Tras el éxito de Chandrayaan 3, el programa espacial de India ha superado otro de sus hitos previstos para este año con el lanzamiento exitoso del observatorio solar Aditya-L1. El 2 de septiembre de 2023 a las 06:20 UTC despegaba un cohete PSLV-XL en la misión PSLV-C57 desde la rampa FLP (First launch Pad) del Centro Espacial de Satish Dhawan (SDSC SHAR) en la isla de Sriharikota (estado de Andhra Pradesh, India). Este ha sido el tercer lanzamiento de un PSLV en 2023 y la séptima misión orbital de India en lo que va de año, unas cifras bastante elevadas para el país asiático, sobre todo si las comparamos con los lanzamientos orbitales de Japón o Europa (solo dos por ahora). La cuarta etapa del PSLV (PS4) situó el Aditya-L1 en una órbita elíptica de 240 x 19450 kilómetros y 19,2º de inclinación. En las próximas dos semanas el observatorio realizará tres encendidos de su motor para elevar el apogeo y un cuarto para situarse en una órbita de transferencia hasta el punto de Lagrange ESL1 del sistema Tierra-Sol, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, a donde llegará dentro de 125 días. La primera maniobra tuvo lugar menos de un día después del lanzamiento y situó la nave en una órbita de 245 x 22 459 kilómetros.
Aditya-L1 (आदित्य, aditya proviene de ‘sol’ en sánscrito) es un observatorio espacial de 1481 kg, con 244 kg de instrumentos científicos, construido por la agencia espacial india, la ISRO, usando el bus I-1K. El objetivo de Aditya-L1 es estudiar la interacción entre la fotosfera, la cromosfera y la corona solares, con especial énfasis en las fulguraciones y eyecciones de masa coronal. Además de la ISRO, en el desarrollo de esta misión han participado varias universidades e institutos de investigación de todo el país. Aditya L1 nació hace una década como el proyecto Aditya 1, un pequeño observatorio solar de 400 kg que utilizaría el bus IMS-2 (Indian Mini Satellite Bus-2) en una órbita baja polar (SSO) de 800 kilómetros de altitud. Pero en 2015 se decidió que para aumentar el retorno científico y el interés de la misión lo ideal sería situarla en el punto ESL-1, ya que de esta forma podría apuntar constantemente al Sol y, al mismo tiempo, reducir las tensiones térmicas y garantizar una línea de comunicaciones constante con la Tierra (las órbitas SSO pueden apuntar al Sol durante largos periodos, pero no están libres de eclipses). Aditya-L1 se ha convertido en el segundo observatorio espacial dedicado exclusivamente al estudio del Sol situado en ESL-1, tras el satélite SOHO de la ESA, todo un veterano lanzado en 1995. También es la primera nave de la ISRO que se lanza con destino al punto ESL-1. El lanzamiento estaba originalmente previsto para 2019, pero la pandemia de covid y problemas presupuestarios retrasaron el proyecto.
Aditya-L1 estará situado en una órbita de halo alrededor del punto L1 de Lagrange del sistema Tierra-Sol con unas dimensiones de unos 209 000 x 67 000 kilómetros y un periodo de 178 días aproximadamente. Al igual que los observatorios situados en el punto L2, como el James Webb, Aditya-L1 deberá corregir su órbita de vez en cuando, por lo que las reservas de propergoles ponen un límite a la vida útil del satélite. La misión primaria tiene una duración prevista de cinco años. El observatorio cuenta con siete instrumentos principales. El más importante es SUIT (Solar Ultraviolet Imaging Telescope), un telescopio ultravioleta que observará la fotosfera y la cromosfera solares en la región de 200 a 400 nanómetros en 11 canales espectrales. Captará una imagen del disco solar completo cada 30 minutos. El espejo primario tiene un diámetro de 14,1 centímetros y su campo de visión de es 0,8º, con una resolución angular de 1,4 arcosegundos. El siguiente instrumento en importancia es VELC (Visible Emission Line Coronograph), un coronógrafo para estudiar la corona solar y las eyecciones de masa coronal (CME) en tres longitudes de onda en el visible e infrarrojo (530, 789 y 1075 nanómetros). SoLEXS (Solar Low Energy X-ray Spectrometer) es un espectrómetro de rayos X con 1º de campo de visión que estudiará las fulguraciones solares con una energía de 1 a 30 keV (kiloelectronvoltios). Trabajará mano a mano con el instrumento HEL1OS (High Energy L1 Orbiting X-ray Spectrometer), un espectrómetro para estudiar los rayos X energéticos de 10 a 150 keV. Los instrumentos ASPEX (Aditya Solar wind Particle Experiment) y PAPA (Plasma Analyzer Package for Aditya) analizarán conjuntamente las partículas del viento solar (ASPEX medirá las partículas de 20 keV a 20 MeV y PAPA de 10 eV a 3 keV). Por último, el magnetómetro (MAG) —en realidad un conjunto de varios sensores situados en dos puntos de un mástil desplegable— medirá el campo magnético interplanetario.
Aditya L1 se sumará a las naves espaciales dedicadas al estudio del Sol, lideradas por las misiones SOHO, STEREO-A, SDO, Hinode, PROBA-2 o Solar Orbiter. No obstante, en el marco de su competición particular con China, uno de los objetivos de Aditya L1 es poner al ISRO por delante del país vecino en cuanto al estudio del Sol se refiere. En este sentido, no olvidemos que China mantiene actualmente dos observatorios solares en servicio, el pequeño Xihe (CHASE), de 500 kg, y el más grande Kuafu (ASO-S), de 888 kg, lanzados en 2021 y 2022, respectivamente, y situados en SSO. Estos dos observatorios chinos han sido desarrollados y lanzados en un tiempo mucho menor que Aditya-L1, de ahí la presión sobre la ISRO para que lanzara su observatorio lo antes posible. Estas misiones no son competidoras directas en tanto en cuanto observan regiones del espectro no del todo similares (Aditya-L1 se centra en el ultravioleta, mientras que Kuafu en el ultravioleta y en los rayos X duros). Pero la ventaja de Aditya-L1 puede que no dure mucho si China lanza, como está previsto, el observatorio solar Xihe 2, un observatorio de 1700 kg que estará situado en el punto de Lagrange L5, como la futura misión Vigil de la ESA, para así poder detectar con antelación eyecciones de masa coronal que puedan suponer un peligro para nuestra civilización (además de otras propuestas, como Xihe 3 y 4, situadas en órbitas más cercanas al Sol). En cualquier caso, Aditya-L1 es un gran salto adelante para el programa espacial indio.
Si hubiera una eyección de masa coronal que pudiera suponer un peligro para nuestra civilización: desde L5 se podría observar cuanto tarda y cómo evoluciona en recorrer el camino desde el sol hasta la Tierra. Pero también desde L1 se detectaría: al, muy probablemente, inutilizar toda la instrumentación de los satélites allí ubicados.
(Dani, errata: «luna» ha de cambiarse por «sol», en esta entrada).
Antonio, ¿qué puedes contarnos de este «peligro para nuestra civilización»?.
¿Conoces el libro «How the Sun can kill us» de Cooper Abewell?. Los efectos de la exposición a la radiación ionizada son preocupantes, ¿qué nos puedes explicar?.
«Serie de autodiálogos entre Español viejo y Antonio (AKA «Un físico»): tercera entrega».
Español viejo, realmente no hay ningún peligro para nuestra civilización.
El libro “How the Sun can kill us” de Cooper Abewell es un “best seller” ficticio de la película Finch. Es un libro inventado que, junto con artículos inventados sobre rayos gamma, dan a entender al espectador que sería plausible que el sol pudiera destruir la capa de ozono y provocar: auroras en los trópicos, quemaduras en la piel a los cinco segundos de exposición, enfermedades inducidas por la exposición a la radiación ionizante y una temperatura media global de unos 50 grados Celsius.
Más abajo os aclaro el estado de la ciencia y la tecnología sobre estos asuntos, pero antes tengo que justificar el porqué yo puedo desvelaros la verdad en todo esto.
En la segunda entrega de estos autodiálogos, hace justo dos entradas, os dije que volví (entre Marzo del 2002 y Agosto del 2004, pasados los cincuenta) a España con una buena pensión privada (sí, me costaba dejar aquella vida y tardé en decidirme mucho más de lo normal). Había retomado el contacto con gente de aquí y había participado en algunos proyectos (como asesor externo) pero al final nada solidificó y yo me quedé con dinero, pero sin proyectos. Fue entonces cuando decidí aprender de todo lo que de joven me gustaba, de asuntos que me había dejado a medias y de asuntos nuevos que surgían: astronomía-cosmología, cuántica, estadística, sistemas complejos (origen y evolución de la vida, cambio climático, etc.), energéticas, materiales y biotecnología, transporte (sobre todo tecnología espacial), grafeno y lo relacionado con el Human Brain Project. Tras casi dos décadas he confeccionado apuntes sobre muchos de estos temas (“apuntes” = notas cuya referencia procede de contrastadas fuentes y que justifican la argumentación resumida) que me otorgan un fundamento muy superior a la media.
Pero a pesar de poseer buenos fundamentos, uno no descubre la verdad a no ser que uno se lea muchísimos datos (y que contraste algunos de ellos). Daniel Marín, en el 2012, escribió una entrada sobre la destrucción de nuestra civilización por una tormenta solar (el enlace lo han rescatado más abajo). Pero no es plausible que nuestra civilización quede destruida por una tormenta solar.
Daniel habla de tres tipos de eventos en las tormentas solares: eyecciones de masa coronaria solar, fulguraciones solares y eventos de protones solares.
– Cualquiera de estas tres podría: matar a astronautas (sobre la luna y en la futura gateway), pero no tanto en la ISS y es practicamente imposible que afecten seriamente a la salud de nadie en la Tierra (debido al “escudo” magnético terrestre).
– También podrían afectar a las comunicaciones (por satélite, de radio y televisión), a las estaciones energéticas y a dispositivos electrónicos aunque estuvieran apagados. Pero aquí también hay que hacer distinciones: el material militar siempre está diseñado para eventos mucho más extremos de lo común y cualquiera se puede construir una jaula de Faraday.
La destrucción de la capa de ozono y el derretimiento de los polos son dos amenazas que nunca se han de relacionar con nuestro sol. Como bien puso Daniel, una superfulguración diez millones de veces más energética que el suceso Carrington, sí que podría causar ambos desastres. También un impacto directo de los chorros de rayos gamma provenientes de otra galaxia causarían ambos desastres. Pero que nos afecte esto otro que no tiene nada que ver con el sol es muy, muy improbable.
Cabe matizar que, según una investigación en el observatorio HAWC publicada en Agosto del 2023, nuestro sol parece expulsar rayos gamma siguiendo una ley de potencia. Es decir, que cuanto más energéticos son los rayos gamma más escasa es su expulsión del sol. Lo curioso de este artículo es que establece una anticorrelación entre el flujo de rayos gamma y la actividad solar.
El coste de la tormenta solar se estimaba en 2 billones de dólares (dos millones de millones) sólo para los Estados Unidos, pero poniéndolo en perspectiva: según internet, se ha estimado que el covid hasta el fin del 2023 le costará 14 billones de dólares a los Estados Unidos.
Muchas gracias Maestro por esta entrada, la verdad es que da gusto ver lo que llevamos años esperando, la India con la ISRO se está convirtiendo en una agencia espacial fascinante, y cada vez más protagonista de los hitos espaciales, solo nos queda soñar donde estará en unas décadas esta potente nación en el espacio…
A destacar que todos los instrumentos son desarrollos propios, sin colaboración internacional. Y lo mismo con la Chandra-3.
Por otra parte, aunque suelen pasar bastante desapercibidas, estas misiones Solares, me parecen vitales si queremos seguir teniendo una civilización tecnologica y expandirnos por nuestro Mare Nostrum, llamado Sistema Solar…
Exacto. El Sol es vital para nuestra civilización así que cuantas más potencias espaciales se unan a su monitorización permanente, mejor.
A medida que tenemos más activos en el espacio la meteorología espacial crece en importancia.
De hecho, debería haber una mayor coordinación a nivel global en este sentido.
Todos estos observatorios solares, ¿qué anticipación nos darían frente a un nuevo evento Carrington https://es.wikipedia.org/wiki/Tormenta_solar_de_1859? Aunque quizás la pregunta debiera ser si eventualmente permitirían el desarrollo de modelos teóricos que nos permitieran detectar un evento de esa naturaleza antes que se produzca.
Creo que Aditya 1 solo se sigue desde el DSN indio, que solo tiene antenas en la propia India, así que durante unas 12 horas al día no se pueden recibir datos de la sonda. Otras sondas como SOHO tienen seguimiento más continuo pero no sé si llegan a seguirse en directo.
Para que una eyección coronal llegue a la Tierra tiene que apuntar hacia esta. Eso significa que desde que ves aparecer el grupo por el limbo solar hasta que está en «posición de disparo» pasan unos 7 días. Una vez lanzada, la eyección tarda 1-3 días en llegar a la Tierra.
Finalmente, algunas sondas (como Stereo o Solar Orbiter) no están en L1 y por tanto están en condiciones de ver partes del disco solar que no se ven desde la Tierra, incrementando así el plazo de predicción.
Saludos
La ESA apoya con sus antenas esta misión, de momento durante los dos primeros años de misión:
https://www.esa.int/Enabling_Support/Operations/How_is_ESA_supporting_ISRO_s_Aditya-L1_solar_mission
“Para la misión Aditya-L1, brindamos apoyo desde nuestras tres antenas de espacio profundo de 35 metros en Australia, España y Argentina, así como apoyo desde nuestra estación Kourou en la Guayana Francesa y apoyo coordinado desde la Estación Terrena Goonhilly en UK.»
La ESA es el principal proveedor de servicios de estación terrestre para Aditya-L1. Las estaciones de la ESA apoyarán la misión de principio a fin: desde la crítica ‘Fase de lanzamiento y órbita temprana’, durante todo el viaje hasta L1, y para enviar comandos y recibir datos científicos de Aditya-L1 durante varias horas al día durante los dos próximos años de operaciones rutinarias.»
Gracias por la info Pochi.
Sobre los Carrington, recomiendo repasar esta gloriosa entrada del blog.
https://danielmarin.naukas.com/2012/09/10/como-puede-una-tormenta-solar-destruir-nuestra-civilizacion/
Mejor aquí…
https://danielmarin.blogspot.com/2012/09/como-puede-una-tormenta-solar-destruir.html?m=1
…sin los consabidos «enlaces rotos» producto de la migración a Naukas 🙁
Las versiones «desktop» de las entradas originales en Blogspot redirigen a Naukas, pero las versiones «móvil» (?m=1) todavía son accesibles allí 😉
Gracias por el enlace, Pelau y Pochimax. ¡Gran post!
Cuánto más apacible era la lectura por entonces –a pesar de lo «apocalíptico» del tema y del 2012.
Gracias por el enlace Pochi. Y a Pelau por ponerlo con mejor entrada
Para que una eyección coronal llegue a la Tierra tiene que apuntar hacia esta.
Ya, pero sucede que las CME (Coronal Mass Ejection) están asociadas a eventos SEP (Solar Energetic Particles) básicamente omnidireccionales y algunos son tan energéticos que devienen en eventos GLE (Ground Level Enhancement).
Aquí va un evento GLE detectado simultáneamente en la Tierra y en Marte… estando Marte al otro lado del Sol…
The first Ground Level Enhancement seen on three planetary surfaces: Earth, Moon, and Mars (2 August 2023)
…This event is closely associated with an X1.0 class flare and its accompanying strong coronal mass ejection (CME) eruption reaching a speed of >1,300 km/s…
…Additionally, it is intriguing that Mars, separated by 191º longitudinally from Earth [ver el panel (c) de la Figure 2] also registered a GLE event on its surface as measured by the Radiation Assessment Detector on NASA’s Curiosity rover…
Esto se comentó en el episodio 426 de Coffee Break… instante 28:30 del «lado A» del podcast… o instante 32:48 del directo en YouTube.
Me encanta el programa espacial indio, humilde y ambicioso al mismo tiempo, alcanzando hitos asombrosos con un coste mínimo, tengo muchas ganas de ver despegar la pequeña Gaganyaan-1.
Nuevo éxito de la ISRO y constatación de que su programa espacial y sus lanzadores han alcanzado la madurez. Y no, no es un programa “humilde” ni de “coste mínimo” aunque los presupuestos nominales así lo den a entender. La ISRO (Indian Space Research Organisation) tiene 16.800 empleados, maneja un presupuesto en 2023 equivalente a 4.000 millones de dólares, está terminando de desarrollar una cápsula tripulada para tres “indianautas” que según las últimas informaciones despegará en 2025 y entre sus planes a medio plazo figura la puesta en órbita de una estación espacial de 20 toneladas que sería puesta en órbita en la primera mitad de la próxima década. Que los 75 millones de dólares que ha costado la Chandrayaan no nos nublen el juicio, porque si tenemos en cuenta el diferencial del PIB PPA de la India respecto de Occidente, esa misión habría costado unos 400 millones de euros/dólares. Y esta nueva misión, Aditya L1, le ha costado a la India unos 50 millones de dólares, que vendrían a ser unos 200 millones de dólares en cualquier país occidental con capacidad espacial.
Y en este sentido, doble felicitación a la India y a la ISRO porque los esfuerzos y recursos que destina a su programa espacial destacan notoriamente en un país que solo dedica el 0,8% de su PIB a I+D (como comparación, España dedica en 2023 el 1,4% del PIB a investigación y ciencia). Claro que ese empuje espacial (muy vinculado al programa político de Modi, que lo usa como parte de su programa de exaltación nacionalista indú), no debe deslumbrarnos y hacernos olvidar que en la India todavía en la India se ven manifestaciones evidentes de miseria extrema generalizada, agravada por el sistema de castas, que restringe los beneficios de las políticas sociales en buena parte del país y bloquea el aprovechamiento del talento y la movilidad social, y por un sistema de gobierno extremadamente burocratizado que funciona como barrera para el crecimiento económico y estimula la corrupción administrativa, en especial a nivel regional. Como afirma el politólogo Daniel Arias esto se constata en el hecho de que la industria india de mayor éxito, la industria del software, surgió y creció cuando desaparecieron las barreras gubernamentales al capital y el comercio extranjero, lo cual es muy difícil de imaginar en otros sectores económicos, debido a los intereses regionales.
Así pues, India está dando los pasos correctos para convertirse en una gran potencia espacial. Ya lo es en el terreno militar a nivel refional. Esperemos que también aspire a serlo en educación, sanidad, infraestructuras, derechos de la infancia y de la mujer y redistribución de la renta para sacar a cientos de millones de indios de la miseria.
hace poco india envio una nave para alunizar en nuestro satelite,y ahora esto, no entiendo de un pais con pobreza, que no comen vacas porque son sagradas (pero tienen armas atomicas) inviertan en mandar dispositivos al espacio, es sarcastico.-
La India nos ha sorprendido a muchos con estas dos sondas en pocos días para estudiar los dos astros más notables. Además del interés científico, estos logros recuerdan que India es un país enorme con muchos recursos humanos, tan capaz como las mayores potencias mundiales. La independencia, y la unidad que no ha tenido en la historia, permiten que prospere como nunca.
Claro que aún hay mucha pobreza en la India, como en USA, pero eso no es motivo para que no invierta en ciencia y tecnología, incluso espacial, sino todo lo contrario, porque el conocimiento es lo que libera de la miseria, y de estar en manos del azar.
El punto de Lagrange al que se envía esta sonda, como está entre la Tierra y el Sol, además de ser ideal para observar nuestra estrella, está en la trayectoria de las eyecciones de masa coronal que se dirijan a nosotros. Alguien, no recuerdo quién, lo leí en el blog de Francis Villatoro, propuso que si pudiéramos formar un campo magnético artificial ahí, nos protegería de las partículas cargadas, desviándolas. Lo que proponía era descomunal, un anillo de metal de miles de km de diámetro por el que circularía una corriente.
Para ahorrar masa: ¿en lugar de ese anillo metálico, sería posible mantener una corriente de electrones, y otra de los iones de los que se extraigan esos electrones, orbitando en sentido opuesto, similar a los cinturones de Van Allen? Ambas corrientes generarían un campo magnético común, en el mismo sentido.
El vacío no se opondría a estas corrientes, sería mejor que cualquier metal superconductor.
! Que gran mula de carga el PSLV ! 56 éxitos de 59 lanzamientos. Además es bonito y con los boosters añadidos en la configuración XL aún lo es más. Desde Chandrayaan 1 hasta Aditya.L1 creo que 25 misiones, 24 exitosas.
Enhorabuena a nuestros espacioindiotranstornados!
Y Gracias a DM como siempre.
vaya progreso de la india en el espacio me pregunto si no se puede saturar el punto L2 ya que allí están : el JWST el Euclides Gaia y el telescopio de rayos X ruso alemán ?
por enésima vez: ¡que no!, eso no es la Órbita Terrestre Baja,
ojala y la humanidad aprovechara mas ese espacio con mas artefactos-maquinas de esos que nombra.
A proposito:
se habla de colonizar otros planetas
pero pasa desapercibido que también se puede colonizar esos puntos de Lagrange
con estaciones espaciales:
de la ISS a la Gateway, a colonizar con los cilindros o esferas de O’Neill.
😉 Gerard O’Neill prefería los puntos Lagrange Tierra-Luna (en particular L5). Atención que ese enlace va de mucho más, vale la pena ojearlo al completo. ¡Lagrange overdose! 🙂
Spoiler :
Hay un toyano marciano en Sun-Mars L5 llamado… 🙂
🙂
…lo encontré
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