Hace poco que se han estrenado dos películas que hacen de los magos y la magia su argumento principal: «El Ilusionista» y «El Truco Final» («The Prestige»). Me llama la atención esa manía que tienen los estudios cinematográficos americanos de copiarse ideas y estrenar películas de temática similar casi al mismo tiempo. Pero bueno, coincidencias aparte, es curioso como la mayor parte de críticas que he leído afirman que una es muy buena y la otra muy mala, aunque no hay coincidencia de criterios sobre cuál es «la buena». Tras haber visto las dos, he de reconocer que me gustaron ambas, aunque quizás un poco más «El Truco Final». Y es que tengo una teoría: «El Ilusionista» es una película con un final abierto, pero en una de sus interpretaciones, quizá en todas, es claramente una película de fantasía. Por otra parte, «El Truco Final» es en realidad una película de ciencia ficción, aunque esto no se diga por ninguna parte. Así que creo que aquellos a los que les guste más la fantasía preferirán sin duda «El Ilusionista», e incluso puede que no entiendan el argumento principal de «El Truco Final», no porque sean tontos, sino porque usa un argumento muy manido en historias de CF que los familiarizados con el género no tendrán problemas en comprender, pero que puede costar un poco a los ajenos a este estilo literario.
En fin, lo que más me gustó de «El Truco Final» fue David Bowie haciendo de Nikola Tesla en plan Dr. Frankestein. Le da un toque steampunk a la película muy gracioso.
Gracias, te he econtrado por google buscando cual de las dos era mejor. Me voy a per el truco final!
Es una peli interesante. “El Truco Final” nos oferta una serie de actividades de extrema competición profesional con ánimo de venganza familiar y tono de misterio, por cierto me recuerda a “El Hipnotizador” la nueva serie de HBO, tiene temática similar. En fin, la película tiene una historia entretenida en primera instancia, con diálogos rimbombantes y conjeturas rebuscadas nuestro director ejecuta una obra en fragmentos estilo puzzle pero sin llegar a los extremos, con una cuidadosa fotografía, escenarios planeados con la delicadeza de un gran artífice, maquillaje certero y fidedigno, es obvio que toda la producción se esfuerza por sacar la obra a flote sin el desventajoso desinterés del arrebato, sino con la intención de delicadeza, suspense y tensión, para los amantes de la taquicardia cuya percepción inspecciona hasta al más mínimo detalle, el cual será crucial en la película. Las virtudes de la cinta son evidentes, el guión es una obra escapista/ilusionista con el simple propósito de engañar al espectador y hacerlo sentir diversas emociones; la dirección de actores es exquisita.