La NASA tiene un plan

Por Daniel Marín, el 9 octubre, 2005. Categoría(s): Astronáutica • Constellation Program • NASA ✎ 2

El mes pasado, Mike Griffin, el actual administrador de la NASA, hizo público el plan de la agencia espacial para las misiones tripuladas en las siguientes décadas. En esta rueda de prensa concretaba la nueva visión que se había esbozado tras la catástrofe del Columbia en el 2003. Aunque lo que más llamó la atención de la prensa fueron los planes para volver a la Luna, el plan es mucho más amplio y ambicioso. Pese a ser muy criticado, a mí es un plan que me ha ilusionado, algo que no lograba hacer la NASA desde hace muchos años. No sé si es por llevar la contraria, pero intentaré resumir dicho plan y el motivo de mi (moderado) entusiasmo:

1- Cohetes: puede que la parte más importante del plan fuese la que menos atención se llevó. Todo el mundo habla del CEV y de la vuelta a la Luna, pero pocos prestaron atención a la letra pequeña: ¿con qué vehículos iban a mandar al espacio todas esas naves?. Para el CEV en órbita baja terrestre (LEO) no había mucho problema y se especulaba que la NASA usaría el Delta 4 u otro cohete convencional, ¿pero qué pasaría con los planes de retorno a la Luna y las misiones a Marte?. Para eso necesitamos un cohete del tipo Saturno V o Energía, algo que no se fabrica en los EE.UU. desde los 60. Según el plan desvelado por Griffin, la NASA usará dos cohetes nuevos, ambos basados en la tecnología del transbordador. El primero, con una capacidad de unas 25 toneladas para la LEO, constará de una primera etapa basada en los cohetes de combustible sólido (SRB) del transbordador. La segunda etapa será un tanque externo (ET) modificado usando uno de los motores de la lanzadera. Para las misiones a la Luna y a Marte, Griffin propuso un cohete con una capacidad similar a la del Saturno V que constaría de dos SRB modificados y dos etapas basadas en el ET del shuttle. En la primera etapa usaría cinco motores del transbordador. Muchos han criticado el uso de los SRB y el ET para los nuevos cohetes, pues éstos fueron los componentes que causaron la pérdida del Challenger y del Columbia. Sin embargo, si analizamos detenidamente la propuesta, veremos que tiene mucha lógica. Los SRB ya no son tan peligrosos durante el lanzamiento debido a que el cohete llevará una torre de escape como las Apolo o las Soyuz, por lo cual si se produce un fallo, la tripulación no correría peligro. En cuanto al ET, recordemos que la causa del accidente del Columbia fue el desprendimiento de espuma aislante durante el lanzamiento, espuma que perforó las losetas del borde de ataque de la lanzadera, ocasionando que la nave se quemara durante la reentrada. Sin embargo, en este cohete el CEV irá encima de la segunda etapa basada en el ET, por lo que ningún trozo de espuma puede dañar la nave. Pero lo mejor de la propuesta es que por primera vez en su historia, la NASA no tira por la borda toda la experiencia acumulada en programas anteriores y la usa en su beneficio, a diferencia de cuando se aprobó el programa del transbordador, ya que entonces la agencia se deshizo de todo lo que tenía que ver con el programa Apolo. Por deshacerse, algunos dicen que se deshizo también de los planos detallados del Saturno V, que aparentemente se han perdido en un laberinto burocrático, aunque ahora parece que esta historia no era cierta. Los rusos ya lo aprendieron hace muchas décadas, al fin y al cabo, ¿por qué vas a tirar algo que funciona?.

2- El CEV: aquí hubo más sorpresas. Griffin ha decidido que el sustituto de la lanzadera no sea un pequeño avión espacial como el Hermes o el Kliper, sino una cápsula tipo Apolo a lo bestia, con un diámetro de más de 5 metros y capacidad para 6 astronautas. Los motivos de que la NASA se haya decantado por tan poca glamurosa opción son varios: por un lado, Griffin no quiere que el diseño y construcción de la nueva nave se demore durante lustros. Dada la fatal tendencia de la NASA a pasarse del presupuesto y del calendario previstos, Griffin ha preferido optar por un diseño conservador, pero barato, fiable y seguro, de tal forma que esté listo en el 2011, tres años antes de lo que el anterior administrador había propuesto, y es que Griffin ya se las veía venir, ya que tras la retirada del transbordador en el 2010 (Bush II dixit) podían pasar largos años sin presencia americana en el espacio. Por otro lado, es el diseño más simple y barato a corto plazo y se le puede incorporar una torre de escape sin problemas. Además es el mejor diseño para reentradas atmosféricas, y encima el escudo térmico permanece protegido durante la misión por el módulo de servicio. Con este diseño, la NASA vuelve a las cápsulas, reconociendo de forma clara el fracaso del transbordador. ¿Será el fin de las naves reutilizables?. Quizás. Seguiremos al Kliper atentamente. De todas formas habrá que ver el diseño final de los dos candidatos (Lockheed-Martin y Boeing), pues Griffin se ha limitado a dar las directrices principales. Naturalmente, el CEV tendrá capacidad para volar sin tripulación e incluso para abastecer a la ISS como las Progress rusas (para cuando eso ocurra, ¿todavía estará la ISS operativa?). Mucha gente considera que este diseño es un retroceso frente al transbordador y que el CEV es igual que el Apolo. Bueno, eso es como decir que no hemos avanzado nada en el campo de la aviación en los últimos 40 años porque el Airbus A-340 se parece mucho al Boeing 707. El diseño del transbordador es seguramente más bonito, pero no ha servido para nada. Señores, olvidémonos de la imagen, que la exploración espacial no es Star Trek. Olvidémonos de los 25 años de mentiras de la NASA sobre lo moderno, revolucionario y barato que era el transbordador. La lanzadera sólo ha logrado que los EE.UU. no saliesen de la órbita baja en tres décadas, ha matado a 14 astronautas (récord) y encima ha encarecido el transporte espacial…ya es hora de ir a algún sitio.

3- El Programa Lunar (¿Apolo 2?): la propuesta más llamativa del plan fue sin duda el retorno a la Luna para el 2018. Para ello, el esquema es muy parecido a las misiones Apolo, la única opción posible desde el momento en que se renunció al empleo de naves reutilizables. No me extiendo en este punto, pues el plan se puede leer aquí. Ciertamente es la parte más floja, presupuestariamente hablando, y será difícil que se aprueben todas estas misiones lunares. Para asegurarse de que no será cancelado, la NASA debe primero afianzar la construcción del cohete gigante. Para ello es posible que proponga lanzar los últimos módulos a la ISS con este cohete, ya que de este modo el cohete gigante se podría usar para otras misiones además de la vuelta a la Luna. Sin embargo dudo que la ISS funcione para ese entonces…además el plan no menciona para nada a Marte…¿qué pasará?. El tiempo dirá. De todas formas, después de pasar toda mi vida viendo a astronautas rodear la Tierra sin fin, me muero por ver que pisen otro mundo… la Luna, Marte, me da igual, ¡¡¡pero que vayan a algún sitio, por favor!!!!



2 Comentarios

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  2. Vengo del futuro, 20 años para ser precisos: no, el ser humano no ha salido de la Orbita Terrestre Baja.

    El SLS que se hizo segun los esquemas aquí expuestos hace 20 años solo impulsa la mitad de la carga útil a la Luna que el Saturn V con virtualmente el mismo peso al lanzamiento.

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Por Daniel Marín, publicado el 9 octubre, 2005
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