Venus. Un infierno que apenas presenta similitudes con el paraíso que es nuestro planeta. Con una presión atmosférica de 92 atmósferas y una temperatura media de 460º C -día y noche-, resulta casi imposible imaginar un lugar más hostil para la vida. Y, sin embargo, ¿podría nuestro planeta estar a punto de convertirse en otro Venus?
Hasta el año pasado, la respuesta a esta pregunta hubiera sido un rotundo y sonoro ¡no! por parte de cualquier astrónomo. La Tierra, hubiera argumentado nuestro científico, está situada claramente dentro de la zona habitable del Sistema Solar, la única zona donde puede existir agua líquida de forma estable en la superficie de un mundo rocoso. No obstante, la pregunta podría tener una respuesta bien diferente. Bien, ¿pero por qué esto ha cambiado de repente? La culpa la tiene un reciente estudio -del que hablamos por aquí– publicado en 2012 que ha vuelto patas arriba la definición de zona habitable. Según los nuevos cálculos, el límite interno de la zona habitable del Sistema Solar estaría situado a 148,5 millones de kilómetros (0,99 Unidades Astronómicas) del Sol.
Puesto que la Tierra se halla a 150 millones de kilómetros (1 UA), es fácil entender la preocupación de algunos investigadores. El término al que debemos tener miedo se llama ‘efecto invernadero descontrolado’ (runaway greenhouse) y es el que sufrió Venus hace miles de millones de años. Hay dos formas de alcanzarlo. La primera es aumentar la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera de forma brutal hasta que la temperatura media del planeta alcance los 373º C, la temperatura crítica superficial del agua pura.
Al llegar a este límite, los océanos de nuestro planeta se evaporarían de forma irremediable poco a poco. El agua de la atmósfera desaparecería por fotodisociación en unas pocas decenas de millones de años y la Tierra se convertiría en un planeta yermo y desértico. Vale, pero 373º C ya es una temperatura de por sí incompatible con la vida animal. Y además, ¿cómo va a alcanzar nuestro planeta semejantes condiciones? Está claro que el efecto invernadero descontrolado no es una amenaza. ¿O no? No tan rápido.
El quid de la cuestión es que el efecto invernadero descontrolado puede aparecer a temperaturas mucho menores, de tan sólo 67º C para una atmósfera con la presión actual y una proporción de mezcla del agua superior a 0,2 (la proporción de mezcla nos dice la cantidad máxima de vapor de agua que el aire puede contener a una temperatura y presión determinadas). Este es el conocido como efecto invernadero húmedo (moist greenhouse) y es la segunda forma de alcanzar un efecto invernadero descontrolado. El aumento de la cantidad de vapor de agua -un potente gas invernadero- en la atmósfera provocará un incremento de las temperaturas que llevarán a la evaporación de más agua de los océanos.
Y suma y sigue. ¿Y cómo podemos alcanzar este escenario tan terrorífico? Pues, según un reciente estudio de (Ramsés M. Ramírez et al.), ‘simplemente’ aumentando la concentración de dióxido de carbono hasta diez veces la actual, más o menos. Afortunadamente, esto es imposible usando nuestra tecnología, pero no hace falta llegar tan lejos. Si incrementamos la concentración de este gas hasta 4-8 veces la presente, muchas regiones del planeta no podrán ser habitadas por seres humanos.
Esta última cifra es importante ya que se calcula que si quemamos todas las reservas de combustibles fósiles -conocidas y estimadas- podemos alcanzar esta concentración sin muchos problemas. Entonces la Tierra estará a un tris de sufrir un efecto invernadero descontrolado y terminar como Venus. Y todo dentro de unos pocos siglos. En realidad, estos modelos son muy pesimistas y es muy difícil -por no decir imposible- que la Tierra se convierta mañana mismo en un infierno venusino por culpa del ser humano. Pero el simple hecho de que esté tan cerca del límite da que pensar. En cualquier caso, con nosotros o sin nosotros, la vida en nuestro planeta está condenada. Los cálculos más pesimistas indican que el continuo aumento de brillo de nuestra estrella provocará el colapso de la biosfera dentro de tan sólo cien millones de años. La culpa de este apocalipsis prematuro será, paradójicamente, de la escasa concentración de dióxido de carbono en la atmósfera.
Según algunos modelos, las mayores temperaturas causadas por el efecto invernadero húmedo retirarán más y más dióxido de carbono de la atmósfera, hasta que la concentración de este gas disminuya por debajo de 150 partes por millón (ppm), el límite inferior para la fotosíntesis. Otras estimaciones más modernas aplazan el fin de la vida hasta dentro de 500 millones de años, cuando se extinguirán las plantas de tipo C4. Las plantas C3 podrán vivir hasta dentro de 900 millones de años. Aunque poco importa, porque el aumento en la luminosidad del Sol terminará por provocar un efecto invernadero húmedo descontrolado dentro de 1400 millones de años. Entonces, por fin, la Tierra será como Venus. Referencias:
- Ramses M. Ramírez et al, How close is Earth to a runaway greenhouse?, arXiv (24 de junio de 2013).
TITAN:Yo estoy convencido que a este planeta todavía le queda unos cuantos miles de millones de años de vida y que debio de haber otras causas que todavía no conocemos bien por la que VENUS se transformo en un infierno.Seguir insistiendo que VENUS es un infierno por su proximidad al SOL o porque el SOL ha incrementado su brillo no me convence el clima es algo muy complejo para echar la culpa a unos pocos factores tiene que haber algo mas que se nos escapa.
Lo primero, nosotros no somos dinosaurios, sino seres inteligentes con una civilización tecnológica que nos está apartando a marchas forzadas de los ritmos de la evolución natural. Si escapamos a la extinción no será porque los dioses sean generosos con nosotros, sino gracias a nuestro conocimiento científico y tecnológico.
Como decía en otro comentario, no creo que nuestros descendientes de dentro de 1, 10, 20, 50 ó 100 millones de años (si la especie sobrevive a cataclismos varios cósmicos, víricos o geológicos) tengan demasiados problemas en asegurar la supervivencia de la «humanidad» o lo que sea que haya entonces. Si la civilización tecnológica se mantiene más o menos durante el próximo milenio (y no digamos nada en los próximos 10.000 años) construir grandes ciudades orbitales o terraformar mundos será un juego de niños. ¿De qué será capaz una cultura tecnológica con MILLONES de años de existencia?
Saludos
Ahí estamos de acuerdo.
Si como dice Hilario; no somos capaces de conseguir avances científico-sociales-tecnológicos de «ciencia-ficción»….. en pongamos por ejemplo: 1, o 5 millones de años, pues entonces…apaga y vámonos. En 66 años fuímos capaces de pasar del primer avión a pisar la Luna. Hace 25 años todavía no habíamos visto ningún planeta extrasolar, hace 90 no existían ni antibióticos. Todavía no hemos conseguido domeñar la fusión nuclear a nivel de producción eléctrica. Cuántos avances nos quedan en los próximos milenios, o millones de años…. si somos capaces de controlar nuestros instintos autodestructivos.
Coincido con el comentario.
Si la humanidad mantiene el ritmo de desarrollo durante unos 10.000 años no habra de que preocuparse por que se habra conseguido sin ninguna duda establecer colonias en otros mundos.
Pero tampoco se puede dormir, tiene que dar el salto mientras tenga recursos y tiempo, y no dejar los deberes para mas tarde, invertir menos en defensa y mas en el espacio.
El paper de Ramsés M. Ramírez et Al que sirve de base al artículo, con sus 56 páginas, es impresionante. Poco se puede comentar sin haberlo estudiado con un cierto detenimiento dedicándole el tiempo que merece, pero a primera vista parece realmente completo. Confieso que nunca he llegado a entender muy bien por qué se pueden alcanzar temperaturas superiores a los 396 ºK correspondientes a la temperatura de un cuerpo negro con la intensidad de radiación solar recibida (Temperatura que coincide con los máximos lunares en un día lunar de 29 dias terrestres). Evidentemente, la respuesta se halla en el comportamiento de los diversos gases atmosféricos, en la existencia o no de una capa de ozono, en la altitud de las nubes, en su composición (Si son de agua o de otro compuesto como ácido sulfúrico, etc). Por supuesto, también en la concentración de CO2. Todo ello parece tocarlo en la simulación de 100 capas efectuada. Una entrada muy interesante. Saludos.
Daniel, según tengo yo entendido por los documentales, es que hubo periodos de la Tierra que tenia entre 10 y 20 veces superior de co2 al actual y nuestro planeta no sufrió un efecto invernadero descontrolado.
Creo que era en el cambrico y devonico, no me hagas mucho caso, pero creo que eran esos periodos.
Sip, lee el paper y te sacará de dudas.
No te he entendido, ¿a que te refieres con leer el paper?
El artículo que aparece en la referencia del final.
a esto llamo yo pajas mentales. Con un tres por ciento de CO2 ya estamos todos muertos
Hola a mi parecer, la Tierra puede tener un destino fatal a futuro, como su gemelo, ya que con 80ºC, ya la vida animal en la Tierra yacería. Existe una alta probabilidad de que Venus tuvo un pasado glorioso, pero con condiciones algo diferentes,hay características de ese planeta que hay que tomar en cuenta, tiene muchos mas volcanes que la Tierra, y de magnitudes, superiores a los de nuestro planeta junto con la cercanía al sol, las emisiones de gases sulfúricos de estos volcanes que provocó su temprana extinción, un caos a escala global.
Puede ser peor que Venus según algunas estimaciones. 1400º de temperatura y una presión atmosférica mayor seguramente.