Rusia heredó un número desproporcionado de empresas aeroespaciales de la antigua URSS, pero la evolución económica del país ha impedido el desarrollo de la mayoría de ellas. Por muy bien que vaya la economía, Rusia no puede competir con la Unión Soviética a la hora de asignar recursos para la exploración del espacio. Esta situación ha quedado parcialmente enmascarada hasta la fecha gracias a la la inversión de dinero occidental o al aprovechamiento de la tecnología desarrollada en tiempos soviéticos. Dicho con otras palabras, podríamos decir que muchas de estas empresas han estado viviendo de las rentas. Sin embargo, la tecnología espacial soviética -puntera a finales de los 80- ya no es tan deslumbrante veinte años después, aunque siga siendo casi insuperable en algunas áreas. Está claro que Rusia debe afrontar el reto de renovar parte de su tecnología si quiere seguir siendo una de las grandes superpotencias espaciales en el siglo XXI.
Pero esta renovación no está resultando nada fácil, en parte porque Rusia compite contra su propio pasado. La ventaja de muchos sistemas espaciales rusos -como los lanzadores o las naves tripuladas Soyuz- es que son tremendamente fiables y baratos. Los nuevos proyectos prometen ser más capaces y rentables, pero por ahora no se trata más que de eso, promesas. Es comprensible, por ejemplo, que la firma Khrúnichev -fabricante del cohete Protón, un verdadero superventas espacial- no esté lo que se dice ansiosa por desarrollar el cohete de nueva generación Angará, toda una incógnita desde el punto de vista comercial. Lo mismo pasa con RKK Energía y la futura nave PPTS (PTK NP), que difícilmente podrá ser más rentable que la Soyuz. Otro problema grave es la duplicación de proyectos, un «mal menor» durante la era soviética, pero un lujo imposible en estos tiempos que corren. Así, mientras Khrúnichev construye su cohete Angará, TsSKB Progress -constructora de los cohetes Soyuz- ha sido elegida para desarrollar el Rus-M, un nuevo lanzador para la PPTS muy similar a la creación de Khrúnichev. Muchos de estos programas redundantes tienen un origen político y surgen de la necesidad de satisfacer los intereses de todas las empresas aeroespaciales del país, práctica que se remonta también a tiempos soviéticos.
El gobierno federal y la agencia espacial rusa Roskosmos quieren por tanto reformar el panorama espacial ruso y reducir el número de empresas a cinco o siete corporaciones. Se trata de un movimiento muy atrevido, pero -afirman sus defensores- necesario para la supervivencia del sector espacial ruso. La iniciativa es parecida a la unificación en el sector aéreo, que tanta polémica ha generado en los últimos años. Este año debe comenzar la primera fase de la reforma, reduciendo el número de empresas a catorce. El proceso debe estar completado en 2012.
El problema surge cuando hay que elegir qué empresas deben fusionarse entre sí. Según las propuestas iniciales, una de esas grandes corporaciones estaría formada por RKK Energía y TsSKB Progress con el nombre de RKK (Российская Космическая Корпорация). El nuevo gigante estaría a cargo de los proyectos de naves espaciales Soyuz, Progress y PPTS de Energía, así como los cohetes Soyuz y Rus-M de Progress. En cierto modo, esta unión es bastante lógica, pues TsSKB Progress formó parte en su momento de la oficina de diseño de Serguéi Korolyov -la OKB-1-, que con el tiempo daría lugar a RKK Energía. Entre las empresas que absorbería este monstruo estaría NPO Energomash, fabricante de los motores más potentes del mundo. Energomash se opone frontalmente a esta decisión, aunque la jugada tendría sentido si el Rus-M sale finalmente adelante (este cohete usará los RD-180 de Energomash, usados en el Atlas V norteamericano). NPO Energomash, fundada por Valentín Glushkó, formó parte de RKK Energía entre 1974 y 1990. Además de estas empresas, Energía controlaría NII Mashinostroienia, NPO Avtomatiki y NII KP.
Otra empresa gigante se ocuparía de la fabricación de satélites y sondas espaciales bajo el nombre de AKK (Автоматические Космические Комплексы). Este conglomerado estaría dirigido por ISS Reshetniov, actualmente empresa rusa líder en el sector de satélites de comunicaciones y fabricante de los GLONASS. La sorpresa es que NPO Lávochkin -encargada del comatoso programa de sondas espaciales ruso- pasaría a estar bajo el control de ISS. Otras empresas que entrarían en este gigante serían VPP VNIIEM, KB Arsenal, OKB Fakel, NPP Geofizika-Kosmos, NPP Kvant o NPTs Polyus.
El otro gran gigante espacial, Khrúnichev, formará el núcleo de una de las cinco o siete corporaciones finales, aunque en repetidas ocasiones se ha sugerido su unificación con el conglomerado de Energía y Progress. El grupo de Khrúnichev se llamaría RRKK (Российская Ракетно-Космическая Корпорация). Recientemente, Khrúnichev rechazó la unión con Energomash, y eso que los motores de sus lanzadores son construidos por esta empresa. Bajo el control de Khrúnichev entrarían Polyot, Proton-PM y las empresas fabricantes de motores KBKhA y KBKhM. Otra unión tendría como objetivo coordinar la fabricación de misiles estratégicos (Bulavá y RS-24), uniendo MIT, NPO Iskra o GRTs Makeiev.
Es evidente que esta reordenación del panorama espacial ruso será clave para el futuro de la cosmonáutica en este siglo. Lo que no está tan claro es que sea beneficiosa a largo plazo.
El futuro del espacio ruso se decide entre 2010-2012 (Roskosmos).
La verdad que la fusión del sector aeronáutico ruso fue bastante exitoso: están desarrollando muchos proyectos nuevos, y todos tienen una cantidad importante de pedidos. Hasta el sector civil, que estaba moribundo, está repuntando: los aviones de pasajeros Sukhoi Superjet y MS-21 tuvieron una cantidad importante de nuevos pedidos firmados en el último salón de Farnborough. Ojalá esta experiencia ayude a lograr lo mismo en el sector espacial.
que irónico daniel: en USA con Obama se privatiza la exploración espacial. en la Rusia post soviética se intenta centralizar…
supongo que a largo plazo este tipo de medidas comprometen la capacidad de innovación de las empreseas.
de todas maneras es una noticia muy importante.
saludos,
«supongo que a largo plazo este tipo de medidas comprometen la capacidad de innovación de las empreseas.»
No lo sé, Gabriel. Como dije, por lo menos el sector aeronáutico se dinamizó y creció después de la creación de la OAK (Corporación Unificada de Contrucción Aeronáutica). Rusia está desarrollando un caza de quinta generación, los Su-35BM y MiG-35 tienen pedidos de Rusia y de clientes externos, y hasta el sector de aviones civiles, que parecía condenado a desaparecer, está mejorando, con bastante pedidos de los aviones de pasajeros Superjet y MS-21 (este todavía en proyecto, el primer prototipo volará recién en 2014). Creo que lo mismo podría suceder con el sector espacial.
El sector aeroespacial se está volviendo un monopolio natural. Sus proyectos son tan caros, complejos y a largo plazo, que dividir recursos entre varias empresas y proyectos redundantes es imposible. En EEUU sólo hay dos corporaciones: Boeing-McDonnel y Lockheed-Martin. En Europa, sólo una: EADS. En Rusia prácticamente sólo hay una corporación aeronáutica, OAK. Me parece un paso lógico que se haga lo mismo con el sector espacial, que probablemente tendrá buenos resultados. Habrá menos proyectos, sin duda, pero los pocos que queden tendrán más posibilidades de concretarse.
desde la desolusion de la UNION SOVIETICA RUSIA a buscado tener el mismos presupuesto que tenia cuando formaba parte de la
URSS pero ahora se ha visto obligado a reducirlos y que por fines economicos
viendo que en el espacio hay un sin fines de recursos naturales que se aprovecharia sin necesidad de contaminar la tierra
seria muy buena esa extrategua de centralizar todas sus compañias ya que volveria a ser como fue en la URSS
en cambio USA esta privatizando todo
lo unico que esto va llevar sera a aumentar los precios para ir al espacio
Yo tengo un sentimiento encontrado con respecto a esta decisión. Por un lado, es obvio que Rusia no puede permitirse tener veinte o treinta empresas aeroespaciales importantes. Simplemente no hay dinero ni recursos para mantener un sector tan grande. Por otro lado, temo que la unificación, una vez iniciada, sea difícil de parar. Y eso me parece malo. Una sola empresa sería un gigante burocratizado y lento que ahogaría cualquier atisbo de innovación en un mar de auditorías y presentaciones Power Point para los accionistas. Gran parte de la eficiencia y originalidad de muchos sistemas rusos partió de la necesidad de sobrevivir a la hecatombe de los años 90 con pocos o nulos recursos. Además, una empresa muy grande sería un lobby formidable capaz de imponer a Roskosmos proyectos sin futuro con tal de recibir financiación, lo mismo que ahora pasa en los EEUU. A este respecto, la fragmentación aeroespacial ha impedido que empresas como Khrúnichev o RKK Energía impongan todos sus programas al gobierno, algo difícil de evitar si sólo hay una compañía.
En fin, que el tema es bastante complejo, esperemos a ver qué pasa.
Saludos.
«Gran parte de la eficiencia y originalidad de muchos sistemas rusos partió de la necesidad de sobrevivir a la hecatombe de los años 90 con pocos o nulos recursos.» Pues fue eso que hizo el sector espacial ruso desde los 90: sobrevivir. Mantuvieron los proyectos más baratos existentes de la URSS (Mir, Soyuz), cancelaron los más caros (Mir-2, Energiya-Buran), y están viviendo de tecnología desarrollada hace más de 20 años. El único proyecto importante nuevo que se concretó fue la participación en la ISS, pero igualmente basada casi completamente en tecnología surgida en los tiempos de la URSS. Con la fragmentación actual, es muy difícil desarrollar nuevos proyectos, además de que los recursos son divididos entre empresas distintas con proyectos muchas veces redundantes (Angara y Rus-M, por ejemplo). El sector aeroespacial es un monopolio natural, o sea, uno en que es inevitable donde haya una sóla empresa gigante.
Habrá problemas y desventajas con la monopolización? Sin duda, cualquier cambio trae algunos problemas, pero creo que las ventajas los superarán.
Respecto a accionistas, no creo que esa nueva corporación tendrá muchos. Como OAK, la corporación aeronáutica, y la OSK (Corporación Unficada de Contrucción naval) será una empresa con control estatal casi completo, y una participación privada muy pequeña.
Pero sí, no deja de ser irónico: la socialista Unión Soviética tenía gran cantidad de empresas en los sectores naval, aeronáutico y espacial competiendo entre sí, mientras que la capitalista Rusia los están concentrando en corporaciones monopolísticas.
Que no se me malinterprete: yo estoy a favor de la unificación, pero no del monopolio. Evidentemente, se trataba de una decisión necesaria que se debía haber tomado hace muchos años, pero que sólo ha sido posible ahora que el estado ruso vuelve a recuperar cierto peso.
Por otro lado, tal y como se plantea esta operación, permanecerán sin tocar varios programas redundantes. Por ejemplo, siguen adelante los lanzadores Rus-M y Angará por separado. (Aunque no se descarta que a largo plazo Khrúnichev se una a Energía y Progress). Y, como ya dije, también me preocupa enormemente el «efecto lobby».
En cualquier caso, se trata de una iniciativa más que necesaria.
Saludos.
Pienso que la unica posibilidad que tiene Rusia de conservar e incrementar su enorme patrimonio de tecnologia espacial es unificarlo todo racionalmente en una especie de Astrium. por supuesto con capital privado y cotizando en bolsa como una gran multinacional que seria, rusia como europa, solo necesita una agencia espacial, una ( o dos) grandes compañias y un proyecto unico, una unica familia de lanzadores. diversificando y teniendo en cuenta el tamaño de los presupuestos rusos, no se construira nunca nada, al tiempo. Siempre he pensado que el Angara no volaria nunca (sin contar su hermanastro coreano) hasta que no fuera elegido, si alguna vez lo es, como el unico cohete espacial ruso
Una única familia de lanzadores: esa es una de las mejores ideas: que fusionen a Angara, Rus-M, Zenith y los Super Zemiorkas en una sola familia unida tal como hace China con los Long March 5,6 y 7. Así tendrán un cohete multipropósito más eficiente.
Por ejemplo: un módulo central Angara combinado con los 4 bloques impulsores Super Zemiorka (Energomash RD 120K o Kuznetzov NK 33). O la configuración «Angara 7», pero en vez de un núcleo central, utilizar un URB de Rus-M… O la configuración más sexy de todas: El Angara 100 que fijo es un Rus-M URB alargado combinado con 4 Bloques Zenith. Si ya sé, los bloques Zenith son Ucranianos… pero no son los mismos que los bloques URB de Rus M acortados?
El nacionalismo como obsesion cerril es una de las grandes lacras de la humanidad, igual que astrium, ucrania deberia darse cuenta que es un pais muy pequeño para una industria espacial tan poderosa, privatizacion e integracion en una gran multinacional seria su solucion.
«ucrania deberia darse cuenta que es un pais muy pequeño para una industria espacial tan poderosa, privatizacion e integracion en una gran multinacional seria su solucion.»
Con el actual presidente, Ucrania parece estar encaminándose a eso, y ya están negociando la integración de las industrias aeroespacial y nuclear ucraniana con la rusa.
Es muy bueno que la industria aeroespacial se diversifique, teniendo como portaestandarte la privatizaciòn, ya que esto genera buenos proyectos y por ende la competencia se hace visible, no como la industria aeroespacial norteamericana que se ha quedado anquilosada porque el estado es quien dirige y controla todo.