Rumores de un gigante: el cohete soviético N1 en Occidente

Por Daniel Marín, el 24 diciembre, 2019. Categoría(s): Astronáutica • Cohetes • Historias de la Cosmonáutica • Rusia ✎ 89

La gran conspiración de la carrera lunar no es la que todo el mundo cree, sino la que inició la Unión Soviética a principios de los años 70 para hacer creer al resto del mundo que nunca habían intentado poner un cosmonauta en la Luna. El programa de alunizaje N1-L3 permaneció como secreto de estado hasta que Gorbachov comenzase con su política de glásnost —’transparencia’— a finales de los años 80. Por contra, el programa L1 para circunnavegar la Luna con naves Soyuz modificadas (7K-L1), que sería conocido en Occidente simplemente como programa Zond, no pudo mantenerse en secreto porque se lanzó una gran cantidad de estos vehículos. En todo caso, el gran protagonista de la carrera lunar soviética fue, como todos sabemos, el malogrado cohete gigante N1 (11A52). Este cohete también fue un secreto para el resto del mundo.. o casi.

Reconstrucción del N1 de 1983 (por entonces conocido en Occidente como G-1) junto al cohete Soyuz y el Protón. En esta curiosa versión el N1 tiene cinco etapas (https://twitter.com/uchyuu_kaihatsu/)

Y es que los servicios de inteligencia occidentales estuvieron al tanto en todo momento de la construcción de las instalaciones de este lanzador gracias, principalmente, a las imágenes de los satélites espías Corona y Gambit en una primera fase y, posteriormente, Hexagon. Los satélites de la NRO (National Reconnaissance Office) detectaron en una fecha tan temprana como la primavera de 1963 la construcción de una nueva zona de lanzamiento —«áreas» en la jerga soviética— en el cosmódromo de Baikonur, conocido en Occidente como Tyura-Tam por estar más cerca de la ciudad de este nombre que del pueblo de Baikonur (las autoridades soviéticas pusieron este nombre al cosmódromo —y base de misiles— en un intento de «despistar» a la inteligencia occidental, aunque actualmente el nombre oficial de la ciudad y el cosmódromo es Baikonur).

Imagen de la construcción de las rampas J1 y J2 del cohete N1 tomadas por un satélite espía CORONA en 1966 (Peter Pesavento / Space Chronicle).
Aspecto de las dos rampas del Área 110 en 1969, con el cohete N1-5L (en primer plano) y la maqueta 1M1 (https://www.pinterest.es/johnhamilton307/n1/?autologin=true).

La CIA bautizó la nueva zona de lanzamiento como «complejo J» al ser el décimo descubierto en Baikonur (Yuri Gagarin había despegado desde el «complejo A»). Lo primero que llamó la atención de los analistas fue la construcción del enorme edificio de montaje horizontal, conocido por la CIA como MAB (Missile Assembly Building), de casi doscientos metros de largo. Aunque todavía se desconocían los detalles del diseño del cohete, era evidente que había sido construido para un lanzador de dimensiones comparables a las del Saturno V, aunque, contra todo pronóstico, se ensamblaría en horizontal en vez de en vertical (los analistas creían que el montaje en horizontal era tan extraño que casi desafiaba a las leyes de la física). El presidente Lyndon B. Johnson fue informado de estas obras, al igual que el administrador de la NASA, James Webb. No obstante, las obras se llevaron a cabo a un ritmo más lento de lo previsto y era evidente que el nuevo lanzador no estaría listo a tiempo para competir con el Apolo. No sería hasta 1966 cuando el ritmo de construcción de las dos rampas del Complejo J se aceleró, a pesar de que las tareas habían comenzado dos años antes. En realidad, para los soviéticos el Complejo J se denominaba Área 110 y el edificio MAB era el MIK-112. Toda esta enorme obra de ingeniería había sido construida por la oficina de diseño de Vladímir Barmin.

Diseño real del cohete N1 (primera versión) (Roscosmos).

Normalmente, las autoridades civiles estadounidenses no discutían detalles de informaciones adquiridas mediante satélites espías para no dar datos al enemigo de las capacidades de sus satélites, pero en este caso se hizo una excepción y el administrador de la NASA comenzó a hablar en público a partir de 1964 de los planes soviéticos. Pese a carecer de acceso a los detalles técnicos del país rival, Webb anunció que la URSS posiblemente estuviese embarcada en un programa lunar parecido al Apolo, aunque no hizo ninguna mención concreta del cohete lunar soviético. En 1966 aparecieron los primeros artículos en la prensa estadounidense en los que se hablaba de las características técnicas del lanzador, artículos basados en informes de inteligencia cuyas conclusiones más prominentes se habían filtrado a la prensa. A mediados de 1967, Webb habló en público por primera vez del cohete como un vehículo real. En diciembre de ese año, los satélites espías estadounidenses captaron por primera vez el lanzador N1 en una de las rampas. Al fin el coloso soviético se dejaba ver. La alta resolución de los satélites Gambit 3 (KH-8) permitía distinguir claramente la forma del vehículo. En un alarde de originalidad, el cohete fue conocido por la CIA como «vehículo J» al usar la rampa que llevaba ese código. Hasta ese momento, los expertos de inteligencia lo llamaban simplemente «la gran madre» (the big mother), aunque a partir de entonces también se popularizó el apodo Jay Bird (un juego de palabras entre el pájaro del mismo nombre y la pronunciación de la letra ‘J’ en inglés). Pero para el resto del mundo, el lanzador J seguía siendo un simple rumor.

Imagen del N1 —lanzador J para la CIA— en el Área 110 en septiembre de 1968 captada por un satélite KH-8 GAMBIT (Wikimedia).
El N1 camino a la rampa del Área 110 de Baikonur (https://www.pinterest.es/johnhamilton307/n1/).

Curiosamente, el lanzador J no tenía forma cilíndrica, como el Saturno V, sino cónica. Este exótico diseño no causó demasiada impresión, ya que el misil R-7 soviético y los lanzadores derivados —Vostok, Soyuz, Luna, Mólniya, etc.— también tenían una primera etapa cónica debido a la presencia de los cuatro bloques laterales de la primera etapa. No obstante, el lanzador J era diferente, ya que no contaba con aceleradores, sino que cada etapa era un bloque único, como el Saturno V. Sea como sea, las imágenes de los Gambit eran tan claras que la CIA no tuvo problemas en construir varias maquetas de las rampas y de «la gran madre». Las maquetas no se hicieron públicas para evitar, una vez más, dar a conocer las capacidades reales de los satélites. Los analistas llegaron a la conclusión de que el lanzador J tenía cuatro etapas, tres de ellas de forma cónica. El tamaño y la disposición de las mismas, junto con otras fuentes de información, hizo que los expertos supusiesen —correctamente— que el cohete no usaba propulsión criogénica, al menos en las tres primeras etapas, a diferencia del Saturno V. Estas conclusiones encajaban con los prejuicios de la época según los cuales la tecnología espacial soviética era incapaz de construir un lanzador parecido al Saturno V.

Reconstrucción del N1 —vehículo J según la CIA— en un informe estadounidense de 1971 desclasificado en 2014. Como se puede ver, los analistas creían que el N1 era más pequeño de lo que realmente era (Peter Pesavento / Space Chronicle).
James Webb, anitiguo administrador de la NASA (NASA).
Comparativa entre el Sarturno V y el N1 (Wikimedia).

En 1968 Webb volvió a mencionar públicamente el cohete lunar soviético y hasta Wernher von Braun, quien estaba al tanto de la existencia del lanzador, se hizo eco de estas declaraciones. La prensa comenzó a llamar al cohete «el Gigante de Webb», aunque, ante la falta de pruebas gráficas, muchos periodistas lo consideraban un simple rumor. Como todos sabemos, el N1 era muy real, pero, desgraciadamente, las cuatro misiones que se llevaron a cabo entre 1969 y 1972 terminaron todas en fracaso. El N1 tenía unas dimensiones de 105 metros y una masa al lanzamiento de 2750 toneladas, frente a los 111 metros y las 3000 toneladas del Saturno V. A pesar de tener una masa similar, la capacidad de carga del N1 era de 95 toneladas en órbita baja frente a las 120-140 toneladas del Saturno V por culpa de la alta latitud del cosmódromo de Baikonur y por no emplear propulsión criogénica. Concebido por la oficina de diseño de Serguéi Koroliov (OKB-1/TsKBEM) a finales de los 50 para, principalmente, viajes a Marte, el N1 voló en febrero y julio de 1969, junio de 1971 y noviembre de 1972. Fracasó en las cuatro misiones.

Transporte del N1 a la rampa. Los analistas de la CIA no podían creer al principio que el «vehículo J» se montase y transportase en horizontal hasta la rampa porque era demasiado grande (Roscosmos).
Lanzamiento del N1-3L en febrero de 1969. Este primer lanzamiento del N1 escapó al radar de los servicios de inteligencia de EEUU, aunque parece que el MI6 británico sí tuvo noticias del mismo.

De hecho, el lanzamiento de julio de 1969 destrozó la rampa al caer el cohete sobre la misma tras apagarse todos los motores de la primera etapa (un destrozo descomunal que fue claramente visible en las imágenes de los satélites espías estadounidenses). A partir de 1972 la antigua oficina de Koroliov, entonces a cargo de Vasili Mishin, pasó a formar parte de la nueva oficina NPO Energía, con Valentín Glushkó a la cabeza. Glushkó canceló el programa N1-L3 para dar paso a su familia de cohetes gigantes RLA, que pronto se transformaría en el programa Energía-Burán por imposición del Kremlin. La URSS pasó página e hizo como si el N1 jamás hubiese existido. Sus instalaciones se reformaron para ser usadas en el programa Energía-Burán y el resto de elementos se desmantelaron como si fuera simple chatarra con el objetivo de borrar cualquier rastro de su existencia (la inquina personal de Glushkó hacia el programa N1-L3 jugó un papel importante en este proceso). Entre los pocos elementos que se salvarían, estarían los motores del cohete, puesto que los encargados de la planta de Kuznetsov en Samara se negaron a acatar las órdenes de Glushkó que pedían su destrucción y se limitaron a almacenarlos.

El N1 en la rampa (Roscosmos).
Así quedó una de las dos rampas del N1 tras la explosión del 5L, segunda misión del N1, en julio de 1969 (https://cont.ws/@komradlew/505065).

Puesto que el N1 nunca había alcanzado la órbita, su existencia adquirió la categoría de leyenda. Las autoridades soviéticas negaron que hubiesen intentado competir con el Apolo y los servicios de inteligencia occidentales no podían desvelar las pruebas fotográficas que tenían. El «Gigante de Webb» se convirtió para muchos en un simple «asustaviejas», un mito que había salido de la mente del antiguo administrador de la NASA con el objetivo de asegurar la financiación del programa Apolo. Y se habría olvidado por completo de no ser por el infatigable trabajo de varios analistas del programa espacial soviético. Entre ellos Charles Sheldon, un experto de la Biblioteca del Congreso de los EEUU, que decidió incluir al Gigante de Webb en su popular sistema de clasificación de los lanzadores soviéticos con la letra G (el Departamento de Defensa tenía su propio sistema de clasificación, pero no le asignó ningún código numérico al N1, aunque en algunas obras aparece simplemente como SL-X o, de forma retrospectiva una vez que se confirmó su existencia, como SL-15). De acuerdo con la clasificación de Sheldon, el Gigante de Webb sería conocido como G, G-1 o G-1-e, según las distintas versiones a tener en cuenta.

Charles Sheldon (izquierda), Jim Oberg (centro) y Charles Vick, los expertos que mantuvieron viva la memoria del N1 en Occidente (The Space Review).

La primera vez que el resto del mundo pudo ver la verdadera apariencia del N1 fue el 16 de junio de 1980, cuando la revista estadounidense Aviation Week and Space Technology publicó una reconstrucción de la silueta del Gigante de Webb obra del periodista Craig Covault, quien usó información filtrada por fuentes próximas a la comunidad de inteligencia para su ilustración (en este caso, no era un delito filtrar detalles de tecnología de países enemigos, siempre y cuando no se diera información clave sobre los satélites espías estadounidenses). No obstante, sería la obra del analista Charles Patrick Vick la que más relevancia tuvo a la hora de popularizar el lanzador lunar soviético entre el gran público. El mérito de Vick fue reconstruir la forma del N1 sin necesidad de filtraciones de los servicios de inteligencia. En 1978 cayó en sus manos el libro soviético Kosmodrom, publicado un año antes y donde, sorprendentemente, aparecía una fotografía de una de las torres de servicio del N1 en el Área 110 (posiblemente los autores escaparon a la censura soviética porque por aquella época las instalaciones del N1 en el Área 110 ya habían sido desmanteladas para construir en su lugar las del cohete Energía). Vick usó los informes públicos de los años 60 sobre el cohete, sus conocimientos de astronáutica y, especialmente, la disposición de los brazos de servicio de la torre para estimar la forma del cohete. Pero Vick no se limitó a estimar la forma de la criatura; también imaginó la disposición interna de los tanques de propergoles y otros detalles técnicos.

Charles P. Vick y su reconstrucción del N1 en 1984 (The New York Times).
Reconstrucción del N1 según Vick. A la derecha aparece el Saturno V como comparación y en el centro el cohete Protón (Charles P. Vick).

La reconstrucción del «lanzador G» de Vick se publicó en 1981 en la primera edición del libro The Illustrated Encyclopedia of Spaceflight de Kenneth Galland, que tuvo una gran difusión internacional (en España se publicó en varios volúmenes dentro de una colección de la revista Muy Interesante con el nombre Exploración del Espacio). Ese mismo año también apareció Red Star in Orbit, de Jim Oberg, un libro que tuvo una enorme influencia en la visión del programa espacial soviético en Occidente y que, por supuesto, hacía mención del lanzador lunar G-1. A principios de los 80 la URSS seguía negando la existencia del N1, pero todos los expertos y aficionados al programa espacial soviético estaban de acuerdo en que había sido una realidad. Eso sí, los detalles del lanzador seguían siendo un misterio. ¿Quién estaba detrás de su construcción? ¿Por qué era tan diferente al Soyuz o el Protón? ¿Usaba propergoles hipergólicos o kerolox? ¿Cómo era el esquema de una misión de alunizaje? ¿Se hubieran requerido uno o varios lanzadores del cohete para poner un cosmonauta en la Luna?

Vick usó un esquema de la torre de servicio rotatoria del N1 para estimar la verdadera forma del lanzador (Roscosmos).

Más allá de la forma y sus dimensiones, los expertos solo podían especular. Y es aquí donde entran los prejuicios y el conocimiento sesgado que se tenía del programa espacial soviético en los años 80. Algunos expertos dudaban de la existencia del cohete G simplemente por motivos ideológicos: en los años 60 la URSS estaba tan atrasada tecnológicamente con respecto a los EEUU que era imposible que hubieran construido un cohete de dimensiones similares al Saturno V. Otros renegaban de su existencia por todo lo contrario: si la Unión Soviética decía que no había existido, el N1 debía ser un invento de Occidente para desacreditar a sus enemigos. En cualquier caso, los expertos intentaron imaginar el diseño del N1 con la poca información que llegaba de la URSS. Quizás la propuesta más extravagante fue la que imaginaba el N1 como un lanzador basado en el misil intercontinental R-36 (SS-9 Scarp para la OTAN).

Una loca reconstrucción del diseño del N1 de 1983 como unión de varios misiles R-36 (https://twitter.com/uchyuu_kaihatsu/).

Ni que decir tiene, el R-36 era obra de la oficina de diseño de Mijaíl Yangel y no tenía nada que ver con la oficina de Serguéi Koroliov ni con el N1, pero a principios de los 80 nadie fuera de la URSS conocía cómo funcionaba el oscuro mundo de las oficinas de diseño soviéticas. La conexión del R-36 con el espacio tenía su origen en el uso de este misil en el proyecto FOBS para lanzar armas nucleares a la órbita, además de ser la base del lanzador espacial Tsiklon; por otro lado, el R-36 fue durante algunos años el cohete más grande que habían hecho público los soviéticos a través de desfiles militares. Por eso, cuando se supo que el R-36 era obra de Yangel algunos pensaron que el N1 también sería un producto de esa oficina de diseño. Por otro lado, ya a mediados de los 60 algunos analistas profesionales de la CIA habían sugerido que el Gigante de Webb podía estar formado por un conjunto de misiles R-9 (SS-8), una hipótesis más lógica en tanto en cuanto al menos el R-9 era obra de la oficina OKB-1 de Koroliov.

Reconstrucción del N1 (G-1) con 186 motores en la primera etapa (https://twitter.com/uchyuu_kaihatsu/).

Como el R-36 empleaba en la primera etapa seis cámaras de combustión —en realidad usaba tres motores RD-250 de dos cámaras de combustión en una configuración a veces denominada RD-251—, el N1 tenía que usar por fuerza un número increíble de motores. Algunos expertos imaginaron que el lanzador G-1 había empleado la friolera de 420 cámaras de combustión: 186 en la primera etapa, 114 en la segunda, 78 en la tercera y 42 en la cuarta. Otros analistas más serios, como el propio Charles Vick, estimaban un número de motores mucho menor, cercano a las veinte unidades. El problema es que no pocos expertos consideraban que la URSS era incapaz de producir motores potentes y ponían como ejemplo de esta teoría el misil R-7, con 32 cámaras de combustión al lanzamiento. Y es que no deberíamos juzgar a estos expertos muy duramente: los proyectos espaciales más avanzados, costosos y complejos de la URSS —el N1-L3 y el Energía-Burán— permanecieron como alto secreto hasta finales de los años 80. Y, sin tener en cuenta estos programas, era muy sencillo infravalorar la tecnología espacial soviética, más allá de sesgos ideológicos más o menos marcados.

El N1-3L en el MIK 112 de Baikonur. Se aprecian los 30 motores NK-15 de la primera etapa Blok A (RKK Energía).

Naturalmente, hoy en día sabemos que el N1 empleaba treinta motores NK-15 en la primera etapa, ocho NK-15V en la segunda y cuatro en la tercera. Un número elevado de motores debido a la poca experiencia de la oficina de diseño de Nikolái Kuznetsov en motores cohete. Pero, por otro lado, hay que subrayar que eran motores increíblemente avanzados para la época. Tanto que, cuando fueron redescubiertos en los años 90, muchos en Occidente dudaban de que sus prestaciones fuesen ciertas. Por supuesto, el hecho de que la Unión Soviética hubiese construido en los años 60 motores como el RD-250, comparable en potencia al F-1 del Saturno V, se consideraba simplemente imposible. Paradojas del destino, justo a principios de los 80, la URSS estaba a punto de poner en servicio el RD-170, el motor cohete de combustible líquido más potente de la historia. Por cierto, no deja de ser irónico que una de las mayores críticas al programa espacial soviético fuese el enorme número de motores —o cámaras de combustión— que se empleaban en algunos lanzadores, y, sin embargo, ahora lanzadores como el Falcon 9, Starship-Superheavy o el New Glenn han convertido este concepto en algo vanguardista y moderno.

Motor NK-33, derivado del NK-15, de la oficina de Nikolái Kuznetsov. En el siglo XXI se emplearía en el cohete estadounidense Antares y en el Soyuz-2.1v (Roscosmos).

Habría que esperar glásnost de Mijaíl Gorbachov para que, poco a poco, la URSS reconociese la existencia del programa N1-L3. Pese a todo, no sería hasta 1989 cuando se pudo ver la primera fotografía del N1. También fue en ese año cuando se supo en Occidente que la primera misión del N1 había tenido lugar en febrero de 1969 (hasta ese momento solamente se conocían en Occidente los otros tres lanzamientos). Sin embargo, la verdadera historia del programa N1-L3, así como la de otros proyectos espaciales soviéticos, tardó mucho tiempo en conocerse por completo. Durante los primeros años tras la caída de la Unión Soviética la información apareció a cuentagotas y de forma fragmentada, a menudo con errores y con historias contradictorias. Muchas de las confusiones y errores sobre el programa espacial soviético que se siguen reproduciendo en la actualidad se remontan a esos confusos años.

Reconstrucción del cohete N1 comparado con el Saturno V (izquierda) a cargo de Charles P. Vick (Charles P. Vick).

Durante dos décadas, el N1 fue un casi un mito en Occidente, un mito que fue útil para poner a prueba lo que se sabía por entonces sobre el programa espacial soviético, pero que también sirvió como un espejo en el que se reflejaron los prejuicios ideológicos de aquellos que intentaban comprender los progresos tecnológicos que se producían más allá del telón de acero. Una lección que muchos han olvidado.

Referencias:

  • Peter Pesavento, Lifting the veil, Space Chronicle, Vol. 71, pp.50-90, 2018.
  • Cold War Space Sleuths: The Untold Secrets of the Soviet Space Program, Springer, 2013.
  • Dwayne A. Day, The Secret at Complex J.
  • https://www.globalsecurity.org/intell/library/reports/2004/open-source_imagery_follow-on.htm
  • https://www.thespacereview.com/article/3136/1
  • https://www.thespacereview.com/article/3143/1
  • https://www.thespacereview.com/article/3130/1


89 Comentarios

  1. Gracias por aportar más detalles del N1, Daniel. Creo que la ambición de los soviéticos superaba la tecnología que disponían. Se adelantaron en muchos aspectos a su tiempo. Eso lo digo desde mi completa ignorancia de la historia y la astronáutica. Sed comprensivos. En cualquier caso me parece un proyecto fascinante el N1.

    Felices fiestas y próspero año nuevo. Aunque desde mi punto de vista, la mayor prosperidad viene de un mayor conocimiento sobre cómo funcionan las cosas y la naturaleza, más que la cantidad de euros que uno pueda aportar a su bolsillo.

    Me parece gracioso uno de estos canales dedicados a Space-X. No hay que tomárselo muy en serio, pero si no hace reír, al menos, dibujará una simpática sonrisa (espero):
    https://www.youtube.com/watch?v=QLXcSZQqRT0

  2. Interesante articulo, acentuado por el espionaje de la guerra fria: se podria hacer una buena pelicula historica con estos datos.
    Espero que For all Mankind bucee un poco en estos detalles. El N1 se ve fugazmente en la serie. El N1 tenia un bonito aspecto retrofuturista.
    Felices Fiestas.

  3. Un magnífico artículo, como siempre. Increible como fue de efectivo el blindaje y secretismo de toda esta carrera espacial sovietica, despues de tantos años es que se empiezan a conocer los detalles. Me asombra de todas formas la capacidad de los analistas de sacar conclusiones bastante acertadas acerca de un cohete del que no se conocía nada. Y no puedo dejar de pensar, la locura que fue destruir todo lo que se habia logrado con tanto esfuerzo (y recursos), por capricho de dirigentes en pugna. (nada tampoco para asombrarse, es típico del sistema) … Creo recordar que si al menos los motores NK sobrevivieron, fue porque los que fueron encargados de destruirlos, sabiamente no obedecieron las órdenes y almacenaron los que quedaban. Así se conservó al menos una parte de este mega-proyecto que no tengo dudas que hubieran conseguido que funcionara, si hubieran habido mas apoyo gubernamental y tambien tiempo para probar y poner a punto el complejo sistema que se requería para controlar tantos motores, lo que fue el talon de aquiles de este cohete.

    PD: Verdad que parece un arbol de navidad 🙂

    Feliz Navidad a Todos !!!!

  4. Siempre me pasa que celebrando el solsticio de invierno, quizá por estar más tiempo en la casa materna, me gusta revivir recuerdos, ver películas antiguas, rebuscar fotos y ver documentales de cuando era poco más que un bebé… Y este artículo, en general todos los que nos retrotraen a los mejores momentos de la carrera espacial, es una de esas imágenes….Me encanta leerlos e ir conociendo todos esos detalles que han permanecido en secreto durante décadas y con los que vamos conociendo cómo las oficinas de diseño soviéticas trabajaban tratando, con ingenio y destreza técnica, de mantener el tipo ante desafíos como la puesta de un ser humano en la luna, reto que terminaron perdiendo pero que, en el cómputo general de la carrera espacial, obtuvo numerosas victorias soviéticas que, se ponga como se ponga alguno por prejuicios ideológicos, nos siguen maravillando.

    Sólo puedo decir: Gracias Daniel y feliz solsticio de invierno!

    1. Feliz Navidad, SB.

      O Felices Saturnalias.

      O Felices fiestas del Sol Invicto.

      O Feliz Fiesta del nacimiento de Mithra.

      Tienes donde elegir. La Iglesia siempre fue muy hábil tomando prestadas las celebraciones de otros credos para celebrar los suyos. Para que luego digan que el marketing es un invento moderno.

      1. Cierto Hilario!

        La Iglesia de Roma ha tenido la «habilidad» de apropiarse de fechas señaladas en el calendario y hasta de lugares señeros para otras culturas anteriores a su propuesta-imposición religiosa.

        En esta tierra tenemos múltiples ejemplos de sitios que se sabía eran sagrados para los celtas (o como les queramos llamar a los habitantes de esta zona de la Península Ibérica anteriores a la llegada de los romanos) y que con la eclosión del cristianismo fueron oportunamente cristianizados. Hoy día podemos ver cruces en muchos monumentos megalíticos como dólmenes y mamoas que Galiza (o Galicia) tiene esparcidos de forma profusa por todo su territorio y que nos hablan de una misteriosa cultura ancestral muy anterior a los romanos y al cristianismo… Muchos de ellos han sido «cristianizados».

        Así fue y, me temo, seguirá siendo. Ahí sigue impartiéndose la asignatura de Religión Católica (con profesores que tienen asiento, voz y voto en el claustro de docentes de colegios e institutos, que no han aprobado oposición alguna y que son nombrados «a dedo» por el obispado correspondiente) en los centros educativos de un estado autodenominado aconfesional como el Estado español. Por no hablar del Concordato que sigue vigente y que permite que no paguen el IBI de sus propiedades. Y eso que «mi Reino no es de este mundo», dicen…

        En fin…

        1. El cristianismo empezó a desviarse ya en tiempos apostólicos (años 60-80 de nuestra era) pero las cartas apostólicas y los propios apóstoles todavía vivos evitaron la corrupción doctrinal. Pero después de la muerte del ultimo apóstol, Juan (aprox. para el año 100 e.c.); eso fue un despiporre. Tal cual habían dicho, tanto Jesús, como Pablo y Pedro; entró gente a hacer suyo el rebaño y a devorarlo. Nació la casta clerical y se empezó a incorporar filosofías griegas a la simpleza del mensaje original. Al mismo tiempo hubo manga ancha y la pureza doctrinal se cambio por «cuantos mas, mejor». Y claro, se cambio de calidad a cantidad.
          Pero no todo esta perdido…y no sigo mas porque no es el sitio ni el blog adecuado

        2. Por no hablar de las «cosas» que hicieron otros papas, en otros «tiempos» como los Borgias, pero hubo muchos más…, incluso con los más inocentes, los niños…claro que «ellos» eran los elegidos de Dios…
          ´
          En fin…

          Los libros sagrados son una guía moral de saber «vivir bien» en mi opinión…lo que se ha tergiversado todo y se ha separado a todos, solo la FE nos UNE..

          Como decía un viejo profesor mío de lengua Española, que había tenido que «emigrar» por Europa en otros tiempos de España…

          Y que era pacifista convencido…»Vive y deja vivir»…para mí una de las mayores verdades entre simples mortales humanos…

          Lo vuelvo a poner, todo es una gran MENTIRA…

          https://youtu.be/jsCR05oKROA

          1. SB, solo somos «Dust in the wind»…

            https://youtu.be/_v4A7bjCLiY

            De una forma u otra no duramos mucho…

            Y en África, nuestra madre Tierra, NOS hace falta mucha luz, mucho conocimiento y mucha colaboración…pero se hará aunque yo no lo vea, o nosotros no lo veamos…

            ://youtu.be/pHlB7xzOVpo

          2. Dejo está última y me piró, pero me parece bestial, otra más de Depeche Mode, que tiene letras increíbles…

            https://youtu.be/bjG7MhfeQRA

            Así tenía yo mi pelo en la «juventud»…aunque no soy tan viejo, mi cuerpo es otro tema…

            Y dos más que me encantan…de dos genios…señores eso era música, eso era pasión y co….

            //youtu.be/hwZNL7QVJjE

            //youtu.be/vwEwGHc35Oo

            ¿Que tiene un hombre, sino así mismo?

            A mi manera…hasta la muerte…y siempre con sonrisa, ante todo…, nada nos puede arrollidar…

  5. Chascarrillo navideño:
    «Un número elevado de motores debido a la poca experiencia (…) en motores cohetes»
    ¿No serían cohéticos?
    Jou jou jou, Feliz navidad!!

  6. Como yo no tengo un espíritu navideño espacialmente desarrollado, voy a disfrutar esta tarde (de nuevo) de la que para mí es la mejor película realista del espacio jamás rodada: APOLO XIII (1995), de Ron Howard.

    Asî me escaparé un poco de tanto villancico y de tanto merengue televisivo.

    1. La he visto por lo menos 15 veces, y jamás me canso. Y el libro del cual esta adaptada lo he leído 2 veces. Una de las misiones fracasadas mas exitosas, y una valentía excepcional por parte de los astronautas.

  7. Feliz Solsticio a todos.

    Es una pena que no hubiera podido despegar. Habria sido algo mas que digno de ver, con tantos motores. Hay videos en YouTube del KSP en el que se simula pero no es lo mismo.

  8. Perdon por el OT por completo, pero ¿alguien sabe porque corriendo la misma benchmark de juegos en 3D una tablet sencilla con Android 5 y 1 GB de RAM obtiene el doble de FPS que un movil de Android 9, con 3 GB de RAM, y procesador mas potente?. Las GPUs son respectivamente una Mali-450 y una PowerVR GE8100, la segunda pareciendo mejor que la primera.

    1. Se me ocurren algunas razones:
      a)La tablet puede tener un circuito dedicado a graficos.
      b)Android 5 es mas liviano que Android 9.
      c)La aplicacion es mas compatible con Android 5 que con Android 9.
      d)El movil no esta seteado apropiadamente. Hay seteos que deshabilitan las capacidades graficas para que gaste menos energia.
      etc.

      1. Gracias por la respuesta. No me importa mucho, ya que no juego con la tablet pero trasteando con programas de benchmark me extrañó bastante que un aparato menos potente también en GPU diera más FPS.

        1. Dentro del punto C que comenta Julio cabe la posibilidad de que la app de benchmark sea capaz de «ignorar» opciones de rendering como VSYNC (Vertical Sync) en Android 5 pero no en Android 9.

          Los renderers predeterminados son distintos:
          Android 5 (Lollipop) usa OpenGL ES
          Android 9 (Pie) usa OpenGL Skia

          Dentro del punto D cabe la posibilidad de que «alguien» haya metido mal el dedo en las Developer Options siguiendo los «sabios tips» que pululan en internet prometiendo ser la panacea del rendimiento pero que con suerte sirven para algo muy específico y son contraproducentes para todo lo demás.

          Cuando digo «alguien» es porque no sé cuántos usuarios meten o han metido dedo en esos dispositivos. Por ejemplo, la tablet podría ser de segunda mano y el usuario original podría haber accedido en modo ROOT para deshabilitar VSYNC permanentemente (claro que entonces deberías notar tearing, quizá no en apps 2D pero sí en todas las apps 3D).

  9. Una guinda perfecta para leer estos días en la camita.

    Muchas gracias Daniel por tu tiempo y conocimiento y que pases estos días todo lo bien que te mereces.

    Y a todos los lectores de este blog también, que cada uno disfrute de estos días como le de la real gana.

  10. La torre de servicio del N1 es unos 20 metros más alta que el propio cohete. Quizás el N1 era el primer paso para crear un verdaro monstruo como el «N2», que como comenta el artículo podría tratarse simplemente de un «N1 normal» ubicado sobre una gigantesca cuatra etapa debajo.

    PD.- Feliz navidad.

  11. Como un habitual lector de este blog tan particular, con un estilo informativo de su autor inigualable por su claridad, calidad y abundancia de datos, (…y no solo Daniel brinda calidad y brillo, otros también colaboran y es muy divertido…), siento gratitud por todos los aportes y la pasión demostrada.

    En suma, deseo expresar mis mejores augurios para todos, sin distinción…

    Pasen en con Paz y Alegría una Feliz Navidad !

  12. Siempre los rusos lo negaron. Dijeron que ellos nunca les intereso enviar un hombre a la Luna por pragmatismo. Que ellos recogieron sus propias muestras lunares con la fracción de lo que costó el Apolo.

    Son embargo, tal como dice Daniel, la verdad salió a relucir en 1989 durante el Glassnot de Gorbachov. Una delegación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), quien contribuyó grandemente en el Programa Apolo, fue a Moscú y pudo ver el equipo que se habría usado para el Programa Lunar Soviético.

    Recuerdo haber leído esto por primera vez ese año en Mecánica Popular. El artículo había puesto por error que el N1 se usaría solo para lanzar el LK(Módulo Lunar ruso) y aparte se lanzaría una Soyuz con cosmonautas aparte en un cohete Protón.

    Lo que se plantea en la minisiere «De la Tierra A La Luna» sobre los informes de la CIA dados a NASA es cierto. Parece que ello influyó en que el Apolo 8 fuera ese año a la Luna.

    Hace un tiempo la CIA desclasifico fotos un modelo a escala del N1 en su torre de lanzamiento basado en las fotos de sus satélites espías. Fotos bastante detalladas.

  13. Hermanos, ante todo Feliz Navidad

    Creo que es una maravilla que haya salido el tema de la religión en un foro de tanto nivel , por el elevado nivel de los participantes y por los temas que tratais aquí, que nos conectan directamente con la cosmologia, el origen del universo, la pregunta por lo trascendente, etc

    Soy profundamente creyente y por eso mismo me parece irrelevante si decimos Felices Fiestas o Feliz Navidad, creo que lo relevante si lo deseamos
    a los demás de corazón. Pues «dónde esté tu tesoro, allí estará tu corazón»

    Cómo entusiasta de estos temas, creo que la astronautica podría ser una oportunidad de generar desarrollo y riqueza para la humanidad. La exploración de la Luna o de Marte podría dar lugar a un nuevo conocimiento, a un nuevo comienzo, a una nueva forma de economía, y que esto podría ayudar a terminar con los problemas graves de desigualdad y pobreza que sufre la humanidad.

    Feliz Navidad a todos

  14. «Pufff, una vida. 30 años atrás se decía, que para estas fechas, estaría a punto de despegar la primera misión tripulada a Marte. No será (muy muy probablemente), en esta década, pero a ver si con suerte en la que viene. Espero leeros a todos aún por aquí para entonces.»

    Tengo por algún lado un Muy Interesante de puede que 1992 dónde se comentaba eso, y ya que estamos casi en 2020 me estoy acordando de cómo según el juego Cyberpunk 2020 en estas fechas habría colonias espaciales, bases lunares -de la ESA- incluidas.

    Al menos por ahora no hay guerras corporativas ni ciberimplantes.

  15. Hola Daniel, gran artículo histórico, como ya nos tienes acostumbrados. Ahora pregunto ¿Cuándo una columna sobre la serie «for all mankind»? Viéndola me acuerdo de la ucronía que escribiste hace unos años de cómo hubiera sido el programa espacial soviético si Korolev no hubiera muerto y hubieran llegado a la Luna.

  16. Hola
    Tras esta entrada he tenido que buscar un libro ojeado durante mi infancia pero leído y entendido años después: Los inicios de la exploración del Espacio, de Kenneth Gatland. Era una colección que venía con la revista muy ininteresante que compraba mi madre en los años 90 (aunque la edición del libro tiene fecha del 85)
    Recuerdo haber visto un cohete con forma rara, tamaño exagerado, un nombre ridículo (G-1-e, sin apellido del tipo Protón, Zond,…), una tabla de prestaciones llena de campos «desconocido» y sólo dibujos, ninguna fotografía. Confieso que pensaba que era una trola. Se habla de la explosión en la rampa y las sospechas de cancelación y los trabajos orientados hacia lo que fue el sistema Burán tiempo después.
    Se cita como fuente importante para este capítulo a C P Vick, que en aquel momento trabajaba como diseñador de centrales nucleares!!
    El detalle que recuerdo con más cariño de la lectura de esa colección es el adjetivo «presionizado»

  17. Hola,
    Esta (maravillosa) entrada me trajo a la memoria un libro que había ojeado durante mi infancia y que he vuelto a releer muchas veces, en cada ocasión con otros ojos: «Los Inicios de la Exploración del Espacio» de Kenneth Gatland. Recuerdo haber mirado este libro muchas veces, que había llegado a casa con una revista Muy interesante en los años noventa aprox (aunque me fijo que la edición pone 1985). Me impresionaban toda esa variedad de cohetes y cachibaches…
    Cuando empecé a leer y comprender lo que ponían esos libros me llamó la atención un cohete G-1-e, porque solo aparecía en dibujos (ninguna fotografía) con una forma nada habitual, una descripción de tamaño enorme y unas tablas de datos en las que destacaba la gran cantidad de campos con valor «Desconocido» ; Lo atribuía a la Academia de Ciencias de la URSS (S.P. Korolev, M.k. Yangel) y lo describía organizado en tres etapas. Me parecía unha invención porque ni siquiera tenía un «nombre molón», tipo Protón, Zond, Soyuz o Vosjod… ¿Superacelerador G-1-e? ¿En serio?
    🙂
    Se cita como fuente a C.P. Vick de gran parte de la información conocida del proyecto: un esquema del lugar de lanzamiento, una breve descripción de una explosión en la plataforma y la sospecha de la cancelación e inicio de trabajos en algún vector del tipo Shuttle. Menciona que Vick se dedicaba (en aquel momento) al diseño de centrales nucleares!!!
    De aquellos libros que conservo de la bibliteca de mi madre con gran cariño, siempre me llamó la atención el empleo de la palabra «presionizado» en lugar de «presurizado» para referirse a depósitos/tanques.

    Una vez más, enhorabuena y muchas gracias por tu tiempo, energía y generosidad a través de este blog, Daniel.
    Saludos

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