneladas. A diferencia de los sistemas de escape de las naves Crew Dragon o Starliner, se trata de una torre de escape tradicional que emplea 3 motores de combustible sólido de 5,2 metros de largo y 1 metro de ancho cada uno que pueden alejar la cápsula del SLS en caso de emergencia durante el lanzamiento. Este sistema es capaz de acelerar la cápsula hasta unos 800 km/h en dos segundos si es necesario. Los motores principales han sido construidos por Northrop Grumman, al igual que el motor de control de actitud, de 3,2 toneladas de empuje, que debe orientar el conjunto LAS/Orión durante un aborto. Por último, el sistema LAS lleva el motor de separación o JM (Jettison Motor), de 1,8 toneladas de empuje, construido por Aerojet Rocketdyne. Para la misión Artemisa I solo este último motor estará operativo, mientras que el resto serán modelos inertes al no llevar astronautas. Por tanto, habrá que esperar a la primera misión tripulada del programa en 2024, Artemisa II, para ver un LAS totalmente activo.
El cohete SLS nació en 2011 por las presiones del Congreso de los EE.UU. después de que la administración Obama cancelase el programa Constelación un año antes. El SLS era un lanzador mucho más pequeño que el Ares V del programa Constelación, por lo que no podría lanzar un módulo lunar y una nave Orión a la vez. Según el mandato del Congreso, la principal misión del SLS sería lanzar la nave Orión en solitario. A su vez, esta nave había sido concebida en 2004 bajo el programa Constelación para misiones tripuladas a la ISS y más allá de la órbita baja. No obstante, tras la cancelación del programa no estaba claro hacia dónde enviarla. Es decir, a diferencia del programa Apolo, en el que el Saturno V se creó con el objetivo claro de poner astronautas en la superficie de la Luna, el SLS fue aprobado sin una misión específica. Aunque en principio se sugirió llevar a cabo misiones tripuladas alrededor de la Luna, a lo Apolo 8, la administración Obama se opuso a estos planes, así como a la construcción de una estación espacial en órbita lunar, apodada Gateway. En 2012 la NASA y la ESA llegaron un acuerdo por el cual la agencia europea se encargaría de construir el módulo de servicio de la nave Orión. En 2014 la NASA lanzó una cápsula Orión sin módulo de servicio a la órbita baja mediante un cohete Delta-IV para comprobar los sistemas principales de Orión. En principio, la primera misión del SLS y la nave Orión, denominada EM-1 (Exploration Mission 1) estaba planeada para 2018 y la idea era enviar la nave sin tripulación a una órbita DRO alrededor de la Luna (primero se barajó una misión de sobrevuelo a lo Apolo 13, pero en 2013 se decidió usar la órbita DRO con el objetivo de que la misión pudiese disponer de más tiempo para poner a prueba los sistemas de la nave). Posteriormente, la misión EM-2 enviaría una Orión con cuatro astronautas alrededor de la Luna. Sin embargo, no estaba claro qué hacer con el SLS y la Orión después de la misión EM-2.
Finalmente, el Congreso y la Casa Blanca acordaron que el conjunto SLS/Orión se usasen en una misión para traer a la Tierra pedazos de un asteroide previamente capturado por una sonda automática que sería transportado hasta el punto L2 del sistema Tierra-Luna. Esta misión ARM (Asteroid Redirect Mission) sería el principal objetivo del sistema SLS/Orión hasta que en 2017 la administración Trump llegó a la Casa Blanca. Trump decidió entonces incluir la Luna entre las prioridades del programa espacial tripulado más allá de la órbita baja a largo plazo —hasta ese momento, solo estaba Marte de forma definida— y resucitó los planes de la estación orbital alrededor de nuestro satélite, que pasó a conocerse formalmente como Gateway. Esta estación estaría formada por módulos lanzados por el SLS y los astronautas viajarían a la misma a bordo de la Orión. En febrero de 2019 la administración Trump optó por reforzar esta estrategia y anunció su intención de enviar una misión tripulada a la superficie lunar en 2028. Es decir, ya no se trataba de limitarse a orbitar la Luna, sino de pisarla. En abril de 2019 se aceleraron inesperadamente los plazos y se decidió que el primer alunizaje tendría lugar en 2024, cuatro años antes de lo previsto. En mayo de ese mismo año se hizo público el nombre del nuevo programa lunar del sistema SLS/Orión: Artemisa. Las misiones SLS/Orión ya no se llamarían EM (Exploration Missions), sino Artemisa I, II, etc. Además de volver a la superficie lunar, el programa mantuvo el desarrollo paralelo de la estación Gateway.
La misión Artemisa I sería similar a la EM-1, es decir, una misión no tripulada de Orión alrededor de la Luna en una órbita DRO. La misión Artemisa II de 2024 también sería idéntica a EM-2, o sea, con cuatro astronautas en un vuelo orbital alrededor de la Luna (aunque ahora se ha incluido un encuentro con la etapa ICPS para ensayar acoplamientos). La principal novedad sería que Artemisa III se convertiría en la primera misión de alunizaje. Artemisa III tenía que ser la primera de un SLS Block 1B con la etapa EUS, pero al final no pudo ser y se llevará a cabo con un Block 1, como las dos primeras. En abril de 2021 la NASA anunció que el módulo lunar HLS de Artemisa III sería una versión de la Starship de SpaceX. Ya con la nueva administración Biden en la Casa Blanca, a principios de ese año las fechas oficiales del programa se modificaron ligeramente, de tal forma que Artemisa III despegará en 2025 y Artemisa IV, la primera de una versión Block 1B, en 2027. En 2028 Artemisa V realizará el segundo alunizaje del programa, en esta ocasión con un módulo lunar diferente al de SpaceX. El objetivo de la NASA es llevar a cabo una misión Artemisa al año, combinando misiones a la estación Gateway y a la superficie lunar. Para 2029 la estación Gateway estará básicamente finalizada y en 2031, con Artemisa VIII, la NASA espera comenzar a construir una base lunar permanente en el polo sur de la Luna.
Para 2025 está previsto que la NASA se haya gastado nada más y nada menos que 93 mil millones de dólares en el programa Artemisa. Por si fuera poco, las primeras cuatro misiones del programa costarán cerca de 4100 millones cada una, de los cuales unos 2200 millones corresponden al SLS, 1300 millones a la nave Orión y el resto a la infraestructura de lanzamiento (principalmente, la torre de servicio de la plataforma móvil de lanzamiento). En esta última década, el cohete SLS ha sido objeto de burlas y críticas por sus continuos sobrecostes, infinitos retrasos y falta de objetivos concretos. Pero, después de todo, el próximo lunes este enorme, complejo y caro cohete despegará desde Florida rumbo a la Luna.
Propuesta de nombre: SLS …podria ser Jano?
Si Saturno V ( Heavy Lift Vehicle o HLV) fue el lanzador de Apollo
El SLS podria ser Jano IV (por los 4 motores) lanzador de su hermana Artemisa
Se conoce como Saturno X a uno de los satelites de Saturno mismo (Jano), descubierto por Voyager-1 en 1980.
Jano es representado con dos caras (Marte/luna Luna /Marte …! menudo baile que se ha traido el SLS !)
Wiki
Según los romanos, este dios aseguraba buenos finales. Ovidio caracteriza a Jano como aquel que en compañía de las Horas custodia las puertas del cielo.
Cuando los sabinos intentaron tomar el Capitolio, Jano hizo brotar aguas hirvientes sobre los enemigos, repeliéndolos. (Muy Trumpiano este aspecto, jajaja)
Ademas podeis leer ( https://e-torredebabel.com/jano-historia-de-los-heroes-y-semidioses-de-los-griegos/)
«Suponen algunos que, durante su reinado en el Lacio, Saturno expulsado del cielo se refugió en sus dominios. Fue tal la buena acogida que Jano dio a Saturno, que agradecido éste, le dotó con el doble conocimiento de lo pasado y lo futuro. Por esto se representa a aquel rey con dos rostros, el anterior para indicar que conoce todo lo que ha de venir, y el posterior todo lo que ha sucedido.»
Voto por Jano (y el número de cohetes 4, coincide con el Saturno 4 que fie el primer saturno V lanzado . Un lio)
yo le pondria lanzador quimera como el animal mitologico formado por otros animales, ya que el sls esta formado por piezas de otros programas espaciales.
Bueno, una quimera de Shuttle y Saturn ?: Un Shuturn !!!
Shuturn 4 (vs Janus 4)
Ji, ji…
Oh, pues hace poco apareció una foto como de
una ‘minotaura’ viva, y en su ‘laberinto’:
https://www.boredpanda.com/blog/wp-content/uploads/2022/08/funny-stuck-animals-pictures-63-62fdd711f2c4a__700.jpg
Yo llamaría al cohete Mil·Leches 4100, en honor a que los padres de la criatura son la mitad de las empresas de los EEUU (y unas cuantas de Europa), con la política de subrogación en cascada infinita de las partes del cohete. Y 4100 por el cálculo de Ars Technica sobre el coste del lanzamiento por cohete. Habría que mirar si con la inflación añadida, sale más barato lanzar un Saturn V o un SLS.
Soborno Launch System. 😀
Malvado ! (Jaja)
Hombre , buscando un nombre mitológico decía yo.
(Ese es más terrenal)
SLS: Shelby Looting System (Sistema de Saqueo del senador Shelby)
Por cierto, el buen senador al que tanto admiramos se retira este año 2022.
¡Guau! Que pedazo de artículo Daniel, con tal cantidad de datos casi se puede diseñar un cohete igual en casa…
Para mi, que con ocho años me enamoré del Saturno V y el programa Apolo, poder vivir en directo esta nueva etapa de la carrera espacial y la vuelta de la humanidad a la luna me emociona profudamente y tu artículo, riguroso como siempre, me hace recordar aquella enciclopedia que despertó en mi la semilla del espaciotranstornismo…
Un placer leerte, como siempre.
Excelente articulo como siempre. Un nivel de detalles increible. Solo dire que este proyecto le tengo muchas esperanzas y va a ser un dolor de cabeza para los terraplanistas.
Eskerrik asko por este sensacional artículo! La verdad es que llevo mirando la luna este mes y pienso en que ahora está más cerca, más a mano que nunca…
Me ha chocado un dato entre todos, el voltaje de 120 que usan en el CM.
Siendo el módulo de servicio de fabricación europea, y teniendo en cuenta que mayormente, aquí todo va a 220 o 240, llama la atención que el módulo de servicio proporcione la corriente a 120 voltios. Claro, el cliente es EEUU, donde todo va a 120 voltios, y el cliente siempre tiene la razón!. Solo espero que si se trata de corriente alterna no se nos haya olvidado a los europeos suministrarla a 60Hz…
En fin, que todo vaya como la seda y que tenga la oportunidad de ver con mis propios ojos la llegada de personas a la luna que cuando el Apollo solo tenía unos meses y no me enteré.
Creo que los de la ESA han incluido en el módulo uno de aquellos transformadores que de críos, en los últimos 60 y primeros 70, teníamos junto a la tele y cuya existencia desconocen los jovenzuelos que pululan por aquí 🤣🤣🤣
https://images.milanuncios.com/api/v1/ma-ad-media-pro/images/d267d917-d4d8-4264-90b6-a1a5092ce971?rule=hw396_70
Siiii! en invierno a veces lo tocaba porque estba calentito! 🤣🤣🤣🤣
Me decían: Alde hortik mukitsu ! kalanbrea emango dizu ta! «Largo de ahí mocoso! que te va a dar calambre!»
El voltaje de las casas no tiene nada que ver con el de las aeronaves sean de donde sean. En helicópteros sean de donde sean son 27v en continua y 115 alterna normalmente, europeos, rusos o yankis.
Por eso preguntaba si era una corriente alterna o continua. De ser alterna a 120V sería como el voltaje usado en aparatos domésticos en los EEUUA.
Me ha sorprendido mucho que la misión dure 42 días. La nave se dice está preparada para acomodar 4 astronautas durante 21 días.
Entonces la respuesta es 42
(X ser el doble? O por ser la respuesta?)
?
Supongo que eso está limitado por los alimentos que pueden llevar a bordo, el soporte vital. Acoplada a la Gateway y con suministro previo puede aguantar mucho más.
Para los alimentos…no sé… hay ayunos de 40 días famosos. Otra cosa es el líquido elemento…. pesa y es necesario, pero con los sistemas de recuperación y reciclaje también me parece un plazo corto.
¿Exposición a la radiación? ¿Riesgo de daños en la nave? ….
O simplemente..”no vaya a ser”y no hay que tentar la Suerte?
?
Nope. Puramente suministros. Cuando se acople a la Gateway y viajen Dragon XL de carga, podrán hacer misiones más largas. Como en la ISS.
Interesante. He leído en un link más arriba proporcionado por Jx (historia de Saturnos y desarrollo Artemisa de la NASA) que 42 días supone más tiempo que la suma del tiempo en el espacio de los Apollo.
Otro motivo para apuntarse un tanto?
Mi programa espacial favorito es el Apolo y por eso me puse el apodo Dios Apolo. Es mi programa favorito porque no tiene réplica ni imitación. China ha conseguido imitar el programa espacial ruso tripulado con la MIR incluida. China ha explorado Marte y ha aterrizado allí a su robot y esto no difiere mucho del programa marciano de EEUU aunque sea un poco menos espectacular. La Unión Soviética consiguió replicar a los transbordadores alados de la NASA, aunque lo hiciera una única vez y sin tripulación. La exploración del Sistema Solar Exterior casi parece un coto privado de EEUU. Digo casi porque hay una leve presencia europea y en cualquier caso EEUU ha conseguido replicarse a sí mismo. Pluto Kuiper Express es algo así como la replica del programa Voyager. El programa Apolo parece como adelantado a su tiempo 50 años. Nadie ha podido replicarlo, imitarlo o igualarlo en todo ese tiempo. Ni los propios EEUU, la NASA, ni nadie.
Pero allá van ahora (unos de nuevo y quizás otros por primera vez)
Diosa Artemisa is coming!
Diosa Chand’ e ?
Menudo artículo-enciclopedia que se ha marcado Daniel… 😃 Otro para la colección de PDF. El que dedique a la Artemis 1, si todo sale bien, ocupará decenas de páginas. Si lo juntamos con este, lo podremos encuadernar y todo. 😁
Impresionante artículo.
Esto de Artemis es una Trumpada y un lavado de dinero inmenso. Habría que preguntarles a los que han puesto dinero sin querer (contribuyentes, países explotados por multinacionales, etc.) si ellos hubieran invertido en esta patochada.
¿“Trumpada”?
¿“países explotados por multinacionales”?
¿“lavado de dinero”?
¿“a los que han puesto dinero sin querer”?
Fisivi es de los que piensan que la humanidad debe implosionar en lugar de expandirse. Un error vital.
Fisivi es un «cunista»: su postura es no salir de la cuna.
Está muy feo opinar por otro, Pochimax.
Creo que la humanidad tiene que buscar una manera de reproducirse fuera de la Tierra, pero no se puede hacer tirando cohetes sin ton ni son, cargados de humanos hacia un lugar sin preparar, donde el trabajo manual no pinta nada y del que hay que volver en cuestión de días o morir allí.
Claro, la humanidad tiene que expandirse sin tirar cohetes sin ton ni son… tiene que hacerlo por ósmosis.
También tiene que llegar al espacio vetando a las grandes fortunas privadas del asunto. Es como si propusieras que por ciencia infusa brotara un Ryanair (pero estatal, claro) espacial sin que haya habido pijos elitistas como Lindbergh, Earhart o Hughes que hayan abierto el camino.
«Oiga, señor Branson, señor Bezos… sé que han gastado millones pera subir al espacio, pero no ocupen el asiento del vuelo inaugural… cédanmelo a mí, que soy un tío muy comprometido, mi abuelo era comunista y yo tenía pegatinas del «nuclear? No, gracias» en el coche.
-Vale, ¿Cuánto nos va a pagar?
-¿Pagar? Nada, ¡Hombre! Invítenme ¿No ha escuchado que soy anticapitalista? Venga, no sea insolidario.»
Desde luego, parece que entrenes…
Te enrollas tu solo con tu rabia.
Está claro que seguir haciendo lo mismo que hace 50 años no lleva a la humanidad a expandirse, sino a que algunos despilfarren el dinero que consiguieron sin trabajar.
Lo que seguro que no hace que la humanidad avance nada son los mamarrachos que dicen que deberíamos vivir como en la Edad Media…
Creo que se os va un poco con Fisivi.
No le he leido nunca que quiera volver a la edad media ni nada similar.
Lo que sí le he leido es que él haría las cosas de otra manera: con cohetes mas pequeños, apoyandose en la robótica (frente al presentismo) y dejando la construcción de estructuras grandes a las, en principio ventajas (aunque tambien desafíos) de la ingravidez de la orbita baja.
Se podrá estar mas o menos de acuerdo pero son opiniones respetables y argumentables.
De hecho, algunas de las críticas que aquí ha recibido poco tienen que ver con sus argumentos, si no más bien con su ideológía mas de izquierdas que la vuestra. De hecho, dichas críticas, me resultan cuanto menos curiosas por vuestra parte a sabiendas de que en numerosas ocasiones os habeis posicionado como liberales pro-capitalismo.
Es casi un mantra entre los liberales cuando se habla de impuestos aquello de «¿por qué tengo yo que pagar por X si no lo uso?» y en la X se puede poner las autovías o cosas como la educación o la sanidad pública.
¿Y ahora le criticais a Fisivi ese mismo pensamiento liberal cuando declara lo de «preguntarles a los que han puesto dinero sin querer»?
Creo que muchos liberales a los que la astronautica les importa un carajo, no querrán que se pague con sus impuestos esto. Y es un pensamiento legítimo (que yo no comparto) y para nada de rojos involucionistas como cuando es la sanidad pública lo que no se quiere que se pague con sus impuestos (y recordemos que un porcentaje enorme de los estadounidenses quiere esto último).
Tambien es curioso que algunas criticas le lleguen por parte de defensores del «new space» por criticar los modos y las formas claramente «Old Space» de Artemisa. ¿En que quedamos, queremos formas nuevas o queremos hacer un Apolo modernizado? Porque si la moonship no hubiera sido seleccionada como HLS y lo hubiera sido el NT estariamos ante un concepto totalmente Old Space…y algunos de vosotros lo criticariais. (Pochi no, que no le gusta la moonship)
Y lo de Trumpada…pues hombre, desde luego un programa con tanto recorrido (Constellation y tal) no es una trumpada, está claro. Aunque las fechas locas y el elevar la presión para llegar a ellas sí fue una trumpada desde el punto de vista de que ni la NASA ni ningún aficionado espaciotrastornado las ha creido ni reales ni posibles en ningún momento. Solo se pusierón por que Trump pensaba utilizar el retorno lunar como fuegos artificiales, lo unico importante es que se llegase en lo que el creia que iba a ser su segundo mándato, ni el cómo ni el para qué le importaron nunca un carajo. En los 60, con Apolo la prisa era por ganar a los soviéticos, ahora con Trump, que no con Artemisa la prisa era hacerlo durante su mandato.
Yo no coincido en muchas cosas con Fisivi, pero creo que aporta un punto de vista crítico, válido y que aporta al debate de una manera respetuosa, más allá de que sea más o menos acertado.
No os dejeis llevar por los posicionamientos ideólogicos, que nos unen más cosas de las que nos separan. Solo que cada uno creemos que es mejor hacerlo de una manera o de otra.
Pablo. Acuerdo en general con tu comentario. Y agrego algo. He llegado a pensar que la mayoría no es de izquierda ni de derecha. Sinó que es de izquierda con el bolsillo ajeno (están de acuerdo con que OTROS paguen por A o por B) y de derecha con el bolsillo propio (porqué tengo YO que pagar por A o por B).
Saludos
Hay algo paradógico en el programa Artemisa y recordando el programa Apolo.
En la página https://www.usinflationcalculator.com/
Podemos calcular el precio de algo en 1968 según la inflación. Un lanzamiento de un Saturno V, costaba en 1969 185 millones de $, según la wikipedia.
Aplicando la inflación, en la página indicada, nos sale que lanzar un Saturno V saldría por 1883 millones de $. Pero se estima que cada lanzamiento del SLS es superior a 2000 millones de $.
Por un lado es más caro lanzar algo a pesar de tener mejor tecnología. Por el otro, se dejó de lanzar cohetes Saturn V porque era demasiado caro y EEUU no se lo podía permitir.
Ahora nos encontramos que EEUU está dispuesto a lanzar cohetes más caros cuando con la crisis que hemos vivido, debería echar abajo el proyecto.
Paradojico lo bien que me funciona el autocorrector que no me avisa de nada.
No creo que sea conveniente a estas alturas echar abajo el proyecto Artemisa,
que se le va a hacer, a los políticos les cuesta desligarse del “Old Space”, y es lo que hay,
y Artemisa es algo real que puede impulsar el establecerse en la Luna y saltar a Marte.
Mas bien cuando existan otras opciones de super-cohetes y acceso al espacio mas barato
no se podrá reemplazar de momento el modelo actual,
piensa mas pronto en un punto de inflexión o transición hacia un “New Space 2.0”.
Sí, pero me hace gracia de que con los costes de lanzar Saturno V no podían, y ahora, con la inflación actualizada, es una cifra mayor y sí pueden realizar esta carrera espacial. Es que no tiene ningún sentido.
Los Saturno V cumplieron su objetivo político: mostrar al mundo que el capitalismo era mejor que el comunismo.
A partir de ahí, decidieron apostar por un sistema más eficiente que luego les salió rana y cometieron el error de no dejar al menos alguna línea de producción abierta del programa Apolo, para seguir haciendo misiones lunares de cuando en cuando. Un error garrafal estratégico.
Además el Apolo lanzaba un ingenio que ponía a hombres en la superficie de la Luna y los traía de vuelta. Éste mastodonte lanza la mitad del asunto, y a duras penas.
El mastodonte no está terminado. Aún así, teniendo la Gateway para acoplarse a lo que sea en órbita lunar, lo mismo el mastodonte sobra.
No sé si me has entendido… con «mastodonte» me refiero al SLS, más caro, más inútil y menos innovador que el Apolo en su tiempo (No, el Apolo no recicló tecnologías de un programa espacial estadounidense cancelado 20 años antes).
Es que el SLS (mastodonte) no está terminado. Se esperan evoluciones posteriores que llegarán a acercarse a las capacidades del Saturno V. Ahora mismo lleva una segunda etapa un poco ridícula.
Por otro lado, para lanzar la actual versión de la Orión a la Gateway el SLS está sobredimensionado así que nos lo podríamos ahorrar (pero no hay sustituto para esa tarea, hoy por hoy).
Eso sí, con versiones más potentes del SLS la NASA le podría pedir a la ESA que evolucionara el actual módulo de servicio también hacia una versión con más delta V.
Pochi, en este caso estoy con Agente Capitalista.
Porque es que tiene unos cojones como una casa el asunto.
O sea, 50 años después, con la tecnología actual, reutilizando material de otro programa caro pero exitoso (ciento y pico misiones), «cuando esté acabado, se ¿¿¡¡acercará a la capacidad del Saturno V«!!??
Un cohete más grande que el Saturno V, más potente que el Saturno V (en empuje) y con una tecnología mucho más evolucionada (supuestamente) que el Saturno V… ¿¿y sólo va a conseguir «acercarse» a la capacidad del mítico lanzador??
¿¿WTF??
Pues… a mí me parece demasiado.
Yo lo habría dejado indefinidamente en el estado Block 1a y habría destinado ese dinero extra de la evolución del cohete al lander lunar, en lugar de seguir con el desarrollo de la EUS y la nueva plataforma de lanzamiento.
De hecho, me suelo preguntar si no podríamos desarrollar una nave más pequeña, con sólo dos astronautas, que se acople a la Gateway y se pueda lanzar sin un cohete tan mastodonte (incluso con acoplamiento previo en la estación espacial o lo que sea)
Pero…
Hola, Daniel!
Oye, hay unas cosillas que no me acaban de cuadrar (o yo no las estoy entendiendo bien).
Dices:
«[…] una capacidad máxima de carga en órbita baja de unas 95 toneladas o 27 toneladas en una trayectoria hacia la Luna. Estas prestaciones lo convierten, a la espera del debut del sistema Starship de SpaceX, en el sistema de lanzamiento más potente en servicio, si bien su capacidad de carga sigue estando por debajo de la que tenía el mítico Saturno V.»
Y luego:
«Es capaz de generar 3992 toneladas de empuje al despegue, un 15% más que el Saturno V.»
Y más adelante:
«La Etapa Central, que es el cohete más grande y potente jamás construido por la NASA […]«
Y aquí yo me he quedado un poco… méh.
A ver, el volumen de la primera etapa del Saturno V, con 42 metros de longitud y 10 de diámetro cubicaba unos 2.600 metros cúbicos. Por contra, la primera etapa del SLS (Core Stage), con 64,6 metros de largo y 8,4 metros de diámetro, cubica unos 3.400, así que sí, en volúmen esta etapa es más grande que el Saturno V, aunque aquél tuviese mucho más diámetro. Y la primera del Saturno V pesaba cargada de combustible unos cuantos cientos de toneladas más que el Core Stage del SLS…
Pero, aunque comentas que el SLS tiene un 15% más de empuje que el Saturno V, sin embargo (incluso en su versión Block 1B), «levanta» menos toneladas a LEO y Luna que el SLS… así que no acabo de entender cómo puede ser que el SLS, siendo teóricamente más potente que el Saturno V, como mínimo no iguale la carga en órbita de éste. ¿Será por ser de dos etapas en vez de tres como el Saturno V? Pero es que, aunque sea un dos etapas, tiene los SRB’s al lado… Es por ello que lo de: «[…] más potente creado jamás por la NASA» no me acaba de cuadrar; sí, tiene más empuje, más «caballos»… pero lanza menos carga aún pesando menos en combustible y masa en seco… Yo, la verdad, como «potente» entiendo no la fuerza de empuje que es capaz de generar (que sería la definición correcta) sino la capacidad de carga útil levantada. Por ejemplo, yo he llevado camiones con más caballos que otros, que no eran capaces de subir cuestas con la misma carga que los de menos caballos. Eran más «potentes» en caballos pero más débiles en arrastre…
Igual me estoy liando o algo, pero es que me queda un poco chirriante…
Por cierto, a nivel de TODO el cohete, ¿el Saturno V es el más poderoso jamás construido por NASA? ¿O ese honor le corresponde al Shuttle, por peso al despegue y tomando la lanzadera como carga útil?
Gracias por tu tiempo!!
Para hacerte una idea, te enlazo un post anterior de Daniel sobre el tema
https://danielmarin.naukas.com/2010/11/09/cual-es-mayor-cohete-del-mundo/
Muchas gracias, Vicente.
El tema es que ese post habría que actualizarlo ahora para ver dónde queda en las tablas el SLS, el FH e incluso el F9 (por lo de mayor masa puesta en órbita, que no alcanzará aún a la familia R-7, pero que sigue siendo muy abultada). No pongo la Starship porque aún tiene todo por demostrar… hasta que haga el primer lanzamiento orbital, claro.
Que, ya hablando de la Starship… la nave en sí, también se debería considerar «carga útil», ¿no? Al mismo nivel que el Shuttle o el Burán. O sea, que si la Starship funcionase y pusiese digamos 80 tm (siendo conservadores) de carga en LEO, habría que sumar el peso de la nave y del combustible restante para el regreso. Y añadir que el Super Heavy pondría en «casi órbita» una «carga útil» (SS+combustible+carga) de más de 1.000 tm
Si te aburres un poco, puedes entretenerte con esta calculadora de cargas
http://www.silverbirdastronautics.com/LVperform.html
Cuando damos la carga del cohete, deberíamos precisar la órbita en la que la pone, y el lugar de lanzamiento.
Por ejemplo,
– un mismo Soyuz pone más carga en órbita de 200 km desde Kouru que desde Baikonur
– un mismo Soyuz pone más carga con una etapa superior que con otra
– la carga en órbita lunar no es la misma si partes de una órbita inicial a 120 km que a 200 km
Y por otra parte, habría que precisar el concepto de carga útil. No puedes poner en órbita 80 Tm con un Shuttle. Tampoco con el Buran, pero si prescindes del Buran, el cohete Energía sí puede.
En fin, todo esto es muy entretenido, y por eso somos espaciotrastornados 🙂
De nuevo, muchas gracias, Vicente. Sí, trastearé con la calculadora, jajaja.
En la ecuación has de poner el ISP de los distintos elementos para que te cuadre. Por ejemplo, los SRB proporcionan el 75% de la potencia al lanzamiento que tienen un ISP más bajo que los motores de combustible líquido.
El comentario anterior es en respuesta a Noel
La confusión deriva de que los adjetivos ‘potente’ o ‘grande’ son un tanto subjetivos. Cuando hablamos de cohetes hay que mencionar empujes, ISP, tiempo de funcionamiento, etc. La capacidad de carga depende de estos factores, aunque también de la latitud del centro de lanzamiento y la órbita. Además, la carga útil depende cómo la midas y el diseño del lanzador. Por ejemplo, en el Saturno V, como el SLS, se incluye en sus prestaciones la 3ª y 2ª etapa, respectivamente, que también son colocadas en órbita. El SLS tiene una potencia tan grande al lanzamiento y una capacidad de carga relativamente reducida porque los SRB son poco eficientes (ISP bajo) y la segunda etapa ICPS es muy pequeña en proporción al lanzador. En cuanto a la frase ‘el cohete más grande y potente jamás construido por la NASA’, es una expresión que viene de la propia agencia espacial, así que ellos sabrán 😉
Daniel, de nuevo un gran artículo.
Una puntualización, aquí comentas que:
«La torre de servicio de la plataforma de lanzamiento ML del SLS Block 1B es incompatible con la actual, de ahí que será necesario modificar la existente a partir de la misión Artemisa IV.»
Para el Block 1B finalmente el Congreso decidió construir una segunda plataforma (ML 2) en paralelo a las misiones Artemis I, II y III para, en teoría, acortar tiempos. ¿O por torre de servicio te refieres a otra cosa?
https://arstechnica.com/science/2022/06/nasas-second-mobile-launcher-is-too-heavy-years-late-and-pushing-1-billion/
Me refiero a que la ML1 no vale para el Block 1B, lógicamente. El término ‘modificar’ no es el más adecuado. Lo cambio.
Muchas gracias, Daniel. Entre esto y los comentarios de Vicente, me va quedando más clara la cosa.
pregunta, la «atmosfera» de la Orion es al estilo estación espacial o como las Apollo de 100 % O2? si esta ese dato en este tremendo informe detallado no lo vi…
La atmósfera es similar a la terrestre, de nitrógeno y oxígeno.
Muchas gracias Daniel.
Cada cierto tiempo entro aquí y me pongo al día. Eres la leche.
Un saludo.
Gracias por el artículo, muy interesante y completo como siempre.
Supongo que el lanzamiento será un éxito y se demostrará que el SLS es un gran cohete (y muy caro).
La pregunta para mi es saber como de sostenible es un sistema como este… si cada lanzamiento requiere de un corte nuevo, eso conlleva un coste enorme y a su vez nunca se podrán optimizar los procesos porque uno lanzamiento por año no parece frecuencia suficiente para implementar muchas mejoras… y luego los amigos de spacex y blueorigin con sus nuevos juguetes apretando en un futuro próximo.
No quiero ser pesimista pero me parece el inicio del final de una gran obra de ingeniería.
Saludos
Tom
tu piensa que el sls se ha diseñado para contenetar a votantes de ciertas zonas para que no les falte trabajo.
si que como comprenderas al ser un instrumento politico lo que cuesta o su eficiencia es irrelevante.
no es un proyecto de la nasa sino impuesto por el senado.
ten la seguridad que si fuese un proyecto de la nasa, hubiesen metido los millones en spacex con mucha diferencia y seria mas eficiente.
Gran artículo, Daniel. Leyéndolo, pero, me ha asaltado una duda editorial. Me he dado cuenta que cuándo introduces los nombres técnicos y acrónimos utilizas la jerga original en inglés, pero cuándo te refieres a los nombres de los programas y sus vehículos, los traduces al Castellano en lugar de su nombre original. ¿Es alguna norma de redacción del RAE que se me escapa? Disculpa la pregunta tonta por adelantado.
A mi el SLS me provoca una sed lunar sin precedentes. Es pura cerveza alta, fresquíssima y viajera. Artemis vestida de celebración para un Lunes transgresor.
https://images.app.goo.gl/8yAmySUCMe2Qjhiw9
Pues no chuta el SLS… tenía curiosidad por ver si prevalecería el hype de ver que volvemos a la luna o el asco que me produce que el SLS sea un truño infumable.
Comienza la carrera con 0-1 a favor del asco.
Pues… hasta el 2 de septiembre. El «engine bleeding» no se ha podido subsanar. las palabras de Nelson diciendo que «es que estamos estresando el cohete mucho más que como haríamos en un lanzamiento con humanos, por seguridad», me han hecho gracia, pero no cuela.
Las fechas de lanzamiento para artemisa I, II, III, IV, V, son respectivamente:
aplazado unos días (o mas), 2024, 2025, 2027, 2028 (con margen de error de uno a tres años).
Entre Artemisa I y II hay tiempo suficiente para que Blue Origin y SpaceX terminen sus respectivos super-cohetes.
La presión para lanzar con éxito esta primera versión “descafeinada” del SLS debe ser tremenda, .
¿como mantener el modelo de cheque en blanco de sobre-costos y tiempo frente al costo fijo?
La NASA se enfrenta a un dilema,
apoyar al “Old Space” y acabar con el “New Space”, o apoyar al “New Space” en detrimento del SLS.
No deseamos que fracase este lanzamiento, por el contrario, que tenga éxito, pues quien no quiere ver semejante cohete volando una y otra vez, de todas maneras esta la exploración espacial de por medio. Aunque su éxito no creo que sea como el éxito del JWST donde se olvido sus retardos y sobre-costos, no es lo mismo.
Comparto la analogía con el JWST. Porque este último es un telescopio con prestaciones muy superiores a cualquier anterior. Y va a permitir observaciones que no se podían ni pueden realizar con ningún otro. Y no había ni hay ninguno alternativo en desarrollo que siquiera le pise los talones. Y desde su lanzamiento no ha tenido ningún inconveniente. Es una inversión ya hecha. Desde ahora y por muchos años es pura ganancia. Sus aportes van a ir mucho más allá de esta década. Nada que ver con el SLS. Que a pesar de sus limitadas prestaciones (luego de medio siglo está en la misma liga que el Saturno) seguirá teniendo lanzamientos carísimos hasta que sea cancelado. Porque el superheavy y el New Glenn, aunque no resulten tan económicos como afirman Musk y Bezos, claramente costarán muchísimo menos. Y aunque no poseo la suficiente información al respecto, creo que los chinos también tendrán en esta década un cohete con prestaciones similares pero más económico.
Saludos
Saludos
trata de arrancarlo carlos, trata de arrancarlo.
proximo intento dia 2
«….trata de arrancarlo carlos…trata de arrancarlo, por dios!…»
(carlos lo intenta, pero ambos saben que no va encender mas)
«…no arranca carlos…………M C E S P M!!!!!!! …»
aun hoy…duele
Bueno. miren el lado positivo: al menos no explotó matando a decenas de personas. Además es solo un bochorno más para el régimen de Biden. No es el primero ni será el último.
«El regimen Biden»
Te falto «la democracia rusa»
Fantastico trabajo como todos los que te leo, unicamente he visto una errata en cifras de masa al despegue y empujes que deberias revisar, es un placer leer tus trabajos un saludo
Jose f, verdejo (ingeniero aeronatico)
Si tener un cohete clase Saturno V es un bochorno…
El bochorno es para el resto del mundo: sin los USA, es muy posible que la humanidad aún no hubiera pisado la Luna.
¡Zas! Era la respuesta al comentario anterior.
Claro que sí, guapi.
La URSS no lo podría haber conseguido de no haber abandonado, ¿Verdad?
Deja de decir chorradas que te ha dado una fuerte insolación.
Pues no…
Precisamente «abandonar algo» significa no conseguirlo.
Si no yo podría decir «Habría ganado el Tour de Francia… de no ser porque no lo gané».
Pero recordemos, es Dédalo… dibújaselo tipo Barrio Sésamo o no lo va a pillar.
Haberlo abandonado no significa que no lo habrían conseguido, tecnología tenían la suficiente y recursos también.
Se trató de una decisión política al igual que fue decisión política abandonar el programa Apolo por parte de EEUU una vez llegados a la luna.
Para la URSS ya no tenía sentido intentarlo puesto que ya habían perdido, en cambio viraron sus proyectos a la construcción de las primeras estaciones espaciales (en las cuales fueron los primeros como en la mayoría de proezas espaciales).
Los nostálgicos de las dictaduras dais mucha pena… (Recordemos que la UE ha puesto al mismo nivel jurídico el enaltecimiento de la URSS con el nazismo)
Pobresito Didal…
¿Ah siiiiiiiiii? Pues ya estás tardando en denunciarme a la policía por comunista…..nada te gustaría más que vernos a los comunistas entre rejas o en el patíbulo¿Verdad? Fascista de mierda.
Antes de verme detenido o muerto por ser comunista me llevo por delante a varios de vosotros, payaso.
Como se pica… 🤣
«…(Recordemos que la UE ha puesto al mismo nivel jurídico el enaltecimiento de la URSS con el nazismo)…» ¿qué sigue? ¿Homenaje a Joseph maccarthy? ¡Cada vez más degradada! ¡Qué lejos han quedado estadistas como Willy Brandt!
Puede que la URSS estuviera cerca, pero no lo consiguió. Detalles, detalles…
En el mundo real la URSS no puso humanos en la Luna. En tus fantasías puede que sí.
Es como el Zenith tricore, que ya hacía lo mismo que el Falcon Heavy hace 30 años (según Julio Párraga), solo que en el mundo real el Zenith tricore no existe.
Además, ¿con que cohete iban a lanzar una misión tripulada a la Luna?
Mi querido N1 (es uno de mis cohetes favoritos) resultó un fracaso.
A la URSS le faltaba mucho para ser capaz de mandar humanos a la Luna y traerlos de vuelta con una cierta seguridad, no te engañes.
Pues lo que tú mismo has dicho… que de cerca, nada. 😉