SRB-X, el cohete derivado del transbordador espacial que nunca fue

Por Daniel Marín, el 8 junio, 2016. Categoría(s): Astronáutica • Cohetes • NASA • Shuttle ✎ 23

Los cohetes de combustible sólido o SRB (Solid Rocket Boosters) del transbordador espacial han sido los más potentes jamás construidos. Capaces de desarrollar 14,7 meganewtons —se dice pronto—, proporcionaban el 72% de empuje para que el transbordador se elevase del suelo (el resto era cortesía de los motores de combustible líquido SSME). Así que no es de extrañar que en cuanto el shuttle comenzó a volar en 1981 la NASA propusiera emplear estos cohetes para crear un lanzador totalmente nuevo. El proyecto, conocido como SRB-X fue una loca idea del Centro Marshall de la NASA que no llegaría a ver la luz. Una lástima, porque habría sido uno de los cohetes más exóticos de la era espacial.

SRB-X (NASA).
Diseño del SRB-X de 1981 (NASA).

Para minimizar costes, el SRB-X debía usar las instalaciones del transbordador del Centro Espacial Kennedy en Florida (rampas 39A y 39B) y de la Base Aérea de Vandeberg (rampa SLC-6) de California (por entonces la USAF planeaba lanzar el transbordador desde Vandenberg en misiones militares a órbitas polares). Se concibieron varias configuraciones del SRB-X, pero todas ellas coincidían en el uso de dos cohetes SRB laterales que actuarían como primera fase y un tercero que iría en medio y que serviría como segunda fase.

El conjunto se completaría con una tercera etapa de combustible líquido sacada del Titán III y una cuarta etapa criogénica, una Centaur-G, desarrollada originalmente para el transbordador y que nunca fue usada por culpa de las medidas de seguridad introducidas después del accidente del Challenger (alguien decidió acertadamente que no era muy buena idea que el shuttle despegase con varias toneladas de propergoles líquidos en la bodega de carga). Dependiendo del tamaño de los cohetes la capacidad de carga podría variar, pero el Centro Marshall quería que fuese capaz de situar en órbita baja hasta 30 toneladas, la misma carga máxima que por entonces se esperaba el transbordador pudiera lanzar (los requisitos de seguridad, especialmente a raíz del Challenger, reducirían esta cifra a casi la mitad). La versión más popular tendría una capacidad de casi 20 toneladas.

Diseño del SRB-X de 1984 (NASA).
Diseño del SRB-X de 1984 (NASA).
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Características del SRB-X (NASA).

Al igual que los SRB del shuttle, los propulsores del SRB-X se recuperarían en alta mar tras amerizar con paracaídas. No obstante, hay que recordar que, pese a lo que muchos piensan, los SRB no eran estrictamente reutilizables. Más bien eran ‘reciclables’, ya que los segmentos de los SRB solo podían ser empleados en otros propulsores tras un trabajo extensivo de reconstrucción. En cualquier caso, la parte propulsiva de los SRB que contenía el combustible sólido —una pasta de perclorato de amonio, aluminio y polibutadieno— recibía el nombre de RSRM (Reusable Solid Rocket Motor). Los SRB del shuttle y los dos laterales del SRB-X tenían cuatro segmentos propulsivos, mientras que el central solo llevaba tres.

Puesto que el SRB-X iba a emplear las mismas instalaciones que el transbordador, los dos SRB laterales estaban situados a la misma distancia que en el shuttle, por lo que el conjunto no era todo lo compacto que pudiera ser. El resultado es que el SRB-X era más pesado de lo que podía haber sido, pero no quedaba otra opción.

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Diseño del SRB-X de 1984 (NASA).
Enganches del STB-X para adaptarse a las instalaciones del shuttle (NASA).
Enganches del STB-X para adaptarse a las instalaciones del shuttle (NASA).

En su momento el proyecto SRB-X fue muy polémico porque se trataba del primer intento serio de crear un lanzador espacial de gran tamaño usando casi en exclusiva cohetes de combustible sólido. Este tipo de combustible permite lanzadores de gran empuje al lanzamiento, pero son muy poco eficientes —o sea, tienen bajo impulso específico o Isp (los SRB poseían un Isp de unos 242 segundos, mientras que un motor criogénico puede alcanzar los 370 segundos aproximadamente). Para colmo, el empuje de estos cohetes no se puede regular, a diferencia de los de combustible líquido (el empuje que debe desarrollar un cohete de combustible sólido viene ‘preprogramado’ de fábrica variando la densidad, riqueza o forma de la mezcla sólida).

El SRB-X en la rampa SLC-6 de Vandenberg (NASA).
El SRB-X en la rampa SLC-6 de Vandenberg (NASA).
Otra vista del SRB-X (NASA).
Otra vista del SRB-X (NASA).

El objetivo del SRB-X era servir de vehículo de lanzamiento de reserva en caso de que el transbordador no pudiese volar por cualquier motivo. Era un objetivo muy sensato, pero la cúpula de la NASA no mostró demasiado interés por un cohete que competía directamente con al propio shuttle justo cuando la agencia espacial buscaba desesperadamente misiones para el transbordador con el fin de aumentar la tasa de lanzamientos y justificar así sus elevados costes de desarrollo. Los militares tampoco se sintieron demasiado impresionados por el ‘engendro’ y en febrero de 1985 optaron por el Titán-34D como lanzador sustituto del transbordador. Otras propuestas de lanzadores similares que usaban un único SRB como primera etapa —una especie de Ares I ochentero— fueron todavía menos populares.

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Lanzadores basados en el SRB de 1986. La NASA también sopesó desarrollar un cohete con una primera etapa que usaba un único SRB, un concepto que luego sería resucitado para el cohete Ares I del Proyecto Constelación (NASA).

El SRB-X desapareció sin dejar rastro después del desastre del Challenger y hubo que esperar al primer diseño del Ariane 6 europeo para ver un lanzador potente basado casi únicamente en etapas de combustible sólido, un diseño que sería rápidamente rechazado. Por su parte, los SRB siguen vivitos y coleando: la NASA usará SRB de cinco segmentos para el futuro cohete SLS, cuyo primer vuelo está previsto para finales de 2018.

 

 



23 Comentarios

  1. Un cohete de este tipo cuánto costaría el lanzamiento?
    Si se hubiera apoyado pudo haber sido mucho más rentable que el mismo shuttle jajaja
    Tengo una pregunta Daniel, ¿Es cierto que el alto costo de la ISS es en gran parte al costo por lanzamiento del Space Shuttle? (50/50)

  2. El Ares-I también hubiera sido un cohete cuya primera fase hubiera sido un único cohete de combustible sólido.

    Y la propuesta «Frankstein» del cohete Liberty (que no debaja de ser un intento de resucitar el Ares-I)

  3. Desconocía la existencia de este engendro pero siempre se aprende con el amigo Daniel… La idea de hacer una versión del Shuttle de carga es más que interesante aunque, ya puestos, hubiera preferido el Shuttle-C.

  4. Si la NASA realmente quería hacer el Shuttle que lo hicieron con Saturn-Shuttle propuesto la preservación de la primera etado el Saturn V y que incluyen las alas en la primera fase, en un intento de recuperar la primera etapa! lástima que la propuesta se abandonó por razones de coste, ahora te pido que ustedes buscan en la historia detrás de quién se acordará déficits presupuestarios pros, como ya se ha dicho por Carl Sagan!

  5. ¿Y cual sería el mejor cohete si las partes pudieran comprar en un ferretería y pudieran ensamblarse como encajaban las piezas del tente (el lego de mi época)?

    Porque esto de innovar por innovar, sin luego aprovecharlo es algo que creo que no llega a ningún lado; algo en lo que los USA parecen ser especialistas.

    1. Bueno, para empezar innovar significa «alterar las cosas introduciéndoles elementos novedosos». Es decir, otro palabro gastado que no quiere decir mucho ya.

      Por otro lado esto es un subproducto de la industria militar, y lo de pedir cosas en plan exclusivo está jodido, aparte de ser carísimo (ya lo militar es económico que no veas). Por ejemplo, ahí tienes el McCain Circus con los RD-180, en realidad lo que el tipo quería es que aumentasen la pasta para el DoD (y cobrar la comisión, naturalmente), pero resulta que No-Hay-Pasta colega, y como bajas colaterales tenemos la publicitacion pública y publicitaria de que el cohete de Musk al Pentágono no le sirve para nada (alguien dijo una zafiedad, un tipo de estos de uniforme, concretamente, muy explícita) y que no-no-no-hay-pasta, qué palo, qué palo, no-no-no.

      Es que a ver, yo creo que nadie pensaba que le compraban los motores a Putin para tirarle los tejos, claro que de un tipo que en la guerra de Vietnam aligeró a la USAF de los gastos de mantenimiento de cinco aparatos aeronáuticos (carísisisisisisimos) cualquier razonamiento peregrino es previsible. Pero vamos, traigo esto a cuento para que se vea que el P-e-n-t-a-g-o-n-o, con toda la que está cayendo, le está comprando motores de cuete al Archienemigo de Occidente, la Maldad en Persona. Supongo que es innovar, porque a Stalin no le compraban nada. Creo.

      Pues eso: dame presupuesto. Verás que virguería te hago, podemos empezar por hacer un sandwich con dos Energias. Pero vete poniendo un tubo estilo Dosh Stream, saliendo derechito del BCE de Frankfurt (=Vado Gratuito), que vamos a fundir pasta en plan supergigante azul.

      Corolario: de la necesidad, virtud.

  6. Aparte de su brutal ‘patada’ (empuje) intuyo que otra cualidad de los cohetes de combustible sólido es que son más seguros (sí, ya sé que una vez encendidos no se pueden apagar y aún menos reiniciarse) en el sentido de que mecánicamente son más sencillos y no difícilmente pueden explotar por un fallo catastrófico a diferencia de lo que ocurre con los de combustible líquido.

    Si estoy equivocado en mi suposición que alguien me corrija, por favor.

    1. Nah, los humanos somos más resistentes:
      http://en.wikipedia.org/wiki/Space_Shuttle_Challenger_disaster

      La cabina resistió la explosión (mecánica, no química), 20 g en unas décimas de segundo para entrar en caída libre en pocos segundos. Al menos tres astronautas sobrevivieron a esa barbaridad porque activaron las mascarillas de aire e incluso uno de los pilotos llegó a manipular los mandos. Eso sí, los 200 g del impacto contra el océano ni la cabina. ¿Fallo criminal no ponerle un paracaídas o asientos eyectables?

      Ahí tienes la cabina:
      http://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/4/42/Challenger_breakup_cabin.jpg

      Todo el resto de la proa se desintegró.

      Ahora, sí, los dos SRB también siguieron funcionando, todo hay que decirlo. El de estribor en realidad causó el accidente no sólo perforando el tanque, sino chocando con él (se soltó en un momento dado).

      Yo es que no sé, hubiera sido mejor que se jodiera el SRB y no el tanque si eso, ¿no? Vamos, quiero decir que no me parece buena idea poner esos dos chismes al lado de semejante tanque. Vamos, que todo el concepto es como asín peliagudo.

      Luego decían que el UR-700 era un disparate…

      1. ¡¡Cagondies, no sabía ésto!!. Que pena que la cabina no llevara, más que sea, unos paracaidas. Yo creía que habían muerto en la explosión. Lo que no entiendo es que, fabriquen una cabina a prueba de explosión, y no le creen un sistema de caida suave. Un saludo.

          1. Joer, que articulazo. Gracias Daniel por poner el enlace. En 2012 no paseaba yo por estos lares. Un saludo.

  7. El concepto es muy atractivo por la simplicidad de funcionamiento de los SRB. En que incluso sin contar con una reutilización o reciclado, siguen siendo muy interesantes. Sobre el papel, con una concepción modular, podrías alcanzar la capacidad de carga deseada a base de juntar estos cohetes de combustible sólido.

  8. Yo tambien desconocía ese engendro. Pero olvidémonos de la supuesta «patada» de los sólidos. Sacando los números a ojímetro;

    2 SRB de 4 segmentos; 600tn x2
    1 SRB de 3 segmentos; 450 tn
    3era etapa Titan 3; 12 tn
    Centaur G; 25 tn
    Carga; 30 tn

    Total; 1717 Tn. Con 24.000 KN al despegue eso es proporcionalmente MENOS empuje por peso (aceleración) que el Shuttle. Otra cosa es en la segunda etapa con un SRB de 3 segmentos (vamos a suponer unos 9 KN para hacerlo proporcional) y una masa de 517 toneladas la aceleración es un poco superior al del sistema shuttle. Para cuando esta etapa esté casi vacía será el momento máximo de aceleración, pero seguro que sería algo similar a cualquier otro cohete no tripulado…. Si al final tenía que servir como sustituto no-tripulado al Shuttle con orbitador, tenía que tener capacidades similares…
    Mi favorito sigue siendo el Shuttle-C, pero me quedaría con este frankenstein si hubiera sido más barato y fiable que el Shuttle-C

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