Vivimos tiempos convulsos en cuanto a noticias astronáuticas se refiere. El cambio de administración en Estados Unidos y los planes de otras potencias espaciales y empresas privadas como SpaceX o Blue Origin provocan que no pase una semana sin que aparezcan novedades en el sector. Muchas de ellas no lo son tanto —o no lo son en absoluto—, aunque para el ojo inexperto resulta complicado separar el grano de la paja. Pero si algo está claro es que hay muchos movimientos a favor de un retorno a la Luna. Por un lado tenemos los planes ya conocidos de mandar a la Luna la misión tripulada EM-2 de la nave Orión y el cohete SLS de la NASA en 2021, una misión que la agencia espacial está estudiando adelantar a 2019 para que coincida con el primer lanzamiento del SLS (la misión EM-1). Por otro lado tenemos la difusa pero persistente propuesta para construir una estación espacial internacional alrededor de la Luna —apodada ‘estación Gateway’— entre Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón y Rusia. A estas iniciativas debemos sumar el reciente anuncio de SpaceX para realizar una misión con turistas alrededor de la Luna y los planes rusos de misiones tripuladas a la órbita lunar con la nueva nave Federatsia. Por si fuera poco, tampoco se puede descartar que China lleve a cabo misiones a la Luna con su nave de nueva generación más pronto de lo previsto.
Todas estas iniciativas lunares no dejan de ser paradójicas teniendo en cuenta que desde hace varios años el objetivo declarado del programa tripulado norteamericano es una misión tripulada a Marte. Precisamente hace unos días se dio el visto final al último presupuesto de la NASA, un presupuesto continuista que destina 19.500 millones de dólares a la agencia espacial (en 2016 el presupuesto fue de 19.300 millones). Como no podía ser de otra forma, Marte aparece hasta la saciedad en el documento, motivo por el cual muchos medios se han apresurado a publicar que la NASA planea una misión tripulada a Marte en 2033. ¿Una gran novedad? En absoluto. Como ya hemos comentado, hace tiempo que la NASA tiene a Marte en el punto de mira, pero ni antes ni ahora se ha destinado el dinero necesario para tan fastuoso proyecto. Para que nos entendamos, el viaje tripulado a Marte de la NASA es ahora mismo un brindis al sol. Puesto que tendría lugar después de 2030 la NASA puede dedicar en la actualidad una cantidad mínima de dinero con la —¿vana?— esperanza de que alguna administración posterior decida coger el toro por los cuernos y se gaste el dinero apropiado en esta aventura.
Los planes actuales de la NASA pasan por llevar a cabo una misión tripulada a la órbita de Marte, incluyendo una visita a Fobos y/o Deimos, en 2033. La primera misión a la superficie marciana tendría lugar entre 2039 y 2042 aproximadamente. No obstante, los únicos elementos de este plan que están siendo diseñados y construidos son el cohete SLS y la nave Orión (y algunos planes marcianos ni siquiera hacen uso de esta nave). Los hábitats interplanetarios, etapas de propulsión iónica, módulos de aterrizaje marciano y otros elementos de una eventual misión tripulada a Marte se hallan todavía, y eso con suerte, en la etapa de Power Point.
Lo que sí es una novedad que aparece en el presupuesto es que se ordena al administrador de la NASA a llevar a cabo un estudio técnico independiente en menos de seis meses para estudiar los requisitos de un viaje tripulado a Marte en 2033. O sea, se trata de concretar planes que ya existían. Un paso necesario e ilusionante, sin duda, pero siempre y cuando tengamos claro que todavía queda mucho por hacer y por gastar para ver un ser humano en la superficie del planeta rojo.
Otra novedad que no por esperada es menos llamativa es la cancelación de facto de la parte tripulada misión ARM (Asteroid Redirect Mission). Recordemos que esta misión planeaba capturar un pedazo de asteroide mediante la sonda ARRM (Asteroid Redirect Robotic Mission) para luego traerlo a las cercanías de la Luna. Posteriormente una nave Orión tripulada despegaría en la misión EM-3 (Exploration Mission 3) del SLS entre 2023 y 2025 para recoger muestras del asteroide y traerlas a la Tierra. La parte tripulada de la misión ARM fue tolerada por la administración Obama como un objetivo válido para el SLS y la Orión, más que nada porque de esta forma la agencia no se ataba a ningún plan de exploración ambicioso como la Luna o Marte. Pero, lógicamente, la mayoría republicana del Congreso se oponía con firmeza esta misión, motivo por el cual en el actual presupuesto se indica a la NASA que debe estudiar alternativas no tripuladas más económicas para traer muestras del asteroide a la Tierra.
Por lo demás todo sigue igual: luz verde al rover Mars 2020, se apoya el telescopio WFIRST para que sea lanzado durante la próxima década y se continúa con la financiación de la sonda Europa Clipper, una misión a la que la administración Obama no tenía especial simpatía, pero que sin embargo había aprobado en 2015.
Pero en este contexto de ‘Luna-manía’, y una vez eliminada la parte tripulada de la misión ARM de la ecuación, la posibilidad de construir una estación lunar que reemplace a la ISS cobra fuerza. La estación Gateway permitiría dar un objetivo claro al SLS y la Orión mientras se concretan —o cancelan— los planes marcianos y serviría para neutralizar los intentos de misiones lunares por parte de compañías privadas como SpaceX o Blue Origin. Incluso si estas empresas logran poner un hombre alrededor de la Luna antes que la NASA, la agencia espacial siempre podrá decir que tiene un objetivo a largo plazo más sólido como es la estación lunar. De paso serviría para continuar con las sinergias creadas en el marco de la ISS y contrarrestar cualquier hipotética misión tripulada china a la órbita lunar. Sea como sea, el futuro del programa espacial tripulado de la NASA dependerá en buena medida de las decisiones que se tomen durante los próximos meses.
Referencias:
- https://www.congress.gov/bill/115th-congress/senate-bill/442/text
- https://aas.org/posts/blog/2017/01/senates-nasa-transition-authorization-act
A EE.UU. Obama le mató su programa lunar Constellation que fundó Bush Jr. y que, de haber seguido, hubiera puesto un hombre en la Luna en el 2020. Los rusos apenas sobreviven a su crisis económica y los intereses de Putin parecen estar puestos en hacer fuerte a su país aquí en la Tierra más que en la Luna. Si bien China tiene un creciente programa espacial no parece haber indicios de que estén interesados, al menos en el corto plazo, en poner un hombre en la Luna. Asi que por ahora no tenemos (desgraciadamente?) una nueva carrera espacial hacia la Luna.
Lo que tenemos en un embrollo interno en USA entre la NASA y las nuevas empresas espaciales privadas dirigidas por audaces y ambiciosas personalidades como Elon Musk, muy conocido por prometer más de lo que puede dar.
El hecho de que en 2 años se cumpla el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna y que se están muriendo los últimos hombres que nos puedan contar como es caminar por la Luna han despertado un nuevo interés en volver a la Luna. Como sea que fuere, si de algo pudo haber servido el audaz anuncio de Musk es pinchar a la pesada burocracia de la NASA para acelerar la finalización del SLS y la capsula Orion y tener todo listo el primer lanzamiento del SLS/Orion que de cumplirse los plazos se haría a fines del 2018. La Orion llevaría maniquíes en lugar de astronautas verdaderos, pero algo es algo.
De salir todo bien y si nada explota (en el aire o en la rampa) estaríamos cerca de ver el regreso del hombre a la Luna, a la que inexplicablemente los humanos han abandonado despues de haber demostrado tanto esfuerzo en llegar a ella en los ’60, época donde las cosas parecían mas simples, todo se reducía a una carrera y punto. Hoy en día ya no hay carrera espacial que nos impulse fácilmente hacia la Luna, por lo que volver a ella es hoy una cuestión de poder sortear los problemas políticos, más complicados de resolver que los desafíos técnicos.
Muchas opiniones brillantes pero… ¿ cómo va la TGO ?
lo que me pregunto yo, es, que beneficio tiene la humanida en realizar estas exploraciones, con presupuestos tan alto? porque destinar tantos recursos financiero y humano a tal cosa, mientras que en la tierra ha millones muriendo de hambre? si se didicase el mismo interes a los problemas medio-ambientales, que estamos viviendo aqui en tierra seria genial, es lo mas logico, la humanidad ni los USA ni ningun otro pais esta preparado para las exploraciones que ya se llevaron a cabo y se proyectan para el futuro. la pregunta seria, realmente los beneficios de la las exploraciones espaciales, valen los perjuicios aue estos podrian generar o estan generando, si se pretende descubrir un citio o algun tipo de energia o sea cual sea el objectivo de las exploraciones, no creo que por ahora, ni en un futuro sean cosa que beneficie a la humanidad, estas exploraciones no le beneficia a nadie, si los planetas que se pretende explorar tuviesen algo mejor que la tierra, alla hubiera habido vida. incluso, es muy probable que tengan consecuencias directas, sin contar con las indirectas que ya están teniendo, si se sigue con los proyectos,
nuestros esfuerzos deberían concentrarse a hacer de la tierra un citio mejor; después si es un objetivo que realmente vale la pena, si es racional, se podría pretender estas exploraciones, la ciencia debe ser racional, ser para beneficio de la humanidad, algunos dira que es irracional pensar aquello, entonces debería ser para el beneficio del planeta tierra,
posiblemente pudiaran ser hasta imoral, sopezando beneficios y perjuicios, posiblemente causaremos nuestra propia extincion,