Viajar a la Luna V

Por Daniel Marín, el 14 agosto, 2008. Categoría(s): Astronáutica • Constellation Program • Luna • NASA • Rusia • Viajar a la Luna ✎ 2

Parte I
Parte II
Parte III
Parte IV

Fuera de la URSS, la siguiente iniciativa lunar digna de mención llegaría a principios de los 90: se trataba de la SEI (Space Exploration Initiative), propuesta por el presidente Bush I. Dentro del marco de la SEI, en 1992 se propuso la vuelta a la Luna utilizando el método del ascenso directo. Esta ambiciosa iniciativa preveía el establecimiento de una base lunar usando vehículos tripulados y automáticos, así como hacer uso extensivo de los recursos de la superficie lunar. Una de las propuestas de vehículo tripulado se denominaría FLO (First Lunar Outpost) de 95 t, nada más y nada menos, con capacidad para cuatro astronautas. FLO incluía una cápsula de 6,5 t. Para hacerlo realidad, la NASA debía construir primero un cohete gigante con capacidad para 250 t en órbita baja, cosa que obviamente no llevó a cabo por las limitaciones presupuestarias de la época.




El FLO en distintas fases de su misión (NASA).


El supercohete Comet con capacidad para 250 t, destinado a lanzar al FLO y a los módulos de la base lunar de la SEI (NASA).

Mientras el FLO era claramente poco realista dado el limitado presupuesto de la NASA, en 1993 surgió la propuesta LUNOX, que gozó de gran popularidad. LUNOX debía reducir el coste de una base lunar empleando tecnologías ISRU (In Situ Resource Utilization), lo que permitiría extraer del regolito lunar el oxígeno para los vehículos y la tripulación (el hidrógeno, mucho más ligero, podría transportarse desde la Tierra). La tripulación viajaría en una nave denominada informalmente Phoenix, de 34 t, que curiosamente tenía una apariencia muy similar a la nave Eagle de la serie Space: 1999. Phoenix era de tipo directo, pero debía cargar oxigeno en la superficie lunar, lo que lo convierte en uno de los pocos proyectos de tipo LSR (Lunar Surface Rendezvous). El oxígeno habría sido almacenado previamente por una planta de procesado automática. Las características de la nave eran bastante especiales, pues se trataba de un vehículo que debía aterrizar en configuración horizontal, evitando así los problemas de estabilidad y mejorando la visibilidad desde la cápsula. Para el lanzamiento, Phoenix debía emplear una versión de carga del transbordador denominada Shuttle-C, aunque en este punto el proyecto era bastante flexible. A resultas de la reciente desintegración de la URSS y la incipiente colaboración espacial con Rusia, no se descartaba el uso del cohete Energía para mandar al espacio los distintos elementos de la base.


Una aterrizador automático del proyecto LUNOX con la planta de generación de oxígeno a partir del regolito lunar. Estas naves tenían una carga útil de 11 t (NASA).


Otro aterrizador con un rover presurizado (NASA).


Base lunar formada por dos rovers presurizados y un módulo nodo. Nótense las protecciones antirradiación con bolsas rellenas de regolito encima del nodo (NASA).



La nave Phoenix (NASA).

Muy poco después, en 1992-1993, surgió la propuesta de nave lunar directa Early Lunar Access de la compañía General Dynamics. Al ser ensamblada en órbita baja utilizando el transbordador, no requería cohetes descomunales, lo que convertía esta misión en el tipo EOR-Ascenso Directo. Como curiosidad, la cápsula de la tripulación estaba montada «al revés» para permitir una mejor visibilidad durante el alunizaje, aunque a cambio se dejaba desprotegido el delicado escudo térmico. ELA debía transportar una tripulación de dos personas a la superficie lunar y permitir estancias de hasta 21 días. La cápsula sería similar en forma al CM del Apolo para ahorrar tiempo y dinero, aunque su masa sería de sólo 3,7 t, frente a 5,6 t del CM gracias al uso de nuevas aleaciones metálicas. La masa total de la nave no superaría las 26 t, incluyendo la etapa translunar. ELA se concebía como un precursor del FLO u otro vehículo más grande. La ESA debía colaborar en su construcción.


Early Lunar Access (Astronautix).

Otras propuestas interesante de finales de los 90 fueron LANTR y Human Lunar Return (HLR), sin duda demasiado ambiciosas para la época.

Lo cierto es que la SEI y demás proyectos pronto cayeron en el olvido, mientras las agencias espaciales se concentraban en la órbita baja y las estaciones espaciales. La destrucción del Columbia en 2003 cambió radicalmente el panorama de la exploración espacial: en 2004, la NASA anunciaba su Visión de la Exploración del Espacio (VSE) y su compromiso de regresar a la Luna antes de 2020. En 2005 la NASA concretó qué tipo de vehículos harían realidad este nuevo desafío. Para sorpresa de muchos, el esquema de misión lunar sería muy parecido al Apolo, con una cápsula (Orión) y un módulo lunar desechable (Altair). La principal diferencia radica en que se trata de una misión tipo EOR-LOR, pues la nave Orión, con cuatro astronautas a bordo, deberá ser puesta en órbita por separado mediante un cohete Ares I, mientras que Altair y la etapa de inyección translunar (EDS) serán lanzados por el cohete gigante Ares V.


Los cohetes de la VSE: el Ares I y el Ares V ( NASA).


Altair y Orión: ¿Apolo 2? (NASA).

Otra diferencia notable es que, debido a las limitaciones del cohete Ares I, Altair debe ser el encargado de poner en órbita lunar al conjunto Orión-Altair, algo muy poco eficiente desde el punto de vista energético. No se puede descartar que en los próximos años veamos la introducción de una etapa de frenado extra similar al Blok-D del proyecto N1/L3 para aumentar la masa útil de Altair. La nave Orión deberá tener unas 25 t, de las cuales 8 t corresponden a la cápsula. La masa de Altair será aún mayor: unas 50 t, necesarias para poder mantener a cuatro hombres en la superficie lunar durante un mes. Muchos críticos piensan que sería mejor descartar el módulo Altair y optar por una configuración EOR-Ascenso Directo (Direct).

Aunque la NASA está decidida a hacer realidad la VSE, lo cierto es que su futuro todavía está en el aire. La construcción del cohete Ares I y la nave Orión marchan a buen ritmo, aunque con ligeros retrasos. Sin embargo, el módulo lunar Altair y el Ares V están aún pendientes de aprobación. Son muchos los que temen que la VSE pueda tener el mismo fin que la SEI: el olvido.

Fuera de EE UU no existen en la actualidad planes concretos para regresar a nuestro satélite. Rusia está pendiente de un posible acuerdo con la ESA para desarrollar una nueva nave tripulada de forma conjunta que tendría capacidad para viajar alrededor de la Luna, pero no hay proyectos detallados para llevar a cabo un alunizaje.


De hacerse realidad, la futura nave ruso-europea tendría capacidad para un viaje lunar (Anatoly Zak).

Las compañías RKK Energía y Khrunichev han presentado varios proyectos de Ascenso Directo y EOR-Ascenso Directo, como el Lunar Orbital Station. Por su parte, China ha declarado de forma bastante confusa su interés en un programa lunar tripulado, aunque el alto coste de esta empresa dificulta su realización. Sin embargo, China sí que podría llevar a cabo en unos pocos años una misión de sobrevuelo lunar usando la nave Shenzhou, algo que por otro lado también podría hacer Rusia con una modificación de la Soyuz TMA. Curiosamente, algunas iniciativas privadas también han propuesto viajes turísticos alrededor de la Luna, como es el caso de Excalibur Almaz, basada en la cápsula VA de Chelomei.

En definitiva, la Luna figura en los planes de todas las agencias espaciales del mundo como no lo hacía desde los años sesenta. Aunque todavía es pronto para saber si estamos ante una nueva carrera espacial lunar, lo cierto es que tiempos interesantes se avecinan.

Referencias:

Proyectos lunares destacados:

Ascenso Directo: BIS Lunar Lander, NOVA, LK-3, LK-700, Gemini Direct, Apollo Direct, L-3M, LEK, FLO (SEI).
LOR: Apollo, N1-L3, LK Energia, Lunar Orbital Station.
EOR-LOR: Gemini LOR, Orion-Altair (VSE).
EOR-Ascenso Directo: von Braun Lunar Lander, Project Horizon, L-3, Early Lunar Access.
LSR-Directo: Phoenix-LUNOX.

Proyectos de sobrevuelo lunar:



2 Comentarios

  1. Mirando estos artículos se ve claramente que los alunizajes, aparte de ser un desafío técnico importante, son sobre todo un desafío económico.

    Pero, si en los 60 y 70 lo lograron varias veces, y a día de hoy parece bastante lejano volver a la luna, ¿cuánto se gastaron en estas misiones?.

    Sospecho que las cifras tienen que ser monstruosas, y la cantidad del PIB yanqui que representaban realmente inaceptables.

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Por Daniel Marín, publicado el 14 agosto, 2008
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