Uwingu, o cómo poner nombres a los exoplanetas en contra de la comunidad científica

Por Daniel Marín, el 15 abril, 2013. Categoría(s): Astronomía • Exoplanetas • sondasesp ✎ 23

Menudo revuelo ha armado Uwingu últimamente. ¿Que qué es eso de Uwingu? Pues no, a pesar del nombre, no es una especie de pájaro australiano. Uwingu es una organización sin ánimo de lucro destinada a popularizar la ciencia que recientemente ha saltado a la fama por crear un concurso para  poner nombre al nuevo planeta de Alfa Centauri B. Cualquiera puede proponer un nombre, pero -aunque sea una ONG- no es gratis. Cada propuesta sale por 4,99 dólares. Y si solamente quieres votar hay que poner 0,99 dólares. Más adelante planean lanzar campañas similares para otros

Imagen artística de Kepler-11 (NASA).

Si has leído hasta aquí, lo más lógico es que pienses que se trata de una de esas iniciativas ‘semilegales’ –estafa sería el término más apropiado- cuyo único fin es ganar dinero vendiendo estrellas, parcelas en la Luna o en Marte o cosas así. Pero hay una diferencia, y es que Uwingu cuenta con el apoyo de científicos de la talla de Alan Stern -el jefe de la misión de la NASA New Horizons a Plutón- o Geoff Marcy, el conocido cazador de exoplanetas. De acuerdo con estos científicos, los exoplanetas descubiertos hasta la fecha se merecen unos nombres a la altura de su importancia. Y es que no es la primera vez que surge el debate sobre la nomenclatura de los planetas extrasolares. Según las normas actuales, sólo la Unión Astronómica Internacional (UAI/IAU) está capacitada para poner nombres a cualquier cuerpo celeste -o partes de los mismos-. El problema es que mientras los cuerpos menores del Sistema Solar o sus cráteres son bautizados con interesantes y bonitos nombres relacionados con la mitología, obras literarias o personajes famosos, los exoplanetas reciben el frío nombre de catálogo de su estrella acompañado de una letra minúscula según el orden de descubrimiento, empezando por la letra b. Así, el planeta alrededor de Alfa Centauri B es Alfa Centauri B b. Lo que no está nada mal, pero a ver quién es el guapo que se acuerda de mundos con nombres como HD 149143 b o GJ 667C c.

Todo esto no tendría mayor importancia si no fuera porque Uwingu ha obtenido tal popularidad que la mismísima IAU se ha visto obligada a publicar una inusitada nota de prensa dejando claro quién manda aquí. Como muestra, un botón:

Upon discovery, exoplanets and other astronomical objects receive unambiguous and official catalogue designations. While exoplanet names such as 16 Cygni Bb or HD 41004 Ab may seem boring when considering the names of planets in our own Solar System, the vast number of objects in our Universe — galaxies, stars, and planets to name just a few — means that a clear and systematic system for naming these objects is vital. Any naming system is a scientific issue that must also work across different languages and cultures in order to support collaborative worldwide research and avoid confusion.

Resumiendo, las cosas se quedan como están. Nada de nombres exóticos o rimbombantes. Eso sí, la nota adopta un tono conciliador al final y deja la puerta abierta a una posible revisión de su postura en el futuro.

En mi opinión, la iniciativa Uwingu y otras similares destinadas a torpedear la línea de flotación de la UAI son un completo y mayúsculo error. Como bien dice la nota de prensa, bautizar a los exoplanetas debe ser un asunto consensuado por la comunidad internacional. Hoy puede que nos parezca una buena idea que un determinado exoplaneta sea conocido como Osiris, por ejemplo. Sin duda, un nombre mucho más bonito que HD 209458 b, dónde va a parar. Pero si dejamos este asunto en manos de la iniciativa popular, no nos extrañemos de que el día de mañana todos los nombres de exoplanetas sean chinos. O que cada exoplaneta sea conocido por un nombre diferente en cada país. Uwingu no es un organismo público ni tiene reconocimiento internacional, a diferencia de la UAI. Además, el hecho de que haya dinero de por medio elimina cualquier credibilidad que pudiera tener este proyecto. Y es una pena, porque Uwingu ha fomentado en el pasado campañas para la popularización de la ciencia ciertamente interesantes y loables.

En realidad, todo este asunto viene de lejos. De Plutón, para ser exacto. En su momento, Stern protagonizó una serie de declaraciones bastante bochornosas cuestionando la autoridad de la UAI cuando Plutón fue degradado de su condición planetaria. El motivo no era otro que su interés particular en el tema por culpa de la sonda New Horizons. Obviamente, no es lo mismo que tu sonda sea el primer artefacto humano que visite el único planeta del Sistema Solar que no ha sido estudiado por el hombre, a que de la noche a la mañana se convierta en la segunda sonda que visite un planeta enano (Dawn llegará a Ceres antes que la New Horizons a Plutón). Desde entonces, Stern se ha transformado en una especie de ‘supervillano anti-UAI’. No me cabe duda que las motivaciones del resto de científicos que apoyan Uwingu son totalmente transparentes, pero no por ello tienen más peso. Si un astrónomo está en contra del sistema de nomenclatura de la UAI, lo que debe hacer es presionar desde dentro para que se cambie, no organizar iniciativas de dudosa moralidad.

Una vez más, es importante recordar que no se trata de un asunto de ‘Estados Unidos contra el resto del mundo’. Es cierto que las voces más críticas con la UAI provienen del otro lado del charco -especialmente desde el ‘affaire Plutón’-, pero no nos olvidemos de que los astrónomos norteamericanos también forman parte de la organización. A mí tampoco me gusta la nomenclatura actual, pero lo que sí tengo claro es que Uwingu no es la solución. Así no. Además, por ahora va ganando Rakhat como nombre más popular. Pues qué quieren que les diga, casi prefiero Alfa Centauri Bb.



23 Comentarios

  1. Supongo que con el tiempo determinados planetas podrían ser objetivos de exploración espacial. Pongamos que en 20 ó 50 años sea posible construir una sonda interestelar: en ese caso habría que elegir los planetas más interesantes como objetivo. Y se les daría nombre.

  2. CaesarHadrianus
    La UAI , para ganar popularidad , deberia de organizar algo por el estilo pero a nivel internacional algo asi como que todos los niños del mundo elijan el nombre de un planeta. Incluso podria hacerlo todos los años , un planeta por vez .

    Aunque al final supongo que el que lo explore ( fisicamente) , explote y/o colonice el planeta sera el que le ponga nombre

  3. Con los topónimos tenemos para hablar largo y tendido xD.

    Y realmente, la cosa está bien como se está haciendo. Un topónimo es simplemente un nombre geográfico, pero no es lo mismo cuando designa una colectividad humana (una ciudad, una región, un país) que un objeto geológico (una montaña, un río, un mar). Es cierto que en el segundo caso se impregna de la cultura de quienes le hayan dado nombre, pero veo bastante apropiada la tendencia que camina en dirección de llamar a los primeros casos por sus nombres originales, que por cierto, igual que decimos Wall Street o Bundesbank, por cuestiones de mentalidad esos nombres quedan chachis en «original» -calle de la pared y banco de la unión, respectivamente, además, pueden ser traducidos y no se hace-; con más razón decir Lleida o Torino o München -mínjan-, o Zhongguo por qué no. Si ya no traducimos (que se hizo, históricamente, e incluso hasta relativamente reciente) Johann Nepomuk Hummel (Juan Nepomuceno), ni decimos Juan Lennon ni Francisco Hollande, con más razón.

    En cambio, Océano Atlántico es demasiado grande como para atribuirlo a una sola colectividad, y lógicamente como objeto que es debe y puede tener un nombre en cada lengua -el que le corresponda. Yo diría que en esta categoría caben precisamente los exoplanetas, ya que no los planetas por tradición (e importancia). Si lógicamente Mercurio se dice Mercury, Merkur, Mercure, Merkúríus, Merc’her, Ƿōden, Ερμής (Hermés, lógico xD), Budhgrah… primero, no sé si vamos a tener tantas palabras (nombres propios) como para miles de millones de objetos, segundo, efectivamente va a ser una fiesta, tercero, el dotarles de un nombre es casi atribuirles una vinculación o una especie de propiedad. La topología planetaria de momento se da en latín (como la estelar), una especie de geotaxonomía, pero eso es porque no sale de su ámbito científico. Si la sacamos de esa maceta, pues tenemos la fiesta montada. Si no se le pone un nombre vulgar a Streptococcus Salivarius, tampoco acabo de ver la utilidad de ponérselo a Rupes Catella Caccata o a Alpha Centauri (que en este último caso aún, porque se ve a simple vista).

    Por cierto que a los que se les ocurren estas gilipolleces, ya puestos, pueden ponerle nombre a las estrellas, el 90% de las que se pueden ver tiene un nombre sistemático.

  4. Pues no encuentro mal dejar los nombres de los planetas acordes con su estrella, el sistema actual. En un futuro, a medida que la tecnología observacional vaya aumentando, habrán mas planetas que estrellas, entonces acordarse de un planeta y de su situación será mas fácil hacerlo con respecto a su estrella que con un nombre propio.

    Saludos
    Emili

  5. Me parece una estafa monumental por mucho que la apoya tal o cual cientifico, ¿dinero por nombrar un exoplaneta y sabiendo que los unicos con potestad para hacerlo son los cientificos por consenso de la IUA?, claro, claro, hay que tener cara.

    Esta son de esas cosas donde se ve la estupidez que lo politicamente correcto suele arrastrar muchas veces y podemos encontrarnos en nada con nombres estupidos de jugadores de fumbol, cantantes con mas o menos exito o combos aberrantes (como se ven en algunos documentos de identidad de algunos paises) simplemente porque la masa vota en plan borrego algo.

    ¿Y si mañana porque la gente se aburre sale de nombre «Mi Culo» por ejemplo?, planeta Mi Culo por decision popular y es solo un ejemplo extremo de las tonterias que nos podemos encontrar.

  6. El primero que llegue que le ponga en nombre que quiera. Mientras, que dejen a la UAI que catalogue sus descubrimientos como considere más adecuado.

  7. Los nombres sólo los ponen los padres y el usoy la costumbre, y los planetas, que yo sepa, no tienen ni padres ni, hasta el momento, uso. Con qué autoridad se creen los de Uwingu para bautizar un planeta? Vaya tontería!!! Que dejen a la UAI hacer su trabajo.

    Saludos

  8. Payasada y con negocio detrás.
    Además ya estoy cansado de esta tendencia progre en que se termina con que «los niños de guardería serán los que elijan el próximo nombre por concurso» (como hacen en mi país con los diseños de banderas locales y nombres de calles que hasta se los hacen elegir a niños que ni empezaron la escuela porque «es muy progre así»). Después salen nombrecitos ridículos e infantiles. Acá además es por plata y en contra de una organización internacional. Que no, que si algún exoplaneta es interesante y especial ya le darán nuevo nombre sin dudarlo.
    Por ejemplo cuando encuentren el primero con posibilidades reales de vida a no dudar que dejará de llamarse HD141923c.

  9. Yo creo que lo propio sería bautizar el planeta el día que pueda ser visitado, por aquellos que lo logren por primera vez, si tal cosa se logra alguna día.

    No hay nombre más oficial que el que le dan sus colonos.

  10. Pero habéis visto los nombres, solo se salvan dos, Sagan y Darwin, lo he mirado por encima, igual hay alguno mas que sea digno.
    El que mas me ha llamado la atención es Kakakakakaxo, menuda mierda de nombre (con perdón).
    En mi opinión el momento de ponerle un nombre será cuando se pueda estudiar un determinado planeta en profundidad (sin necesidad de visitarlo) que quiero ver en mi vida un exoplaneta con nombre y si es Sagan mejor.

  11. Yo aplicaría el sistema de nombres Startrekiano. El nombre de la estrella y en romanos el orden del planeta desde la misma, por ejemplo, Fomalhaut IV, Vega V, etc, y con nombres propios para algunos de ellos, los más importantes.
    En el mundo en el que vivimos, con las redes sociales y foros plagados de trolls, incultos y graciosillos no dejaria a su elección el nombre de nada, podria pasar que se pusiera de acuerdo un gran foro ( como ya ha ocurrido en otros campos ) y saliera un nombre absurdo con el consiguiente bochorno para la UAI que no sabría si aceptarlo en nombre de la «democracia» o rechazarlo y ser acusada por algunos papanatas de «antidemocrata».

  12. La verdad es que a veces las actitudes de ciertos cientificos parecen muy poco cientificas. ¿Geoff Marcy?, ¿Astronomy Magazine?. Parece una broma del dia de los inocentes, hasta que se habla de dinero.

    Vulcano, Alderaan, Heinlein, Neil Armstrong…. pero lo que para mi descubre el motivo real de todo este tinglado es que se propone el nombre de PlanetPluto. Si le quitan el nombre a lo que tu consideras tu fuente de prestigio, ¿por que no intentar colarselo al exoplaneta mas cercano y de paso ganar unas perras?.

  13. Yo veo muy aventurado empezar a poner ya nombres, cuando lo que sabemos de los planetas, no nos engañemos, es bastante poco. Sólo falta que les pongamos nombres preciosos a planetas que luego sean unos pedregales, y luego resulte que los «buenos» estaban en otra parte, pero ya hemos agotado los nombres molones.

  14. Siempre y cuando no empiecen a ponerle nombres de planetas de la ciencia ficción. Prefiero nombre de divinidades porque de religiones hay para todos los gustos. Me chocaría que empezaran a proponer nombres de Star Trek o Star Wars, claro que nunca se pasen como en la serie Space Above and Beyond donde todos los planetas tenían nombres relacionados con la muerte.

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Por Daniel Marín, publicado el 15 abril, 2013
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