Adiós, Cassini

Por Daniel Marín, el 16 septiembre, 2017. Categoría(s): Astronáutica • Cassini • NASA • Saturno • Sistema Solar ✎ 65

Y, de repente, ya no existía. En un instante desapareció la misión de exploración planetaria más compleja y costosa que se haya lanzado jamás. El 15 de septiembre de 2017 a las 11:55:46 UTC la antena de la red de espacio profundo (DSN) de la NASA en Canberra (Australia) comprobó que la señal de telemetría de la sonda se interrumpía tal y como estaba previsto. La comparación con el electrocardiograma plano que señala la muerte de un ser humano era casi inevitable. Era la indicación de que la antena de alta ganancia de la sonda había dejado de apuntar a la Tierra por culpa de las fuerzas aerodinámicas de la atmósfera de Saturno. Pocos segundos después Cassini se desintegraba como un brillante bólido a 1500 kilómetros de altura sobre la capa superior de nubes del gigante anillado.

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La confirmación de la muerte de Cassini (NASA TV).

En realidad la muerte de la sonda había tenido lugar 83 minutos antes, pero debido a que Saturno está situado a 1400 millones de kilómetros de la Tierra este es el tiempo que tardó la luz en llegar hasta nosotros. Terminaban así veinte años de aventura espacial y trece años de exploración ininterrumpida de Saturno y sus lunas. Duele saber que por el momento no hay ninguna misión prevista que tome el relevo de Cassini.

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Última órbita de Cassini (NASA/ESA).
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Trayectoria final de Cassini en la atmósfera de Saturno (NASA/JPL-Caltech).
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Trayectoria de entrada de Cassini en la atmósfera de Saturno (NASA/JPL-Caltech).

Durante los últimos cinco meses Cassini ha trazado 22 órbitas cercanas alrededor del planeta dentro de la etapa denominada Gran Final. Durante esta fase la sonda ha pasado en cada órbita por el hueco que existe entre los anillos y el planeta con el fin de preparar su entrada final y, desde un punto de vista científico, analizar de primera mano los anillos, la magnetosfera, la atmósfera y el interior del planeta como nunca antes lo había hecho. Los datos recabados durante esta fase tardarán en ser analizados, pero arrojarán luz sobre la masa precisa del sistema de anillos —un dato que se desconoce con precisión y que es clave para entender su origen (cuanta más masivos sean más antiguos deben ser)—, además de permitirnos afinar nuestros modelos sobre la estructura interna de Saturno y la composición de la atmósfera del planeta. Antes del Gran Final Cassini ya había realizado otras veinte órbitas cercanas que la llevaron por el borde exterior del anillo F.

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El control de la misión de la NASA despide a Cassini para siempre (NASA TV).

Como ya sabíamos, no hubo imágenes de los últimos momentos de Cassini. Durante la entrada en la atmósfera la sonda transmitió directamente datos a la Tierra a una velocidad de 27 kB por segundo, insuficiente para enviar fotografías del evento. La última imagen de la misión —bastante anodina, por otra parte— fue tomada el 14 de septiembre a las 19:59 UTC a una distancia de 634.000 kilómetros. Recordemos que la NASA decidió destruir Cassini en la atmósfera de Saturno antes de que se quedase totalmente sin combustible para garantizar que no pueda contaminar Titán o Encélado con microbios terrestres. El fin de Cassini ha sido emotivo y dramático, aunque me llama la atención la enorme atención mediática que ha recibido la ‘muerte’ de esta nave comparada con la desaparición similar que sufrió la sonda Galileo en Júpiter. Probablemente la menor duración de Galileo, combinada con la escasez de imágenes debida al fallo de la antena principal de la sonda, hizo que esta misión no atrajese la atención del público como era debido.

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Última imagen de Cassini (NASA/JPL-Caltech).

Pocos se acuerdan ahora de lo difícil que resultó en su momento sacar Cassini adelante. El proyecto estuvo a punto de ser cancelado en múltiples ocasiones. Su enorme coste provocó la animadversión de políticos y gerifaltes de la NASA por igual. El administrador de la NASA Dan Goldin llegó a ponerle el mote de ‘Battlestar Galactica’ a la misión por su elevado precio. Justo por entonces la NASA había adoptado la estrategia de ‘más barato, más rápido y mejor’ con el fin de construir sondas más sencillas y baratas. Cassini, la sonda más cara jamás construida, era un fósil de otra era. La decisión de usar la plataforma Mariner Mark 2 junto con la malograda sonda CRAF para el estudio de cometas fue otro desastre que casi acaba con la misión.

Solo la reducción en complejidad de la sonda —se eliminaron varios sistemas y las plataformas móviles para los instrumentos, lo que aumentó el consumo de combustible durante la misión— y, sobre todo, la participación europea en forma de la sonda Huygens salvó a Cassini de la cancelación en la primera mitad de los años 90. El propio director general de la ESA Jean-Marie Luton llegó a escribir una carta en términos muy duros a la administración Clinton avisando de la pérdida de credibilidad de los Estados Unidos como socio comercial y científico de Europa si se atrevían a cancelar el proyecto después de tanto dinero invertido (Huygens supuso un esfuerzo sin precedentes para la industria europea). Y, cuando finalmente la sonda estaba a punto de despegar, las protestas de grupos antinucleares casi logran dar al traste con la misión (si el lanzamiento se hubiese pospuesto por motivos judiciales o políticos se habría perdido la ventana de lanzamiento, probablemente para siempre).

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El zoo de lunas de Saturno visto por Cassini (NASA/ESA).
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Algunas estructuras descubiertas por Cassini en los anillos (NASA/ESA).
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La última imagen de Titán tomada durante la misión tomada el 13 de septiembre (NASA/ESA).

Pero al final todo salió bien. Mejor que bien. Cassini-Huygens nos descubrió la belleza de Saturno y, especialmente, las maravillas de Titán y Encélado. Cassini ha realizado 294 órbitas de Saturno, 162 sobrevuelos de sus lunas, tomado más de 453.000 imágenes (!!) y recabado un total de 635 GB de datos. Y, no lo olvidemos, ha logrado sobrevivir veinte años en el espacio, un logro impresionante para una nave construida con tecnología de los años 80 y 90. De hecho, mucha de la gente que participó en su diseño y construcción ya ha fallecido o se ha jubilado. Explorar el sistema solar realmente se ha convertido en un esfuerzo generacional.

Dentro de dos años la NASA debe decidir si manda una sonda de tipo New Frontiers a Saturno —más baratas que las misiones Flagship como Cassini—, pero no será nada fácil. Saturno y sus lunas deben competir con el estudio de Venus o el retorno de muestras de la Luna. Sin embargo, está claro que todos esperamos que salga adelante una misión como ELF para estudiar la posibilidad de vida en Encélado. De no ser así pasarán décadas antes de que otro artefacto humano visite Saturno. Vamos a tener mucho tiempo para echar de menos a Cassini. Hasta siempre, vieja amiga.

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Datos de la misión Cassini-Huygens (NASA/JPL-Caltech).



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Por Daniel Marín, publicado el 16 septiembre, 2017
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