¿Vida en la atmósfera de Venus? El misterio del fosfano en el planeta gemelo de la Tierra.

Por Daniel Marín, el 14 septiembre, 2020. Categoría(s): Astronomía • Venus ✎ 226

¿Puede haber vida en la atmósfera de Venus? A primera vista, esta idea es una locura. Con una temperatura constante —noche y día— de unos 470 ºC, nubes de ácido sulfúrico y una presión atmosférica superficial de 93 bares, Venus es un infierno. De hecho, es difícil imaginar un ambiente más hostil para la vida. Y, sin embargo, a 55 kilómetros de altura, justo sobre la capa de nubes de ácido sulfúrico, las condiciones son muy benignas. Tanto que uno de los lugares más favorables a la vida tal y como la conocemos es, paradójicamente, la alta atmósfera de Venus. La hipótesis de que pueda existir vida microbiana en Venus parecía sin embargo ser muy poco probable, como mucho un ejercicio interesante de imaginación. Pero todo ha cambiado hoy con el anuncio del descubrimiento de fosfano (PH3) en la atmósfera de Venus. El fosfano es un compuesto considerado biomarcador, esto es, podría estar siendo creado por microorganismos. Vale, ¿pero es un descubrimiento tan importante? Al fin y al cabo, seguro que hay muchos mecanismos para producir fosfano de forma abiótica, ¿no? Pues no, ninguno. O, mejor dicho, ninguno que logre explicar la abundancia de fosfano detectada. Y eso es lo que ha hecho saltar todas las alarmas.

Venus visto por la sonda japonesa Akatsuki (JAXA/ISAS/DARTS/Damia Bouic).

Pero antes de entusiasmarnos demasiado, retrocedamos un poco para entender el asunto. Las condiciones benignas de la alta atmósfera de Venus llevaron a los investigadores Harold Morowitz y Carl Sagan a proponer en una fecha tan temprana como 1967 la posible existencia de microorganismos en esa zona del planeta. La idea era curiosa, pero cuando se confirmaron las brutales condiciones de la superficie de Venus, principalmente gracias a las sondas soviéticas Venera, fue rápidamente aparcada. Nadie esperaba seriamente que Venus tuviese vida en la parte alta de su atmósfera cuando la superficie era un infierno. Sin embargo, en las últimas décadas la hipótesis ha ido ganando poco a poco en popularidad. ¿La razón? Ahora sabemos que quizás Venus fue habitable hasta hace relativamente poco tiempo (puede que sea un horno desde hace solo unos cientos millones de años). Si Venus tuvo océanos, a lo mejor tuvo vida. Y si tuvo vida, es posible, aunque muy poco probable, que algunos microorganismos hayan logrado sobrevivir en su alta atmósfera. Por otro lado, el interés en este mundo ha aumentado porque ahora se sabe que existen muchos exoplanetas que podrían ser similares a Venus. ¿Cómo distinguir si un planeta rocoso es un oasis como la Tierra o un desierto yermo como Venus? Dependiendo del caso, no podemos —la definición de zona habitable es muy ambigua—, de ahí la necesidad de entender mejor al «gemelo de la Tierra» para luego poder identificar posibles exotierras más eficazmente.

Moléculas de fosfano en Venus (ESO/M. Kornmesser/L. Calçada & NASA/JPL/Caltech).

Pero, si hay vida microbiana en Venus, ¿cómo lo podríamos confirmar? Lo opción más directa es enviar una sonda. Lamentablemente, Venus es el gran olvidado de la exploración del sistema solar y hace décadas que ninguna nave aterriza sobre él (aunque sí se han enviado orbitadores, como Venus Express de la ESA o Akatsuki de la agencia japonesa JAXA, que todavía sigue activo). Otra forma más barata, pero también más ambigua, es intentar detectar algún biomarcador en la atmósfera desde los observatorios de la Tierra. Los biomarcadores son sustancias asociadas con los seres vivos en la Tierra que, por separado, no son una prueba concluyente de la presencia de vida, pero que en conjunto sí que pueden permitirnos afirmar que la existencia de alguna forma de vida puede ser muy probable. Ejemplos de biomarcadores son el agua, el oxígeno y el ozono o el metano. ¿Y el fosfano? Esta sustancia tóxica y maloliente está entre las últimas que asociaríamos con la vida (por cierto, fosfina es la denominación antigua y la IUPAC recomienda no usarla, pero si no nos gusta el término fosfano, siempre podemos recurrir a «trihidruro de fósforo»). Pero recientemente, varios grupos de investigadores han apostado por el fosfano como biomarcador por ser un compuesto asociado a formas de vida en la Tierra y no existir ningún mecanismo geológico conocido capaz de crearlo en grandes cantidades.

Modelo de la atmósfera de Venus con el ciclo de vida de posibles microorganismos (Royal Society).

En efecto, el fosfano podría ser un biomarcador directo e inequívoco, a diferencia de los otros mencionados anteriormente. En la atmósfera de la Tierra el fosfano se encuentra en pequeñas cantidades a nivel global —del orden de partes por trillón—, pero ha sido generado por microorganismos (o por acción del ser humano). El fosfano es un biomarcador tan reciente que suele omitirse en la mayoría de referencias sobre el tema, aunque algo me dice que esto va a cambiar rápidamente. «Pero un momento, ¿acaso no se ha detectado fosfano en Júpiter y otros planetas gigantes? ¿Esto quiere decir que hay vida allí?», puede objetar algún lector avispado. Pues sí, hay fosfano en los planetas gigantes, y mucho, pero se ha formado en el interior de atmósferas reductoras a altísimas temperaturas y presiones (una atmósfera reductora es aquella en la que los compuestos con hidrógeno dominan sobre los compuestos con oxígeno). En un planeta rocoso no se pueden dar estas condiciones —no, ni siquiera en la superficie de Venus—, pero es que además la presencia de oxígeno destruiría rápidamente —en tiempo geológico, se entiende— cualquier cantidad apreciable de fosfano. Es por eso que todo el fosfano en la atmósfera terrestre ha sido creado a través de actividad biológica. «Bueno, pero no hay oxígeno en Venus, ¿no?». Efectivamente, aunque no hay grandes cantidades de oxígeno libre, la atmósfera de Venus es fuertemente oxidante. El fosfano debería desaparecer rápidamente en estas condiciones, así que, además de un mecanismo capaz de crearlo en primer lugar, necesitamos que también pueda mantener esas concentraciones estables en el tiempo.

No, esto no es lo que genera el fosfano en Venus (imagen de la película soviética «El planeta de las tormentas» de 1962, ambientada en Venus).

Pero el fosfano solo puede ser un buen biomarcador si es posible detectarlo. Para ello, un equipo de investigadores liderado por Jane Greaves decidió observar Venus con el objetivo de poner un límite superior a la presencia de fosfano en su atmósfera. Es decir, no esperaban encontrar este compuesto, pero la resolución de las observaciones les permitiría afinar el grado de resolución espectral necesario para conseguir la detección de esta sustancia en un planeta rocoso. Con este objetivo en mente, Greaves y sus colegas observaron el planeta vecino con los radiotelescopios ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), situado en Chile, y el JCMT (James Clerk Maxwell Telescope) en Hawái. Ambos observatorios trabajan en el rango milimétrico del espectro, donde se puede observar una de las firmas espectrales de la molécula de fosfano (a 1,123 milímetros de longitud de onda, para ser precisos). Las observaciones se realizaron en junio de 2017 usando el JCMT y en marzo de 2019 con la red ALMA. Para su sorpresa, descubrieron fosfano en la atmósfera de Venus. Los resultados se acaban de publicar hoy en un paper de Nature Astronomy.

La línea del fosfano en Venus detectada por el observatorio JCMT (Greaves et al.).
La línea observada con ALMA (Greaves et al.).
La firma espectral de los dos observatorios. En blanco la línea de absorción detectada por ALMA (ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), Greaves et al. & JCMT (East Asian Observatory).

La primera cuestión que cabe plantearse es hasta qué punto es un descubrimiento fiable. Las líneas espectrales de las atmósferas planetarias no son sencillas de observar desde la Tierra y es fácil confundirse con las líneas de otros compuestos y elementos, algo que ya pasó con el metano marciano al ser estudiado desde observatorios terrestres. Y, efectivamente, el equipo de Greaves pensó al principio que se trataba de «contaminación» procedente de la línea del dióxido de azufre, por lo que, para salir de dudas, realizaron más campañas de observación con ALMA. La línea de absorción espectral del fosfano medida es compatible con una capa de esta sustancia situada entre 53 y 61 kilómetros de altura, en la capa media o en la capa superior de las nubes de Venus, donde la temperatura es de unos 30 ºC y la presión atmosférica es de 0,5 bares. Eso sí, nada impide que el fosfano esté también presente a mayor profundidad y que luego suba a las capas más altas. El fosfano se ha observado en latitudes medias y no se ha detectado en los polos del planeta, mientras que las concentraciones en el ecuador son más bajas.

Diferentes contribuciones al espectro de fosfano según la latitud. No se observa señal en los polos (ESA/Jane Greaves).

Todo esto está muy bien, pero ahora viene la cuestión más importante. ¿De qué cantidades estamos hablando? Uno de los secretos mejor guardados de la espectroscopía es que resulta muy, pero que muy difícil, calcular las abundancias reales de los elementos y compuestos a partir de sus líneas espectrales obtenidas a distancias astronómicas. En este caso, la cantidad estimada por el equipo de Greaves ronda las 20 partes por mil millones (20 ppb), aunque, lógicamente, la incertidumbre es importante. La cifra es muy sugerente porque, aunque en términos absoluto es muy poco, estamos hablando de mucha cantidad para un gas tan poco frecuente como es el fosfano, pero, por otro lado, tampoco se trata de un volumen tan grande que resulte imposible de explicar invocando la existencia de microorganismos que habiten las nubes de Venus.

El mecanismo de producción fotoquímica del fosfano no logra explicar la cantidad observada (Greaves et al.).

Y ahora viene el plato fuerte. Los investigadores han intentado explicar la presencia de fosfano invocando mecanismos abióticos, es decir, aquellos en los que la vida no juegue ningún papel. Sin éxito hasta el momento. El único mecanismo abiótico digno de mención es la formación fotoquímica a partir de fósforo y luz ultravioleta del Sol. Incluso dejando a un lado la naturaleza desconocida de la fuente de fósforo original en este caso, este mecanismo se queda corto en cuatro órdenes de magnitud a la hora de explicar la concentración de fosfano detectada. Otros mecanismos geológicos conocidos —como el escape de depósitos subterráneos, volcanes o rayos— y la aportación de este compuesto por parte de meteoritos ni siquiera se consideran relevantes para explicar el ritmo actual de creación de fosfano (los rayos solo lograrían explicar una diezmillonésima parte del fosfano, mientras que la actividad volcánica debería ser, como mínimo, doscientas veces superior a la actual para explicar la concentración medida; por su parte, los meteoritos son una fuente completamente despreciable, salvo que haya habido un impacto gigantesco reciente hace poco, algo que los mapas geológicos no muestran por ningún lado). Naturalmente, bien podrían existir mecanismos abióticos desconocidos. De hecho, es lo más probable si usamos el principio de la navaja de Occam. Por eso el equipo de Greaves propone como explicación a este misterio la presencia de algún proceso geoquímico o fotoquímico no conocido que esté generando grandes cantidades de fosfano, aunque actualmente no se conozca ninguno. Ni que decir tiene, a partir de hoy serán muchos los investigadores que intentarán dar con algún proceso de este tipo.

Posible mecanismo abiótico de formación del fosfano (Greaves et al.).
Detalle de los mecanismos abióticos de formación del fosfano (Greaves et al.).

Vale, puede haber vida, ¿pero conocemos organismos capaces de generar fosfano? Sí y no. Me explico: en la Tierra existen bacterias anaeróbicas que aparentemente generan fosfano directamente (así como procesos industriales humanos, pero no los tenemos en cuenta por motivos obvios). Eso sí, los procesos de producción de fosfano por parte de microoganismos terrestres no se conocen nada bien y hay teorías que sugieren que estos procesos no serían directos (es decir, necesitarían de muchas otras sustancias o materiales que no están presentes en las nubes de Venus). Está claro que para saber si existe vida en Venus primero deberemos asegurarnos de que entendemos los mecanismos de producción de fosfano de las bacterias terrestres. Otro escollo que debe superar la hipótesis de vida en Venus es cómo puede sobrevivir un ecosistema de microorganismos que esté permanentemente flotando en las nubes. En la Tierra se han detectado bacterias a más de cuarenta kilómetros de altura, pero por el momento no se ha demostrado que haya microorganismos capaces de sobrevivir a esa altura sin interacción con las capas más bajas o la superficie. Y hablamos de nuestro planeta, un mundo que es claramente habitable. También es cierto que las nubes en Venus son prácticamente permanentes, mientras que en la Tierra tienen una vida media relativamente corta. Por otro lado, la distribución del fosfano detectado en Venus —abundante en latitudes medias, escaso en el ecuador y ausente en los polos— cuadra con los modelos que tenemos de la alta atmósfera de Venus, dominados por las células convectivas de Hadley. Según este modelo, el ambiente más favorable para unos hipotéticos microorganismos serían precisamente las latitudes medias, con tiempos de circulación de entre 70 y 90 días.

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La superficie vista por la Venera 10 (Ted Stryk).

El ciclo biológico de las hipotéticas bacterias venusinas sería el siguiente: las bacterias vivirían dentro de las gotas de ácido sulfúrico entre 50 y 60 kilómetros de altura. Sí, dentro del ácido. Aunque el ácido sulfúrico es un ambiente muy hostil —¿quién lo diría?—, hay bacterias terrestres que aguantan pH muy bajos y, además, es más fácil para la vida sobrevivir en un medio líquido. Las gotas de ácido sulfúrico con bacterias chocarían entre sí y, con el tiempo, se harían más grandes y caerían, pero no a la superficie. La enorme temperatura de la atmósfera inferior evaporaría las gotas, dejando atrás las bacterias en forma de esporas muy resistentes flotando en una neblina inferior. Tiempo después, corrientes de viente volverían a llevar estas esporas hasta la capa de nubes de ácido sulfúrico, donde volverían a reanudad su actividad biológica. Las bacterias serían obviamente anaeróbicas y generarían fosfano como parte de su metabolismo. ¿Es posible una forma de vida de este tipo? Quién sabe. Ayer esta era una hipótesis que casi era pura ciencia ficción, hoy ya no tanto.

La cápsula DAVINCI desciende por la atmósfera de Venus (NASA).
La propuesta de cápsula DAVINCI+ desciende por la atmósfera de Venus (NASA).

Resumiendo, ¿quiere decir esto que hay vida en Venus? Rotundamente, no. Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Hacen falta muchas más observaciones para confirmar estos datos. Sobre todo, es prioritario medir bien la abundancia real del fosfano en la atmósfera de Venus. La viabilidad de los mecanismos abióticos propuestos o por proponer dependen de si son capaces de igualar las concentraciones de fosfano detectadas, que bien podrían ser muy diferentes en la realidad. Para lograr este objetivo sería recomendable enviar una o varias sondas atmosféricas a Venus (como la misión DAVINCI+). Estas sondas —equipadas con espectrómetros de masas y, quizás, microscopios— servirían además para determinar con precisión las características de la atmósfera venusina usando instrumentos modernos. Precisamente, una de las fuentes de incertidumbre es el tiempo que puede permanecer el fosfano en la atmósfera de Venus antes de ser destruido. El equipo de Greaves calcula que este tiempo es con toda seguridad inferior a mil años, aunque probablemente sea mucho menor (de todas formas, este tiempo de vida sería superior al que vemos en la Tierra), pero el cálculo preciso depende de la incertidumbre en las condiciones atmosféricas de Venus. Este parámetro es esencial porque cuanto mayor sea la vida media del fosfano en Venus, más sencillo será explicar su presencia por medios abióticos (siempre y cuando los investigadores den con alguno). Por último, es necesario entender mucho mejor los mecanismos de producción de fosfano por los microorganismos terrestres para valorar plenamente la importancia del fosfano como biomarcador.

Proyecto de sonda-globo venusino Calypso para estudiar la atmósfera del planeta justo donde se encuentra el fosfano (NASA).

A partir de hoy, al misterio del metano marciano se suma el del fosfano venusino. A diferencia del metano del planeta rojo, por el momento no conocemos mecanismos químicos o geológicos que expliquen la presencia de fosfano en Venus. Pero también es cierto que Venus es un lugar mucho más hostil que Marte, incluso en la actualidad. No cabe duda de que no existe mejor excusa para lanzar por fin una misión que explore la atmósfera de Venus como la Venera-D de Rusia o los recientes proyectos de sondas de NASA y ESA que no han logrado ser aprobadas, así como la última propuesta de Rocket Lab, aún por concretar. Una consecuencia de este descubrimiento es que las propuestas que incluyan sondas atmosféricas a Venus se van a ver reforzadas frente a otras que hagan uso de orbitadores o sondas de superficie. Y ya que estamos, ¿por qué no volar por Venus usando un dirigible tripulado como el del proyecto HAVOC?). Más que nunca, Venus se merece nuestra atención.

Dirigibles tripulados en la alta atmósfera de Venus del proyecto HAVOC (NASA).

Referencias:

  • https://www.nature.com/articles/s41550-020-1174-4
  • https://www.eso.org/public/archives/releases/sciencepapers/eso2015/eso2015a.pdf
  • https://www.eso.org/public/news/eso2015/
  • https://www.nature.com/articles/2151259a0
  • https://arxiv.org/pdf/2007.00105.pdf
  • https://arxiv.org/pdf/2008.01888.pdf
  • https://arxiv.org/abs/1910.05224
  • https://arxiv.org/pdf/2008.08620.pdf
  • https://arxiv.org/pdf/2008.12821.pdf


226 Comentarios

    1. Aunque la Tierra tiene mucho más oxigeno que acaba con el fosfano…pero si es un dato muy revelador…yo estoy extasiado con la noticia y el futuro de las próximas sondas a Venus…

      1. Yo también estoy extasiado, pero en otro orden…

        Me pregunto cómo de grande y sensible (o sea, cuántas antenas y de qué tamaño) debería ser un interferómetro milimétrico para poder captar la señal de PH3 de un exoplaneta cercano.

        Ahí sí que entraría yo en paroxismo!!!… lamentablemente creo que la intensidad de la señal sería tan pequeña que casi hablamos de ciencia ficción. Si mal no recuerdo, para la detección de agua se hablaba del entorno de nanojansky…. una pena. Esto sería mucho más difícil.

        1. Aquí:
          «Conclusion: State of the art (sub)millimeter arrays require a 1-3 order of magnitude improvement
          in sensitivity to allow for the direct detection of nearby exoplanets within reasonable observational
          constraints. An interferometer with 40,000 12 m antennae could make 3σ detections of water lines in
          Hot Jupiters at distances less than 25 pc in a single day of observation.»

          https://www.astro.rug.nl/~oberg/submillimeter_search_water.pdf

  1. Aunque la Tierra tiene mucho más oxigeno que acaba con el fosfano…pero si es un dato muy revelador…yo estoy extasiado con la noticia y el futuro de las próximas sondas a Venus…

    ouch error en el nombre…

  2. Genial artículo!
    Lo leí en el país y vine corriendo al blog a ver si Daniel había publicado 🙄
    Hemos de tener la mente muy abierta con respecto a difernetes formas de vida, ya que no somos los únicos aquí en la Tierra, la vida siempre se abre paso.
    No conocemos todos los procesos químicos abioticos ni bioticos, nos queda mucho por aprender😏

  3. Me apabulla el asunto de la vida extraterrestre.
    No pocas misiones se piensan, planean y ejecutan con este objetivo. Determinar si hubo o hay vida fuera de la Tierra.
    Y no me parece un tema para nada menor.
    Pero me resulta que en los últimos años tiene cada vez una gravitación demasiado relevante en comparación con otros temas de investigación en el cosmos.
    Supongamos que pasa una nave alienígena. Van de vuelta al terruño luego de una misión de exploración viajando a taquiones y todo eso que nos resuelve la ciencia ficción.
    Paran a recoger un poco de agua, nos saludan y nos dice:
    -Miren, ya estamos volviendo para las casas. Les comentamos, a 900 años luz de ustedes en todas direcciones, no hay otra vida que la de este planeta. Están en el medio de un páramo absoluto.
    -Y ahora sí, bueno, mucho gusto, nos despedimos y seguimos viaje.
    Luego de que volvemos a calzarnos la mandíbula, cerrar la boca, y darnos por enterados de que sí hay vida en el universo, que además es inteligente y que son más que avanzados que nosotros, etc. etc.
    ¿Qué otros proyectos o misiones pensaríamos que podrían interesar al ya descartar de seguir enviando experimentos buscando vida por el vecindario cercano?
    Billeteras duras de abordar para misiones, no sé, geológicas o estudios de la atmosfera venusina, de pronto cederían más fácilmente para ir a buscar vida, no?
    Es ‘El objetivo’ necesario para que por arrastre se puedan hacer de paso otro tipo de estudios que de otro modo su financiamiento no sería probable o bastante más dificultoso de obtener.
    Y me voy a vigilar si hoy tenemos o no reventón SN 7.1.

    1. En mi caso no me asombra. Estoy esperando eso desde niño. La educacion religiosa que me impartio la sociedad, mi madre y el colegio (laico) no me hizo mella. Siempre supuse que la «materia inorganica» tenia propiedades que le permitian formar vida, y que la vida no era nada magico. No he tenido motivos para cambiar de idea.

  4. 10 de diciembre de 1984. Baikonur. Unión de Repúblicas Socialistas Sovieticas (URSS). 03:15 de la madrugada.

    Alekséi Grachov estaba contento. Por fin había logrado tener un trabajo donde siempre deseó tenerlo, en Baikonur, el espaciopuerto soviético. Cierto que era un puesto menor, auxiliar de descontaminación en la sala blanca de las sondas planetarias, y que le debía el puesto a lo bien que se lleva su tía Irina con el camarada subjefe adjunto de la sección de mantenimiento y limpieza del cosmódromo, pero eso era lo de menos. Lo importante era estar ahí, en el lugar donde se estaba marcando la diferencia, donde se escribían las más gloriosas páginas de la conquista humana del cosmos. Y lo están haciendo ellos, los soviéticos, orgullosos ciudadanos del paraíso del proletariado. Para muestra, la sonda Vega 1 que esperaba tranquilamente en el centro de la sala blanca a que terminasen todos los controles y protocolos para ser instalada en la cofia del cohete que en apenas 5 días la mandaría al espacio para visitar el cometa Halley y dejar caer un aterrizador en el planeta Venus. Un nuevo triunfo de la tecnología espacial de la URSS y una nueva humillación para esos malditos capitalistas occidentales, pensó Alekséi con una sonrisa mientras empuja sus instrumentos de descontaminación, una fregona y un cubo lleno de agua con lejía, al interior de la sala.

    Sí, Alekséi estaba contento, pero lo estaría más todavía si no tuviera el estómago un poco revuelto desde un rato después de cenar. A lo que se veía, la sopa shchi de la cantina no estaba del todo lograda, la carne tenía un sabor raro y las coles no parecían muy frescas. Quizás las habían recogido del huerto que Boris, el cocinero-jefe, había apañado en una parcela abandonada junto a los depósitos de keroseno del cosmódromo… Lo que fuera no le había sentado demasiado bien y…

    Alekséi tuvo el tiempo justo para llegar corriendo al retrete del fondo, bajarse los pantalones y los calzoncillos en una única y prodigiosa maniobra y sentarse en la taza solo un segundo antes de irse por la pata abajo. “Por los pelos”, suspiró aliviado, mientras un aroma nauseabundo, como a ajos podridos en escala industrial, se extendía por el pequeño cuartucho. Menos mal que estaba solo.

    Pero Alekséi no tardó en darse cuenta de que eso último era un problema: el rollo de papel higiénico estaba en las últimas, casi no había suficiente para limpiarse y no había nadie al que pedirle que trajera otro del baño de la oficina de ingenieros. “Mierda”, masculló, “mira que les dijimos a los del economato que trajesen más, pero nos informaron que los rollos estaban contados y que hasta el próximo Plan Quinquenal no había previsión de producir todo el que precisaban 285 millones de culos soviéticos”. De hecho, el poco papel que quedaba, apenas un par de rasposas hojas, ni siquiera era ruso sino español: “Papel higiénico El Elefante. Producto patentado”, rezaba el envoltorio que alguien había dejado en la papelera. Es lo bueno de que tu madre se casara con un exiliado republicano español, ya algo mayor y viudo, que aprendes un idioma muy útil para cuando visitas Cuba.

    Menos mal que para este tipo de contingencias Alekséi siempre llevaba unas páginas sueltas del “Pravda”, siguiendo en esto el consejo de su padre: “Hijo, si en España durante la posguerra se usaba para esto las secciones de política nacional de “Arriba” y de “El Alcazar”, nosotros no vamos a ser menos”. El problema era que el papel en el que se imprimía el medio de expresión del Kremlin no era demasiado bueno y se deshacía con facilidad…

    Con una mueca de asco, Alekséi se preguntó dónde podría limpiarse la mano y lo que todavía quedaba pegado en el culo. Entonces reparó en el cubo y el mocho que había dejado junto a la sonda. Así que con la mano limpia tiró de la cadena y, con los pantalones bajados, avanzó a saltitos hasta la sala limpia. Del rastro que iba quedando detrás suyo por culpa de los restos de la diarrea agitados por los saltos ya se ocuparía luego.

    “Por fin estoy limpio”, se dijo Alekséi unos minutos después, mientras recomponía su vestimenta de forma algo digna. Siempre conviene tener a mano agua, lejía y una fregona. Y el “Pravda”. Fue entonces cuándo se dio cuenta de que en un lateral del módulo de descenso en el que había apoyado la mano sucia sin darse cuenta. “Bueno“, se dijo, “no pasa nada, un mochazo y listo”. El que el agua del cubo la hubiera usado para limpiarse no importaba demasiado, ya que la lejía podía con todo.

    Una vez todo arreglado, Alekséi miró satisfecho su acción de limpieza y descontaminación. No dejó de maravillarse de nuevo con la sonda Vega 1. Le habían prometido que podría asistir al lanzamiento y no pensaba perdérselo. No todos los días se mandaba una sonda a un cometa y a Venus.

    Lunes, 14 de septiembre de 2020. Moscú. 10:00 horas.

    Alekséi Grachov estaba contento. Su primera semana como flamante jubilado de Roscosmos no podía haber tenido mejor comienzo: ya se había dado a conocer el primer prototipo del TEM, el remolcador nuclear ruso y encima le había tocado en un sorteo en el hipermercado una semana de vacaciones en San Petersburgo a pensión completa. Sería cuestión de preparar la maleta. Pero eso luego, pues mientras se tomaba un café con leche y una rebanada de pan con mantequilla se puso a darle una ojeada a las noticias en su nuevo móvil Huawei. Le había costado la mitad de su último sueldo, pero era una chulada de aparato.

    “Científicos descubren fosfeno en la alta atmósfera de Venus”, decía la portada del Russia Today. “Se trata de un biomarcador que apunta a la existencia de microorganismos similares a los presentes en el aparato digestivo de muchos mamíferos, el ser humano incluido.”

    Alekséi no hizo mucho caso de la noticia. Seguro que era propaganda occidental. Apuró el café y se dispuso a preparar la maleta para sus vacaciones en San Petersburgo. Mientas avanzaba por el pasillo camino de su cuarto, le vino a la cabeza lo ocurrido en la sala blanca de la Vega 1 tantos años atrás. Alekséi se encogió de hombros, se olvidó del asunto y se puso a elegir la ropa.

    1. Donde dice:

      “ Fue entonces cuándo se dio cuenta de que en un lateral del módulo de descenso en el que había apoyado la mano sucia sin darse cuenta”

      Debería decir:

      ” Fue entonces cuándo se dio cuenta de que en un lateral del módulo de descenso en el que había apoyado la mano sucia sin darse cuenta había quedado un rastro“

      Cosas del teclado de pantalla….

      1. Me he descojonado con Alekséi. El año pasado lo vi por la playa de Cambrils con los nietos. Colgaban de la sombrilla unas tiras de papel del País. Qué previsor sigue siendo este hombre 😉

  5. » (por cierto, fosfina es la denominación antigua y la IUPAC recomienda no usarla, pero si no nos gusta el término fosfano, siempre podemos recurrir a «trihidruro de fósforo»)

    Mientras no lo llames fosgeno.

    El fosfano, fosfina o trihidruro de fosforo… es el compuesto que utiliza Walter White en el primer capitulo para librarse de dos narcos. Y en el doblaje en español lo tradujeron como «fosgeno».

    En la serie original hay un gran respeto por la quimica, pero en la traduccion no.

  6. Una gran noticia!! Pareciera que el único mecanismo capaz de producir fosfano en Venus es biológico!! Si el gemelo de la Tierra tiene vida creo que debe ser de un solo tipo muy rara y extrema, muy parecida a las primitivas arqueas. Si existe esa maravillosa fortuna, yo propongo que le den el nombre de Afrodita.

  7. Os dejo aquí también la noticia, vista desde el observatorio ALMA
    https://www.almaobservatory.org/es/comunicados-de-prensa/detectado-un-posible-marcador-de-vida-en-venus/
    Si no lo he entendido mal, es la primera «imagen» de Venus tomada por ALMA, con un diámetro de 15.36 segundos de arco, aunque Venus es tan brillante que han tenido que descartar las líneas de base más cortas entre antenas (las que te dan un panorama más global y no sólo de detalle), así que no está claro que los contrastes que se vean ahí sean reales, sobre todo en los bordes (creo, no entiendo bien el tema)

  8. Cómo era la tierra hace 4000 millones de años. Cuando se cree que surgió la vida. ¿Era un infierno con ácido sulfúrico y altas temperaturas?
    No he visto ningún documental de los microorganismos que viven en la atmósfera y altas alturas. Eso me pone triste y me indigna. Hay tanto que descubrir … si alguien conoce de algún documental sobre dichos microorganismos, agradecería un enlace.
    Lo primero sería entender mejor cómo funcionan los organismos terrestres.
    Luego añadiría más marcadores y ver si coinciden en proporción posible.
    Mi primera especulación es pensar en la contaminación biótica. Hemos exportado seres vivos a Venus. Seres vivos pueden colarse durante el viaje a Venus y quizás sobrevivir. La URSS con el programa Venera, ha enviado bastantes sondas. Creo que hay un powerpoint de enviar próximamente una sonda en los próximos años por parte de Rusia.
    En fin … fascinante. Y si tuviera que apostar a que existe vida, sería vida exportada de la tierra. Lo cual no lo veo como una desgracia, sino como un hecho interesante y esperanzador.

        1. Bueno, creo que la mayoría coincidiremos en que la explicación abiótica desconocida es la explicación más razonable.Creo que sabemos muy poco que los microorganismos de nuestra atmósfera.

      1. Que conste que si tuviera que dar un porcentaje a la probabilidad de que se trate de vida, con los datos actuales es de :(1*10^-30)%
        No hay vida en Venus. Ahora toca saber cómo se formaron esas moléculas de manera abiótica.

  9. Pues ya puede el CNES francés desempolvar el proyecto de sonda Eos (https://danielmarin.naukas.com/2011/03/01/el-primer-globo-en-otro-mundo/) para lanzarla con la cápsula de descenso de la Venera-D rusa (tal como se proyectó dentro del programa VeGa soviético de 1984); pudiendo incluso montar el aerostato en la UVML/Fregat-M, como se planteó con el MetNet para la Phobos-Grunt rusa de 2011 (https://danielmarin.naukas.com/2009/05/13/metnet-mpm-espana-en-marte/).

    O plantear una misión conjunta con Japón para utilizar un diseño basado en la vela solar nipona IKARUS de 2010 (https://danielmarin.naukas.com/2010/12/13/venus-akatsuki-y-dos-velas-solares/) en aproximación directa, dotado de varios aerostatos-ballute (https://danielmarin.naukas.com/2017/10/12/una-sonda-para-aterrizar-en-pluton/) que estudien la atmósfera de Venus. Los cuales podrían utilizar los orbitadores japonés Akatsuki de 2010, indio Shukrayaan-1 para 2023 y ruso Venera-D para 2029; con el fin de retransmitir los datos a la Tierra.

      1. Pochimax ¿aun no te haz leído el blog completo de Daniel?

        Eso tiene delito jejejeje…no en serio te lo recomiendo…me acuerdo en el formato antiguo que cada entrada en la parte de abajo recomendaba siempre otras 3 relacionadas…una buena forma para recuperar la memoria Eurekiana 😉

        PD: GM deberías trabajar para la ESA…

        1. Todavía me duele la pérdida de las Entradas Relacionadas.

          ¿Recuerdas aquella raya vertical abismal que bugueaba la sección de comentarios de algunas entradas tras el estreno del «formato Android»?

          Visualmente, la raya nacía en las Entradas Relacionadas. Sospecho que era una especie de prolongación defectuosa de las Entradas Relacionadas.

          Dejó de ocurrir cuando las Entradas Relacionadas fueron eliminadas, y no creo que sea mera casualidad. Supongo que la función Entradas Relacionadas conflictuaba con el nuevo formato gráfico y la solución más simple (quizá la única) fue eliminarla.

          1. Pues si, si me acuerdo, vaya aquella raya infinita que no dejaba leer los comentarios…había que bajar al inframundo para encontrarlos jeje…

            La verdad es que es una pena que desaparecieran las entradas relacionadas eran todo un sistema de seguir aprendiendo más sobre cualquier tema…

          2. PD: Y del gran cataclismo comentaril….que se llevo por delante cientos de comentarios en las entradas antiguas…

            Nos estamos poniendo viejos junto a Eureka jejeje…

          3. El Chasquido de Thanos 😀

            Todos o la inmensa mayoría de los comentarios perdidos se recuperaron… eso es lo que visto contando comentarios en modo «navegación casual», que ni de coña me mandé la ímproba gesta épica de una comprobación sistemática completa de TODAS las entradas 😉

            Lo que me parece que no se recuperaron fueron los pingbacks/trackbacks perdidos, que antes no se listaban en la sección de comentarios, tenían una sección aparte. Pero tampoco es que alguien los vaya a extrañar 🙂

  10. La vida de Venus podría ser como la de «espanto en las alturas», novela corta muy recomendable del gran Arthur Conan Doyle, creo recordar que se mencionó este escritor hace poco en el blog. Tendrían que tener un poco de cuidadín las sondas.

  11. Gracias Daniel por poner negro sobre blanco esta noticia que bulle en algunos medios de comunicación de forma desordenada y sensacionalista. Gracias, en definitiva, por dar justa medida a este gran hallazgo…

    Siempre he tenido la sensación de que Venus estaba siendo marginado por la astrobiología en beneficio de otros destinos más atractivos como Marte, Europa o Encelado. La Unión Soviética, con determinación de hierro y su conocida audacia, consiguió una de las gestas más importantes de la carrera espacial posando en la superficie de Venus algunas Venera. Gracias a una de ellas tenemos esa foto real de su superficie… Constatada la hostilidad del medio, el interés por este planeta pareció diluirse. Menos mal que el olvido no fue total y la Humanidad, mejor si actúa colaborando mancomunadanente, queda convocada ahora a hacer realidad alguna de esas misiones, que apunta Daniel en su artículo, para saber si nuestros ‘primos venusinos’ existen de verdad. Ese hallazgo sería un hito que cambiaría nuestra concepción de la existencia misma, a caballo entre lo científico y lo filosófico…

    Luego entraríamos en la cuestión de si es vida ‘surgida’ allí o un producto más de la panspermia. Pero esto ya es otro (apasionante) tema.

    1. Recomiendo ver en You tube la última entrega de ‘Date un Vlog’ del físico Javier Santaolalla (sobreactúa un poco, pero es un tipo ameno y didáctico) en la que entrevista a Sergio Martín del observatorio Alma. Se explica muy bien de qué estamos hablando…

  12. En mi opinión esto que dice Daniel: «está claro que para saber si existe vida en Venus primero deberemos asegurarnos de que entendemos los mecanismos de producción de fosfano de las bacterias terrestres», es falso. Ya que: podríamos conocer perfectamente cómo algunas bacterias en la Tierra generan fosfano como parte de su metabolismo; pero ello no tendría necesariamente que implicar la existencia de esa vida bacteriana en la alta atmósfera de Venus.

    1. No coincido con tu opinión.
      Doy por hecho de que no hay vida y la generación del trihidrógeno de fósforo es abiótico. Conocer su funcionamiento en la tierra, permitirá conocer cómo pudo crearse en Venus. Unas condiciones atmosféricas de presión, temperatura y concentración podrían darse en Venus y no en la tierra.

      Por cierto la IUPAC dice expresamente que fosfina no está aceptado:
      https://rseq.org/wp-content/uploads/2018/09/2-NormasIUPAC.pdf
      Página 5 tabla 4.

      1. Policarpo, como no has podido comprender mi comentario (que, la verdad, era bien sencillo), me gustaría que no volvieses a entrar en mis hilos.

        1. Que conste que pienso que tu comentario es verdadero, pero considero que poco probable.
          1000 disculpas.Entiendo que mi ignorancia es vergonzosa, así como mi capacidad de entendimiento y por no hablar de mi comprensión lectora. Lo siento de veras.

          Un cordial saludo.

          1. No es nada personal; sólo que soy demasiado viejo para enredarme con los malentendidos en que caiga la gente ante algo que yo dije.
            Esto no va a cambiar, al contrario: cada vez irá a peor. Cuantos más se malmetan en mis hilos, supongo que (todavía) menos diplomático seré.

  13. Genial articulo Daniel, hoy me pase el día aislado de las noticias de este mundo( y de los demás) cuando entre en casa, mi cerebro solo llegó a procesar tres de las palabras que salían de las noticias en la tele: biomarcador, descubrimiento y Venus. Automáticamente mi reacción fue acudir a mi primera fuente de información en estos temas.. Este blog… Y como siempre nunca decepcionas, muchisimas gracias por tu diligente trabajo, ojalá este sea un día y un articulo historico

  14. Muy interesante cómo es habitual. O hay vida -descubrimiento del siglo por lo menos aunque solamente fueran bacterias, incluso bacterias de algún modo no surgidas en Venus-, o hay una química muy interesante. Muchos preferimos que fuera lo primero.

    A ver si así alguno de esos planes de aviones propulsados por energía solar que analizaran la atmósfera de Venus llega así a buen puerto o alguna misión usando un globo que tuviera larga duración.

  15. «(…) tampoco se trata de un volumen tan grande que resulte imposible de explicar invocando la existencia de microorganismos que habiten las nubes de Venus.»

    Supongo que se quiso decir:
    «(…) tampoco se trata de un volumen tan grande que resulte imposible de explicar SIN invocar la existencia de microorganismos que habiten las nubes de Venus.»

  16. Lo comenté en la entrada anterior y lo volveré a colocar aquí, porque considero que podría estar relacionado con la presencia de biomarcadores en Venus:

    Los científicos planean realizar pruebas de vida en Venus

    Venus puede tener elementos formadores de vida que difieren de la Tierra, sugirió Lev Zeleny, director científico del Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Rusia.

    MOSCÚ, 17 de agosto. / TASS /. Los científicos planean probar la teoría del astrofísico ruso Leonid Ksanfomality sobre la existencia de vida en Venus con la ayuda de nuevas fotografías durante futuras misiones a este planeta. Lev Zeleny, director científico del Instituto de Investigación Espacial (IKI) de la Academia de Ciencias de Rusia, le dijo a TASS sobre esto.

    «Esperamos en nuestras futuras expediciones verificar esto [la presencia de movimiento]. Pero no se necesita nada especial para esto, solo se necesita una televisión de muy buena calidad y la transmisión de sus resultados», dijo Zeleny, enfatizando que la teoría es una idea completamente natural que «la vida puede tomar formas completamente diferentes en diferentes condiciones».

    Según el científico, el astrofísico ruso Leonid Ksanfomality, fallecido en 2019, examinó fotografías tomadas de los vehículos Venera-9, Venera-10, Venera-13 y Venera-14 y detectó el movimiento de objetos. Basado en la investigación, presentó una hipótesis sobre la existencia de vida en este planeta.

    El director científico de IKI agregó que el Instituto de Catálisis de Novosibirsk de la Rama Siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia estaba interesado en estos datos. Durante experimentos a temperaturas y presiones extremadamente altas (pero más bajas que en Venus), los científicos descubrieron una auto-organización diferente de las moléculas. «¿Qué es la vida? Es simplemente la auto-organización de la materia. Venus puede tener elementos formadores de vida que son diferentes de la Tierra», sugirió el científico.

    Como explicó Zeleny, en el futuro está previsto «realizar experimentos de laboratorio: qué tipo de química orgánica surge a temperaturas tan extremas».

    tass.ru/kosmos/9222015

    Por otra parte sobre el status actual de Venera-D y otras misiones rusas a Venus:

    El diseño preliminar de la estación de aterrizaje Venera-D comenzará en 2021.

    Recibirá un «equipamiento interno» completamente diferente, pero su sistema de enfriamiento puede ser similar a las estaciones automáticas interplanetarias soviéticas en este planeta.

    MOSCÚ, 17 de agosto. / TASS /. El Instituto de Investigación Espacial (IKI) de la Academia de Ciencias de Rusia comenzará el diseño preliminar de la estación de aterrizaje Venera-D en 2021. Lev Zeleny, director científico de IKI RAS, se lo contó a TASS. «Comenzaremos a diseñar bocetos el próximo año», dijo.

    Según el científico, Venera-D recibirá un «llenado» completamente diferente, pero el sistema de enfriamiento puede ser similar a las estaciones automáticas interplanetarias soviéticas en este planeta (según el principio de Vaso Dewar, en la que se enfrió el equipo de medición), aunque también se están considerando nuevos sistemas de enfriamiento.

    «Estoy mirando con gran esperanza el nuevo equipo fotográfico que se instalará en Venera-D. Además, los instrumentos que harán análisis de masa de materia, medirán los componentes gaseosos de la atmósfera, por supuesto, harán mediciones mucho más informativas y precisas». añadió Green.

    También para «Venus-D», especificó el científico, es necesario crear un sistema para transmitir información, ya que se recibirán muchos más datos por unidad de vida útil de un módulo de aterrizaje moderno. «En cualquier caso, el dispositivo no podrá vivir en Venus durante mucho tiempo, pero el complejo de información acumulado debe ser transferido a la Tierra a tiempo», enfatizó Zeleny.

    A mediados de mayo, informó que se desarrollará un nuevo programa para la exploración de Venus en la Federación de Rusia, incluido el envío de al menos tres vehículos científicos. Según el científico, la primera expedición bajo el programa será Venera-D, cuyo lanzamiento está previsto para finales de la década de 2020. El proyecto se incluirá en el próximo Programa del Espacio Unificado, agregó. El anterior programa integral de exploración de Venus se implementó en la URSS.

    tass.ru/kosmos/9222067

    Por último:

    …ya que se esta hablando de al menos tres misiones a venus, es preciso recordar que durante la entrevista que dio Rogozin sobre el aniversario de Roscosmos, entre muchas cosas informo sobre los planes de una misión para recoger y enviar a la tierra muestras del suelo de venus. Se comenta que podría basarse en un esquema similar al de la NASA para marte compuesto de un cohete que despegaría de la superficie de venus con las muestra para colocarlas en órbita venusina y ser interceptado por otra nave que seria la encargada de transferirlo a la tierra.

    Finalmente agrego:

    Eso de la piedras «vivientes» me parece muy interesante…porque lo que especulan los rusos es que podrían tratarse de nuevas formas de vida diferentes a la que conocemos actualmente…🤔

    1. Sobre las piedras que se mueven soy escéptico que sean vida…aunque nunca se sabe…

      Sobre la Venera-D aquí los últimos tweet de Katya, experta en el programa ruso y además bloguera, como se puede leer en enlace…donde hace un post digno de Daniel…

      https://foro.sondasespaciales.com/index.php?topic=10004.0

      Pues si parece que Rusia habría abierto la financiación para 3 sondas a Venus, la primera Venera-D en 2027, otra unos 3 años después y la otra a mediados de 2030…que justo está última sería la de recogida de muestras del suelo…y espero que de la atmósfera…

      Parece que Rusia quiere volver a reverdecer sus viejos laureles en su planeta predilecto…y llega justo en el momento más emocionante para exploración Venusiana…

      1. Gracias por el enlace Eric, lo voy a ojear👍

        Sobre las piedras yo también me lo tomo con calma…quizás el movimiento (si es que se compruebe) sea por efectos del medio ambiente y no necesariamente alguna extraña forma de vida no similar a la que estamos acostumbrados aquí en nuestra tierra…

        Y sip, Rusia quiere volver a la gloria soviética…

        Saludos 😉

      2. Una preguntilla… dado que la gravedad de Venus es casi la de la Tierra, y dada además su tremenda presión (y densidad) atmosférica… por ejemplo, para un kilo de muestras (más el contenedor, claro)… ¿qué tamaño, potencia y demás tendría que tener el cohete de acceso a órbita en cuestión?

        Porque una cosa es elevar unas piedrecillas desde Marte… y otra distinta, de un planeta con un pozo gravitatorio similar al de la Tierra y con una densidad atmosférica terriblemente mayor….

    2. Muy interesante Julio y Erick. Gracias a los dos!

      Me gustaría apuntar que ese razonamiento sosteniendo el argumento de la adaptabilidad al medio de la vida, ya fue esgrimido por algún astrobiólogo para apuntar la posibilidad de que algo así suceda en Titán, pero con el metano y los gases licuados a bajas temperaturas. Serían unas formas de vida que se habrían adaptado al frío de esa luna y a esas masas líquidas que harían la función de nuestros océanos.

      Se avecinan tiempos (estamos ya de hecho) en los que vamos a ver cómo la cosmología, la física, la química y la biología unen sus campos de actuación para dar respuestas a muchas de nuestras preguntas fundamentales…

      No me lo pierdo!

    3. jaja eso de las piedras vivientes ocurre en el capitulo 1 de la version original de «2001, Odisea del Espacio». Copio y pego:

      «Nadie olvidaría el primer encuentro entre Marte y la máquina.

      Ocurrió prosaica y silenciosamente, pero fue uno de los grandes momentos de la Historia. Avanzando con lentitud sobre sus anchos neumáticos, la torreta de visión girando sin pausa, el robot explorador se movía al azar sobre la seca y polvorienta planicie. Estaba librado a sus propios medios, más allá de la ayuda o consejo de la Tierra. Las escenas que sus constructores miraban provenían de cuatro minutos en el pasado: cualquier orden que enviaran, aún desplazándose a la velocidad de la luz, no alcanzaría Marte hasta cuatro minutos después.

      La planicie se hallaba cubierta con grandes y esféricas piedras y el robot rodaba derecho hacia adelante. Sus constructores no se preocupaban: la falda detectora de obstáculos de la máquina podría advertirle antes de producirse un daño por colisión, y automáticamente viraría el ángulo correcto. Esto era la teoría, que ocurriría en la realidad era algo totalmente diferente.

      Antes que el robot pudiera alcanzarla, la piedra se movió. »

      Pero a Kubrick no le gusto.

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