¿Es ‘Oumuamua un iceberg interestelar de hidrógeno?

Por Daniel Marín, el 4 junio, 2020. Categoría(s): Astronomía • Sistema Solar ✎ 62

En 2017 tuvimos noticia del primer objeto interestelar que pasaba por el sistema solar: 1I/‘Oumuamua. O, mejor dicho, el primero que detectamos con nuestros instrumentos. Al ser un objeto tan pequeño —de unos cien metros de longitud— que, además, no se acercó a la Tierra, los observatorios terrestres no pudieron sacar mucha información de este extraño intruso, solamente que su forma parecía ser inusualmente alargada y que presentaba una actividad prácticamente nula. Lamentablemente, ‘Oumuamua se fue para no volver y en estos momentos sigue una trayectoria hiperbólica de escape con una velocidad de 26 kilómetros por segundo que lo llevará fuera del sistema solar. Pero eso no es impedimento para que se sigan proponiendo teorías sobre su origen. La última de ellas viene de la mano de los astrónomos Darryl Seligman y Gregory Laughlin y es extraordinariamente curiosa. ¿Y si Oumuamua fuese en realidad un iceberg interestelar de hielo de hidrógeno?

Representación artística de ‘Oumuamua (Gemini Observatory/AURA/NSF/Joy Pollard).

La propuesta Seligman y Laughlin tiene como objetivo explicar el extraño comportamiento de ‘Oumuamua. Las observaciones indicaban que el objeto no se comportaba como un cometa, es decir, no desarrolló una coma ni una cola al estilo de lo que hacen estos cuerpos helados cuando pasan cerca del Sol. Sin embargo, al calcular su órbita con posterioridad se vio que algo la estaba perturbando. La explicación más sencilla, aliens aparte, era que alguna sustancia debía estar escapando de la superficie, alterando la trayectoria del cuerpo. Pero, ¿cómo reconciliar este dato con la falta de actividad observada?

Recordemos que los chorros se forman en los cometas principalmente debido a la sublimación de los hielos de agua, de dióxido de carbono y de monóxido de carbono. Las observaciones en el infrarrojo del telescopio espacial Spitzer no detectaron la presencia de dióxido de carbono o monóxido de carbono, así que solo nos queda el agua, que, de todas formas, es el compuesto más abundante de los tres en los cometas. Pero la energía que ‘Oumuamua recibió del Sol era simplemente insuficiente a la hora de generar la cantidad de vapor de agua necesaria para cambiar su órbita. La única opción que podía explicar la anomalía era la presión de la radiación de la luz solar, pero entonces ‘Oumuamua hubiera tenido que tener una densidad increíblemente baja. Seligman y Laughlin proponen que ‘Oumuamua podría ser una bola de hielo de hidrógeno molecular (H2). Dicho así a lo mejor no parece gran cosa, pero intenta recordar cuándo fue la última vez que oíste hablar de este tipo de hielo en un objeto del sistema solar. Ya te lo digo yo: nunca. La razón es que este hielo se sublima a una temperatura bajísima, de tan solo —270 ºC (unos 6 kelvin), por lo que el hidrógeno molecular solo lo vemos en estado gaseoso —o líquido—, nunca en estado sólido.

Forma y posición de ‘Oumuamua con respecto al sistema solar a medida que el hielo de hidrógeno se fue sublimando (Seligman et al.).

Si ‘Oumuamua fuese rico en este hielo, la sublimación al pasar por el Sol provocaría un cambio de trayectoria consistente con el observado. Solo haría falta que el 6 % de su superficie estuviese cubierto por este hielo para explicar la variación de trayectoria que hemos visto. Bien, ¿pero cómo se ha podido formar un objeto así? Evidentemente, no alrededor de una estrella. Solo en el medio interestelar se alcanzan las gélidas temperaturas requeridas para que se condense hielo de hidrógeno. En concreto, dentro de muchas nubes moleculares interestelares la temperatura es de casi 2,7 kelvin (salvo excepciones muy contadas, no puede ser inferior porque esta es la temperatura del fondo cósmico de microondas). ‘Oumuamua se habría formado en el interior de una de estas nubes más densas que no continuaron el proceso de colapso para dar lugar a una estrella. Su forma original sería más o menos esférica, pero al acercarse al Sol la sublimación habría esculpido un objeto alargado, lo que coincide con las observaciones. La teoría del «iceberg interestelar» tiene la ventaja de explicar también la velocidad de entrada al sistema solar de ‘Oumuamua, 26 km/s, que es prácticamente la misma con la que el Sol se mueve por el espacio interestelar. O sea, el Sol se habría topado con ‘Oumuamua, que estaba en reposo con respecto al medio interestelar, y no al revés.

Otra ventaja de esta teoría es que explica la supuesta alta frecuencia de estos objetos. Los análisis estadísticos de la visita de ‘Oumuamua sugieren que los objetos interestelares procedentes de otras estrellas tienen que ser mucho más comunes de lo esperado, un hecho que ha puesto en jaque a muchos teóricos. Pero si ‘Oumuamua es en realidad un cuerpo formado en el medio interestelar debería haber muchos objetos similares flotando por ahí en el medio interestelar. Por supuesto, ahora queda demostrar que esta teoría es cierta. Y, por el momento, todo indica que no lo es. No olvidemos que el segundo objeto interestelar descubierto, el cometa 2I/Borisov, se comporta como, bueno, como un cometa. En todo caso, de ser cierta la hipótesis de Seligman y Laughlin, ‘Oumuamua sería un iceberg del espacio interestelar y no un visitante de otro sistema planetario como pensábamos. La verdad no sé cuál de las dos opciones es más apasionante. Esperemos que la próxima vez que otro cuerpo similar pase por aquí tengamos una sonda como Comet Interceptor lista para explorarlo.

Referencias:

  • https://arxiv.org/pdf/2005.12932.pdf


62 Comentarios

  1. La situación de Oumuamua, sigue siendo un misterio ya que con la tecnología existente en astronomía óptica tanto terrestre como orbital es bastante fácil determinar la composición química de los objetos espaciales ( por la simple medición del espectro electromagnético de la luz que refleja o emite el objeto y así determinar la composición química ); esta tecnología permite determinar la naturaleza de objetos a millones de años luz y Oumuamua, pasó por nuestro sistema solar ¿ creen que esta rutinaria operación astronómica no se realizó ?, yo creo que sí, pero yo al menos no tengo la certeza de que se hallan hecho público los resultados. Después y relacionado con lo anterior esta la situación de la trayectoría que es objetivamente rara para un objeto estelar no dirigido, sería sino el primer o el primero que se hace público que tiene esta trayectoría rara. Lo último es ( lo cual es misterioso e importante a la vez ) el hecho que un académico de una de la universidades más prestigiosas a nivel planetario expusiera su opinión por todas las cadenas de noticias mundiales, ¿ se prestaría esta universidad para hacer el ridículo ante el planeta entero ? yo creo que no.

  2. Bueno, pues el astrónomo Abraham Loeb acaba de publicar el llibro «Extraterrestre. La humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la tierra»donde da por sentado que es un objeto tecnológico… como ya se está alejando para siempre va a quedar sin una desmentida rotunda

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