Medio siglo del incendio del Apolo 1, el accidente que marcó la carrera lunar

Por Daniel Marín, el 29 enero, 2017. Categoría(s): Apolo • Astronáutica • Historia • Luna • NASA ✎ 36

«¿Cómo demonios vamos a ir a la Luna si no somos capaces de hablar con el edificio de al lado?»

Gus Grisson, 27 de enero de 1967, poco antes del accidente del Apolo 1.

El 27 de enero de 1967 Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee murieron asfixiados dentro de la cápsula Apolo 204 durante un entrenamiento rutinario a menos de un mes del despegue. La tragedia supuso un antes y después en la conquista del espacio. Varios astronautas habían muerto con anterioridad, pero nunca en la rampa de lanzamiento y dentro del vehículo que los iba a llevar al espacio. La carrera por alcanzar la Luna antes de 1970, tal y como había prometido John F. Kennedy, se había cobrado sus primeras víctimas.

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De izqda. a dcha.: Grissom, White y Chaffee durante una rueda de prensa en el Cabo (NASA),

La fatídica misión que ahora recordamos como Apolo 1 no debía haberse llamado de esta forma. La NASA, en un arrebato de originalidad burocrática, había decidido nombrar las misiones Apolo con una confusa designación de tal forma que el vuelo de Grissom, White y Chaffee debía haber sido simplemente el Apolo 204 o AS-204 (Apollo-Saturn 204). La razón es que previamente habían tenido lugar tres vuelos no tripulados. El primero de ellos, la misión AS-201, había despegado el 26 de febrero de 1966 en una trayectoria suborbital y demostró que el módulo de mando (CM) Apolo era capaz de sobrevivir a una reentrada atmosférica. Para complicar todavía más las cosas, en ocasiones la NASA se refería a estas misiones como SA (Saturn-Apollo) en vez de AS (Apollo-Saturn) y, para colmo, la AS-202 se había lanzado después de la AS-203.

La cápsula CM-009 en el mar tras la misión AS-201 (NASA).
La primera cápsula Apolo CM-009 en el mar tras la misión AS-201 en 1966 (NASA).

No es de extrañar que Grissom, White y Chaffee presionasen para que la NASA cambiase la designación de la primera misión tripulada Apolo y escogiese un nombre más digno como Apolo 1. Al fin y al cabo iba a ser la primera misión en órbita baja de una nave Apolo (las misiones AS-201 y 202 fueron suborbitales, mientras que la AS-203, que sí fue orbital, no llevó una nave CSM). Los gerifaltes de la agencia estaban de acuerdo con Grissom en que la designación oficial era un galimatías de cara a los medios de comunicación, pero se resistían a elegir un nombre que parecía indicar que las anteriores misiones no habían existido. De no haberse producido el accidente probablemente la tripulación se habría salido con la suya y la misión habría sido conocida por los medios como Apolo 1, pero no cabe duda de que la NASA no pensaba cambiar de opinión y hubiera mantenido su horripilante nomenclatura para uso interno.

Emblema del Apolo 1 (NASA).
Emblema del Apolo 1 (NASA).

La tripulación del Apolo 1 estaba comandada por el mítico Virgil Ivan «Gus» Grissom, de 40 años, veterano de los proyectos Mercury y Gémini. Grissom había participado en el segundo vuelo suborbital de los EE UU a bordo de la cápsula Mercury Liberty Bell 7 y fue miembro de la tripulación de la primera misión de la cápsula biplaza Gémini. A diferencia de otros astronautas del proyecto Mercury, Grissom no ‘iba de diva’ y era famoso por trabajar tan duramente como cualquier recién llegado. Su carácter serio y reservado, a veces hasta hosco, no hacían de él el favorito de la prensa precisamente, pero sí que era uno de los preferidos por la dirección de la NASA. Había trabajado tan duramente en el diseño de la Gémini que la nave pasó a ser apodada como el ‘gusmobile‘ por sus compañeros. Además era el mejor amigo de Deke Slayton, el ex astronauta del Mercury encargado de seleccionar las tripulaciones de las misiones Gémini y Apolo.

Grissom volaría en el Apolo 1 con White y Chaffee. Edward «Ed» White, de 36 años, era miembro de la segunda selección de astronautas de la NASA y había saltado a la fama mundial al convertirse en el primer astronauta norteamericano en realizar un paseo espacial durante la misión Gémini 4. Por su parte, Chaffee, de 31 años, era un novato perteneciente al tercer grupo de astronautas de la agencia espacial. De hecho, Chaffee no formaba parte de la tripulación original seleccionada a principios de 1966 para el Apolo 1, ya que estaba previsto que su lugar lo ocupase Donn Eisele. Por suerte para Eisele, sería sustituido por Chaffee tras dislocarse el hombro dos veces durante los entrenamientos.

White, Grissom y Chaffe (NASA).
White, Grissom y Chaffee (NASA).

La misión Apolo 1/AS-204 debía comprobar en órbita baja el funcionamiento del CSM Apolo. North American, la empresa fabricante, había decidido que sería adecuado diseñar al mismo tiempo dos versiones de la nave Apolo, conocidas como Block I y Block II. Las Apolo Block I eran versiones simplificadas del CSM Apolo destinadas únicamente a la órbita baja terrestre, mientras que las Block II debían llevar a cabo las misiones lunares. La lógica de este razonamiento era que, al ser más simples, las Block I eran más sencillas de construir y por lo tanto eran ideales para los vuelos no tripulados de prueba. De paso, sería más fácil cumplir con los compromisos con la NASA. Las lecciones aprendidas en la construcción y operaciones de las Block I se incorporarían más tarde al diseño de las Block II. Visto en retrospectiva está claro que se trataba de una buena idea para acelerar los plazos del programa, pero no tanto si lo que se pretendía era mandar gente al espacio en una nave con un diseño probado.

Nave Apolo Block 1 usada durante la AS-201 (NASA).
Nave Apolo Block I usada durante la AS-204 (NASA).
Módulo de mando (CM) Apolo Block I (NASA).
Módulo de mando (CM) Apolo Block I (NASA).

La NASA tenía previsto realizar dos misiones tripuladas en órbita baja con naves Apolo Block I lanzadas mediante cohetes Saturno IB, pero en noviembre de 1966 se decidió cancelar la segunda misión, apodada Apolo 2, por ser una simple repetición de la anterior. La primera tripulación de reserva del Apolo 1 estaba integrada por James McDivitt, David Scott y Rusty Schweickart —quienes volarían en 1969 a bordo del Apolo 9—, pero tras cancelarse la segunda misión Block I estos tres astronautas pasaron a formar parte de la tripulación del Apolo 2. Durante esta misión, denominada formalmente AS-205/AS-208, el primer Apolo CSM Block II alcanzaría el espacio con un Saturno IB y luego se acoplaría con el primer módulo lunar, lanzado de forma independiente sin tripulación por otro Saturno IB (tras el accidente esta misión usaría un Saturno V y sería lanzada como la Apolo 9).

A esta misión le seguiría la Apolo 3 o AS-503, el primer vuelo tripulado del potente cohete Saturno V. Estaría tripulada por Frank Borman, Michael Collins y William Anders. Como resultado de estos cambios, la tripulación de reserva final para el Apolo 1 sería Wally Schirra, Donn Eisele y Walter Cunningham. También se creó una tripulación de apoyo —astronautas que debían adquirir experiencia ayudando a las otras dos tripulaciones, pero cuyas probabilidades hacerse con una plaza en la misión eran prácticamente nulas— con Ron Evans, Ed Givens y Jack Swigert.

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La tripulación de reserva original del Apolo 1 (Scott, McDivitt y Schweickart), que posteriormente volaría en el Apolo 9 en 1969 (NASA).

La nave Apolo de la misión AS-204, conocida como módulo de mando (CM) número 012, era un cúmulo de problemas. North American había enviado la nave a Cabo Cañaveral repleta de defectos con la esperanza de poder arreglarlos en la rampa. Esta práctica era —y, en ocasiones, sigue siéndolo— habitual, pero incluso para los laxos estándares de seguridad de la época la nave del Apolo 1 presentaba demasiados cabos sueltos de cara a una misión tripulada. Uno de los más llamativos eran las comunicaciones. Durante las pruebas los técnicos fueron incapaces de garantizar una señal nítida, lo que provocó las quejas reiteradas de la tripulación. De hecho, para ayudar a solucionar este problema el propio Slayton sopesó la posibilidad de meterse dentro de la cápsula con los astronautas el día de la fatídica prueba. Finalmente desistió ante el panorama de pasar horas agazapado en una posición incómoda bajo los asientos de los astronautas o de pie frente a los mismos.

La tripulación del Apolo 1 en el simulador. El software del mismo llevaba tanto retraso y tenía tantos problemas que Grissom se quejó reiteradamente (NASA).
La tripulación del Apolo 1 en el simulador. El software del mismo llevaba tanto retraso y tenía tantos problemas que Grissom se quejó reiteradamente (NASA).

Pero lo que mataría a la tripulación del Apolo 1 no serían las comunicaciones, sino dos elementos de diseño que, por separado, parecían inofensivos, pero que juntos resultaron letales. El primero era la escotilla. Las naves Block I no estaban pensadas para efectuar paseos espaciales (EVAs) y disponían de una compleja escotilla doble que requería unos dos minutos (o minuto y medio en condiciones óptimas) para poder abrirse desde el interior mediante una llave especial. Los astronautas debían usar la llave en nada más y nada menos que seis puntos distintos para aflojar la escotilla interna, que luego debían retirar y colocar en el interior de la cápsula antes de pasar a abrir la escotilla exterior. A esta escotilla doble había que sumarle una escotilla adicional situada en la estructura de protección aerodinámica, por lo que la tripulación debía abrir tres escotillas si quería salir del vehículo.

La escotilla de las naves Apolo Block I (NASA).
La escotilla de las naves Apolo Block I (NASA).
Otra vista de la escotilla (NASA).
Otra vista de las partes de la escotilla (NASA).
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La escotilla exterior abierta y, debajo, la escotilla interior (NASA).

A priori se trataba de un diseño sensato. ¿Para qué iba uno a querer abrir la escotilla de una nave espacial en la rampa de forma urgente? En caso de emergencia la nave Apolo disponía de una torre de escape —un cohete situado sobre la nave— que podía separar la cápsula para alejarla de una posible explosión del Saturno IB. La escotilla había sido diseñada para mantener el aire dentro y proteger a la tripulación de peligros externos asociados con el lanzador y el vacío del espacio, no para protegerla de un peligro procedente del interior. Si se daba alguna situación adversa en la rampa antes de que se pudiera activar la torre de escape, dos minutos se consideraba tiempo más que suficiente para evacuar la nave. De hecho, y paradójicamente, uno de los objetivos de Grissom, White y Chaffee ese día era ensayar la apertura de la escotilla desde el interior siguiendo los protocolos de escape en caso de incendio.

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La tripulación del Apolo 1 durante un ensayo (NASA).

El segundo elemento que formaría parte de esa combinación catastrófica era la atmósfera de oxígeno puro de alta presión. Las naves Apolo, al igual que las Gémini, iban a emplear una atmósfera de oxígeno al 100%. De esta forma los astronautas podrían realizar paseos espaciales sin necesidad de descompresión y sin tener que emplear una esclusa. El problema era qué hacer durante el lanzamiento. En el espacio la atmósfera de oxígeno puro estaba a una presión inferior a nivel del mar (siempre y cuando la presión se mantuviese por encima de la presión parcial del oxígeno en superficie), pero esto no era posible en la rampa porque hubiese supuesto mayores tensiones estructurales sobre la nave y porque habría dificultado sobremanera el acceso de la tripulación. Mantener una atmósfera natural de nitrógeno y oxígeno a presión normal en la rampa era una posibilidad, pero surgía la cuestión de cómo deshacerse del nitrógeno una vez en el espacio. Puesto que las Apolo Block I habían sido diseñadas para ser más sencillas, los ingenieros de North American se decantaron por la opción más simple: emplear una atmósfera de oxígeno puro a la misma presión del nivel del mar. A nadie se le pasó por la cabeza que era una mala, muy mala, idea.

Porque con una atmósfera de oxígeno puro el riesgo de incendio aumenta, pero con una atmósfera de oxígeno puro y alta presión lo difícil es encontrar algún material que no sea inflamable en esas condiciones. Y para más inri la nueva cápsula Apolo era mucho más voluminosa que las claustrofóbicas Mercury y Gémini, por lo que la cantidad de sustancias inflamables que albergaba en su interior también era significativamente mayor.

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La tripulación del Apolo 1 con los trajes A1C provisionales. Estos trajes se modificarían antes del accidente. En el pecho llevan un flotador inflable que en la versión final sería sustituido por dos flotadores bajo las axilas (NASA).

El viernes 27 de enero de 1967 la tripulación del Apolo 1 se puso sus escafandras A1C —un traje de presión intravehicular basado en el de las Gémini que solo debían emplear las misiones con cápsulas Block I— y se dirigió a la rampa 34 de Cabo Cañaveral. Allí les esperaba su nave. Era cerca de la una de al mediodía hora local. Subieron por el ascensor hasta el nivel de acceso y caminaron por el brazo de servicio hasta llegar a la pequeña ‘habitación blanca’ que estaba pegada a escotilla de la cápsula como una lapa. Ayudados por los técnicos, los astronautas se introdujeron dentro de la nave uno a uno. White, que ocupaba el asiento central, sería el último en entrar. Como comandante que era, Grissom ocuparía el asiento derecho.

A diferencia de un lanzamiento real, el cohete —sin combustible— estaba rodeado por la torre de servicio, por lo que el personal podía moverse alrededor de la nave sobre la plataforma del Nivel 8, pero solo era posible acceder a la cápsula a través de la pequeña habitación blanca. Casi treinta técnicos de la NASA y North American estaban en las inmediaciones de los astronautas mientras se metían en su nave, aunque el número de personas en la rampa y sus alrededores podía alcanzar el millar. Nada más entrar en la cápsula, Grissom se quejó de que el aire suministrado por el sistema de soporte vital olía como a leche agria. El capcom del entrenamiento —la persona encargada de comunicarse con la tripulación— sería Stu Roosa, que posteriormente volaría a la Luna en el Apolo 14. A las 14:45 el personal colocó las tres escotillas de la cápsula y las cerró concienzudamente. Poco después comenzó el proceso para llenar la cabina de oxígeno puro.

Instalaciones de la rampa 34 de Cabo Cañaveral (NASA).
Instalaciones de la rampa 34 de Cabo Cañaveral (NASA).
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Torre de servicio y torre umbilical alrededor del Saturno IB. El día del accidente los técnicos podían inspeccionar la cápsula desde la Plataforma o Nivel 8 (NASA).
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Brazo de acceso de la tripulación con la habitación blanca en el extremo. Ese día la nave estaba rodeada por la torre de servicio (NASA).
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Plano del Nivel 8 alrededor de la cápsula y la situación de varios técnicos en el momento del accidente (NASA).

El objetivo del entrenamiento de ese día era simular todo el proceso de la cuenta atrás del lanzamiento, desde ponerse los trajes de presión hasta el despegue. Justo el día anterior la tripulación de reserva de Wally Schirra también se había puesto las escafandras y había realizado el mismo ensayo con la escotilla abierta. La diferencia es que en esta ocasión la nave no dependería del exterior para el suministro de energía o las comunicaciones. Schirra había sido muy crítico con el mal estado de la nave y había advertido a Grissom de que abortase la prueba a la mínima señal de peligro.

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La tripulación se pone sus escafandras A1C durante una prueba previa (NASA).
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Probando los trajes definitivos (NASA).
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Aunque a veces se suele decir que esta imagen corresponde al día del accidente, en realidad se trata de una prueba en una cámara de vacío realizada previamente. El día de la tragedia los astronautas accedieron a la nave por el brazo de servicio y la habitación blanca (NASA).
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Los astronautas caminan por el brazo de servicio camino a la habitación blanca (NASA).

Además del extraño olor y las comunicaciones intermitentes, varios problemas hicieron que el ensayo se desarrollase lentamente. A las seis y media los técnicos todavía estaban esperando la orden para desconectar los umbilicales de la nave y que así pudiese comenzar la prueba propiamente dicha. A las 18:31, en algún lugar no identificado a los pies de Grissom, probablemente dentro del problemático sistema de soporte vital, tuvo lugar un cortocircuito. Las 1,1 atmósferas de oxígeno puro, alimentadas por abundantes cantidades de nylon y velcro, hicieron el resto. Nueve segundos después Roger Chaffee informó por radio que había «fuego aquí dentro» (las comunicaciones no permitían identificar claramente las voces, pero Slayton y el resto de colegas astronautas nunca dudaron de que se trataba de Chaffee). Poco después Roger insistió: «nos quemamos, sacadnos de aquí». Tras una serie de gritos espeluznantes, se hizo el silencio dentro de la nave 18 segundos después del comienzo del incendio.

Varios monitores de televisión situados en el control de lanzamiento y en la propia rampa mostraban la imagen de una ventanilla en la cápsula. Poco después del aviso de Chaffee se pudo ver como la ventanilla se iluminaba desde dentro por las llamas y aparecieron varios brazos y manos contra el cristal. El personal de la rampa intentó desesperadamente acercarse para sacar a los astronautas, pero una fuerte deflagración —prueba de que se había roto la integridad estructural del vehículo— acompañada de llamas y un espeso humo lo impidió. Algunos técnicos abandonaron momentáneamente la plataforma por el peligro de la situación, pero luego buscaron máscaras de gas y extintores y se turnaron para apagar el fuego entrando y saliendo de la habitación blanca. Aunque había numerosos técnicos en el Nivel 8, estos solo podían acceder a la escotilla a través de la minúscula habitación.

La situación era potencialmente muy peligrosa porque sobre la cápsula estaba la torre de escape, un potente cohete de combustible sólido que, de haber hecho ignición, habría matado a la mayoría de personas allí presentes. Uno de los técnicos llegó a pensar en tirarse al vacío desde la plataforma del Nivel 8 ante la perspectiva de morir quemado. Cinco minutos y medio después del aviso de Chaffee los técnicos lograron retirar las tres escotillas y accedieron al interior de la nave. La escotilla externa de la protección aerodinámica estaba deformada, lo que dificultó la maniobra, pero afortunadamente no había sido atornillada por completo al tratarse de un entrenamiento. El humo impedía ver nada, pero no había movimiento alguno dentro de la nave. Los bomberos llegaron un poco más tarde para apagar los rescoldos y retirar las paredes de la habitación blanca, lo que aumentó la visibilidad y permitió acceder a la cápsula desde el resto del Nivel 8. Entonces vieron los cuerpos.

Chaffee estaba todavía atado a su asiento, mientras que White y Grissom se encontraban bajo la escotilla (White, situado al lado de la escotilla, era el encargado de abrirla en caso de emergencia). Los dos astronautas habían muerto intentando abrir la escotilla, un procedimiento que, paradójicamente, también formaba parte de la secuencia de entrenamiento. Cuando llegaron los médicos un cuarto de hora más tarde solo pudieron certificar la muerte de la tripulación. La retirada de los cadáveres se complicó porque los trajes se habían fundido con el nylon del interior de la nave, así que hubo que esperar hasta la una de la mañana. La autopsia reveló que la causa de la muerte había sido la inhalación de monóxido de carbono. Las quemaduras, aunque graves o muy graves, no parecían ser letales, al menos no en todos los astronautas.

El interior de la cápsula tras el incendio (NASA).
El interior de la cápsula tras el incendio (NASA).
Exterior del Apolo 1 tras el incendio (NASA).
Exterior del Apolo 1 tras el incendio (NASA).
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Así quedó el traje de Chaffee tras el incendio (NASA).

La investigación del Apolo 1 fue un trauma para la NASA. De entrada se decidió prescindir de las naves Block I y pasar directamente a las Block II. Por supuesto hubo que rediseñar la nave y se sustituyó la fatídica escotilla múltiple por otra que era una maravilla de la ingeniería, capaz de abrirse con una simple palanca en cuestión de segundos. La atmósfera de la nave seguiría siendo de oxígeno puro, pero durante el lanzamiento la composición sería de 40% oxígeno y 60% nitrógeno con el fin de reducir el riesgo de incendio. Además se llevó a cabo un programa de choque para retirar o limitar el uso de cualquier material inflamable, especialmente el velcro, y se protegió el cableado con material ignífugo adicional.

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Wally Schirra, comandante del Apolo 7 y reserva de la tripulación del Apolo 1, prueba la nueva escotilla de apertura rápida del Apolo (NASA).
Desmontando la cápsula del Apolo 1 tras el accidente (NASA).
Desmontando la cápsula del Apolo 1 tras el accidente (NASA).

Pero el cambio más importante tuvo que ver con la cultura de seguridad. La investigación descubrió miles de fallos en los procedimientos y en el control de calidad de todo tipo de componentes del programa. Grissom, White y Chaffee no murieron por culpa de una atmósfera de oxígeno puro o una escotilla de difícil apertura. Las cosas se habían hecho mal durante muchos años y solo era cuestión de tiempo que hiciese acto de presencia algún fallo catastrófico.

Pero, ¿qué habría pasado si el Apolo 1 hubiese despegado la mañana del 21 de febrero de 1967 como estaba previsto?¿Habría logrado la NASA poner un hombre en la Luna antes de 1970? Esta es una de las grandes incógnitas de la exploración espacial cuya respuesta nunca sabremos. Siempre se ha dicho que el accidente permitió que el resto de misiones se llevasen a cabo sin incidentes dignos de mención —hasta el Apolo 13—, o lo que es lo mismo, que los tres astronautas del Apolo 1 se sacrificaron por el bien de su país y sus compañeros. Aunque probablemente haya mucho de verdad en esta afirmación, sin embargo, lo cierto es que se trata de una simple declaración de intenciones. Muy melodramática, sí, pero sin muchas pruebas que la respalden.

El resultado directo del accidente fue un retraso de más de un año y medio en el programa y muchos políticos hablaron abiertamente de cancelar Apolo antes de que muriese más gente. La NASA se había mantenido hasta ese momento más o menos por encima de la rivalidad política, pero de la noche a la mañana se convirtió en el blanco de todo tipo de críticas. El Apolo 7, que básicamente realizó la misma misión prevista para el Apolo 1, no despegaría hasta octubre de 1968. Eso sí, los soviéticos no pudieron aprovechar la ventaja que les dio la tragedia del Apolo 1 en la carrera lunar porque apenas tres meses después Vladímir Komarov moriría durante la misión Soyuz 1. La muerte había golpeado por igual a los dos contendientes de la carrera lunar.

Otra incógnita es si el accidente del Apolo 1 se podría haber evitado en caso de que la NASA hubiese sabido de la muerte del cosmonauta Valentín Bondarenko, fallecido en 1961 durante un incendio en una cámara de presión con oxígeno puro. Personalmente, lo dudo. Las naves Apolo eran muy distintas a las cámaras de presión y, además, la NASA ya había empleado la atmósfera de oxígeno puro en los programas Mercury y Gémini. Como hemos dicho, el problema no era la composición atmosférica, sino una deficiente cultura de seguridad.

Slayton siempre dijo que, de no haber muerto, Grissom habría sido el primer hombre en la Luna en vez de Armstrong. No sabemos hasta qué punto eran unas declaraciones sinceras o si simplemente se trataba de una forma de honrar la memoria de su mejor amigo. Pero está claro que, en cualquier caso, Grissom habría estado entre los candidatos para comandar las primeras misiones lunares. Desgraciadamente, Grissom y sus compañeros nunca viajaron a la Luna. El Apolo 1 trajo el fin de la inocencia para la NASA. La carrera lunar no era ninguna broma.

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Per aspera ad astra (NASA).


36 Comentarios

  1. En todo lo que sea Espacio, los errores se pagan caro.
    Y encima, quienes más pagan son los Mejores.
    Recuerdo una entrevista (no sé si a los autores o a los actores de la primera serie CSI) donde decían que el personaje de Grissom se llamó así adrede, en homenaje al astronauta. Leyendo su descripción en este artículo, fue más que el nombre.
    Sin duda fue alguien admirable, y posiblemente en un Mundo Alternativo haya sido quien pisó primero la Luna.
    En muchos.

    Saludos

  2. Fue, Daniel Marin, la causa principal de la tragedia «Falta de Imaginación»como lo plantea el capitulo 2 de la aclamada mini serie «De la Tierra a La Luna»?
    Recuerdo haber leído que los rusos tuvieron un accidente similar 6 años antes, resultando con la muerte del cosmonauta Valentín Bondarenko, semanas antes del vuelo historico de Gagaron. Leyendo en San Wiki el coronel San Smith de la USAF, mientras conducía una prueba de los trajes de vuelo del Gemini en un camara de presión de oxigeno en la Base Aerea Brooks en San Antonio en 1962, escapo apenas de un voraz incendio desencadenado en la camara.

    1. Me acuerdo de ese capítulo. Decían eso y que pensaban con terror en la posibilidad de muertes y perder astronautas, pero en el espacio, no en la Tierra.

    1. Ciertos rumores indican que justamente fue por eso que entro en la NASA, como «premio» por haber «descubierto» los misiles que desembocaron en la famosa CRISIS DE LOS MISILES

  3. Una pregunta de aficionado a la Astronáutica, pero lego en casi toda ella: entiendo que una atmósfera mixta frente a una de O2 puro tenga que pasar por un proceso de descompresión, por el tema de eliminar el Nitrógeno… pero, ¿qué tiene que ver el uso de una esclusa o no con la composición de la atmósfera interior?

    Gracias

    1. no se, creo que una nave presurizada con una atmósfera de oxigeno puro es mas peligrosa en cuanto a que es mas reactiva e inflamable, si una chispa genero el incendio y hubo acumulación de gases tóxicos en el interior, eso también incremento la presión al interior del modulo espacial. Si la presiona aumenta es mas difícil abrir una escotilla que en el caso del Apolo 1 parece era una esclusa uni-direccional hacia el interior del modulo. El problema del Apolo 1 también las deficiencias y errores de diseño abundaron, creo yo, que alguien nos ilustre mas sobre este tema.

    2. Una de las causas del accidente:
      ..una cabina sellada con una tapa de escotilla que no pudo ser eliminada rápidamente debido a la alta presión.

      1. Que Triste, que personas Tan Bien Preparadas Como estos 3 Heroes Hallan Perdido Su Vida. Muy Jóvenes Por Cierto. He Leído Mucho de Estos Viajes, Pero Nunca Supe de Esta Tragedia. Hasta Hoy. Gracias Por Toda La Información que Nos Dan De Este Artículo. Bendiciones.

  4. Gran artículo, resulta imposible no dejarse envolver por un sentimento de melancolía ante este triste capítulo de la carrera espacial. Gracias.

  5. Muy buena entrada, me acuerdo.haber visto la serie «de la tierra al Luna» que muestra la muerte de estos héroes de la humanidad y siempre me pregunté que hubiera pasado si hubieran despertado con vida,se hubiera aburrido la gente antes nunca lo sabremos

  6. También se les recuerda con dos estrellas nombradas tras ellos (quizás tres, no recuerdo el tercero): Regor (Gamma Velorum) y Navi (Gamma Cassiopeiae). Según la Wiki, los nombres -Roger e Ivan al reves- fueron cosa de Grissom.

  7. De los errores se aprende y en este caso la lección salió muy cara.

    Hay una escena de la pelicula de Tom Hanks, Apolo XIII, en la que hacen referencia a este accidente y como los astronautas y sus familiares seguían preocupados, pese a la completa seguridad de la nueva escotilla.

    Aquí hay un audio de las comunicaciones en que se escucha todo lo ocurrido aquel día.

    https://www.youtube.com/watch?v=274lQSbpkRg

    1. Pude escuchar las comunicaciones por radio en ese video de YouTube que enlaza iliadde. Con la ayuda de las descripciones, es fácil deducir que las comunicaciones con la cápsula eran un carajal; se pierde contacto frecuentemente y falta claridad de sonido, y se tienen que repetir respuestas a menudo. Además, en la frecuencia utilizada se colaba el (creo) centro de control de tráfico aéreo de Miami.

      El momento en que se alerta del incendio en la cápsula es espeluznante.

    2. Excelente información. Importante recordar que en la historia de la conquista espacial, tambien existieron seres que ofrecieron su vida por un sueño.

  8. Para mí el Apolo es con diferencia la hazaña más grande de la historia de la astronáutica. Una hazaña tan grande que ni después de 50 años ha podido ser igualada por nadie. Ni si quiera quienes lograron aquella hazaña han podido igualarse a sí mismos todavía. Supongo que era imposible lograr algo como conquistar la Luna y además con muy pocos años de preparación sin alguna víctima mortal.

  9. Parte de lastre de la carrera espacial es el excesivo valor que se le dan a las vidas humanas, comparadas con otros ambitos en los cuales la muerte simplemente es una estadistica mas.

    Gran articulo.

    1. ¿Excesivo?

      Total Number of People Who Have Been in Earth Orbit – 549
      Obviamente, hay gente que ha estado más de una vez en el espacio. He buscado cuántos viajes se han hecho en total, sin resultado.

      Muertes (descontando las del Apollo 1): Soyuz-1 (1) + Soyuz-11 (3) + STS-51-L Challenger (7) + STS-107 Columbia (7) = 18.

      Desde luego, es mucho más bajo que en la era de los descubrimientos de los siglos XV-XVI. Pero también la mentalidad social ha cambiado. En aquella época que a un padre se le murieran 1, 2 o 3 hijos se asumía como algo normal.

      Seguro que es mucho más bajo que en las minas del tercer mundo. Pero no me parece un número «bajo», en especial si se tiene en cuenta que estas muertes no se han producido tras años y años en el espacio, todos han muerto tras minutos/horas/días de misión. Creo que ni siquiera en las minas del tercer mundo es habitual que muera un minero a los 70 segundos de su primer día en la mina…

      Al estar expuestos al escrutinio público, con gran gasto de dinero y considerarse lo mejor de la sociedad, la gente es más sensible a estas muertes que no a las anónimas muertes de los obreros de la construcción.

      Saludos

  10. Una tragedia, pero se aprendió de ella y ayudó a llevar a la luna.

    OFFTOPIC: La NASA finalizó el estudio relacionado con la exploration upper stage. Inclusive subió un vídeo a su canal de YouTube.

  11. A diferencia de como lo pintan en la película «The Right Stuff», a Grissom la plana mayor de la NASA le tenía en gran estima a pesar del incidente con su cápsula Mercury que se hundió en el mar. No recuerdo en donde leí que la escotilla del Apolo Mark I justamente era tan difícil de abrir para evitar un nuevo accidente de apertura prematura en el mar, cosa que al final le terminaría pagando la factura a Grissom, White y Chaffee.
    Es probable que Gus Grissom hubiera, si no sido el primero, si uno de los afortunados en pisar la Luna si todo hubiera salido conforme a lo planeado. Es por todos conocido que la asignación de tripulaciones era cosa casi exclusiva de Deke Slayton y el sostenía que quería que al menos uno de los astronautas de Mercury pisara la superfice de la Luna. Para ese entonces solo quedaban en activo en el cuerpo de astronautas Gus Grissom, Gordon Cooper y Wally Schirra y éste último ya planeaba su retiro después de su primer vuelo Apolo pasara lo que pasara (Alan Shepard en ese entonces estaba fuera de la línea de vuelo por su condición médica) mientras que Cooper no era del completo agrado de Slayton. Al final fue el inesperado regreso a actividad de Al Shepard el que acabó haciendo posible que un astronauta de los 7 originales pisara la superficie lunar. Nadie sabe con certeza como hubiera sido la rotación de los vuelos Apolo de no haber fallecido la tripulacion del AS-204 pero definitivamente hubiera sido muy distinta a como sucedió en realidad.

    1. Apolo 1 estaba destinado al fracaso. Era una bomba de tiempo.
      El comité de investigación encontró que el Apolo 1 iba a fallar por cualquier cosa, en al prueba fue la aparición del fuego, que bien pudo originarse en cualquier punto de la nave. Los mismos astronautas tenían un animo de presentimiento taciturno de que iba a pasar algo.
      Habían sido innumerables los problemas que habían plagado al módulo de mando 012 a lo largo de su desarrollo, muchos los informes con discrepancias y muchas las deficiencias que se identificaban y acumulaban sucesivamente.
      La complicidad entre la NASA y la empresa contratista fue total a todos los niveles, técnico y humano.
      No había entendimiento entre la inexperta empresa contratista North American Aviation en Dawney y la NASA en un segundo plano, solo reproches. No se tuvo en cuenta la experiencia del programa Gemini y Mercury.
      Deficiencias en el diseño, manufactura, instalación y control de calidad de todo el cableado eléctrico, pérdidas de refrigerante, corrosivo e inflamable, … en definitiva, que prácticamente todos los protocolos de seguridad durante el desarrollo de la nave en la planta de Dawney habían sido deficientes a muchos niveles.
      Si no hubiera sido en tierra, alguna o la misma tripulación hubiera pagado con sus vidas en el espacio el esfuerzo por llegar a la Luna.
      Después del desastre 1.400 cambios de diseño aprobados por el comité fueron puestos a prueba en la primera misión tripulada Apolo.
      El trabajo fue intenso y exhaustivo, la transformación fue profunda, se cambio todo en al agencia espacial, la NASA volvió a tener el control, y el resultado mereció toda la pena: el Apolo 7, tripulado, fue un éxito absoluto.
      lamentablemente el desastre del Apolo 1 marco un antes y un después, el después aseguro una máquina a la que se podía consagrar vidas humanas, una máquina dentro de la que nadie tenerla volar, una magnífica máquina voladora, al mejor, y única de su tipo, (las misiones Apolo).
      45 años después ninguna nave espacial TRIPULADA HA SALIDO MAS ALLÁ DE LA ÓRBITA TERRESTRE.

      1. Parte de esos más de 1,000 cambios hechos en el diseño del CM en tiempo récord (2 años) la volvieron la nave espacial más confiable que haya volado. Cuando la tragedia del Apolo 13, a bordo se condensó la humedad en las consolas de instrumentos cuando se apagó por completo y al volver a encender la electricidad no hubo ningún corto gracias a las protecciones tomadas a raíz de Apolo 1. Creo que si se hubiese optado por simplificar algo su diseño (y ante todo, el del Módulo de Servicio, dotandolo de un motor más simple y menos potente para misiones en órbita terrestre en lugar del sobradísimo SPSS ) pudo haberse convertido en el «caballito de batalla» de la NASA hasta bien entrados los años 80’s, algo al estilo de las Soyuz soviéticas… a veces la historia que no fue es más emocionante que la que acabó ocurriendo…

  12. Recién leo este artículo, es realmente conmovedor y aleccionador en todos los sentidos, y comparto que sean cuáles fueran los motivos de tan trágico final, nada empece (en todo caso enaltece) el valor de los astronautas que arriesgaron su vida tan valerosamente, y ni que hablar de los que los siguieron. Muchas gracias por compartir la información!

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Por Daniel Marín, publicado el 29 enero, 2017
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