Rastros lunares

Por Daniel Marín, el 23 marzo, 2010. Categoría(s): Apolo • Luna • NASA

La sonda LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) está que no para. Tras mostrarnos las huellas de las sondas soviéticas, ahora ha encontrado a la Surveyor 5 y Surveyor 6. Recordemos que el octubre pasado ya observó a la Surveyor 1.

La Surveyor 5 fue lanzada el 8 de septiembre de 1967 y aterrizó tres días después en el Mare Tranquillitatis (1.41° Norte, 23.18° Este), a unos 100 km de donde alunizaría el módulo lunar Eagle con Armstrong y Aldrin dos años más tarde. Con una masa al aterrizaje de 303 kg, transmitió unas 19049 imágenes desde el interior de un cráter con una pendiente de 19,7º.



La Surveyor 5 dentro de un cráter (NASA).


Imagen de la pata del Surveyor 5 transmitida desde la superficie lunar (NASA).

La Surveyor 6 aterrizó el 10 de noviembre en Sinus Medii (0.5°N, 358.6°E), casi en el centro geométrico de la cara visible de la Luna.


Surveyor 6 vista por la LRO (NASA).


La sombra de la Surveyor 6 con el Sol en distintas posiciones (NASA).



Panorama de la superficie lunar captado por la Surveyor 6 (NASA).

Entre 1966 y 1968, los Estados Unidos lanzaron siete misiones Surveyor, cinco de las cuales lograron alunizar con éxito (las Surveyor 2 y 4 se estrellaron). Estas naves pudieron continuar con el estudio de nuestro satélite iniciado por la serie de sondas Ranger (1961-1965) de cara al Programa Apolo. El contratista principal fue la empresa Hughes Aircraft y el vector elegido el Atlas-Centaur -curiosamente, la LRO ha sido lanzada usando una versión moderna de este mismo cohete-. La sonda medía unos 3,3 metros de alto y tenía una masa inicial de aproximadamente una tonelada. Como la mayor parte de esta masa era combustible, en el momento del alunizaje la masa final era de unos 300 kg. El método de descenso era de tipo directo, es decir, sin pasar antes por la órbita lunar, lo que aumentaba el margen de error en el aterrizaje y las posibilidades de fallo de la misión, pero a cambio permitía simplificar los cálculos de la trayectoria y los sistemas de la nave. Estas limitaciones en la trayectoria explican que el lugar de alunizaje de todas las sondas de la serie Surveyor, con la excepción de la Surveyor 7, estuviera situado en el ecuador lunar. El experimento principal era una cámara de televisión de 10,6 kg. Misiones posteriores incorporarían un brazo robot simple SMSS (Soil Mechanics Surface Sampler) que debía «raspar» el regolito lunar y estudiar su consistencia mecánica. La Surveyor 1 llevaba también una cámara de descenso, pero no fue empleada en la misión.

Como motor de frenado principal empleaba un cohete de combustible sólido separable. Este motor (Thiokol TE-364) se encendía a 10 km de altura y funcionaba durante unos 40 segundos, para luego desprenderse. Entonces tomaban el relevo tres motores vernier de combustibles hipergólicos que podían variar su empuje. La nave incorporaba dos radares: el primero debía activar el encendido del motor de frenado principal, mientras que el segundo tenía como función dar información sobre el terreno para que el sistema de control ajustase el empuje de los verniers. Durante la fase de crucero, la nave se orientaba mediante sensores estelares (Canopus) y solares que activaban el sistema de control de actitud formado por giróscopos y pequeños reactores de nitrógeno. Incorporaba un panel solar de 0,855 metros cuadrados que proporcionaba unos 85 W, así como varias baterías.



Partes de una sonda Surveyor (NASA).

Además de las Surveyor, la LRO ha captado el cráter de impacto de 30 m de diámetro dejado por la tercera etapa del cohete Saturno V (Saturn-IVB) al chocar contra la Luna (2.55° S, 27.88° Este):


Cráter de impacto de la S-IVB del Apolo 13 (NASA).




Tercera etapa S-IVB (NASA).


Ondas sísmicas captadas por el impacto de la S-IB del Apolo 12 (NASA).

Durante el programa Apolo, las etapas S-IVB se lanzaban en una ruta de colisión contra la Luna para estudiar el interior de nuestro satélite gracias al estudio de las ondas sísmicas producidas por el impacto, ondas que eran captadas por los instrumentos dejados en la superficie por los astronautas (ALSEP). El choque de la etapa del Apolo 13 sólo pudo ser captado por la estación dejada atrás por el Apolo 12, ya que, como es sabido, esta misión no logró alunizar.



Deja un comentario

Por Daniel Marín, publicado el 23 marzo, 2010
Categoría(s): Apolo • Luna • NASA