Se venía venir. Tras años de padecer el sistema (des)educativo actual, el resultado no podía ser otro:
Me carcome la duda, ¿qué venderán por 0,75 céntimos? ¿Cómo devolverán el cambio? Grandes enigmas de la humanidad, amigos.
(Visto en una calle de Las Palmas de Gran Canaria)
Yo también me hago esa misma pregunta puede algo valer ese precio sin que sean caramelos. Saludos!