Las cinco Starships que Elon Musk quiere enviar a Marte en 2026

Por Daniel Marín, el 24 septiembre, 2024. Categoría(s): Astronáutica • Marte • SpaceX • Starship ✎ 192

Si a estas alturas tenemos algo claro con respecto a Elon Musk es su intención de ir siempre dos pasos por delante de las expectativas que generan sus iniciativas. Lo que se llama controlar el relato, vaya. Si todo el mundo está ahora hablando de la quinta misión del sistema Starship (IFT-5) y, a medio plazo, del módulo lunar HLS del programa Artemisa, Musk ha vuelto a cambiar el foco poniendo el énfasis en Marte. Tras declarar en X que su intención era realizar una misión no tripulada a Marte en 2026 y otra tripulada en 2028, Musk, lejos de recular, ha subido la apuesta: en la ventana de lanzamiento de 2026 SpaceX no mandará una Starship a Marte, sino… ¡cinco!

Recreación de una Starship entrando en la atmósfera marciana (SpaceX).

Lo primero que podemos pensar es, ¿qué probabilidad hay de que estos planes se hagan realidad en estos plazos? Pues bien, cero punto cero. Pero de ahí pasamos a la segunda cuestión, ¿tienen estos planes algo de sentido cuando la prioridad de SpaceX es, por este orden, poner a punto el sistema Starship como un sistema de lanzamiento útil capaz de lanzar cargas más allá de la órbita baja y con capacidad de reutilización, y, más adelante, lanzar los módulos lunares de las misiones Artemisa III y IV? Aquí la respuesta es menos categórica. A largo plazo es complicado que el programa Artemisa justifique por sí solo la existencia de Starship, pues mandar un módulo lunar cada pocos años no es una gran demanda que digamos. Recordemos que Artemisa V —y, luego, otras misiones por determinar— utilizará el módulo lunar Blue Moon Mark 2 de Blue Origin, por lo que la Starship ni siquiera tendrá el monopolio en los módulos lunares de este programa (aunque SpaceX también quiere enviar módulos de carga a la Luna). Si a esto le añadimos el interés genuino de Musk en llevar a cabo misiones a Marte cuanto antes, estamos ante una propuesta relativamente fundamentada, siempre y cuando dejemos los plazos y las misiones tripuladas a un lado.

El HLS podría requerir entre 10 y 20 lanzamientos del sistema Starship, pero todo dependerá de las características finales de las Starship v2 y v3 (NASA).

En este contexto, enviar una Starship a Marte sin tripulación no es ninguna una locura desde el punto de vista técnico. Más allá de la reutilización de las etapas, SpaceX debe probar cuanto antes la transferencia de propelentes en órbita entre Starships para permitir mandar la segunda etapa fuera de la órbita baja. La energía necesaria para enviar una Starship a Marte en una órbita de transferencia de Hohmann está al alcance de una Starship cargada con propelentes. Además, a Marte viajaría una Starship ‘normal’, o sea, con escudo térmico y superficies aerodinámicas, elementos que no son necesarios para ir a la Luna, pero sí para entrar en la atmósfera marciana y maniobrar. Es más, mientras una Moonship necesita propelentes para entrar en la órbita lunar, aterrizar y volver a la órbita, una Starship marciana solo necesitaría el impulso inicial del encendido de escape y una cantidad relativamente pequeña de propelentes para igniciones de corrección y el aterrizaje final en la superficie marciana.

SpaceX debe realizar una prueba de transferencia de propelentes en 2025 (NASA).

Entonces, ¿de cuántos lanzamientos estamos hablando? Pues nadie lo sabe con precisión, porque ese número dependerá de la versión de la Starship finalmente utilizada en estas misiones —¿v2, v3?— y, en concreto, la masa de cada etapa de dicha versión y la eficiencia final de la variante del Raptor 3 que se esté empleando por entonces. También dependerá de las pérdidas en el proceso de transferencia de propelentes, algo que a su vez depende de la capacidad para aislar los tanques del depósito orbital —las Starships con propelentes (tankers) cargan primero este depósito (depot) antes de que la Moonship o la Starship marciana se acople con él para salir fuera de LEO— y el tiempo que se necesite para la carga de propelentes (cuanto más largo sea este periodo, mayores serán las pérdidas de propelentes en órbita por evaporación).

Montando la S30 sobre el B12 para antes del quinto vuelo (SpaceX).

Hagamos unos cálculos de servilleta. Se supone que la Starship, una vez cargada de propelentes en órbita baja, tiene una Delta-V máxima de 9 a 10 km/s. Para viajar hasta Marte necesitamos unos 4,2 km/s de Delta-V partiendo desde LEO, a lo que solo habría que añadir el propelente de las correcciones durante el viaje y el aterrizaje, pues el frenado orbital se realizaría gracias al escudo térmico (los números reales dependen de la ventana de lanzamiento a Marte, que no son igual de favorables y suelen oscilar entre 3,8 km/s y 4,5 km/s). Por contra, para ir a la superficie de la Luna desde LEO se requiere una Delta-V unos de 5,7 km/s, ya que todas las maniobras requieren propulsión al carecer la Luna de atmósfera (puedes usar un mapa de Delta-V para comprobarlo). Vamos, que es factible redondear la Delta-V para enviar una Starship a Marte como tres cuartas partes de la que se necesita para enviar una Moonship HLS a la superficie lunar. Puesto que para mandar el HLS hacia la Luna serán necesarios un mínimo de diez lanzamientos —entre diez y quince, pero se supone que con las futuras versiones Starship este número se podría reducir—, podemos estimar un mínimo de entre siete y ocho lanzamientos para enviar una Starship a Marte. Sin embargo, deberíamos contar con que el HLS también cargará los propelentes para volver a la órbita lunar. En ese caso, sería viable una estimación de un mínimo de cinco o seis lanzamientos para llevar una Starship al planeta rojo, aunque, por contra, también deberíamos contar las pérdidas de propelentes de una Starship hacia Marte por la mayor duración del viaje. O sea, entre seis y ocho lanzamientos por misión. Y como Musk ha dicho que serán cinco Starship, no solo una, estaríamos hablando de entre 30 y 40 lanzamientos en total a lo largo de unos pocos meses en 2026. Eso sí, puesto que hemos supuesto la cifra mínima de lanzamientos por misión, la cantidad final estará probablemente mucho más cerca de los 40 lanzamientos.

El B12 y la S30 en la rampa de lanzamiento en Starbase (SpaceX).

¿Es realista esto? Ahora mismo puede parecer que no, pero el sistema Starship ha sido diseñado para efectuar una enorme cadencia de lanzamientos a pesar de su gran tamaño gracias a su total reutilización. El problema es que 2026 está a la vuelta de la esquina y, aunque todos damos por hecho que la primera misión tripulada del HLS, Artemisa III, no tendrá lugar en septiembre de 2026, sino en 2027 o 2028, como muy pronto, antes SpaceX llevará a cabo una misión del HLS sin tripulación, por lo que los lanzamientos a Marte se podrían solapar con los del HLS no tripulado. La primera prueba de carga de propelentes en órbita entre Starships no tendrá lugar hasta el año que viene. En cualquier caso, incluso si 2025 es un buen año para la Starship, esperar 30 o 40 lanzamientos totalmente exitosos del sistema en 2026 es ser muy optimista, por decirlo suavemente. La ventana de 2028 es otra historia, pero para entonces es de suponer que Artemisa esté a todo trapo, así que estamos ante un potencial conflicto entre la Luna y Marte.

La S30 durante una prueba parcial de llenado de propelentes (SpaceX).

Por supuesto, no hemos comentado otras cuestiones relativas a una misión de la Starship a Marte, como son minimizar las pérdidas de propelentes por evaporación, gestionar el sistema RCS para control de posición o encendidos de corrección de trayectoria (actualmente la Starship usa los gases procedentes de los Raptor para esta función), optimizar los reencendidos y la represurización de los tanques tras meses de viaje, etc. Todos ellos cambios nada triviales. Y otro asunto realmente crucial es el tema de la contaminación biológica: gran parte de la comunidad científica se desmayaría ante la sola idea de enviar una Starship a la superficie marciana sin un proceso de descontaminación concienzudo. Y no basta con pasar trapitos empapados en alcohol por el exterior: si la Starship no frena su descenso creará un bonito cráter en Marte y los microorganismos que lleve dentro podrían pasar al permafrost marciano.

El conjunto B12/S30 durante la prueba de llenado parcial de propelentes (SpaceX).

Pero lo cierto es que la bravata de Musk con Marte hay que leerla en clave interna de política estadounidense. Como él mismo ha dejado meridianamente claro, cree que una administración liderada por Kamala Harris sería terrible para Starship porque sepultaría el proyecto bajo toneladas de procedimientos burocráticos como los que, según él, hacen que la FAA bloquee el lanzamiento de la misión IFT-5. Por el contrario, Trump, si gana las elecciones, daría carta blanca a todos los planes del CEO de SpaceX, o eso espera. Sea como sea, y aunque Elon Musk está decidido a ir a Marte a cualquier precio, será muy difícil que veamos una Starship camino del planeta rojo en 2026 y directamente imposible que seamos testigos de una misión tripulada en 2028.



192 Comentarios

  1. Osea que para 2026 el concurso de meada de los dos muchimillonarios apunta a Marte. Blue y SpaceX intentarán llegar a Marte hehe.
    Yo no creo que las posibilidades sean cero, pero hay que aumentar cadencia de lanzamientos, si el cohete funciona y no hay kaboom, la misión en si es razonable. Habrá que ver también el enfrentamiento sobre la desinfección de la nave que también promete.

    1. BO no va a poner nada en Marte en 2026, que yo sepa. Lanzar algo a Marte con un cohete no es lo mismo que fabricar una carga para que vaya a Marte lanzada por un cohete. No es la misma liga.
      Llevamos la hueva lanzando sondas y aterrizadores a Marte. Lanzarlos no es el problema, lo chungo es la carga en sí.

      1. Waterparties. Si Blue y Rocketlab adelantan a SpaceX será un minipunto para Jeff. De la misma forma que se llevó el primer cohete que llegó al espacio y aterrizó en vertical.

  2. El problema de la contaminación es una cuestión filosófica fundamental.
    Tenemos un bioma bacteriano de varios kilogramos.
    A cualquier lado al que vayan humanos llevarán todos sus microorganismos, por lo que los vuelos espaciales tripulados estarían restringidos ( no tenemos en cuenta su dificultad) a planetas o lunas estériles por ese principio.
    Pero es imposible determinar si un planeta es realmente estéril ( la vida resiste condiciones extremas) por tanto con esa filosofía no se debería viajar a ninguno.
    La búsqueda de superTierras y planetas aptos para la vida solo tendría interés científico ( aunque se pudiese ir) y en un futuro muy , muy lejano como lugar al que tener que emigrar irremediablemente aunque acabáramos con su vida.

    1. Pero a mí me parece que en ese tema pecamos de «peliculeros».

      O sea: ¿hasta qué punto un puñado de bacterias terrestres podrían alterar una biosfera en Marte? Es decir, si su bioquímica es distinta a la de aquí (que no haya habido intercambio entre ambas durante estos miles de millones de años y ambas se asemejen bastante), se podría dar el caso que dichas bacterias invasoras «estirasen el cilio» al primer contacto con la biota indígena.

      O, dado el tema, la biota indígena lleva (hipotéticamente) miles de millones de años evolucionando con su entorno y está perfectamente adaptada a ella, con lo que las bacterias invasoras estarían en clarísima desventaja. Y lo mismo para material biológico extraterrestre alcanzando la Tierra. De hecho, ignoramos por completo si en los últimos, pongamos, 600 millones de años, ha llegado a nuestro planeta algún organismo extraterrestre (de nuestro Sistema Solar o de más allá). Si ha sido el caso, es más que evidente que no ha tenido éxito asentándose.

      Pienso sinceramente que es EXTREMADAMENTE difícil que un organismo invasor de la biosfera de un mundo medre, y mucho menos domine, en la biosfera desarrollada y estable de otro. Y eso sin contar que si las bioquímicas de ambas son incompatibles (por lo cual, no se podrían alimentar una de otra, por ejemplo… eso si directamente no son tóxicas la una para la otra), ni de coña la especie invasora va a establecerse en la nueva biosfera.

      Por tanto, el riesgo de contaminación biológica a largo plazo es, en mi muy modesta opinión cuñada, casi soslayable.

      1. Realmente me cuesta creer que algo vivo pueda resistir de polizón un viaje interplanetario agarrado a la aleta de un cohete, entre la ignición, el frío sideral, la radiación, etc… Pero lo curioso es que si pensamos mandar seres humanos ya no tendría mucho sentido pasar el pañito con alcohol, basta con que un accidente o falla espachurre a los primeros en llegar sin posibilidad de retorno y a tomar por culo el aislamiento

        1. Exacto. Y ni eso: sales a darte un paseo para recolectar piedras, resbalas, te caes sobre unas rocas afiladas, se raja la pernera del traje y sangras sobre la roca. O se rompe el cristal del casco y exhalas tu último aliento directamente al «aire» marciano.

          O un micrometeorito impacta por puñetera casualidad en el contenedor de residuos biológicos (léase «caca») de la tripulación, esparciendo el contenido por el regolito.

          En cuanto a que algo vivo pueda sobrevivir a todo eso, solo voy a decir una palabra: «tardígrados».

          (Por poner un ejemplo de «bicho» que sobreviviría a todo eso… y más [ahora, incluso a los microplásticos]).

  3. Poniendo fechas a un lado, estamos de acuerdo en que aterrizar un edificio de 6 plantas habitables en Marte es posible. Un tema interesnte es lo que potencialmente se puede mandar:
    – Estación de generación de metano
    – Cohete de retorno de muestras
    – Flota de Spot Dogs
    – Flota de mini bulldozers para montar zonas de aterrizaje
    – Toneladas de paneles solares con rovers para instalarlos
    – Experimento de fabricación de alimentos en 60m2
    – Impresora 3d basada en vehículos con sistema para mezclar regolito y crear algo estilo hormigón
    – Planta de colección de O2 y H2O
    – Banco de baterías

    1. Una red de satélites Starlink, para tener unas comunicaciones decentes, ahora que se va a tener un montón de robotitos por Marte, sería deseable. Apuesto a que una de las Starships se llena de Starlinks.

      1. Buen punto, además es una buena jugada politica. La NASA y en general las agencias van a estar encantadas de que se monte infraestructura de telecomunicaciones en órbita. El aterrizar, pues ya veremos, hay que montar a la NASA en el carro o habrá palos en las ruedas por parte de la administración.

    1. No hay que contestar ni responder a los que no tienen ningún respeto y son de insulto facil. Lo peor que se puede hacer es entrar al trapo y encima devolviendo los insultos, se entra en una espiral destructiva de la que no sale nada bueno.

      Lo dicho, si os insultan, os aguantáis y por respeto al foro y al gran Daniel y su obra no contestéis.

      gracias

  4. Poco a poco (es un decir, ya que progresan más rápido que nadie), SpX va avanzando en su objetivo fundacional: llevar la humanidad a Marte.

    A los que se burlaban de eso cada día les quedan menos argumentos.

    1. Me sentiría más tranquilo si Elon no se metiera en política.

      La ingeniería social no es como la ingeniería técnica que tanto domina Elon.

      El talento que tiene Elon para la ingeniería no le sirve para la ingeniería social. Cuanto antes se dé cuenta de eso, mejor.

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Por Daniel Marín, publicado el 24 septiembre, 2024
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