Hasta ahora sabíamos que esta bella escultura del siglo I o II d.C. era el mapa celeste de las constelaciones grecorromanas más antiguo que había llegado hasta la actualidad. Ahora parece que además se trata nada más y nada menos que de el desaparecido catálogo estelar del gran astrónomo Hiparco (siglo II a.C.) gracias al trabajo de Bernard Schaefer. Todo un re-descubrimiento.
Por Daniel Marín, publicado el 2 febrero, 2005
Categoría(s): Astronomía • Historia
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