Europa, la ISS y ExoMars

Por Daniel Marín, el 19 enero, 2012. Categoría(s): Astronáutica • ESA • ISS • Marte • NASA • sondasesp ✎ 33

La agencia espacial europea (ESA) se enfrenta a varios retos en los próximos años, incluido el programa para el estudio de Marte. ExoMars es una iniciativa conjunta entre la NASA y la ESA para explorar Marte que nació allá por 2009, cuando en plena crisis económica internacional las dos agencias espaciales decidieron unir sus respectivos programas marcianos.

ExoMars Trace Gas Orbiter (ESA).

Aunque el programa empezó con unos objetivos muy ambiciosos, actualmente sólo contempla el lanzamiento de dos sondas, ExoMars Trace Gas Orbiter y ExoMars-C. ExoMars Trace Gas Orbiter es un satélite de tres toneladas de construcción europea que debería despegar en 2016 para desentrañar el misterio del metano marciano. Por otro lado, ExoMars-C es el nombre provisional que ha recibido la fusión de los antiguos rovers ExoMars de la ESA y Max-C de la NASA. Está previsto que ExoMars-C despegue en 2018.

Sin embargo, todo este programa pende ahora de un hilo. El año pasado la NASA decidió dejar plantado a su socio europeo y se retiró sin previo aviso de la misión Trace Gas Orbiter. La NASA se había comprometido a aportar un cohete Atlas V 431, así que de la noche a la mañana el proyecto se quedó sin lanzador. Como es lógico, a la ESA no le sentó nada bien esta decisión, así que ha iniciado conversaciones con Rusia para que Trace Gas Orbiter pueda despegar mediante un Protón-M. Obviamente, el problema en este caso no es la disponibilidad del lanzador en sí -la ESA podría usar el Ariane 5-, sino el dinero que cuesta el vehículo, que es un porcentaje importante de la factura final de la misión.

Trace Gas Orbiter tiene un presupuesto estimado de 1000 millones de euros, pero la ESA sólo ha conseguido asegurar 850 millones hasta el momento. La agencia espacial francesa CNES sugirió hace unos meses cancelar la cápsula de prueba que debía viajar con el Trace gas Orbiter, a pesar de ser una iniciativa principalmente francesa. Esta cápsula, denominada EDM (Entry and Descent Module), tiene un coste estimado de 150 millones de dólares. Paradójicamente, Italia se ha negado a eliminar la cápsula EDM de la sonda, así que todavía no se ha logrado llegar a un consenso en este punto. Por otro lado, en febrero veremos si Rusia decide finalmente participar en el Trace Gas Orbiter.

La cápsula EDM de ExoMars Trace gas Orbiter (ESA).
El rover europeo ExoMars, cancelado para fusionarlo con el Max-C de la NASA (ESA).

Y si las cosas pintan mal para el ExoMars Trace Gas Orbiter, el rover ExoMars-C no está en mejor situación. La NASA le ha comunicado a sus socios europeos que deberán esperar a que se anuncie el presupuesto de la agencia para 2013 antes de saber si podrán seguir adelante con esta sonda. Y tendiendo en cuenta que el presupuesto del año que viene promete ser catastrófico para el programa de exploración no tripulado de la NASA, muchos nos tememos lo peor.

Pero los encontronazos entre la ESA y la NASA no se limitan a ExoMars. La contribución a la estación espacial internacional (ISS) también es fuente de polémica. De acuerdo con los acuerdos firmados entre las dos organizaciones, la ESA debe pagar a la NASA por el uso de la ISS. Pero para evitar pagar en metálico, que queda muy feo entre «agencias amigas», la ESA decidió contribuir con la nave de carga ATV. Ya se han lanzado dos ATVs y de aquí a 2014 deben despegar otros tres, con lo que la ESA habrá cubierto así su «deuda» con la NASA hasta 2017. Pero teniendo en cuenta que la ISS estará en servicio hasta 2020 como mínimo, la ESA todavía le deberá a la NASA unos 450 millones de euros por el uso del laboratorio orbital.

Una solución podría ser ampliar la línea de producción del ATV, pero salvo sorpresas de última hora ya se ha decidido que no se construirán más de cinco unidades de esta nave espacial. La NASA y varios países miembros de la ESA creen que una buena forma de pagar esta deuda sería que la ESA participase en el diseño del módulo de servicio de la MPCV-Orión, la futura nave tripulada de la NASA (con suerte). Recordemos que esta nave carece aún de un módulo de servicio definitivo pese a todos los años que ya tiene el proyecto a sus espaldas, así que se podría usar la tecnología del ATV para este fin. El problema es que el CNES francés se niega a participar en la Orión y preferiría dedicar este dinero a desarrollar un sistema para interceptar y remolcar satélites -también basado en el ATV-, aliviando así el acuciante problema de la basura espacial.

La nave Orión-MPCV de  la NASA con un módulo de servicio europeo (BBC).

Si los países miembros de la ESA no llegan a un acuerdo, el CNES podría retirarse unilateralmente de la participación europea en la ISS, lo que sería un acontecimiento francamente memorable. Las malas lenguas aseguran que todo esto no es más que otro intento -y van…- de los franceses por acaparar el control político de la ESA. En fin, si algo está claro es que los próximos años van a ser muy duros para la conquista del espacio. Bueno, van a ser muy duros para todos.



33 Comentarios

  1. La ESA no es patética por lo que ha hecho, sino por lo que no hace. Es la ESA los que parecen que funcionan a medio gas, creo que se le puede exigir mucho más a Europa en el espacio. Si la ESA es un reflejo de lo que Europa puede hacer conjuntamente tendremos crisis para mucho tiempo.

  2. Se podria convertir el ATV en una miniestación independiente, alargando el compartimiento de carga y con un puerto de acoplamiento pasivo en la proa, o incluso añadiendo un segundo puerto en la popa entre los motores.

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Por Daniel Marín, publicado el 19 enero, 2012
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