Trozos del asteroide Vesta en al asteroide Bennu

Por Daniel Marín, el 27 septiembre, 2020. Categoría(s): Astronomía • NASA • Sistema Solar ✎ 63

Recientemente, la sonda OSIRIS-REx de la NASA ha encontrado seis grandes rocas en la superficie del asteroide Bennu, de 1,5 a 4,3 metros de diámetro, con un tono claro que contrasta con la oscura superficie del asteroide. Hasta aquí nada especial, pero los investigadores de la misión han comprobado que el análisis espectral de las rocas coincide con la composición de… Vesta. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo han podido llegar trozos del gran asteroide Vesta hasta la superficie del pequeño Bennu teniendo órbitas tan distintas? Vesta es el segundo asteroide más masivo, solo por detrás de Ceres, y su masa constituye el 9 % de todo el cinturón de asteroides. Por contra, Bennu es un pequeño asteroide de medio kilómetro de diámetro con una composición muy diferente. Sin embargo, el descubrimiento no ha sido una sorpresa y, de hecho, confirma lo que muchos investigadores sospechaban.

Las rocas de color claro probablemente procedentes de Vesta contrastan en la oscura superficie de Bennu (su albedo es de solo 4,4 %) (NASA/Goddard/University of Arizona).

Vesta presenta un interior diferenciado —con núcleo, manto y corteza— y posee una corteza basáltica. La sonda Dawn reveló que Vesta ha sufrido dos impactos brutales con otros cuerpos que han dejado atrás sendas cuencas de impacto de gran tamaño, Rheasilvia y Veneneia (cuencas que se formaron hace mil y dos mil millones de años, respectivamente). Como resultado de estos impactos, numerosos fragmentos de Vesta se dispersaron por el sistema solar e incluso algunos terminaron en la Tierra. Efectivamente, Vesta es una de las tres fuentes de meteoritos que somos capaces de identificar claramente, junto con la Luna y Marte. Observaciones usando telescopios terrestres han demostrado que existe una familia de asteroides, los vestoides, que serían en realidad trozos de Vesta, pero, además, también habría numerosos asteroides con pedazos de Vesta en su superficie.

Asteroide Bennu (NASA/Goddard/University of Arizona).

Bennu es una pila de escombros con una composición similar a la de los meteoritos de tipo CM, condrita carbonácea, que podemos encontrar en la Tierra, mientras que la composición de Vesta es, como hemos visto, muy diferente. De ahí que los investigadores estén seguros de que estos bloques proceden de otro asteroide. Las rocas de color claro descubiertas tienen piroxeno, un mineral que se forma a altas temperaturas, mientras que la mayoría de rocas de Bennu contienen minerales con agua que no han podido estar sometidos a temperaturas excesivas. Ahora bien, ¿cómo han llegado estas rocas hasta Bennu? No lo sabemos con seguridad, pero esta cuestión es la realmente importante. Se cree que Bennu procede de la destrucción de un asteroide de gran tamaño —más de cien kilómetros— que se desintegró por culpa de colisiones con otros cuerpos hace 800-1500 millones de años. Con el tiempo, Bennu adquiriría su órbita actual, cercana a la Tierra. Por tanto, hay dos hipótesis para explicar la presencia de trozos de Vesta en Bennu. Una sugiere que llegaron a Bennu después de su formación a partir de choques con asteroides de la familia de vestoides. La otra posibilidad es, obviamente, que el cuerpo progenitor de Bennu ya tuviese estos trozos en su superficie o interior.

Asteroide 4 Vesta (NASA).
Las cuencas de impacto Rheasilvia y Veneneia de Vesta (NASA).

¿Cuál de las dos es cierta? Todo depende de la velocidad de impacto. Los estudios demuestran que hasta el 20 % del material de un asteroide puede sobrevivir al impacto con otro cuerpo mayor si la velocidad es inferior a 2,6 km/s. Pero cuando Bennu tenía una órbita similar a la de los vestoides del cinturón principal, solo entre el 10 % y el 44 % de las colisiones con los vestoides habrían tenido una velocidad inferior a 2,6 km/s. Bueno, no está mal, podríamos pensar. Las rocas de Vesta encontradas en Bennu serían pequeños fragmentos que se movían a bajas velocidades y que chocaron contra el asteroide. El problema de esta teoría es que se han encontrado rocas en Bennu de más de 4 metros. Y un impacto directo de una roca de este tamaño habría desintegrado Bennu, incluso a bajas velocidades. Este hecho favorece la idea de que estas rocas de color claro provienen directamente del asteroide progenitor de Bennu, aunque hay otro problema. ¿Por qué solo se ha detectado material procedente de Vesta y no de otros asteroides? No se sabe, aunque es posible que surjan rocas candidatas a haber surgido en otros asteroides a medida que OSIRIS-REx estudie Bennu o una vez que tengamos las muestras de este asteroide en la Tierra.

Las seis rocas de Vesta encontradas en Bennu (D. N. DellaGiustina et al.).

Puede que alguien se pregunte si estas rocas no pueden proceder del propio asteroide padre de Bennu. Quizás este proto-Bennu sufrió impactos con otros cuerpos que aumentaron la temperatura de algunas zonas de la superficie lo suficiente para crear piroxeno. Los investigadores descartan esta posibilidad porque un impacto de este tipo habría destruido el asteroide. El descubrimiento de material exógeno en Bennu refuerza la hipótesis de que los asteroides han estado intercambiando material durante la historia del sistema solar. De hecho, la sonda Hayabusa 2 también ha encontrado rocas que parecen ser de asteroides de tipo S en el asteroide Ryugu, mientras que el propio Vesta o el asteroide Itokawa muestran rocas oscuras que podrían venir de asteroides similares a Bennu o Ryugu.

Situación de las rocas en Bennu (D. N. DellaGiustina et al.).

Para aprender más sobre Bennu deberemos esperar a que OSIRIS-REx regrese con las muestras de este asteroide en 2023, pero, a más largo plazo, podríamos estudiar asteroides del cinturón principal como Polana y Eulalia que parecen ser similares a Bennu y, por tanto, serían asteroides hermanos resultado de la desintegración del mismo cuerpo. Una misión de retorno de muestras de Vesta tampoco estaría mal. Está claro que desentrañar la historia de formación de los asteroides no va a ser un proceso sencillo. En otro orden de cosas, ya queda poco para que OSIRIS-REx intente recoger muestras del asteroide Bennu por primera vez (finalmente la región elegida ha sido la bautizada como Nightingale). Habrá que desearle suerte.

La zona Nightningale donde OSIRIS-REx intentará recoger muestras de Bennu en octubre (NASA).

Referencias:

  • https://www.nature.com/articles/s41550-020-1195-z
  • https://www.nasa.gov/feature/goddard/2020/bennu-vesta-meteorites


63 Comentarios

  1. Una pasaje de la historia de Musk escrita por Ashlee Vance para Bloomberg

    «A fines de Octubre de 2001, Elon Musk fue a Moscú a comprar un misil balístico intercontinental. Llevó con él a Jim Cantrell, una especie reparador de partes aeroespaciales internacionales y Adeo Ressi, su mejor amigo de Penn (2). Aunque Musk tenía decenas de millones en el banco, estaba intentando comprar un cohete a precio de ganga. Volaron en clase económica, mientras planeaban adquirir un misil restaurado, no uno nuevo. Musk se imaginaba que podría ser un buen vehiculo para enviar una planta o algún ratón a Marte.

    Adeo Ressi, un flacucho excéntrico, había pensando mucho sobre si su mejor amigo estaba comenzado a perder la cabeza e hizo su mejor esfuerzo para desalentar el proyecto. Acribilló a Musk con e-mails llenos de links con videos de cohetes rusos, europeos y norteamericanos explotando. Preparó conversaciones trayendo amigos de Musk para convencerlo de parar con eso de andar tirando dinero. Nada funcionó. Musk permaneció decidido a financiar un gran e inspiracional espectáculo espacial y gastaría toda su fortuna para hacerlo. Y así Ressi fue a Rusia para contener a Musk lo mejor que pudiera. “Adeo me llamaba a un lado para repetirme ‘Lo que esta haciendo Elon es insano. ¿Un gesto filantrópico? Eso es una locura’” contaba Cantrel. “Adeo estaba seriamente preocupado”.

    El grupo hizo unas pocas reuniones con compañías como NPO Lavochkin (3) que había fabricado sondas para Marte y Venus encargadas por la Agencia Espacial de la Federación Rusa (equivalente a la NASA), y también con Kismotras (4), un lanzador de cohetes comerciales basado en Moscú. Las citas parecían marchar siempre siguiendo el decoro ruso. Los rusos, quienes frecuentemente saltaban el desayuno, solían llamarlos para una reunión a las 11 a.m. en sus oficinas justo a la hora del aperitivo. Entonces se armaba una charla banal de una hora o más mientras los asistentes consumían bocadillos, salchichas y por supuesto, vodka. Después de la ingesta venía un largo período de café y cigarrillos. Recién cuando todas las mesas se despejaban, el ruso a cargo podría girarse hacia Musk y preguntar “¿Que está interesado en comprar?”. El resultado final no habría molestado tanto a Musk si los rusos se lo hubieran tomado más en serio. Ellos lo vieron como un novicio en materia espacial y no apreciaron su bravata tecnológica. “Uno de sus diseñadores principales escupió sobre mi y Elon porque creyó que estábamos diciendo estupideces” dijo Cantrell. El Equipo Musk retorno con las manos vacías.»

    1. Un escupitajo en trayectoria suborbital aceleró la tecnología espacial en décadas y cambió el curso de la Historia de la Humanidad.

      De paso, ese esputo selló el destino de la industria espacial rusa de lanzadores.
      Ni en un millón de años los ingenieros de Kosmotras podían imaginar de lo que «ese chico» era capaz, y que acababan de poner en movimiento unos engranajes que acabarían triturándolos. Despertar a un gigante dormido es peligroso.

      SpaceX salió de la nada, empezando de cero en 2002. Nació de un visionario con 100 millones de dólares y muchas ideas y un grupo de ingenieros con mucha ilusión y más talento.

      ¿A qué se dedican ahora los ingenieros rusos? A diseñar cohetes aplicando los principios y las ideas de Elon. El destino ama la ironía.

  2. Me imagino que en algun momento entre los 55 y 60 años, Musk ordenara enviar una flota de 10 Starship de gira por el sistema solar, 3 tripuladas y 7 de avituallamiento, al estilo von Braun.

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Por Daniel Marín, publicado el 27 septiembre, 2020
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