New Glenn, el nuevo cohete gigante de Blue Origin

Por Daniel Marín, el 12 septiembre, 2016. Categoría(s): Astronáutica • Cohetes • Comercial ✎ 59

La empresa Blue Origin del magnate Jeff Bezos ha decidido enfrentarse cara a cara con SpaceX, la compañía espacial de moda propiedad del no menos magnate Elon Musk. Y lo ha hecho a lo grande, nunca mejor dicho, anunciando la nueva serie de cohetes pesados New Glenn.

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Los cohetes New Glenn de Blue Origin (Blue Origin).

Hasta el momento Blue Origin había acaparado numerosos titulares con el cohete suborbital para turistas New Shepard. A pesar de que el New Shepard le arrebató por los pelos al Falcon 9 de SpaceX el mérito de ser el primer cohete capaz de aterrizar verticalmente después de alcanzar la frontera del espacio (además de convertirse en el primer cohete de aterrizaje vertical en ser reutilizado), hasta ahora el verdadero rival de Blue Origin había sido Virgin Galactic y otras empresas de turismo suborbital, no SpaceX.

El New Shepard aterrizando suavemente en vertical por tercera vez después de superar la frontera del espacio (Blue Origin).
El cohete New Shepard suborbital de Blue Origin aterriza en vertical por tercera vez después de superar la frontera del espacio (Blue Origin).

Pero la empresa de Bezos siempre ha mantenido un ojo puesto en el mercado orbital, a pesar de que el secretismo que rodea a sus planes hace parecer a SpaceX el summum de la transparencia. Ya hace cinco años Blue Origin anunció su intención de desarrollar un lanzador orbital denominado RBS (Reusable Booster System) para lanzar su nave tripulada SV (Space Vehicle). Las características del RBS no se hicieron públicas, pero todo indica que sus prestaciones eran comparables a las de un Atlas V ligero, aunque el RBS sería ligeramente más grande (el combustible extra se utilizaría para reutilizar la primera etapa, como en el caso del Falcon 9). La nave tripulada SV fue finalmente cancelada al no ser elegida por la NASA para su Commercial Crew Program, y el RBS pareció correr la misma suerte.

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Proyecto de lanzador espacial reutilizable RBS de Blue Origin de 2011 (Blue Origin).

En 2014 Blue Origin optó por un camino más tangencial y sutil para alcanzar la órbita. En vez de desarrollar un lanzador orbital desde cero, la empresa de Bezos decidió presentar el nuevo motor BE-4 de metano y oxígeno líquido con el fin de que fuera usado en cohetes de otras empresas. Originalmente fue seleccionado para el nuevo cohete Vulcan de la empresa ULA, pero actualmente no está claro si volará en este vector porque compite con el AR-1 de Aerojet Rocketdyne. En cualquier caso, Bezos continuó con su intención de desarrollar un lanzador orbital propio capaz de usar motores BE-4 en la primera etapa y BE-3 —el motor de hidrógeno y oxígeno líquidos del New Shepard— en la segunda.

Los planes para este lanzador fueron hechos públicos el año pasado. Blue Origin anunció que el nuevo cohete orbital despegaría a finales de esta década desde el complejo 36 de la base aérea de Cabo Cañaveral (formado por dos rampas de lanzamiento), donde también se instalaría un banco de pruebas para los motores BE-4. A pesar de que Bezos se negó a anunciar la capacidad de carga de este nuevo cohete —se estimó que era inferior a la del Falcon 9, pero nadie lo sabía a ciencia cierta—, sí dejó muy claro que su primera etapa usará la tecnología del New Shepard y sería reutilizable. El mensaje estaba claro: Bezos se había metido oficialmente en un territorio que hasta ese momento era exclusivo de Musk.

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Lanzador orbital de Blue Origin presentado el año pasado (Blue Origin).

No obstante, y pese a su capacidad de reutilización, el lanzador orbital de Blue Origin quedaba muy lejos de los ambiciosos y grandiosos planes de SpaceX, que incluyen al Falcon Heavy, a la nave tripulada Dragon V2 y al futuro cohete gigante BFR, así como la misteriosa nave tripulada marciana MCT. Pero Bezos, sin duda consciente del gran abismo que separa a las dos empresas, ha decidido ‘hacer un Musk’ y dar un salto de gigante con el anuncio de la nueva serie New Glenn (por cierto, el nombre hace referencia a John Glenn, el primer astronauta norteamericano en órbita, un complemento lógico al New Shepard, llamado así en honor de Alan Shepard, el primer astronauta de la NASA en el espacio).

El nuevo cohete New Glenn es mucho más grande que cualquier cosa que haya hecho Blue Origin anteriormente. La primera etapa del New Glenn tiene nada más y nada menos que siete metros de diámetro, lejos de los diez metros del Saturno V, pero muy superior a los 3,7 metros del Falcon 9. Esta primera etapa empleará siete motores BE-4 y, sorprendentemente, también será reutilizable gracias a un tren de aterrizaje de seis patas.

Cohetes New Glenn (Blue Origin).
Cohetes New Glenn (Blue Origin).

El New Glenn vendrá en dos versiones, una de dos etapas de 82 metros de altura y otra de tres etapas de 95 metros de altura. La segunda etapa dispondrá de un único motor BE-4 y la tercera de un BE-3 criogénico. Con estas dimensiones, el New Glenn será un lanzador gigante comparable al Saturno V. Bezos no ha anunciado la capacidad en órbita de su nuevo juguete, pero la potencia de los siete motores BE-4 de la primera etapa generan un empuje ligeramente inferior al los 27 Merlin-1D del Falcon Heavy de SpaceX (que puede poner 50 toneladas en órbita baja), así que es de suponer que su capacidad real no debe ser muy diferente a la del vector de SpaceX. Entonces, ¿a qué se debe este tamaño tan gigantesco? Pues es debido a que el New Glenn emplea un diseño simple con pocas etapas, mientras que el Falcon Heavy presenta por un diseño compuesto con varios bloques aceleradores para la primera etapa. Otro factor es que el metano ocupa más volumen que el queroseno (aunque menos que el hidrógeno).

La presentación del New Glenn ha sorprendido a propios y extraños. Los analistas esperaban que el New Glenn fuese un cohete relativamente pequeño y, de acuerdo con las estimaciones del lanzador anunciado el año pasado, con una capacidad inferior a la del Falcon 9. Pero el New Glenn es mucho más grande de lo esperado. El principal obstáculo al que se enfrenta este cohete es sin duda su plan de negocios. El Falcon 9 es un cohete que se adapta como un guante a las necesidades de sus clientes, o sea, las empresas que quieren situar satélites en órbita geoestacionaria y la NASA (naves Dragon y Dragon V2). El plan de Musk pasa por financiar proyectos más ambiciosos —Falcon Heavy, BFR y MCT— con el dinero que gana gracias al Falcon 9. Pero el New Glenn es simplemente demasiado grande para competir en el mismo segmento que el Falcon 9, aunque ciertamente puede buscar un nicho en el mercado de comsats pesados u optar por lanzamientos múltiples. Es decir, el New Glenn podría ser la competencia directa del Falcon Heavy.

Ni que decir tiene, el New Glenn sería un magnífico punto de partida para un lanzador pesado que use varios bloques como primera etapa, del mismo modo que el Falcon Heavy emplea tres primeras etapas del Falcon 9. Este futuro lanzador —¿New Armstrong?— podría hacerle la competencia al SLS de la NASA (70 toneladas en órbita baja en la versión inicial) o al misterioso BFR de SpaceX. Otro factor a tener en cuenta es que Blue Origin carece de la financiación proveniente la NASA de la que goza SpaceX a través de los contratos para suministrar las naves Dragon y Dragon V2. Ahora mismo la NASA es la principal fuente de ingresos de SpaceX, mientras que Blue Origin, por mucho dinero que tenga Bezos, no cuenta con nada comparable (dudo que el negocio de turismo suborbital con el New Shepard sea comparable).

Pese a todo, cometeríamos un enorme error si decidimos subestimar los planes de Blue Origin. El lema de la compañía es gradatim ferociter —es decir, ‘paso a paso ferozmente’— y por ahora Bezos ha hecho honor al mismo. Blue Origin ha empezado las obras de una nueva fábrica de motores y lanzadores en Florida —que complementará a sus instalaciones de Seattle— y sigue adelante con su idea de habilitar la rampa 36 para sus planes orbitales. ¿Asistiremos los próximos años a una guerra comercial entre Musk y Bezos? New Glenn contra Falcon Heavy. Hagan sus apuestas.

 

Bola extra: Blue Origin también publicó recientemente el siguiente vídeo del sistema de escape de la cápsula del lanzador New Shepard. ¿Veremos un sistema parecido en una versión orbital de una nave tripulada?

 



59 Comentarios

  1. Regla n°1: los recursos *siempre* son limitados. Refranero popular: desvestir un santo para vestir a otro.
    Está por ver que haya pasta para esto. Cualquiera puede tirar su dinero por el váter, es suyo (disquisiciones filosófico-moral-políticas aparte), e igual que hay peña que ha pagado catedrales u obras públicas a mí me parece perfecto que se rasquen el bolsillo para la ciencia. Desde luego mucho mejor que un burdel para los socios de (clu de jurgol favorito).
    Pero esto no va por ahí. Una cosa es dar pasta a fondo perdido para un LHC o pagar una sonda para explorar Marte. Esta gente no está en eso, está en montar RyanAir. Que es la compañía aérea más subvencionada del planeta y la que peor servicio da. Este negocio no es pagar una sonda, lanzarla y fin y ya, es montar todo un tinglado que tiene que sostenerse en el tiempo. Nos remitimos a la regla n°1.
    Nunca he tenido muy claro de qué va este circo, aparte que desde luego no es tranquilizador ver que empresas digamos por no cargar las tintas ad hoc y sui generis (y tan sui generis) entran a sustituir a los monstruos de toda la vida. Este señor concretamente no me caía mal precisamente porque no chupaba de la subvención, como el otro, sin embargo este tirarse a la yugular me da bastante mal rollo, porque si quieres apartar a alguien por algo será. Si tu producto es claramente mejor que la competencia ni necesitas (ni es recomendable) recurrir a esto. Con otras palabras, ha bajado a la piscina de la mierda, se ha metido hasta la cintura y está usando el cañón y el ventilador (de mierda) a todo meter.
    El otro, el megalomaniaco, seguro que mostrará cariño y comprensión.
    Desde luego se pone muy interesante. Aunque yo preferiría otra cosa.
    ¿Cuántos diseños de bichos elefantiásicos hay en circulación? Yo cuento siete, todos con razonables probabilidades de volar alguna vez.
    Por cierto, se diría que el asesor de RRPP de estos dos es el tito Kim. «Yo no quiero guerra pero tú sí, ergo sigo sin querer guerra pero te vas a enterar (ponga aquí descalificativos a tutti pleni).»

    1. Pero es que eeuu quiere guerra, acaba de «re»probar dos misiles balísticos intercontinentales y nadie le dice nada, los Norcoreanos prueban lo mismo y todo el mundo se les echa encima.

      Eso de TU NO PERO YO SI a mi nunca me ha convencido.

      O todos o ninguno.

      1. Aparte que prueba su ejército delante de Corea del Norte, envía bombarderos.

        Pasa aviones espía a 1 km de Irán para ver como reaccionan los iraníes.

        Pasa aviones espía cerca de Rusia.

        Si uno de esos tres países pusiese un avión o un submarino a 1 km de la frontera eeuusana … ya sería el eje del mal preparando un asalto/invasión.

        1. Pero esas son las «reglas de juego» nos guste o nos disguste, y las marca EEUU.
          .
          Sólo imagina lo que pasaría si Rusia instalase un «escudo antimisiles» en Cuba y Venezuela. Se armaría un cristo del copón.
          Pero lo hace EEUU en Polonia y la República Checa y no pasa absolutamente nada.
          .
          Es lo que hay.

  2. Yo me esperaba un cohete de este estilo. Era tremendamente extraño que Blue Origin fuese a hacer un cohete «pequeño» cuando van a vender sus motores a ULA.

    Competir con el Vulcan sería incompresible.

  3. Este anuncio de Bezos podría resultar contraproducente para su empresa teniendo en cuenta que ULA aún no ha tomado la decisión definitiva de qué motor será el que finalmente se emplee en el Vulcan. En estos momentos los de Aerojet Rocketdyne debe de estar frotándose las manos: puede que su motor AR1 esté un poquito más cerca de ser finalmente la opción elegida…

      1. Cuando Blue Origin ofreció a ULA su motor BE-4 era evidente que estaba desarrollando un cohete. Hasta ahí podríamos llegar.

        Y también era evidente que el cohete iba a ser distinto en tamaño al Vulcan porque sino no tendría sentido desarrollar dos cohetes al mismo tiempo para usar con los mismos motores.

        Es obvio que Blue Origin ofreció el BE-4 a ULA porque veía claro que no iban a competir en el mismo nicho.

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Por Daniel Marín, publicado el 12 septiembre, 2016
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