El pasado 24 de marzo falleció una de las personas que más poder tuvo dentro de la NASA durante décadas. Y, sin embargo, para la mayoría del gran público, siempre fue un desconocido. No fue administrador de la agencia espacial, ni astronauta, ni una figura especialmente famosa, pero tuvo una enorme influencia. Hablamos de George William Samuel Abbey (1932-2024), que fue el encargado de seleccionar las tripulaciones del transbordador espacial hasta el siglo XXI. Abbey se formó como piloto de la fuerza aérea estadounidense (USAF), donde también estudió ingeniería eléctrica. A partir de 1964 colaboró con la NASA como asesor de la fuerza aérea bajo el mando de Joe Shea, el encargado de las naves del programa Apolo. Abbey, que había desarrollado una auténtica pasión por la exploración espacial a partir del lanzamiento del Sputnik, presentó la solicitud para ser astronauta de la NASA en 1965, pero fue rechazado.
En 1967 participó en el análisis de la cápsula del Apolo 1 después del incendio que mató a su tripulación y, a partir de ese año, comenzó a trabajar para la agencia como segundo de George Low, el sucesor de Shea como encargado de las naves del Apolo. En cierto modo, no deja de ser significativo que Abbey trabajase codo con codo con dos de las figuras más importantes del programa Apolo, Shea y Low, dos personas que, a pesar de su tremenda influencia en la historia de la NASA, siguen siendo desconocidas para muchos, como más adelante lo sería el propio Abbey. En 1969 pasó a trabajar como asistente de Bob Gilruth y, luego, de su sucesor Chris Kraft, ambos directores del Centro de Naves Tripuladas de la NASA (posteriormente bautizado el Centro Johnson). Abbey estuvo presente en el centro de control cuando Jim Lovell pronunció su famosa frase «Houston, hemos tenido un problema» durante la misión Apolo 13 y participaría en el esfuerzo para salvar a la tripulación, motivo por el cual formaría parte del equipo de la NASA que recibió la Medalla Presidencial de la Libertad de parte del presidente Nixon.
En enero de 1976 Kraft le nombró director de operaciones de vuelo del Centro Johnson de la NASA. Su trabajo: elegir a los astronautas de cada misión del shuttle. Abbey tomó el relevo de Deke Slayton, antiguo astronauta del Mercury que luego se encargaría de seleccionar a los astronautas de las misiones Gémini y Apolo. Slayton se retiró del puesto tras autoasignarse miembro de la tripulación del Apolo-Soyuz, una decisión que disgustó a muchos dentro de la NASA. Precisamente, uno de los objetivos de colocar a un desconocido como Abbey en el puesto de Slayton era evitar que la prensa y los egos de astronautas famosos interfiriesen con la delicada tarea de elegir las tripulaciones de las misiones espaciales (spoiler: salió mal). Además de su última decisión de nombrarse miembro del Apolo-Soyuz, Slayton había levantado ampollas con la claramente injusta elección de Al Shepard como comandante del Apolo 13 (luego pasaría al Apolo 14) y otras decisiones discutibles (como poner a Cernan de comandante del Apolo 17). Por otro lado, Kraft consideraba que Slayton protegía demasiado a los astronautas y que cooperaba muy poco con otras divisiones del centro Johnson. Abbey debía cambiar toda una cultura de trabajo que había funcionado aparentemente a la perfección durante la época más gloriosa de la NASA.
El primer cambio era abrir el cuerpo de astronautas a nuevos perfiles más diversos. El transbordador espacial se presentó en los años 70 como una nave que convertiría los viajes espaciales en algo rutinario y en la que podrían volar todo tipo de personas. Además de pilotos, que seguirían haciendo falta para manejar la nave, la NASA quería contratar más científicos, un proceso que ya había empezado tímidamente al final de la era Apolo y con el programa Skylab. Pero el cuartel general de la NASA también consideraba necesario incorporar mujeres y minorías con rasgos y colores de piel diferentes. Atrás quedaba la era en la que los astronautas eran todos hombres blancos y pilotos. Chris Kraft transmitió estas directrices a Abbey, que procedió a seleccionar nuevos astronautas para el shuttle. Aunque en teoría la selección contó con la ayuda del Jefe de la Oficina de Astronautas —el astronauta John Young— y de un comité de expertos, en realidad Abbey tenía la última palabra.
Como resultado, el grupo incluiría mujeres, afroamericanos y personas de origen asiático. Hubo quien se opuso a esta selección, algunos movidos simplemente por motivos racistas y misóginos, y otros, por el miedo de que los nuevos no estuviesen a la altura de las leyendas del Apolo. El propio Slayton dejó muy claro que no estaba nada de acuerdo con este cambio en los requisitos de la NASA. En enero de 1978 la NASA hizo pública la selección de los nuevos 35 astronautas, que serían conocidos como TFNG, acrónimo de The Fucking New Guys, una expresión militar típica para meterse con los novatos. De puertas afuera, la NASA edulcoró el apodo por motivos obvios y los presentó como the Thirty-Five New Guys. A partir de ese momento y hasta el accidente del Challenger de 1986, Abbey fue el dueño y señor de los destinos de los nuevos 35 astronautas de la NASA y de los antiguos que siguieron en la agencia tras el Apolo-Soyuz.
La mayoría de testimonios de esta época dejan en muy mal lugar a Abbey. «Señor oscuro», «el padrino», «maquiavélico»… son algunas de las definiciones de Abbey por parte de ciertos astronautas. Slayton podía ser injusto a veces, pero mantuvo un sistema de rotaciones de tripulaciones que daba cierta sensación de estabilidad y orden. Con Abbey, según los agraviados, todo era incertidumbre. Aunque no siempre, con frecuencia los procesos de selección de tripulación eran injustos, arbitrarios y sujetos a los caprichos de Abbey, siempre dispuesto a castigar duramente a aquellos y aquellas astronautas que habían osado llevarle la contraria o, simplemente, que le caían mal. Y también los que le caían muy bien. Algunos astronautas preferían no llamar la atención de Abbey por miedo a ganarse su favor y que este les asignase a alguna tarea administrativa de relevancia. Una tarea importante para Abbey, pero que para un astronauta significaba terminar apartado de la posibilidad volar al espacio durante unos años. Si Slayton había sido opaco en su trabajo, Abbey era el oscurantismo hecho persona. Lo interesante es que ningún superior del cuartel general de la NASA intervino para poner en su sitio a Abbey o, al menos, intentar que tomase las decisiones de forma más clara y, a ser posible, con la participación de otras personas.
Por contra, otros astronautas consideran que esta imagen tan nefasta es injusta y que Abbey tuvo que lidiar con un grupo cada vez más numeroso y variado de astronautas, mucho más que en la época de Slayton. Había más astronautas que plazas en las misiones y alguien tenía que quedarse fuera. Como resultado, lógicamente, muchos no estaban de acuerdo con sus decisiones. En todo caso, y más allá de si era una maravillosa persona o un demonio, sigue siendo una anomalía que un solo individuo como Abbey tuviese tanto poder de decisión a la hora de elegir las tripulaciones. Tras el desastre del Challenger, Abbey fue «castigado» con un traslado al cuartel general de la NASA, supuestamente un ascenso, pero que lo alejó del control del cuerpo de astronautas, para alegría de sus rivales. Pero Abbey, que por encima de todo era muy inteligente, aprovechó el puesto para hacer más contactos y en 1992 se convirtió en la mano derecha del nuevo administrador de la NASA, Dan Goldin, el puesto con más influencia de entre todos los que había ocupado con diferencia. En 1993 jugó un papel fundamental a la hora de incorporar la participación rusa en el antiguo proyecto de estación espacial Freedom para que evolucionase hasta la Estación Espacial Internacional (ISS) que conocemos hoy en día (la leyenda cuenta que Abbey y un grupo de altos cargos de la NASA diseñaron la configuración actual de la ISS usando legos durante un retiro de un fin de semana). Un año más tarde volvió al Centro Johnson de la NASA, esta vez como vicedirector. En 1996 sería nombrado director del centro, un cargo que ocuparía hasta 2001, cuando su antiguo amigo Goldin lo despidió fulminantemente para que sirviera de cabeza de turco por los sobrecostes de la ISS. Durante su nueva estancia en el centro Johnson, Abbey volvió a controlar la selección de las tripulaciones del transbordador, aunque no tan directamente como en los años 80. En cualquier caso, siguió haciendo enemigos.
Más allá de las polémicas, George Abbey es una de esas figuras ocultas del programa espacial de EE.UU. que resultan fundamentales para entender la evolución del programa espacial tripulado de la NASA. En 2018 Michael Cassutt —coautor de la mejor biografía de Deke Slayton que se haya escrito— publicó una más que recomendable biografía de Abbey, The Astronaut Maker: How One Mysterious Engineer Ran Human Spaceflight for a Generation, en la que es representado como una figura mucho más amable y empática. Vale la pena leerla para entender al personaje —como siempre, más complejo de lo que dejan entrever las opiniones de sus enemigos— y, sobre todo, para entender la NASA de finales del siglo pasado.
ok daniel…pero… aun en la epoca del shuttle… abbey tubo que lidiar con astronautas «de raza» de la era apollo (aunque no volaron)… todas las selecciones de la epoca justo desde el final del apollo hasta la del grupo «35» (conprende los grupos 6, 7) … tuvo que lidiar con McCandless, Fullerton, Crippen, y otros… que aunque se los asocia al shuttle…eran de la camada del apollo… (es como ser de los «90s» pero haber nacido en 1999) (aun asi eran «de los duros»)
¿como lidio el con ellos? (a los astronautas del apollo «reconvetidos»)…y que pensaban esos astronautas de el?
¿y que pensaban en general los astronautas del apollo consagrados? (y mercury y gemini)
Mira tu cuanto voló cada uno y deducirás tu respuesta…
El mismo John Young lo odiaba porque si por el fuera habría comandado cada misión del Shuttle el mismo…(mira como cada tripulación que acompañó iba uniformado con su mono de astronauta como si el fuese a volar) y quería ser el Slayton de su epoca…
Mira también aquellos que volaban en el Shuttle con mucha frecuencia y verás quienes eran sus favoritos (el ejemplo cuantas veces voló Bob Crippen hasta 1984, hasta 2 veces en un año por ejemplo, Abbey seguramente tenía una foto de él junto a su cama y viceversa XD…)
Recuerdo que a Abbey lo apoyaban «Darth Vader» y por algo habrá sido dicho apodo. Cuando alguien decía en la Oficina de Astronautas ese nombre era como decir en el Mundo Mágico de Harry Potter el nombre de Voldemor.
El mayor temor de un astronauta no era morir en un incendio como Apolo 1, o un accidente del Challenger o Columbia, o perderse en el Espacio como casi estuvo Apolo 13. El mayor temor de un astronauta, de esa época, era simplemente «no volar», y dicho temor estaba encarnado en George Abbey, director de JSC en dicha época.
La foto de Abbey en las primeras misiones del Transbordador Espacial era una forma de parodiar la costumbre de los soviéticos de poner una foto de Lenin en las Estaciones Espaciales.
Había un momento en que los astronautas se reunían en el Tavern Outpost, un bar de astronautas, algo así como Happy Bottom Riding Club en Base Edwards en California. Ahí estaba Abbey contando sus anécdotas del Progrma Espacial. Luego de haber bebido mucho había una costumbre de la «Mirada de Abbey» en donde el astronauta presente recibía la mirada del jefe para que le diera el aventon a casa, ya que, Este ya había bebido demasiado.
-Abbey, ¿esta es tu casa?-
Se levantaba el jefe y decia: -No-
–Abbey, ¿es esta tu casa-
-No-
Dicen que cuando te quería joder, lo hacía. La cosa es que no te lo decía. Como astronauta pasar años si recibir asignación hasta que entendías el mensaje, te retirabas, y luego te preguntabas ¿Que hice mal? Sino pregúntenle al ex astronauta Blaine Hammond.
Abbey tenía a su grupo predilecto de astronautas que apoyaban «Bubbas», ese grupo estab Jim Weatherbee, William Sheperd, y Sonny Carter. Este último falleció en un accidente aéreo. En su memoria El Laboratorio de Flotabilidad Neutral, la piscina donde entrenan los astronautas, fue nombrada Sonny Carter en su honor.
Lo último que había sabido de Abbey era que estaba trabajando en la empresa Ad Astra del ex astronauta Franklin Chang -Diaz, la cual, estaba desarrollando su motor VASIMR, basado en Plasma para lograr hacer los viajes interplanetarios más rápidos.
Creo que un día iré a comprar la biografía de Abbey.
Puedes pedirla por Amazon!
Algo de esa personalidad es parodiada/retratada en la segunda temporada de «For All Mankind» con el personaje de Ed Baldwin como jefe de la oficina de astronautas (que en el mundo real tenía John Young) pero que en ese universo aún tenía el poder sobre las tripulaciones como Slayton y le hacía lo mismo que a Blain Hammond a un personaje llamado Gary Piscotty XD
Muy interesante Maestro, sobre este post, no conocía la figura de Abbey la verdad…
Me pregunto quién, o quienes serán los Jefes ahora para seleccionar los astronautas Artemis…
También me pregunto quien será el Jefe de los Astronautas Chinos para las futuras misiones a la Luna…
Del programa espacial chino si las tripulaciones el mundo las conoce apenas 24 horas antes de despegar, menos vamos a conocer quien las nombra XD
Vaya personajillo. Espero que la selección haya mejorado, la verdad es que no tiene pinta de molar depender de semejante tipejo.
Cada vez me doy más cuenta y doy más valor a For All Mankind en sus detallitos. El hecho de que Slayton se mandara a si mismo al espacio y el hecho de que sea incapaz de aceptar la inclusión y homsexualidad de una astronauta aún apunto de morir… son pequeños detalles de los que en un primer momento no me di cuenta. Esos elementos de novela histórica donde los personajes pueden no ser exacatamente los mismos o ser directamente inventados pero donde el autor ha echo el esfuerzo de integrar los elementos históricos incluyendo pequeños detalles para hacer la atmósfera sea lo más realista posible representando el momento histórico de manera creible.
Magnifica historia!
The Fucking New Guys…serán ahora los nuevos treinta y cinco !
Buenísimo (35NG)
Abbey si va “al cielo” o al ignoto “Dark Matter”
https://www.filmaffinity.com/es/film734575.html
Joder Daniel, eres un libro abierto
acabo de ver «Challenger: The Final Flight» (vale realmente la pena verlo) y, como apostilla, cuando Abbey le comunica a Gregory Jarvis que ha sido elegido para la STS-51-L en vez de aceptar inmediatamente éste le responde que lo va a llamar (quería consultarlo con su esposa); a lo que Abbey le responde «No estoy acostumbrado a recibir este tipo de respuesta»