¿Qué fue de…?

Por Daniel Marín, el 18 octubre, 2007. Categoría(s): Astronáutica ✎ 1

A finales de los años 90 y principios de este siglo aparecieron en los EE.UU. toda una serie de compañías privadas que prometían un acceso barato al espacio. A la mayoría americanos les encanta la iniciativa privada y creen que el espacio será conquistado no por las vetustas agencias gubernamentales, sino por pequeñas y dinámicas corporaciones, así que como era de esperar estas iniciativas fueron acogidas con entusiasmo por la comunidad aficionada a los temas espaciales. Las empresas en cuestión se lanzaron a publicar estupendas simulaciones 3D de sus proyectos con la intención de atraer inversores.

Los entusiastas clamaban que las empresas privadas eran las que habían conseguido diseñar proyectos revolucionarios en la astronáutica, como el cohete Pegasus o los propulsores de combustible sólido del transbordador. Estos entusiastas suelen olvidarse que estos proyectos han sido financiados y desarrollados con sumas ingentes de dinero público, principalmente por Departamento de Defensa.

El caso es que me estaba yo acordando de una serie de proyectos que iban a abaratar el acceso al espacio y que no paraban de aparecer en el Discovery Channel, ¿qué fue de ellos?:

  • Kistler K-1: un interesante cohete de dos etapas reutilizable que incorporaba motores de fabricación rusa (NK-33 y NK-43), con una capacidad en órbita baja de 4’5 toneladas y que debía ser lanzado desde Nevada o Woomera (Australia). La propia NASA participó en el proyecto financiando proyectos de investigación en microgravedad, pero como la compañía no cumplió los plazos, la agencia se retiró discretamente (tras haber desembolsado los dineros, claro está). Poco después, la compañía Rocketplane Kistler entró en bancarrota, aunque en 2006 la empresa Alliant Techsystems se hizo cargo del proyecto y ha declarado que el K-1 sigue vivo. Veremos…
  • Roton: proyecto ambicioso de nave tripulada SSTO (Single Stage To Orbit, usease, de una sola etapa) que incorporaba aspas parecidas a las de un helicóptero para aterrizar. Los documentales del Discovery Channel decían que el primer lanzamiento tripulado era inminente…todavía estamos esperando. Y seguiremos esperando, pues la compañía Rotary Rocket Inc. entró en quiebra y desapareció en 2001.

Hay varios más, pero estos eran los más significativos y prometedores. Sin duda, la iniciativa privada es fundamental e ilusionante, pero estos fracasos nos enseñan que lo peor que podemos hacer es infravalorar los riesgos y costes del acceso a la órbita baja.



1 Comentario

  1. Muy bueno el artículo. Esos proyectos me recuerdan aquella empresa alemana que anunciaba el regreso de los dirigibles y que incluso llegó a construir un gran hangar.

    Desde luego que fueron intrépidos ejemplos de iniciativa privada, un ejemplo fantástico de venta de humo, de como haciendo unas cuantas simulaciones por ordenador se pueden sacar unos buenos duros vendiendo reportajes a revistas y cadenas de televisión.

    Lo peor es que la misma NASA (abusando de su orestigio histórico) está cayendo en este método de vender proyectos teóricos y animaciones por ordenador como si fueran proyectos serios.

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Por Daniel Marín, publicado el 18 octubre, 2007
Categoría(s): Astronáutica