Dos décadas de la ISS

Por Daniel Marín, el 23 noviembre, 2018. Categoría(s): Astronáutica • ISS • NASA • Rusia ✎ 93

El 20 de noviembre de 1998 despegaba desde Baikonur el módulo Zaryá (‘amanecer’ en ruso), la primera pieza de la Estación Espacial Internacional (ISS). Ironías del destino, una nave espacial diseñada durante la época soviética como parte del programa de estaciones espaciales militares Almaz se convirtió en el primer elemento de un proyecto internacional construido conjuntamente con Estados Unidos. Veinte años más tarde, la ISS es ya el proyecto más caro y longevo de la era espacial. No podemos decir que es el más ambicioso o espectacular porque obviamente ese honor le corresponde al programa Apolo —y su equivalente al otro lado del telón de acero—, pero ha demostrado que es posible vivir en el espacio de forma indefinida y, lo más importante, que naciones de todo el mundo pueden colaborar sin desfallecer en un macroproyecto espacial durante lustros.

La ISS vista desde una nave Soyuz (Roscosmos).

La ISS fue fruto del espíritu de colaboración surgido tras finalizar la Guerra Fría. Pero también fue el fruto de la necesidad, porque los antiguos rivales no podían hacer frente a los gastos de sus respectivos proyectos espaciales por separado. Rusia no tenía dinero para sacar adelante la Mir 2 y en Estados Unidos, aunque con una situación económica infinitamente mejor, la Casa Blanca fue incapaz de convencer al Congreso de la importancia de desarrollar la estación espacial Freedom. La ISS permitió que los gobiernos de Rusia y Estados Unidos se saltaran las restricciones impuestas por sus sistemas políticos y sus respectivas economías con el fin de construir el mayor complejo orbital de la historia.

El cohete Protón con el módulo Zaryá (FGB) (Roscosmos).
El módulo Zaryá (FGB) y el Unity (Nodo 1) acoplados en órbita tras la misión STS-88 (NASA).

En junio de 1993 la estación Freedom, que por entonces ya se conocía simplemente como ‘estación espacial’ en un intento de desmarcarse del lastre político del proyecto faraónico que había nacido durante la era Reagan, sobrevivió por un solo voto un intento de cancelación por parte del Congreso. Y eso que se trataba de una versión  mucho más modesta que la original. La estación espacial de la NASA de 1993 era en realidad el séptimo diseño del proyecto en casi una década, un proyecto que no había parado de menguar en masa y capacidades. La estación seguiría contando con un módulo japonés y otro europeo —el Columbus—, pero el número de módulos estadounidenses sería menor. Este diseño, conocido como ‘Opción A’ o ‘Alfa’, estaría tripulado permanentemente por cuatro astronautas y haría uso de naves Soyuz suministradas por Rusia como vehículos de emergencia para ahorrar costes. La NASA renunciaba a incluir su módulo laboratorio —Destiny— y los módulos nodos en un desesperado intento por rebajar la factura de la estación (se usarían módulos híbridos). El proyecto seguiría contando con los módulos científicos japoneses y europeos, pero sin los nodos la disposición de los módulos era menos elegante y daba a la estación un aspecto un tanto atolondrado.

Diseño de la Freedom de finales de los años 80 (NASA).
Diseño de la estación espacial Freedom de 1991. Se ha eliminado uno de los pares de paneles solares y se ha reducido el número de nodos y módulos (NASA).
Diseño de la ‘Opción A’ de 1993 con naves Soyuz rusas como vehículos de emergencia (NASA).

Curiosamente, la estación orbitaría la Tierra con la viga central paralela a la dirección del avance, o sea, 90º con respecto a la trayectoria actual de la ISS. En principio la estación estaría situada en una órbita inclinada 28,8º para aprovechar al máximo la capacidad de carga del transbordador, pero eso hubiera obligado a reponer las naves Soyuz de forma regular mediante el shuttle. Por este motivo se barajó lanzar los elementos de la estación en una órbita de 51,6º, para que, de esta forma, Rusia pudiera lanzar las naves Soyuz directamente a la estación desde Baikonur. El primer módulo de la Opción A debía despegar en 1997 y el montaje estaría completo en 2000.

Elementos de la estación espacial de la NASA Opción A de 1993 (NASA).
La Opción B de la Freedom de 1993 (NASA).
Detalle de los módulos de la opción B con las naves Soyuz (NASA).

Además de la Opción A, la NASA también barajaba la Opción B, básicamente el diseño anterior de la Freedom, pero con cápsulas Soyuz como vehículos de emergencia. En 1993 era vox populi que la Opción B no tenía ninguna posibilidad de ser aprobada. Otra variante era la Opción C, una último cartucho que la NASA guardaba si todo lo demás fallaba. Se trataba de una estación que podría ser puesta en órbita mediante un único lanzamiento de un transbordador modificado —probablemente el Columbia— que sería sacrificado para la misión. También usaría naves Soyuz como vehículos de emergencia y contaría con los módulos europeos y japoneses. Estaba claro que la agencia espacial estaba dispuesta a todo para evitar quedarse sin estación espacial.

Opción C de 1993 (NASA).
Otra vista de la Opción C (NASA).

La Opción A no gustaba a nadie en la NASA (y la Opción C era considerada una aberración). Después de casi una década esperando construir la gran estación Freedom, la nueva estación espacial era decepcionante. Pero la administración Clinton tenía un as en la manga. Los negociadores de la NASA en Moscú no solo habían discutido la participación rusa a través de naves Soyuz, sino que habían apostado por una implicación rusa a gran escala que pasaba por la fusión del proyecto Mir 2 con la Freedom. De este modo, la estación podría tener un tamaño mucho mayor y, de hecho, sería más grande que la Freedom original (450 toneladas frente a unas 250 toneladas). La NASA volvería a disponer de sus módulos y nodos de gran tamaño y además se recuperó el cuarto par de paneles solares que se había eliminado a principio de los años 90, elevando la potencia eléctrica disponible de un mínimo de 60 kilovatios a 85 kilovatios. Esta opción fue bautizada dentro de la NASA como la ‘Alfa rusa’.

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Diseño final de la Mir 2 rusa de 1993 (ESA/RKK Energía).
Otra vista de la Opción A de 1993 (NASA).

Por su parte, la Mir 2 era una estación que contaba con un módulo central tipo DOS de veinte toneladas similar al de la Mir y al del resto de estaciones Salyut civiles, además de ocho módulos especializados (dos módulos de acoplamiento y esclusa, dos nodos con ocho puertos de atraque cada uno y cuatro módulos científicos especializados). La masa total de la Mir 2 sería de 120 toneladas, parecida a la de la Mir, pero su espacio útil estaría mejor aprovechado porque no se emplearían grandes módulos 77K derivados de las naves TKS del programa Almaz de la oficina de diseño de Cheloméi, sino módulos más pequeños y optimizados de la empresa RKK Energía. La otra gran novedad del diseño sería una viga central parecida a la de la Freedom, pero mucho más pequeña. En esta viga estaría situado un par de paneles solares y dos generadores solares mediante turbinas (unos elementos que también estaban previstos en el diseño original de la Freedom de los años 80).

Egipto visto desde la ISS (NASA).
El DIscovery acoplado a la ISS (NASA).

La nueva estación espacial estaría situada en una órbita inclinada 51,6º para que pudiera ser accesible desde Baikonur. A cambio, esta nueva inclinación ofrecería una mayor cobertura de la superficie terrestre. La participación rusa permitiría que la estación estuviese habitada casi desde el inicio de la construcción, ya que los módulos rusos son pequeñas naves en miniatura prácticamente independientes. El módulo ruso Zvezdá y las naves de carga Progress se encargarían además de elevar la órbita de la estación regularmente para contrarrestar el frenado atmosférico. Al nuevo proyecto se sumaron, lógicamente, los socios de la estación Freedom: Europa, Canadá y Japón. China, que años después mostró su deseo de colaborar en el proyecto, se quedaría fuera por orden expresa del Congreso estadounidense, un veto que persiste hasta la actualidad. No obstante, el desarrollo del proyecto no estaría exento de problemas. Rusia y EEUU no pudieron ponerse de acuerdo en la compatibilidad de los sistemas básicos y finalmente la estación estaría formada de facto por dos estaciones independientes: el segmento ruso y el segmento estadounidense (este último incluye el módulo europeo Columbus y el japonés Kibo).

La ISS con el transbordador Endeavour y el ATV-2 acoplados vistos desde la Soyuz TMA-20 (NASA).
La ISS es el objeto en órbita de mayor tamaño (NASA).

La estación espacial tendría por tanto dos sistemas eléctricos, dos sistemas de comunicaciones, dos tipos de trajes para paseos espaciales, varios tipos de puertos de atraque… y así todo. El primer módulo, Zaryá, se pagó con dinero de la NASA con el fin de reforzar la capacidad del complejo para almacenar combustible y elevar su órbita, una capacidad que, por cierto, está ausente en el segmento estadounidense. EEUU y Rusia ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo en el nombre del proyecto. Mientras que la NASA quería bautizar a la estación como Alfa, Rusia consideraba que este nombre era un insulto que borraba su amplia experiencia previa en estaciones espaciales (no olvidemos que la Mir todavía estaba en órbita cuando Zaryá fue lanzado). Y al final nos hemos tenido que conformar con el soso acrónimo inglés de ISS (o, para el que lo prefiera, MKS en ruso), que es el nombre oficial del proyecto.

Módulos y partes de la ISS (NASA).
El módulo Cupola (NASA).

Desde 1998 Roscosmos ha lanzado hacia la estación 56 naves Soyuz y 71 naves de carga Progress. La NASA ha enviado 37 misiones del shuttle, 11 naves de carga Cygnus y 16 naves Dragon, mientras que la ESA ha participado con 5 naves ATV y la agencia japonesa JAXA con 7 naves HTV. Más de 230 seres humanos han pasado por la ISS y, de ellos, 114 han formado parte de expediciones de larga duración. La ISS ha estado habitada permanentemente 18 años, aunque ningún astronauta ha superado el récord de permanencia de 14 meses que Valeri Polyakov logró en la Mir en 1995 (el récord de permanencia en la ISS en una única misión es de 340 días y está en posesión de Scott Kelly y Mijaíl Korniyenko). Junto con la Mir, la ISS ha conseguido que vivir en el espacio parezca algo fácil y rutinario. En estas dos décadas se han producido varios fallos de misiones hacia la estación, incluido el lanzamiento de una nave Soyuz tripulada, pero no ha habido ninguna víctima ni situación realmente peligrosa (dejando a un lado sucesos puntuales como el día en el que Luca Parmitano casi se ahoga en su escafandra durante un paseo espacial).

Las vistas son espectaculares (NASA).

La vida útil de la ISS tiene fecha de caducidad: 2024. A no ser que los socios del proyecto decidan ampliarla hasta 2028, así que puede que dentro de otros diez años la ISS siga en activo. Pero, en cualquier caso, la administración Trump ha mostrado su deseo de abandonar la ISS en 2024 para dedicarse a la construcción de la estación lunar Gateway, que, gracias a la participación de Europa, Japón, Canadá y, quizá, Rusia, se puede convertir en una especie de mini-ISS alrededor de nuestro satélite. Eso sí, a diferencia de la ISS, Gateway es un proyecto liderado indiscutiblemente por EEUU. Rusia ha anunciado que cuando termine la vida útil de la ISS separará algunos de los módulos del segmento ruso que aún están por lanzar para construir su propia estación totalmente rusa denominada ROS (Estación Orbital Rusa). Y mientras tanto, China construirá su estación espacial permanente de sesenta toneladas. O sea, cada uno por su lado. Una perfecta metáfora de las relaciones internacionales actuales trasladada al espacio. La ISS ha recibido muchas críticas, pero, después de veinte años, nos podemos preguntar qué habría pasado si en 1993 EEUU y Rusia no hubiesen decidido colaborar en la ISS. ¿La alternativa habría valido la pena?

Veinte años de la ISS (Roscosmos).
La estación lunar Gateway (NASA).


93 Comentarios

  1. ¿colonizar la luna? o mandar unos humanos a que den unos paseos y cojan unas piedras…..¡eso si que no vale para nada y cuesta un riñón! ¡Es que no sirvió la esperiencia del APOLLO para saberlo!
    Cualquier robot lo hace mejor y mucho más barato

    1. Si claro por qué los cientos de kilogramos de Roca lunares que trajeron las misiones Apolo contra los gramos de las sondas lunares soviéticas fueron una demostración del fracaso de dicho programa (las Apolo) las cosas que hay que leer dios mío

    2. Eso de los robots es completamente FALSO.

      Todo el trabajo que ha hecho Curiosity, por ejemplo, lo hace un señor en menos de una semana en Marte.

      Los que decís cosas así creo que tenéis el problema de que realmente no sabéis como funcionan los rover, la velocidad a la que se mueven, lo que tardan en recoger muestras, el cuidado que se tiene con cuándo se usa un instrumento porque si se jode no se puede arreglar, etc…

      Los rovers son para allanar el terreno y que llegue gente a estudiar in situ el lugar. No pueden sustituir a un humano ni de lejos.

  2. Creo que es la primera vez que una entrada de Daniel me parece «políticamente correcta». Quizá es porque algunos artículos de prensa de los últimos días han criticado la ISS sólo desde el punto de vista del coste sin hacer un balance real del resto, cómo se ha venido señalando en los comentarios.
    Personalmente, esperaba que la entrada hubiera hecho ese balance y puesto sobre la mesa los pros y los contras de los 20 años de la ISS desde la perspectiva única que siempre ofrece Daniel. Yo puedo tener una cierta visión general, pero es sólo la de un espacio gastronómico (y por ello mismo sesgada) y coincido con algunas de las opiniones. Mucho gasto y pocos resultados»visibles». Medir el impacto científico de la ISS en «papers» publicados no creo que sea un baremo válido. Quizá será mucho más útil que ahora sabemos cómo hacer un WC mantenerlo funcionando 20 años en microgravedad, por hablar de sistemas «críticos» (perdón por el chiste escatológico). Es decir, si hay que poner en marcha Gateway o ir a Marte, partimos con un «know-how» increiblemente valioso.
    ¿Por qué sigue la ISS funcionando y seguirá otros cuántos años más?. Quizá por la misma razón que se siguen utilizando Soyuz y Progress: está ahí, funciona y los costes de desarrollo están más que amortizados.
    Pero, insisto, me sigue pareciendo que -al menos yo- sólo estamos viendo una parte, no todo el conjunto de lo que supone la ISS.
    Daniel, Radio Skylab, apuntaros un programa para debatir este tema a fondo. Creo que la ISS se merece que se ha haga un «juicio justo» y en profundidad, (aunque pueda acabar condenada).

  3. Creo que las relaciones con los rusos, son mejores que hace 20 años. El congreso de los EEUU por algún motivo desean mantener a Rusia como enemigos, pero desde luego si fuera por Trump, se irían de marcha juntos Trump y Putin cogidos de la manita y pegando saltos y tarareando una canción de colegiales. Creo que las noticias han dejado evidenciadas las afinidades de Trump y Putin, hasta el punto de ser utilizado en su contra y por lo que le ha valido varias investigaciones.
    Si no fuera la enemistad de Rusia y EEUU, qué es lo que provocó que ahora deseen bases independientes? Ahora es más barato y quizás se lo pueden permitir. Lamento diverger en opiniones sobre lo expuesto en el artículo, Daniel.
    Con lo capullo que es Trump en todo lo referente a todo lo externo a EEUU : rechazo a inmigrantes, conflictos con México, Australia, España, Alemania, China, … excepto Emiratos Árabes que usan bombas para matar niños y licencias para descuartizar periodistas. Es extraño su disposición de diálogo y colaboración con Rusia. Todo el mundo lo ve como una amenaza, menos yo, que me encantaría que se enterrara bien profunda la guerra fría. Rusia al igual que China, están bastante alejadas de la democracia, al menos de calidad. Pero creo en las transformaciones de los países hacia el bien, con el tiempo. Y la amistad y sugerencias eventuales para mejorar el país por parte de EEUU y Europa. Diría que Europa, ve más a Rusia como amenaza, que EEUU.

  4. Estupendo artículo, como siempre, y especialmente para conocer la historia de la ISS.

    Le deseo larga vida a la estación, sobre todo por servir para la cooperación internacional en el espacio.

    Hay un video de demostración de electrostática, hecha allí, que me llamó mucho la atención. Se trataba de soltar gotas de agua cerca de una aguja de hacer punto, de plástico y cargada eléctricamente. Las gotas orbitaban en torno a la aguja como minúsculos satélites esféricos. Es un fenómeno muy sugerente, que da pie a pensar en aplicaciones para la electrostática en el espacio.
    ¿Y si se pudiera mantener, girando rápidamente en torno a una nave, partículas cargadas creando con su circulación un campo magnético que protegiera la nave de radiación cargada eléctricamente, como hace el campo magnético terrestre con la Tierra?

  5. A surgido un brillante debate arriba , da gusto cuando la gente debate o da su opinión sin tirarse los trastos a la cabeza , se aprende un huevo . Desde mi humilde punta de vista , deberían aprovechar este esbozo de unión de las agencias espaciales para amortizar si cabe el gasto que a supuesto poner esta maravilla en LEO . Creo que sin vivir en el mundo maravilloso de la piruleta , la ISS debería ser un espacio común ( ahora que esta puesta y desarrollada ) independientemente de si abajo están deshuevandose vivos y permitir también a los chinos desarrollar su programa espacial , pues seria un gran revulsivo para la investigación espacial , incluso hasta podrían añadirle unos modulos » turísticos » con restaurante y vistas ( fuera bromas ) hasta podría contribuir a su mantenimiento . P.D: Es una idea nada mas .

  6. La ISS es un sueño hecho realidad: una estación espacial permanente (mientras permanezca ahí, claro).

    Creo que tendremos ISS hasta 2030, y me parece bien. Diseñar, construir y acoplar en órbita una mega-construcción semejante es un proceso largo y difícil. Si la abandonamos sin un recambio funcional, nos quedamos sin nada: lanzamientos de satélites comerciales y nada más.

    Eso sí, de cara a nuevas estaciones espaciales preferiría que probaran con un par de BFS’s (ahora se llama Starshit) acoplados. Podría revolucionar el concepto de estación y su coste.

    *****

    Siempre que pienso en las estaciones espaciales privadas, hoteles espaciales y turismo espacial de los próximos años (décadas), me planteo la pregunta:
    ¿Cuánto tardará en producirse el primer asesinato espacial? ¿Cuánto tardaremos en reproducir nuestras arraigadas costumbres ancestrales en el espacio?
    ¿Cuánto falta para que algún pirado lleve a su mujer a un fin de semana en órbita sólo para poder estrangularla a solas? O una discusión entre amigos que acaba mal, es igual.

    Si nos expandimos por el espacio, es inevitable que tarde o temprano aparezca un cadáver (no accidental) en las noticias.
    Será un dudoso honor ser protagonista, tanto para la víctima como para el perpetrador.

    Sólo espero que Jessica Fletcher no tenga miedo a los cohetes.

  7. «la Opción C, una último cartucho que la NASA guardaba si todo lo demás fallaba. Se trataba de una estación que podría ser puesta en órbita mediante un único lanzamiento de un transbordador modificado —probablemente el Columbia— que sería sacrificado para la misión»

    Y ahora voy a dejar volar la imaginación con un mundo en que el Columbia no se escoñó… si no que forma parte de la ISS. Esto da para un «What if» muy claramente…

  8. Un uso más de la ISS que me toca de lleno, por mi hobby, es el proyecto ARISS, es decir, Amateur Radio on ISS, o radioafición en la ISS. Este proyecto ha permitido que cientos de niños de multitud de colegios alrededor del mundo hayan podido contactar vía radio (en las bandas propias de radioaficionados) con los astronautas. Las caras de alegría y satisfacción que se les quedan a los niños y la ilusión de poder decir «hoy he hablado con Pedro Duque, o con Scott Kelly» no tiene precio. Esta iniciativa promueve la ciencia y la investigación entre los más jóvenes, y les muestra que quizás ellos cuando sean grandes pueden ser los que hablen con la tierra ( Y si, amigos la ISS dispone de 2 equipos de radioaficionados que contactan con la tierra, para este proyecto y para disfrute de los cosmonautas/astronautas y de los que estamos en tierra. Yo he contactado con el sistema automático de la ISS, me falta poder hacerlo con algún habitante, pero todo se andará)

  9. Muy buen artículo Daniel, gracias, (un poco corto para lo grande que es la estación).
    Contrariamente a lo que dicen algunos, pienso que por mucho que haya costado y siga costando mantenerla, ha sido y seguirá siendo absolutamente necesaria.

    Incluso considerando que el retorno científico haya sido escaso, que no así el retorno tecnológico.

    Si queremos viajar por el espacio, hay que empezar por vivir en el espacio, y no por temporadas sino de forma prolongada. Y esto es muy difícil, muy complicado y muy caro, pero muy necesario.

    Pienso que las estaciones espaciales (alrededor de la tierra, de la Luna y de Marte), van a ser muy necesarias para la colonización de la Luna y Marte.

    Espero que los Chinos y los Indios pongan las suyas, que se construya la Gateway y que la ISS si no la quieren mantener las agencias, SpaceX o otra empresa con dos C… la convierta en un hotel espacial.

    Si algo puede desarrollar la expansión humana por el espacio, creo que será antes por el turismo espacial que por la minería.

    1. Disiento, por supuesto 😄.

      Si por “expansión humana” por el espacio te refieres a montar pequeñas o medianas estaciones en órbita baja, entonces sí podría tener el “turismo espacial” un papel algo significativo. En algún sitio habrá que meter a unas cuantas decenas de personas capaces de pagarse el viajecito… Pero en tanto en cuanto no podamos reducir el coste del acceso al espacio al nivel de los actuales vuelos transoceánicos en clase preferente y, sobre todo, con un nivel de seguridad de un A380, pues mientras eso no ocurra, no será el turismo espacial un factor significativo de esa expansión. Solo un puñado de millonetis pueden pagarse (o podrán hacerlo a medio plazo) los costes de un vuelo a una estación espacial y no digamos nada de un viajecito de placer a la Luna. De momento, eso es ciencia ficción.

      Dudo mucho que la presencia humana en el espacio mas allá de LEO, en los abismos del espacio interplanetario, sea realmente significativa (hablo de cientos o miles de personas) hasta que esa presencia sea realmente necesaria, esto es, hasta que llegue el momento en que haya que ir a donde una máquina no pueda ir o a hacer algo que un robot no pueda hacer. Y eso requerirá de grandes inversiones que solo tendrán sentido si el beneficio potencial es lo suficientemente importante. Es decir, que la presencia humana en el espacio profundo será el resultado de una necesidad económica o lo que es lo mismo, de la necesidad de obtener recursos naturales que la Tierra ya no pueda ofrecer por estar agotados o por ser su extracción tan cara que compense mas traerlos de otros mundos.

      Por lo demás, y volviendo al asunto original, la ISS, yo no digo que no debiera construirse, sino que habría sido mejor hacerlo de otra manera, usando lanzadores pesados desechables y, si me apuras, poniéndola inluso a mayor altura. Habríamos ahorrado tiempo y dinero. Y por supuesto con mas gente dentro, no solo seis personas, que apenas tienen tiempo para hacer investigaciones científicas significativas (ver otros comentarios). Pero claro, para eso habría que haber cambiado la historia desde los años 70.

      1. Por supuesto que el turismo va a empezar en órbita baja. Y el abaratamiento de los viajes al espacio ha comenzado. Subir al Everest no les reportó ningún beneficio a los primeros exploradores, y ahora el beneficio es organizar viajes turísticos a la cima.

        El ser humano es explorador y colonizador por naturaleza. Y no se va a conformar solo con enviar sondas automáticas, las enviará, pero creará la tecnología necesaria para poder ir el mismo.
        En cuanto a lo de que el proyecto de la ISS se tendría que haber hecho de otra forma más eficiente, bueno puede ser. Yo pienso que siempre se han de hacer las cosas un mínimo de dos veces para acertar. Decir ahora que el transbordador fue un error es muy fácil. Lo difícil era hacer esa valoración hace casi 50 años cuando se concibió.

        Yo personalmente no lo considero un error en absoluto. Si todos queremos que el acceso al espacio se parezca lo más posible a la aviación comercial, eso fue lo más cerca que hemos estado hasta el momento.
        Creo que en vez de cancelarlo se debería haber continuado con esa tecnología pero en evolución continua, introduciendo mejoras que podrían haberlo hecho más seguro y que posiblemente hubieran evitado los accidentes mortales, (que fueron los que acabaron con el programa tripulado al espacio de los EEUU).

        Creo además que las estaciones espaciales han de evolucionar hacia verdaderos puertos espaciales que sirvan para acceder a los planetas y a la Tierra con naves de baja masa, (la Gateway ya apunta, (o apuntará) en esa dirección).

        1. Hombre, FJVA, que el transbordador no iba a ser lo que se pensaba en principio estaba claro para la NASA años antes de que el Columbia despegara por primera vez. Pero era ya un proyecto demasiado grande para cancelarlo ya que… era su único proyecto tripulado. Sin el shuttle la NASA no tenía razón de ser tal y como era.

          De momento no me creo lo del turismo espacial. Me parece que fuera de algún millonario excéntrico ahora mismo no hay mercado (ojo, me refiero al turismo orbital). No lo veo, insisto, en tanto en cuanto no se abarate pero muchísimo el acceso al espacio y la seguridad.

          Pero vamos, a ver qué pasa con el BFR y me trago muy gustoso mis palabras.

          1. Sin el Shuttle la NASA no tenía razón de ser.
            Y sin el Apollo tampoco diría en su momento.

            Y ya ves que no es cierto.

            La NASA tiene una razón de ser independientemente de que los lanzadores los diseñen ellos o sean comprados a empresas privadas.

  10. Sí solo tenemos en cuenta el dinero nada es rentable. La ISS nos está dando experiencia y conocimiento para los siguientes pasos. Y obviamente baratito no es, el precio es caro.
    Los principios de todas las tecnologias son caros, hay que invertir mucho para aprender y volverla rentable. Hemos de estar dispuestos a pagar ese precio….cuanto valen las fotos y datos enviadas desde Marte? Estamos dispuestos?

  11. La I.S.S es muy necesaria ayer hoy y mañana. Es un laboratorio donde se puede investigar en condiciones que en el suelo no tenemos. Toda investigación es poca, necesitamos de la ciencia.
    La ciencia es lo único que nos puede dar soluciones a los problemas que tenemos en la tierra.
    Si no resolvemos temas como la energia, la alimentación , la creciente demografía en este planeta, estamos condenados a la autodestrución .
    Si no somos capaces de dejar de maltratar el planeta, ¡como vamos a ser capaces de hacer habitable otro planeta!

    1. Precioso mensaje ecologista, pero en la ISS no se investiga nada que pueda «salvar el planeta» ni frenar el crecimiento demográfico (eso se arregla con políticas socioeconómicas adecuadas, no con una estación espacial).

  12. Jose Luis , este es un foro de espaciotranstornados y la mayoría de los que comentamos aquí , aficionados o profesionales te diran que por supuesto los problemas globales son los primeros que hay que solucionar , pero esa pregunta que acabas de hacer al aire , a sonado como si la exploración espacial fuese una frivolidad cosa que no compartimos en absoluto , pues la mayoría de los que leemos este blog sabemos mas que de sobra que hacerse selfies en la superficie marciana , va a ser que NO al menos por casi un siglo y cuando se vaya , sea para quedarnos definitivamente a colonizar y vivir . Para todas estas tareas , va a ser necesario el esfuerzo de todas las agencias espaciales y la ISS representa un poco esa unión , lo cual no es poca cosa y me atrevería a decir que deberían unirse mas países ( china , india , etc ) independientemente de lo que se cueza abajo políticamente . Incluso le doy bastante mas sentido al mantenimiento de esta estación que lo que tienen pensado hacer con la Gateway que es un despropósito si no es para conquistar de nuevo y definitivamente la superficie lunar .

    1. En absoluto he querido dar a entender eso. Los humanos hemos llegado a donde estamos por una curiosidad innata. Somos por naturaleza exploradores .
      En lo que no estoy de acuerdo es en algunos comentarios que dan a entender que la I.S.S. ha sido un error, un gasto inútil, que » ha retrasado otros objetivos»( ¿ el llevar humanos a marte?)
      El soñar es casi necesario para progresar , pero con los pies en el suelo.
      ¡Ya me gustaría ver una espedicción a marte! pero con la tecnología que disponemos ahora, los robots son mas eficientes y mas realistas.
      Algunos posts que leo , dan la sensación de que los conocimientos cientificos que tienen se limitan a las películas de Holywood. Creo que algunos no tienen conocimiento de la ecuación de Tsiolvskoski, ¡ como la enunció un ruso , solo se aplica a los cohetes rusos !

  13. 20 años ya… Y eso que muchos se reían de la «vieja» Mir, que solo alcanzó los 15.

    Bromas aparte, la ISS me deja un regusto agridulce. Por un lado, la capacidad de EE.UU. y Rusia de olvidar viejas rivalidades y trabajar en común. También, que la sido técnicamente un éxito (la gente no se acordará pero en las primeras fases de ensamblaje un fallo de lanzamiento hubiera podido tener consecuencias muy serias). Además, la estación ha permitido avances importantes en tecnología (para EE.UU., tripulaciones de larga duración, para Europa y Japón construir cargueros, por citar algunos ejemplos). Pero también es cierto que ha tenido su lado más oscuro. El enorme coste no se justifica por el retorno científico (la NASA se sacó de la manga cifras inverosímiles sobre lo que se iba a conseguir en la ISS). Y en la secuencia inicial de ensamblaje pesaron mucho los criterios políticos, lo que puso en riesgo todo el proyecto.

    No creo que veamos una ISS-2. Tendremos que conformarnos con la Tianghe, la Gateway (si es que se hace), la futura estación rusa (si es que se hace) y las estaciones de Bigelow (si es que se hacen). Pero creo que el futuro debe seguir en órbita baja hasta que encontremos la rentabilidad que nos permita dar el siguiente paso.

    Saludos

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Por Daniel Marín, publicado el 23 noviembre, 2018
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