Mientras el programa Apolo estaba en su pico de gloria, la Unión Soviética intentaba reorientar sus prioridades usando el programa de sondas automáticas. A pesar de que los programas tripulados 7K-L1 y N1-L3 todavía no se habían cancelado, la URSS decidió apostar fuerte por las sondas Ye-8 (Е-8 en cirílico) para poner sobre la superficie lunar los rovers Lunojod y las sondas de retorno de muestras Ye-8-5 (y, posteriormente, su versión mejorada Ye-8-5M). Pero la oficina de diseño OKB Lávochkin a cargo de Gueorgui Babakin y encargada de estas sondas, decidió proponer otros proyectos más avanzados. Uno de ellos fue el observatorio astrofísico lunar Ye-8-3, un proyecto del que solo desde hace unos años conocemos sus detalles técnicos.

El proyecto Ye-8-3 también se denominó Observatorio Astrofísico Lunar o LAO (Lunnaia Astrofisícheskaia Observatoria / Лунная Астрофизическая Обсерватория, ЛАО). La estructura del Ye-8-3 usaba una etapa propulsiva de descenso común a las sondas Ye-8 y Ye-8-5 con tanques de propelentes eyectables. En la parte superior, donde las sondas Ye-8 llevaban el Lunojod y las Ye-8-5 la etapa de ascenso con la cápsula de muestras, las Ye-8-3 llevaban un telescopio reflector, otros instrumentos y la aviónica asociada, además de dos paneles solares. La nave Ye-8-3, como las otras Ye-8, usaría un cohete Protón (8K82K). El proyecto se presentó en 1969 con el objetivo de lanzarlo en 1971. El telescopio tendría un espejo primario de 0,5 metros y una focal de 1,25 metros, aunque también se estudió una versión más pequeña de 0,25 metros y 0,9 metros de focal. Operaría en el rango del ultravioleta al infrarrojo cercano (300 a 800 nanometros) y dispondría de un espectrógrafo ultravioleta y otro infrarrojo, además de un fotómetro ultravioleta. También llevaría sensores de rayos X para estudiar el cielo a baja resolución en esas longitudes de onda.

Más adelante se propusieron otras variantes de LAO, llamadas LAO-1 y LAO-2. LAO-1 estaría dedicado a observaciones de altas energías en el ultravioleta y en rayos X durante la noche lunar. El requisito es que pudiera observar estrellas de hasta magnitud 4 —bastante brillantes— con una precisión espectral de 1 angstrom en el ultravioleta, mientras que en rayos X tenía que ser capaz de alcanzar una resolución angular de 10º en la longitud de onda de 1 nanometro. La variante LAO-2 sería un observatorio solar y radioastronómico. El radiotelescopio analizaría, tanto de día como de noche, las longitudes de onda centradas en la línea de 18 centímetros de la molécula OH con el objetivo de estudiar cuásares lejanos y se usaría en conjunción con el radiotelescopio francés de Nançay para ensayos de interferometría de muy larga base (VLBI). También observaría el Sol —obviamente solo durante el día lunar de dos semanas— en el ultravioleta en el rango de 80 a 160 nanometros.

El observatorio Ye-8-3 nunca alcanzaría la Luna y el primer telescopio en la superficie lunar sería el pequeño S201 del Apolo 16 —7 centímetros de diámetro—, que observó el cielo en ultravioleta en 1972, seguido casi medio siglo después por otro telescopio ultravioleta a bordo de la sonda china Chang’e 3, el LUT de 15 centímetros, en 2013. Hoy en día el interés de los telescopios en la superficie lunar ha disminuido con respecto a los años 60 y 70 porque ahora sabemos que estos instrumentos deben lidiar con el regolito lunar, muy abrasivo y que se adhiere a todas las superficies por culpa de las cargas electrostáticas. Sea como sea, actualmente existen varios proyectos de pequeños telescopios lunares que deben volar en la nueva generación de sondas estadounidenses y chinas, que, sobre todo, estarán orientados a la observación de nuestro planeta. Paradójicamente, Rusia ha propuesto un telescopio ultravioleta para misiones a la estación lunar ILRS en colaboración con China.


Además del observatorio lunar Ye-8-3, Lávochkin tenía previstos otros proyectos. De acuerdo con los archivos recientemente desclasificados por el RGANTD ruso, parece que la designación Ye-8-2 se reservó a la variante del Lunojod para misiones tripuladas (originalmente el rover lunar se concibió para llevar cosmonautas de un sitio a otro), mientras que Ye-8-4 fue el nombre que recibió una versión para excavar hasta 0,8 metros de profundidad, aunque no hay más detalles técnicos sobre la misma. Ahora, más de medio siglo, al fin podemos saber por qué los ingenieros de NPO Lávochkin decidieron pasar de la denominación Ye-8 a Ye-8-5 directamente.


Referencias:
- https://www.roscosmos.ru/media/files/history/luna16/f213_o1-1_d105.pdf
- https://forum.novosti-kosmonavtiki.ru/index.php?topic=24641
Precioso artículo y apasionante la carrera espacial. Material para escribir un libro, espero que alguna vez lo hagas Daniel. Enhorabuena.
Desde mi ignorancia, aparte de lo que ya cuesta en sí un buen telescopio, supongo que es más complicado y costoso energéticamente poner algo es la superficie de la luna, aunque sea un pequeño telesescopio, que en en un punto de Lagrange, ¿verdad? Hay que vencer mayor potencial o como decís Delta V.
Gracias por adelantado.
Posado y fijo en la Luna.
¿ Se podía orientar solo observaba la región que pasaba por delante del tubo?
¿ Que ventajas tendría respecto de uno orbital? .Depositarlo en la Luna supone mucha masa , que podría ser combustible para orientar uno en órbita.
Lo mismo era solo algo propagandístico para decir que aunque no habían llegado a la Luna tenían allí telescopios.
El sueño de todo astrónomo aficionado es observar con un telescopio desde la cara oculta de la Luna un día de de luna llena, o mejor dicho «tierra nueva» desde allí, apantallado el Sol por el propio planeta. Con todo el cielo oscuro para ti y sin las limitaciones de extinción atmosférica. Con un dobson de 16» me valdría, unas cartas estelares y algo de chocolate con almendras.
Podríamos obviar el regolito, las bajas temperaturas y el hábitat espacial que me recubra a mí y al telescopio.
Imagínate eso mismo pero en L2 Sol Júpiter, que está en sombra permanente. Según la NASA es el sitio ideal para ubicar un telescopio infrarrojo, ya que se lograría una refrigeración pasiva a tan sólo 7 K
!Sabes cada cosa Pochi que flipo!
Como con el articulo de hoy de Daniel. (también flipante) Supongo que se llevaban telescopios para UV aprovechando la ausencia de ozono/atmosfera (ventaja frente a los de Tierra) (?) ¿O era que molaban mas? Yo hubiera pensado que eran ópticos sin mas… Siempre aprendemos cosas aquí.
Gracias a ambos.
Sí, pues a mi edad… las gallinas que entran por las que salen… o peor, salen más gallinas que entran. Cada vez que aprendo algo, olvido dos cosas que ya sabía… ?
Interesante artículo de arqueología espacial.
Llama la atención que se considerara colocar un telescopio sobre la Luna, una opción mucho más cara energéticamente que colocarlo en LEO, GEO o L2 (por no mencionar que tenía que sobrevivir 14 días a oscuras). Supongo que la idea de lanzar un telescopio que estuviera flotando en la nada no despertaría entusiasmo entre los astrónomos, que verían más sensato tenerlo ancladito al suelo.
Saludos
Quzá esto no parte tanto de los astrónomos como de los fabricantes de la etapa aterrizadora, que estarían como locos de buscarle ideas con las que sacarle partido y que los soviets les encargaran más misiones.
Los telescopios en la Luna, salvo situaciones muy específicas, sólo tienen sentido con el argumento del «poyaque»
Los únicos telescopios que tienen sentido en la cara oculta de la Luna son los radiotelescopios, para aprovechar el efecto pantalla que la misma Luna proporciona respecto el ruido que emite la Tierra. Por desgracia, esto no interesa a nadie y dudo que veamos nunca algo así.
Curisosamente, el OAO-1 de la NASA ya se había lanzado en el ’66, antes de esta propuesta soviética. Y el primero funcional fue el OAO-2, lanzado en el ’68
https://en.wikipedia.org/wiki/Orbiting_Astronomical_Observatory
En aquella época ya había telescopios ópticos (UV ) como el OAO-2 y los astrónomos estaban muy contentos.
Como han apuntado , podría ser solo un motivo de propaganda llevarlo a la Luna.
Uno de estos geniales artículos frikis sobre historias soviéticas que solo encuentras en Eureka. Gracias Dani!
Supongo que una de las ventajas de que el telescopio esté sobre la superficie lunar y no en órbita es que estaría quieto y estable.