El Parlamento de Kazajistán ha ratificado este viernes el acuerdo que prolonga el alquiler de Baikonur a Rusia hasta 2050. El acuerdo, firmado en 2004, permite a Rusia mantener el control sobre la ciudad de Baikonur y todas las instalaciones espaciales situadas en un área circular de 90 km de diámetro por 115 millones de dólares al año. Ya en 1994 se firmó un primer tratado para el alquiler del cosmódromo y desde 1999 Rusia paga anualmente a Kazajistán la cifra antes mencionada, a la que hay que sumar 50 millones de dólares destinados al mantenimiento de las instalaciones y pago de salarios. Recientemente, el gobierno ruso había amenazado con no continuar la cooperación con el proyecto Baiterek si el parlamento kazajo no ratificaba el acuerdo.

El cosmódromo de Baikonur es un quebradero de cabeza para las autoridades rusas. Aunque lo ideal sería disponer de un centro espacial en territorio ruso -además de Plesetsk-, lo cierto es que Rusia no se puede permitir derrochar la enorme cantidad de infraestructuras situadas en Baikonur. El cosmódromo de Vostochni avanza muy lentamente y nadie duda que durante la próxima década, como mínimo, Baikonur seguirá siendo el primer centro espacial ruso. Por si fuera poco, Vostochni depende de los nuevos lanzadores Rus-M y Anagará, cohetes que a su vez dependen -especialmente el Rus-M- del futuro de Vostochni.

Con respecto a Kazajistán, está claro que sin la participación rusa la agencia espacial de este país –Kazkosmos, cuyo presidente es el antiguo cosmonauta Talgat Musabayev– sería incapaz de mantener algún tipo de actividad espacial significativa en el primer cosmódromo del planeta.

Cosmódromo de Vostochni.