En ruso, al piloto de un avión se le llama komandir korablyá, es decir, el ‘comandante de la nave’. Una expresión muy apropiada si el destino de tu vuelo es Baikonur, el primer centro de lanzamiento espacial de la historia.
Un viaje a Baikonur suele comenzar en uno de los aeropuertos de Moscú, lo que significa que hay que usar los servicios de alguna aerolínea local que opera aviones de construcción soviética o rusa. Nada que objetar en este sentido, pero la disposición y estado de su interior es bastante, digamos, ‘curiosa’ comparada con una compañía de mayor tamaño. En cualquier caso, tras casi cuatro horas sobrevolando Rusia y la estepa kazaja, incluyendo alguna visita al baño del avión -un cuarto oscuro con menos volumen que el interior de una Soyuz-, el visitante aterriza en el aeropuerto Krainiy de Baikonur, situado a poca distancia de la ciudad. Nada más bajar del avión, lo primero que piensas es que has llegado a ninguna parte. La pequeña terminal y la pista que forman el aeropuerto son una isla en medio de la nada. O mejor dicho, una isla en medio de la inmensa e inabarcable estepa kazaja. ¡Desde aquí se lanzan naves espaciales tripuladas al espacio, por dios santo! Uno esperaría algo más grandioso. En este punto, el visitante se encuentra con una de las primeras peculiaridades de Baikonur: está terminantemente prohibido hacer fotos del avión en la pista o en la terminal. La segunda peculiaridad son los caballos y vacas que pastan a sus anchas cerca de la carretera y del río Sir Daria. El contraste con la exuberante vegetación de Florida, donde se encuentra el otro gran centro espacial del mundo, no podría ser más grande.
Como muchas otras prohibiciones que se dan por aquí, el asunto de las fotografías tiene que ver con la curiosa división de la ciudad y el cosmódromo entre Rusia y Kazajistán desde la caída de la Unión Soviética en 1991. Como es sabido, cada año Rusia le paga al país vecino una generosa cantidad de rublos a cambio de mantener el cosmódromo bajo su soberanía. Pero el arreglo no incluye a todo el cosmódromo como un todo. Hay zonas kazajas y zonas rusas, e incluso algunas partes son tierra de nadie. Esta indeterminación se extiende a la ciudad de Baikonur. Teóricamente, la ciudad es territorio ruso, pero en la práctica la situación es más compleja.Y es que hoy en día Baikonur es una especie de Berlín en plena Guerra Fría, una ciudad divida en sectores en que los dos países se reparten se influencia. No hay muros ni vallas que separen las zonas -aunque sí que hay controles en las carreteras de acceso-, pero los extranjeros deben tener cuidado dónde ponen el pie. Al menos en teoría, porque lo cierto es que en la práctica nadie te dice nada siempre y cuando te mantengas dentro del perímetro de la ciudad.
Durante muchos años, la ciudad de Baikonur no tuvo un nombre concreto. Primero fue conocida simplemente como ‘Área 10’, y posteriormente pasó a denominarse sucesivamente Zaryá, Leninsky (entre 1958 y 1966) y Leninsk (desde 1966 hasta 1995). Finalmente, en 1995 fue bautizada como Baikonur, al igual que el cosmódromo, que -como veremos- tiene su propia y compleja historia en cuanto a nombres se refiere. Hoy en día Baikonur es una ciudad de contrastes, donde conviven kazajos y rusos junto otras minorías étnicas. El espacio es el motor de la ciudad, pero lo curioso del caso es que mucha gente de la calle vive de espaldas a esta actividad. Con la excepción del personal que trabaja en el cosmódromo -una minoría-, el resto de la población -increíblemente cordial y atenta para los estándares rusos, por cierto- parece prestar poca atención a lo que ocurre unos pocos kilómetros más al norte, allá donde unos tipos muy extraños se dedican a lanzar cohetes. Como contrapunto, no es extraño encontrar a alguien que en su momento trabajó en el cosmódromo durante la época dorada -en los años setenta y ochenta-, cuando un porcentaje considerable del producto interior bruto de la URSS pasaba directa o indirectamente por esta ciudad. En Baikonur algunos taxistas o dependientes te pueden contar historias muy interesantes.
Y sin embargo, a pesar de la ‘decadencia’, Baikonur es un auténtico museo espacial al aire libre. La ciudad está llena de monumentos a los grandes Ingenieros Jefes, a los cosmonautas y al personal militar que vivió y murió en este remoto lugar de la estepa kazaja. Todo está relacionado con el espacio de alguna manera. Las calles y plazas llevan nombres de cosmonautas e ingenieros, mientras que los niños -¡la ciudad está llena de niños!- aprenden desde pequeños quiénes fueron Koroliov, Cheloméi, Yangel o Gagarin.
Hoy en día, Baikonur es una pequeña y agradable ciudad, pero su futuro es incierto. Rusia está construyendo el cosmódromo de Vostochni para evitar depender de su país vecino y nadie sabe si la ciudad será capaz de sobrevivir sin la actividad espacial. A pesar de todo, en pocos lugares del mundo puedes admirar tantos monumentos espaciales… ¡incluyendo un auténtico cohete Soyuz situado en medio de la calle! Sólo por eso ya merece la pena venir hasta aquí. Mientras veo cómo unos niños -¿rusos?, ¿kazajos?- se suben de forma bastante temeraria hasta la cima del viejo cohete, me pregunto si dentro de diez o veinte años todavía se podrán ver lanzamientos espaciales desde aquí. ¿Se convertirá el monumento al Soyuz en un simple recuerdo de una época destinada a desaparecer?
Entradas de los Diarios de Baikonur:
- Diarios de Baikonur I: La ciudad entre dos mundos
- Diarios de Baikonur II: el cosmódromo y las sombras del Energía
- Diarios de Baikonur III: el traslado del cohete a la rampa
- Diarios de Baikonur IV: el Hotel de los Cosmonautas
- Diarios de Baikonur V: el lanzamiento
- Diarios de Baikonur VI: la ciudad de los museos
- Diarios de Baikonur VII: el Museo del Cosmódromo de Baikonur
- Diarios de Bakonur VIII: la Ciudad de las Estrellas
- Diarios de Baikonur: la charla online
Impresionante lugar! parece bastante tranquilo.
Y pensar que aun te queda lo mejor… xD
Es una ciudad muy tranquila, sí.
Gracias por compartir tu experiencia. Esperamos ansiosos tu crónica del lanzamiento…
Lo malo es que la wifi en el cosmódromo no es muy buena. pero se intentará… 😉
WWWoooooowwww que buena entrada!!!!! seguimos todos ansiosos!!! Tienes que decirnos si ir hasta alli es muy caro, asi empezamos a juntar dinero!!!
Eso depende de cómo vayas. Barato no es, pero hay muchas opciones. Mándame un mail y te comento.
precioso
Muy buenas fotos y relato, pero seguro que lo mejor aun está por venir. Por cierto, por si no lo sabías, viajaste en un Yak-42, debe de ser una experiencia mucho más interesante que volar en los omnipresentes Airbus 320 o Boeing 737.
Lo sé, lo sé. El modelo del avión estaba escrito en grande en un fuselaje 😉 Deseame suerte para el viaje de vuelta.
Tiene que ser muy emocionante visitar ese lugar y lo mejor aún está por llegar.
Dani, en algunos sitios del norte de España, este fin de semana nevando/granizando y tú hala, manga corta… No, en serio, dos cosas: 1) Has volado en un Yak-42, lo cual se me antoja más peligroso que hacerlo en una Soyuz, y 2) nunca me hubiera imaginado que Baikonur fuera así. Gracias por las fotos (y suerte para el lanzamiento, que debe ser la leche). SUGERENCIA: ¿tienes previsto grabar en audio o vídeo el lanzamiento? Sólo por escuchar el rugido del «bicho», daría cualquier cosa…
Pues no lo tenía pensado, pero ahora que lo dices es una buena idea…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
genial!!!
como esta el vodka?
¡Barato! 😉
Acabo de dejar el teclado chorreando de babas… Disfrútalo 😉
¡En eso estamos!
Muy interesante el articulo. Muchas gracias por contar la historia de la ciudad. Por favor, todo de tipo de detalles es importante saberlo. Yo estuve hace muchos años en Bulgaria cuando todavía no habian tirado el muro de Berlin. Muchas de tus anecdotas me hacen recordar aquellos viajes. Saludos Cordiales.
Muy interesante el articulo. Muchas gracias por contar la historia de la ciudad. Por favor, todo de tipo de detalles es importante saberlo. Yo estuve hace muchos años en Bulgaria cuando todavía no habian tirado el muro de Berlin. Muchas de tus anecdotas me hacen recordar aquellos viajes. Saludos Cordiales.
Un saludo, Norberto.
Pero que pedazo de asñañapapapspasasa!!!!
(me acabo de ahogar en mi propia bilis, sigo luego)
XD
He pasado estar rojo de envidia, a dar saltos de alegría ya que vas a ser el cronista del que sería mi viaje soñado. Cuentanos todos los detalles, haz muchas fotos, dinos tus sentimientos al vivir la experiencia….
Debe ser estupendo poder decirle al taxista: A la calle Vorobyov, esquina con Nelyubov… 🙂
¡¡Buen lanzamiento!! y continúa la crónica.
Saludos camarada.
Carlos
Gracias, Carlos.
Se me olvidaba: Recuerdos a «Your Chicken» 😉
Lo vi ayer por la noche en la conferencia de prensa 😉
El lanzamiento es el 28 de Mayo. Ya vistes la pelicula «Sol blanco del desierto». Dicen que los cosmonautas ven esta película antes de partir al espacio.
http://rusopedia.rt.com/ciencia_y_tecnica/espacio/issue_26.html
Hola Daniel, me imagino las impresiones pues es historia pura, solo una cosa, se que las comparaciones no son muy buenas que digamos pero al ver que has viajado a los dos centros espaciales mas importantes del mundo se me ocurre que pudieras escribir algo sobre los pros y los contras que has observado, solo de manera constructiva y por el bien de la cosmonautica mundial.
Gracias
Buena idea. Escribiré algo desde ese punto de vista con más calma.
Lo de los camellos me ha matado..¿un cargamento desde china a canarias desviado?
No sé, ¡pero están por todos lados!
Impresionante. Gracias por compartirlo, y espero que las prohibiciones de fotografiar no incluyan el lanzamiento de una Soyuz tripulada. ¡¡A disfrutar!!
Por lo que veo estás bastante acostumbrado a que te den la enhorabuena por tus post y yo voy a ser uno más de los que lo haga. Gracias a tu blog me ha vuelto a entrar el gusanillo sobre este mundo de la astronáutica. Desde los 7 años, que fui 3 veces al cine a ver Apollo 13, me interesa mucho este tema y hasta ahora no había encontrado nada tan interesante, claro y detallado como tu blog. De nuevo, enhorabuena, gracias por tu trabajo y una pregunta: ¿para cuándo el libro, si no lo tienes ya? Saludos desde Polonia.
Pues muchas gracias, Eduardo. Libros tengo varios en proyecto, pero no encuentro el tiempo para sacarlos adelante :/