Un enorme satélite estadounidense para espiar las comunicaciones enemigas: lanzamiento del décimo Orion mediante un Delta IV Heavy

Por Daniel Marín, el 13 diciembre, 2020. Categoría(s): Astronáutica • Cohetes • Lanzamientos ✎ 59

Cuando se habla de satélites espías estadounidenses todo el mundo piensa en los KH-11 Kennen/Crystal, enormes telescopios espaciales con un espejo similar al del Hubble que apuntan hacia la Tierra. Pero hay otros satélites espías que, si bien no son tan famosos, resultan tanto o más importantes para los servicios de inteligencia. Entre ellos están los Orion, un grupo de satélites situados en órbita geoestacionaria capaces de interceptar directamente llamadas telefónicas o intercambios de datos entre redes WiFi y sistemas militares tales como radares o misiles. ¿Y te imaginas poder hacer todo esto desde 36 000 kilómetros de distancia con una precisión de unos cien metros? Pues eso es lo que se supone que pueden hacer los Orion. Claro que para lograr captar estas señales a una distancia tan enorme se necesita una gran antena, tan enorme que solo es posible lanzarla al espacio plegada. Incluso así, estamos hablando de un satélite de grandes dimensiones que requiere un cohete pesado para ser puesto en órbita, como es el caso del Delta IV Heavy de ULA.

Lanzamiento del satélite USA-311/NROL-44 (ULA).

El 11 de diciembre de 2020 a las 01:09 UTC despegó desde la rampa 37B de la Base Aérea de Cabo Cañaveral (Florida), un cohete Delta IV Heavy de la empresa ULA con el satélite militar USA-311 de la agencia NRO (National Reconnaissance Office) en la misión NROL-44 (también era la misión Delta 385 de ULA). El lanzamiento de la misión NROL-44 se había aplazado en repetidas ocasiones desde que tuvo lugar el primer intento de despegue el pasado 27 de agosto, pero finalmente el gran lanzador logró situar el USA-311 en órbita geoestacionaria después de una misión de seis horas y, probablemente, tres encendidos de la segunda etapa. Este ha sido el 104º lanzamiento orbital de 2020 y uno de los últimos del Delta IV Heavy, el mayor cohete en servicio junto con el Falcon Heavy de SpaceX. No obstante, todavía hay planeados cuatro lanzamientos adicionales del Delta IV Heavy de aquí a 2024 en los que, precisamente, se cree que pondrá en órbita otros dos satélites Orion y dos KH-11. A partir de esa fecha será sustituido por el Vulcan Heavy (el Delta IV Medium ya ha sido retirado).

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Representación un satélite Orión con su antena gigante, una imagen que ahora se considera obsoleta (Charles P. Vick/globalsecurity.org).

El Pentágono no ha dado detalles sobre la naturaleza del USA-311/NROL-44, pero todo apunta a que se trataría del décimo satélite Orion, un satélite dedicado al espionaje SIGINT, inteligencia de comunicaciones, y al espionaje ELINT, o sea, vigilancia de sistemas electrónicos, como por ejemplo radares. Las características de los satélites Orion son, como era de esperar, totalmente secretas, pero a lo largo de los años se han acumulado determinadas evidencias que apuntan a cómo podrían ser estos satélites. Originalmente se pensaba que su nombre en clave era Mentor, pero los documentos clasificados filtrados por Edward Snowden en 2013 revelaron que su designación real es Orion. Eso sí, las dos primeras unidades lanzadas en 1985 y 1989 tenían un diseño diferente, de ahí que se les denomine Magnum para distinguirlos. A partir del tercer Orion se introdujo un diseño distinto, por lo que en ocasiones se emplea el término Advanced Orion con el fin de diferenciarlos, pese a que no es una designación oficial. Estos espías celestiales también han recibido el nombre de Rhyolite/RIO en diversas fuentes no clasificadas, mientras que en otras fuentes filtradas también se les llama Misión 8300 (o Misión 7300 para satélites más antiguos).

Posible aspecto de un satélite espía Orion aparecida en un documento clasificado filtrado por Snowden (https://satelliteobservation.net/2017/09/24/a-radiotelescope-in-the-sky-the-usa-202-orion-satellite/).

Para detectar señales de países enemigos —principalmente Rusia, China, Irán y Corea del Norte—, así como  países en los que EE.UU. lleva a cabo operaciones militares —Irak, Afganistán, Siria o Yemen— desde la órbita geoestacionaria hace falta una antena enorme (ni que decir tiene, nada impide que también se espíe a países supuestamente «aliados»). Por este motivo, durante años se pensó que la antena de los Orion podía tener hasta cien metros de diámetro (!), lo que habría hecho de estos satélites los objetos más grandes en órbita junto con la ISS (esta creencia nació a raíz de las declaraciones del antiguo director de la NRO, Bruce Carlson, en las que mencionaba que los Orion son los mayores satélites del mundo). Sin embargo, en 2016 The Intercept —imposible encontrar un nombre más adecuado— publicó un artículo basado en material filtrado por Snowden en el que se hablaba de las capacidades de la nueva generación de satélites SIGINT/ELINT. A pesar de que en un principio no estaba muy clara la conexión, con el tiempo se ha hecho evidente que los documentos hablaban de los satélites Orion. De acuerdo con los documentos de Snowden, los Orion tendrían una gran antena principal desplegable no superior a los 30 metros de diámetro. Enorme, sí, pero muy lejos de los cien metros originalmente propuestos (es posible, no obstante, que los primeros Orion sí que tuviesen antenas más grandes). Esta antena estaría dedicada a la interceptación de señales de comunicaciones (SIGINT), entre las que se incluyen conversaciones telefónicas y enlaces de datos. Gracias a esta antena, el Pentágono puede localizar, en determinadas circunstancias, llamadas telefónicas con una precisión de unos cien metros. Puede parecer poco, pero es más que suficiente para localizar «blancos» en zonas remotas y, con más información, incluso en el centro de urbes densamente pobladas. Además, los Orion disponen de otra antena de unos 7 metros de diámetro para espionaje ELINT que sirve para descubrir, estudiar y localizar geográficamente radares y otros sistemas militares o civiles. La existencia de esta segunda antena fue una pequeña sorpresa para los analistas. También se sabe que al menos dos Orion han sido usados para espiar directamente las comunicaciones de otros satélites situados en la órbita geoestacionaria (como el Thuraya 2, empleado por el gobierno chino).

Documento clasificado filtrado por Snowden en el que probablemente se aprecia la huella de un satélite Orion (elipse blanca) sobre una imagen óptica (quizá obtenida por un KH-11) en la que se identifican varios sistemas de comunicaciones espiados (https://satelliteobservation.net/2017/09/24/a-radiotelescope-in-the-sky-the-usa-202-orion-satellite/).

Las dos antenas receptoras estarían unidas al cuerpo —bus— principal de satélite, que tiene forma octogonal y mide unos 3,5 metros de diámetro. Acoplado a este bus hay un panel solar desplegable de cuatro segmentos y una antena de pequeñas dimensiones para enviar y recibir datos. También hay toda una serie de antenas receptoras, aparentemente móviles, que reciben las señales procedentes de la parábola principal. Esta antena principal es posible que se pueda mover para apuntar a distintas zonas del hemisferio visible desde la órbita geoestacionaria y estaría inclinada formando cierto ángulo con el bus para evitar interferencias de este último. Aunque las antenas se lanzan plegadas, lógicamente, estamos hablando de un satélite muy grande, de ahí que se use el Delta IV Heavy para ponerlo en órbita (antes se empleó el Titan IV). La empresa Northrop Grumman es el contratista principal de estos satélites y las últimas cinco unidades se han lanzado en 2003, 2009, 2010, 2012 y 2016, pero se desconoce cuántas de ellas siguen operativas. Los Orion son controlados desde las estaciones de Menwith Hill (Reino Unido) y Pine Gap (Australia). Parte de la información obtenida por estos satélites es compartida con los aliados anglosajones más estrechos de EE.UU., los llamados Cinco Ojos (que, además de los Estados Unidos, incluyen al Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Canadá). La razón de usar estas estaciones fuera del territorio de EE.UU. es que se hallan en el mismo hemisferio que los países enemigos espiados por los Orion, por lo que el envío de datos resulta mucho más sencillo. Así que ya sabes, la NRO no solo puede obtener imágenes tuyas en el óptico de día —con los Crystal— o de noche —con los Topaz que emplean un radar de apertura sintética—; también puede espiar directamente tus comunicaciones.

Otra vista del lanzamiento (ULA).
Despegue (ULA).

Referencias:

  • https://satelliteobservation.net/2017/09/24/a-radiotelescope-in-the-sky-the-usa-202-orion-satellite/
  • https://www.thespacereview.com/article/3095/1


59 Comentarios

  1. Técnicamente es impresionante desde luego pero… ¿es realmente útil desde el punto de vista puramente operativo?
    Al final tienes trasto gigante y realmente caro en órbita que sólo te permite espiar comunicaciones inalámbricas en una zona relativamente pequeña a la vez y sólo durante el periodo de tiempo que tenga cobertura sobre esa zona, y sospecho que pueda tener serios problemas para captar ciertas bandas de frecuencia si las condiciones climáticas del momento no acompañan… Por no añadir que la información que se pueda obtener de todo ese esfuerzo queda realmente limitada sólo con que el enemigo use para sus comunicaciones inalámbricas un protocolo de cifrado fuerte, cosa que a día de hoy es algo casi automático con software de comunicaciones «standard».
    Casi me parece más un ejercicio de demostración de «músculo» y poderío técnico que algo realmente útil en guerra electrónica real. Claro que podría estar totalmente equivocado.

  2. Algo (grave) parece que ha pasado con el SN9, pero como no entiendo el ingles hablado y lo escrito no es suficiente, no entiendo nada.

    «El SN9 estaba celoso de toda la atención que se estaba acumulando en el SN8, así que tenía que hacer algo drástico. El resultado fue bastante dramático e incomodó a muchos, muchos empleados de SpaceX.» y nada mas significativo

    https://www.youtube.com/watch?v=2x7Mely0N5o

    Alguien sabe algo?

    1. Un forista:
      «SN9 tipped over , and the were bringing in the big crane to stabilize it.»
      «SN9 se volcó, y estaban trayendo la gran grúa para estabilizarla.»
      Hace 42 minutos.
      Pero si eso es viejo! O se volco de nuevo?

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