Este año se cumple medio siglo de la creación del llamado Ministerio del Espacio, una de las instituciones más desconocidas y al mismo tiempo más importantes de la historia de la cosmonáutica. Aunque normalmente se suele presentar el programa espacial soviético como un batiburrillo caótico de oficinas de diseño enfrentadas unas con otra sin dirección alguna, lo cierto es que existieron varias organizaciones que intentaron centralizar el esfuerzo espacial de la URSS.
El 2 de marzo de 1965 nació el Ministerio de Maquinaria General o MOM (Ministerstvo Obschego Mashinostroenia) por sus siglas en ruso gracias al decreto 126-47 del consejo de ministros de la URSS. El anodino nombre no era más que una tapadera para ocultar la verdadera misión de este ministerio: coordinar toda la industria soviética encargada del programa espacial y la construcción de misiles balísticos. No era la primera vez que la URSS creaba un ministerio con un nombre destinado a confundir -sin éxito- a los servicios de inteligencia occidentales. Sin ir más lejos, el ministerio encargado del diseño y construcción de las armas nucleares había sido bautizado como Ministerio de Maquinaria Media (MSM).
El MOM fue creado a raíz del golpe de estado que echó a Nikita Jruschov del poder el 14 de octubre de 1964. Una de las primeras tareas del nuevo gobierno fue separar las competencias del Partido Comunista y el gobierno soviético, que durante Jruschov habían estado muy difuminadas. Leonid Brezhnev y sus compañeros de gobierno querían que el MOM restableciese el orden en la planificación de la estrategia del programa espacial soviético, hasta ese momento sujeta en gran medida a los caprichos del imprevisible Jruschov.
Cuando el primer Sputnik alcanzó la órbita en 1957 la organización más importante a cargo del programa espacial era el ministerio de defensa. Al fin y al cabo, los primeros éxitos soviéticos en el espacio habían tenido lugar gracias a los misiles intercontinentales (ICBM) que tan ‘generosamente’ habían financiado los militares. Pero poco a poco el programa espacial creció hasta alcanzar un volumen difícil de digerir por un único ministerio. Jruschov pronto vio en el espacio una magnífica herramienta de propaganda que explotó rápidamente, dotando de ingentes recursos a las oficinas de diseño encargadas de la construcción de las naves espaciales y lanzadores espaciales. La principal beneficiaria sería la oficina de diseño OKB-1 de Serguéi Koroliov, el ‘ingeniero jefe’, encargada de la construcción del primer ICBM de la historia, el R-7 Semiorka, y las primeras naves espaciales soviéticas. Pero en los años siguientes otras oficinas recibieron un trato preferente por parte de Jruschov, como por ejemplo la OKB-452 de Valentín Glushkó o la OKB-52 de Vladímir Cheloméi (en el caso de esta última en gran medida porque tenía como empleado al hijo de Nikita).
Como resultado, durante la primera mitad de los años 60 las oficinas de diseño se enfrentaron unas a otras en una lucha sin cuartel para ganarse el favor de los gobernantes soviéticos, una lucha que evidentemente fue desastrosa para el programa espacial. En vez de concentrar fuerzas, los escasos recursos disponibles se repartieron en un sinfín de proyectos similares. No obstante, en esta época ya existían ciertos órganos de control que intentaron poner un poco de sensatez en el programa espacial. La organización más importante era la Comisión Militar-Industrial (VPK), formada por los ministros a cargo de la producción de sistemas militares y espaciales. La VPK fue la encargada de tomar las decisiones más importantes durante los primeros años del programa espacial, pero era más que evidente que esta organización no era suficiente.
El MOM sería distinto. Desde un primer momento el nuevo ministerio controló todas las oficinas de diseño y empresas involucradas en la construcción de naves, motores y misiles -incluyendo la OKB-1 y la OKB-52-, así como otras oficinas relacionadas con las plantas que construían las estaciones de comunicaciones terrestres o las encargadas de fabricar las infraestructuras de lanzamiento. A su vez el ministerio estaba dividido en varios directorios, cada uno encargado de un sector específico. La VPK seguiría existiendo y el MOM tendría que rendir cuentas ante ella, pero al menos las distintas oficinas de diseño ya no se aprovecharían del caos derivado de depender simultáneamente de varios ministerios. El Consejo de los Ingenieros Jefes, en el que participaban Koroliov, Glushkó, Pilyugin, Ryazanski, Kuznetsov o Barmin, y que tomó decisiones claves en los inicios de la historia de la cosmonáutica, pasaría a depender directamente del MOM. Citando a Borís Chertok, uno de los lugartenientes de Koroliov en la OKB-1, en sus memorias Raketi i liudi:
El MOM recibió todas las responsabilidades que la NASA tenía en los Estados Unidos en todo lo relativo a la cosmonáutica, así como otras responsabilidades, incluyendo la producción de equipos de tierra y de naves espaciales. Además de la importante tarea, junto con el Ministerio de Defensa, de construir las fuerzas de misiles nucleares estratégicos, y asegurar el bienestar social de todos los trabajadores en esta rama de la industria.
Eso sí, a diferencia de la NASA, las empresas del MOM construyeron ciudades enteras -literalmente- con escuelas y hospitales para sus trabajadores, incluyendo los barrios de Koroliov o Jimki en Moscú, entre muchos otros, mientras que paradójicamente los centros de lanzamiento dependían del ministerio de defensa. El hombre encargado de dirigir el MOM desde su fundación hasta 1983 sería Serguéi Alexándrovich Afanasyev. Con un carácter duro e implacable, Afanasyev intentaría poner orden en un área tan delicada como compleja. El MOM quiso acabar con el reinado de las oficinas de diseño, pero ciertamente sus inicios no fueron muy exitosos en este aspecto. Durante la segunda mitad de los años sesenta la carrera por llegar a la Luna estaba en su punto álgido y, a pesar de la dirección del MOM, las oficinas siguieron enfrentadas por el control del programa lunar aprovechando la repentina muerte de Koroliov en 1966. En esa época el MOM no pudo evitar que se financiasen al mismo tiempo dos programas lunares (el N1-L3 de alunizaje y el L1 de sobrevuelo lunar) o que Cheloméi siguiese obteniendo dinero para su cohete gigante UR-700 mientras el lanzador N1 apenas recibía los fondos necesarios para salir adelante. Tampoco evitó que los ingenieros de las oficinas de Cheloméi y Mishin -el sucesor de Koroliov en la OKB-1- diesen un ‘golpe de estado’ a espaldas de sus jefes para crear las estaciones espaciales de tipo DOS de la OKB-1 (por entonces llamada TsKBEM) a pesar de que la oficina de Cheloméi estaba desarrollando las estaciones militares OPS/Almaz.
Sin embargo, en los años 70 la cosa cambió drásticamente. En esta época el MOM fue el principal encargado de gestionar el exitoso programa de estaciones espaciales Salyut con sus correspondientes misiones tripuladas Soyuz. También participó en la cancelación del programa lunar tripulado y la fusión de la oficina de diseño de Glushkó con la de Mishin con el principal objetivo de desarrollar el nuevo sistema de lanzamiento reutilizable Energía-Burán. El MOM también estaría detrás de iniciativas históricas como la misión conjunta Apolo-Soyuz con los EEUU. Pero el MOM no estaría solo. La VPK mantendría sus funciones y su jefe, Leonid Vasilyevich Smirnov, sería parte del triunvirato que controló el programa espacial soviético de facto junto con Afanasyev y Dmitri Fiodorovich Ustínov. Sin Ustínov, ministro de defensa y miembro del Politburó entre 1976 y 1984, no se puede entender el rumbo del programa espacial en este periodo, especialmente en todo lo relacionado con los proyectos militares. Enemigo irreconciliable de Cheloméi, Ustínov fue uno de los responsables de la cancelación el programa de estaciones OPS/Almaz y las naves tripuladas TKS justo cuando iban a poner un hombre en el espacio.
Evidentemente, el MOM no era la NASA, pero la combinación del MOM y la VPK fue lo más parecido a una agencia espacial que llegó a existir en la Unión Soviética. Ustínov y Afanasyev se llegarían a enfrentar por varias decisiones relativas a la estrategia espacial y militar del país (la más importante fue por el papel de Cheloméi y Yangel en la industria de misiles). De hecho, Afanasyev, tan tozudo y terco como Ustínov, actuó como una especie de contrapeso al enorme poder de este último. A pesar de todo, Ustínov apoyaría incondicionalmente a Afanasyev durante la mayor parte de su carrera (Ustínov fue quien nombró a Afanasyev para el cargo de ministro del MOM).
Lamentablemente, el MOM nunca fue una organización civil como la NASA estadounidense y apenas se preocupó por el aspecto científico del programa espacial, unas carencias que sufriría especialmente el programa de sondas no tripulado de la URSS. La única participación directa de la comunidad científica soviética en los órganos de decisión del programa espacial se limitaba a la representación de la Academia de Ciencias en la VPK. En 1965, coincidiendo con el nacimiento del MOM, se intentó paliar esta situación con la creación del IKI (Instituto de Investigaciones Espaciales), una especie de JPL soviético, pero no sería hasta finales de los años 70 cuando esta institución alcanzó la relevancia que merecía. El IKI siempre dependió directamente de la Academia de Ciencias, no del MOM, por lo que su papel en la dirección del programa espacial se vio gravemente limitada desde su fundación. En los años 80 la URSS también creó Glavkosmos, una agencia encargada de promover la cooperación internacional en el espacio. Pero estas reformas llegaron demasiado tarde y unos pocos años después la Unión Soviética dejó de existir. El Ministerio del Espacio sería liquidado en 1991 y sus funciones fueron heredadas por la agencia espacial rusa (RKA), creada al año siguiente por el gobierno de Borís Yeltsin.
Documental en ruso sobre el MOM:
[youtube]http://youtu.be/4q3o9A3WdzI[/youtube]
Brutal
Recuerdo que en los viejos libros de historia ponian La Academia De Ciencias de Moscu como la que dirijia el programa espacial sovietico. Y ponian como padre del Sputnik a un cientifico que poco tenia que ver con el espacio.
Tengo un libro en dos tomos llamado «La Gran Aventura del Espacio» de 1968, donde el programa espacial sovietico aun era un misterio y donde se daba la sensacion de no saber aun si los Estadounidense o los Sovieticos serian los primeros en la Luna. Ni siquiera se sabia como era el R-7 (decian correctamente que era un SS-6 «Sapwood» pero ponian la foto de un SS-5 «Skean» (R-14))
Los soviéticos mantenían en secreto quién era el «Ingeniero Jefe». La Academia Sueca propuso el Premio Nobel al creador del Sputnik y preguntó quién era, exactamente para darle el premio, y la URSS se negó a informar (y perdió la oportunidad de ganarse el premio).
Tengo un libro de 1969, lanzado poco antes del lanzamiento de la Apollo 11, cuando ya se sabía (salvo si pasaba algo absolutamente extraordinario) que EEUU iba a ser los primeros en la Luna, y ahí la figura de Korolyov (muerto pocos años antes) ya era conocida, así como también los diseños de las primeras naves soviéticas (Vostok, Voskhod) que se había ocultado también de inicio. Pero todavía no se sabía que Gagarin había eyectado al llegar a la Tierra, ni de la tragedia de Nedelin.
Es una pena que el documental no tenga subtítulos, aunque fueran en inglés.
Mira que me gusta este blog (además de lo que aprendo con él), pero reconozco que las entradas sobre los «buenos viejos tiempos» de la exploración espacial en la URSS me apasionan. Esta se me ha hecho hasta corta…
Por cierto, han encontrado rastros de Nitrógeno en la superficie de marte. Desconozco las implicaciones (más allá de su importancia en el desarrollo de la vida -primitiva, claro está-), pero aquí va el artículo.
http://www.pnas.org/content/early/2015/03/18/1420932112.abstract?sid=2ae1a650-48af-46c6-a1bb-5afb938a187b
Un saludo y una vez más, «chapeau» Daniel.
Serguei Afanasiev a.k.a. «El martillo».
Estupenda entrada: ver la carrera espacial desde otro punto.
Para quien esté interesado en ampliar más sobre lo que cuenta Daniel, hay un libro, editado en España hace muchos años, que está escrito por quien fue director del IKI y cuenta bastantes interioridades del programa espacial soviético. Se trata del libro «Aventuras y desventuras de un científico soviético» de Roald Sagdeev
http://www.amazon.es/Aventuras-desventuras-cientifico-sovietico-galaxias/dp/8420628484
Exiliado en los Estados Unidos, posicionado claramente a favor de las sondas de exploración automáticas y en contra de los programas tripulados, fue a uno de los primeros que vi criticar el programa Buran, hablar de la afición de Mishin por «las fiestas de té», hablar del proyecto «conjunto» ASTP y otras muchas anécdotas.
Carlos L. Borobio
Totalmente cierto; Verlo desde el lado soviético aporta frescura a la historia. Y en castellano!. La parte USA ya está muy documentada.
Hace poco he visto un documental sobre la carrera espacial. Me resultó muy interesante tu artículo porque hace referencia a muchos de los personajes y organismos que aparecen en el documental y me ha aclarado muchas cosas.
Gracias, como siempre genial.
Saludos!
🙂
Novidade Angara-A5 com segunda fase criogênica
http://www.russianspaceweb.com/angara5v.html
Hace años que se sabe de eso…
Perdón.
¡Impresionante el anillo propulsor!