Adiós a Sigmund Jähn, el primer alemán en el espacio

Por Daniel Marín, el 23 septiembre, 2019. Categoría(s): Astronáutica • Historias de la Cosmonáutica • Rusia ✎ 43

En los años 70 del pasado siglo la Unión Soviética tuvo una genial idea para rentabilizar políticamente el programa de estaciones espaciales Salyut: lanzar cosmonautas de otros países del bloque soviético. Con una inversión muy pequeña, el programa espacial de la URSS logró alcanzar enormes cotas de popularidad a ambos lados del telón de acero gracias a la iniciativa de vuelos espaciales tripulados Interkosmos. En una época donde solo un puñado de hombres —y una mujer— de Estados Unidos y la URSS habían viajado al espacio, de repente apareció un grupo de cosmonautas procedentes de países como Checoslovaquia, Polonia, Bulgaria, Vietnam, Cuba o Rumanía. Para la Unión Soviética Interkosmos supuso un esfuerzo de apertura considerable, ya que el programa espacial estaba rodeado de altísimos niveles de seguridad y secretismo, incluso de cara a los aliados más cercanos. La experiencia aislada de la misión Apolo-Soyuz de 1975 con los EE UU propició el nacimiento de Interkosmos. Total, si ya se habían desvelado ciertos secretos a los americanos, ¿por qué no hacerlo con naciones cercanas?

Sigmund Jähn, el primer alemán en el espacio.

Una de las misiones tripuladas Interkosmos más esperadas fue la de la República Democrática Alemana (RDA). La posibilidad de que el primer alemán en el espacio fuese un ciudadano de la RDA y no de la República Federal era vista por el Kremlin como una magnífica oportunidad de relaciones públicas. En septiembre de 1976 las autoridades soviéticas redactaron una lista de países aliados que participarían en misiones del programa Interkosmos entre 1978 y 1983 y que, obviamente, incluía la RDA. Sin tiempo para elegir y entrenar adecuadamente a los candidatos según los estándares soviéticos, se decidió que el ejército alemán realizase la primera criba. Cientos de pilotos de la RDA recibieron instrucciones para presentarse a una serie de entrevistas sin saber cuál era el objetivo de las mismas. Una vez allí les preguntaron si querían «participar en un vuelo espacial internacional». Tenían dos días para pensárselo. Prácticamente todos dijeron que sí sobre la marcha, aunque, tras los exámenes médicos, en octubre de 1976 ya solo quedaban nueve candidatos. A principios de noviembre un comité de especialistas procedentes de la URSS redujo el número a cuatro. Los cuatro pilotos viajaron a la Ciudad de las Estrellas de Moscú para el proceso de selección definitivo. Finalmente, el 25 de noviembre se anunció que los cosmonautas candidatos de la RDA del programa Interkosmos serían Sigmund Jähn y Eberhard Köllner.

Bykovski y Jähn, la tripulación de la Soyuz 31.

Sigmund Jähn había nacido en 1937 en Reutenkraz, en territorio de lo que luego sería la RDA. Hijo de padres humildes —Paul Jähn trabajaba en un aserradero y su mujer Dora era costurera—, Sigmund decidió enrolarse en el ejército en 1955. Cuando el Sputnik alcanzó la órbita en 1957, Jähn se entrenaba para ser piloto de caza con el Nationale Volksarmee. En 1966, ya casado y con dos hijos, completó su entrenamiento en Moscú. Una década más tarde, después de ser elegido como candidato para la misión Interkosmos, Jähn fue emparejado con el veterano cosmonauta Valeri Bykovski, que sería su comandante, monitor y guía (debido al breve periodo de entrenamiento, los cosmonautas internacionales de Interkosmos solo estaban al cargo de una fracción de las tareas de las que normalmente se encargaba el ingeniero de vuelo de una nave Soyuz). Los dos hombres volarían en la misión Soyuz 31, pero, aunque habían sido asignados provisionalmente como tripulantes principales, no serían confirmados como tales por la comisión estatal hasta que llegaron al cosmódromo de Baikonur, unas dos semanas antes del lanzamiento. Viktor Gorbatko y Eberhard Köllner serían finalmente la tripulación de reserva. Unos días antes del despegue, Jähn se convirtió en abuelo con 41 años cuando su hija Marina dio a luz a su primer hijo.

Traslado del cohete de la Soyuz 31 a la rampa.
La estación Salyut 6 vista desde la Soyuz 31.

El cohete Soyuz-U con la nave Soyuz 31 despegó desde la Rampa de Gagarin el 26 de octubre de 1978. Unas horas antes, Jähn, siguiendo un guion impuesto por Berlín, había declarado desde el interior de su cápsula: «dedico mi vuelo al trigésimo aniversario de la fundación de la RDA, mi patria socialista». Menos de dos años después de haber sido seleccionado como cosmonauta, Jähn se convirtió en el primer alemán en el espacio. Bykovsky y Jähn estuvieron un total de 7 días y 20 horas en órbita. La mayor parte de este tiempo estuvieron a bordo de la estación espacial Salyut 6 junto con la tripulación de la Soyuz 29, formada por Vladimir Kovalyonok y Alexander Ivanchenkov. Jähn era el tercer cosmonauta de Intercosmos en volar a la Salyut 6 tras el checoslovaco Vladimir Remek y el polaco Mirosław Hermaszewski (las tres misiones habían tenido lugar a lo largo de 1978).

Jähn con Kavalyonok en el interior de la Salyut 6.
Jähn en la Salyut 6.

Durante su vuelo realizó todo tipo de experimentos, aunque quizá el más popular fue el relacionado con la cámara MKF-6M, construida en la RDA por la firma Carl Zeiss. Como nota curiosa, también llevó un pequeño muñeco, conocido como Sandmännchen, que era muy popular entre los niños de la RDA por aquel entonces. Bykovski y Jähn regresaron el 3 de septiembre de 1978 a bordo de la Soyuz 29, dejando atrás la Soyuz 31 como «nave fresca» para Kovalyonok e Ivanchenkov. El aterrizaje fue más duro de lo esperado porque Bykovski no soltó el paracaídas de la cápsula una vez en tierra y la Soyuz fue arrastrada por los fuertes vientos de la estepa kazaja. Como consecuencia de los golpes, Jähn sufriría leves problemas de espalda durante el resto de su vida.

Jähn, junto con Bykovski, Kovalyonok e Ivanchenkov (y el muñeco Sandmännchen) en el interior de la Salyut 6.

Tras su regreso, Jähn se convirtió en un héroe nacional y en un símbolo del triunfo de la RDA sobre la «decadente» República Federal. Pese a la propaganda de la Guerra Fría, gozó de una enorme popularidad en la Alemania Occidental (el primer alemán de la RFA, Ulf Merbold, no volaría al espacio hasta 1983 y lo hizo a bordo del transbordador Columbia en la misión STS-9). Después de la caída de la URSS y la reunificación alemana, Jähn pasó a trabajar como asesor independiente sobre el programa espacial ruso para la agencia espacial alemana DLR y, posteriormente, la ESA. Por esa época surgió el rumor de que Jähn se había visto obligado a ganarse la vida trabajando como taxista, una leyenda de la que se hizo eco la película Good bye, Lenin! y que, obviamente, era falsa. La cápsula Soyuz 29 se puede contemplar hoy en día en un museo de Munich (el paradero de la cápsula de la Soyuz 31 es desconocido). Jähn se jubiló en 2002 para dedicarse a su familia y a dar charlas relacionadas con el espacio por todo el mundo. Después de su vuelo espacial otros diez alemanes han alcanzado el espacio (y, paradójicamente, cinco de ellos también han viajado en una nave Soyuz). El pasado 21 de septiembre Sigmund Jähn, el primer alemán en el espacio y el único cosmonauta de un país que ya no existe, fallecía a la edad de 82 años tras una vida plena e intensa.

Bykovsky y Jähn junto a la Soyuz 29.
Sigmund Jähn (DLR).


43 Comentarios

  1. Gracias daniel. Suena triste lo de fallecía a los 82 años tras una vida plena e intensa pero ya quisieramos muchos hacer lo que este hombre hizo. Vuela alto amigo junto a otros astronautas que se fueron.

    Jorge m. G.

  2. En Goodbye Lenin le hicieron presidente de una RDA que presuntamente recibia inmigrantes de la RFA que huian del capitalismo…engañaban asi a la madre comunista y convaleciente.
    Que cosas!

  3. Otro grande que nos deja. Creo que el primer Ni Americano Ni Soviético fue un yugoslavo, hijo del ministro de defensa, en 1976, quien inauguró así el programa Intercosmos. No es así?

  4. Pese a tener la espalda rota , seguro que más de una vértebra, posaba con una sonrisa bastante forzada/natural. “ la próxima vez que se suban los puñeteros monstruos/dirigentes de la RDA..”, diría el pobre para sus adentros.

  5. Se reconocen bien la tendencia internacionalista de unos y la neocolonialista de otros. La URSS internacionalizó las misiones tripuladas a partir de 1978, enviando al espacio a cosmonautas de 16 nacionalidades, incluso de países del bloque occidental. Rusia, continuó esa tendencia, añadiendo 9 nacionalidades más (una de ellas la estadounidense). EEUU, sin embargo, no incluyó a extranjeros en sus misiones hasta 1983 y fueron todos SIN EXCEPCIÓN astronautas de (12) países ‘aliados’. Sigmund Jähn fue un afortunado: vivió la época de la distensión, cuando algunos creyeron que lo peor de la Guerra Fría había quedado definitivamente atrás. Descanse en paz.

    1. Perdona que me de la risa asmática, cof cof cof juas
      ¿no has pensado que tuvo algo que ver el que la NASA no tuvo los transbordadores listos precisamente hasta 1983? (los lanzamientos previos fueron fundamentalmente de prueba?

      1. Sí pero no. Es cierto que las misiones tripuladas de EEUU no se reanudaron hasta principios de los 80. Pero el programa del Transbordador Espacial, cuando por fin se puso en marcha, llevó al espacio a astronautas de 15 nacionalidades en 29 años y 126 misiones (1983-2011). La URSS llevó al espacio a cosmonautas de 16 nacionalidades en 14 años y 40 misiones (1978-1991). Yo veo diferencia, ¿tú no?

    2. Tienes razón, la URSS y la RDA en su magnífico internacionalismo enviaron al espacio al primer alemán «democrático». Era más fácil subir al espacio que cruzar al otro lado de Berlín; ahí te podían dar un tiro en la espalda por intentarlo… Pero claro, mejor eso que vivir en el colonialismo decadente de la RFA.

      1. No pretendía hacer apología del comunismo soviético (ese que los capitalistas del mundo libre salvaron de la destrucción en 1941). Solo digo que que estas misiones de la URSS estaban inspiradas en ese ‘internacionalismo’ (ingenuo o perverso, según las opiniones) característico de su ideología. En las misiones del Transbordador Espacial, el astronauta extranjero, cuando iba, era uno entre un 4 o más estadounidenses.

      2. Pobre, pobre, pobreciiito occidente, tan bueno y benefico el para el mundo
        Malo, malooo maluuucooo URSS, feo, pudrio y comunacho, dañandole y retardandole sus sanos sueños de expansion, dominio del «civilizacion» y desarraigador de las culturas barbaricas externas a punta de fuego y acero que no se parezca a la de ellos. Porecita la historia occidental vale…

    3. Diccionario Dominguez: Internacionalismo sovietico = colonialismo sovietico

      Durante la guerra fria los astronautas sovieticos tambien fueron todos SIN EXCEPCIÓN astronautas de sus países ‘aliados’. Hubo un momento en que la URSS considero a Francia un aliado dentro del bloque capitalista y como premio les mandaron un astronauta al espacio. Al igual que los yankis, en resumen, solo mandaron aliados. Por supuesto, no podia ser de otra forma.

      1. La URSS envió al espacio a astronautas de países aliados, de países no alineados y de países occidentales (Francia, Japón, Reino Unido y Austria). Así el primer astronauta francés (Jean-Loup Chrétien, 1982), el primer astronauta japonés (Toyohiro Akiyama, 1990), la primera astronauta británica (Helen Harman, 1991) y el primer astronauta austríaco (Franz Viehböck, 1991), lo fueron tripulando una nave espacial de la URSS.

    4. Hablando del internacionalismo ruso me vienen a la mente 2 hechos históricos:
      1. Hitler invade Polonia en su delirio imperialista de Supremacía Germana sobre sus vecinos con la excusa de proteger y defender a los alemanes que vivían en Polonia «oprimidos» por los inferiores pueblos del lugar.
      2. Putin anexa Crimea y avanza sobre el este de Ucrania con fuerzas propias o con mercenarios con la excusa de proteger y defender a los rusos que viven en Ucrania.
      Ya se que «parecido no es lo mismo» pero sigue siendo muy parecido. Rusia tiene una tradición imperialista que es heredada por U.R.S.S. y que persiste hoy en día. Reinvindicar la era soviética es la receta de Putin que piensa que la disolución de la U.R.S.S es el peor error geopolítico de la historia.
      Las tendencias imperialistas asociadas a los nacionalismos varios no son lamentablemente exclusivamente «yanquis». Si se observa sin pasión nacionalista incluso países de menor envergadura ejercen esas tendencias o al menos lo intentan. Hacer una lista de ejemplos llevaría horas y un weblog entero…
      Como siempre lo de Daniel no tiene comparación con casi nada! Es de lo mejor que hay en este mundo por ahora!!!
      Qué estén todos bien les deseo desde la Patagonia! (que argentinos y chilenos venimos disputándonos mutuamente desde el fondo de la historia en una pequeña guerrita imperialista de por acá…)
      Shalom! Paz en el mundo!

      1. Estoy de acuerdo en una cosa: una lista de tendencias imperialistas asociadas a nacionalismos sería larga, muuuuy larga. As-salamu alaykum! Que la paz sea contigo, Klein!

  6. OFF TOPIC
    Vi la película Ad Astra
    AVISO No vayáis a verla. Es infumable y con muchos fallos que incluso un no espacio trastornado vería. No es recomendable para vuestra salud psicológica
    Quien avisa no es traidor

    1. La idea de la libertad es hacer las cosas por uno mismo y sacar sus propias conclusiones, si la veo y es mala, bien, si la veo y me gusta, bien también. Para algunos 2001 es una basura porque no tiene casi diálogos y para otros es una obra magna.

      1. Dicen que cada aleta-pata seria mas pesada que la aleta y la pata por separado. Realmente contraintuitivo.
        Esa nueva version me parece inestable luego del aterrizaje.

        1. Precisamente. La RDA ya no existe, pero Rusia y Ucrania si existían durante los años de la URSS. De hecho, tenían un asiento para cada una de esas naciones en la ONU.

  7. Las fotos de los astronautas en la Salyut demuestra la superioridad que en ese momento tenía el programa soviético, y lo cotidiano de muchos comportamientos allá arriba.
    A veces tengo la impresión de que no se le da el valor que merece

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