Hace medio siglo el ser humano caminó por primera vez por la superficie de otro mundo. En su momento, el gran público pensó que se trataba del inicio de una nueva era para la humanidad y para la NASA. Pero la aventura lunar solo duró cuatro años. Cuatro años durante los cuales viajar a otro mundo fue —casi— rutina. Solo una docena de hombres caminaron sobre la Luna y desde 1972 nadie ha vuelto a abandonar la órbita baja terrestre. En una decisión que se suele comparar con el desmantelamiento de las Flotas del Tesoro del almirante Zheng He por parte de los funcionarios de la dinastía Ming, Estados Unidos renunció a la Luna. Los vehículos creados para el programa Apolo —el cohete Saturno V y las naves CSM y LM— se cancelaron y fueron olvidados en favor de aventuras menos costosas y ambiciosas en la órbita baja.
Mientras que en Rusia y otros países el vuelo de Gagarin o el Sputnik se consideran los hitos más importantes de la exploración del espacio —no en vano, todo el mundo recuerda a Cristobal Colón, pero nadie al segundo que llegó a América—, en Estados Unidos el programa Apolo siempre se ha considerado el punto álgido de la exploración del espacio. Todo lo que sucedió antes del Apolo 11 era un preludio, meros preliminares, la anodina introducción antes de que ocurriese lo realmente importante. Esta actitud, comprensible hace unas décadas, no deja de ser paradójica hoy en día en tanto que significa el reconocimiento de una derrota: «hemos sido incapaces de repetir algo que hicimos hace medio siglo». La NASA ha sido víctima de su propia mitología sobre la ‘conquista’ del espacio. Si el Apolo fue la cima del progreso humano en el espacio, entonces desde 1972 solo hemos ido cuesta abajo.
Naturalmente, todos sabemos que no es así. Estados Unidos —y, en menor medida, otros países— ha liderado desde los años 90 la era dorada de la exploración del sistema solar gracias a una pléyade de misiones automáticas. Nunca antes había habido tantos robots explorando, o a punto de explorar, todo tipo de cuerpos que giran alrededor del Sol. Los artefactos humanos, la mayoría de la NASA, han estudiado todo tipo de mundos, desde el interior de la órbita de Mercurio hasta el Cinturón de Kuiper y más allá. Así que no es cierto que la humanidad, y menos aún Estados Unidos, haya renunciado a la exploración espacial. Lo que sí ha ocurrido es que no hemos encontrado motivos para continuar la exploración tripulada del espacio más allá de la órbita baja. ¿Pero por qué? ¿Era inevitable? ¿Hubiera sido posible una realidad alternativa con misiones rutinarias a la Luna y más allá?
Obviamente, Apolo fue producto de la Guerra Fría. Era una carrera lunar con la Unión Soviética. En el momento que Armstrong puso el pie sobre el Mar de la Tranquilidad se alcanzó el único objetivo del programa Apolo. Ya no hacía falta continuar. No se fue a la Luna por motivos científicos, ni para controlar recursos naturales, ni para ‘explorar’. Se fue únicamente para demostrar al mundo que se podía vencer a la Unión Soviética en el espacio en una época donde una confrontación militar directa entre las dos superpotencias hubiese significado el fin de la civilización. Para ser un icono de una era, o quizá por eso mismo, lo cierto es que hay muchos mitos alrededor del final del Apolo. Todavía mucha gente piensa que las misiones lunares se cancelaron porque «el público se aburrió» o porque «la guerra de Vietnam impidió continuar con el enorme presupuesto de la NASA». No es que estos argumentos sean falsos, que no lo son, pero solo son dos razones que no explican por sí solas un fenómeno mucho más complejo.
Curiosamente, casi nunca se suele mencionar que Apolo estaba muerto antes de nacer. Efectivamente, el programa Apolo fue cancelado de facto en agosto de 1968, casi un año antes de que el Eagle alunizase, cuando el administrador de la NASA James Webb rechazó la petición de George Mueller para construir cohetes Saturno V adicionales (la decisión fue especialmente paradójica porque Webb fue el verdadero padre del Apolo y gracias a sus maniobras políticas logró mantener a flote el programa a pesar de las amenazas de cancelación durante los años 60). La NASA había pedido quince Saturno V para el programa Apolo y no se iba a construir ni uno más. Y sin el cohete gigante del centro Marshall era imposible viajar a la Luna con la arquitectura elegida para el programa Apolo. La cadena de producción del Saturno V se cerró en 1968, poco después del pico de gasto del Apolo, que llegó a alcanzar el 4% del presupuesto federal, una cifra inimaginable hoy en día.
Y es que quizás el hecho menos conocido del Apolo es que el programa tenía fecha de caducidad. Mientras el público pensaba que las misiones lunares se podían prolongar durante años o incluso décadas, la NASA sabía que solo disponían de quince Saturno V. Quince, ni uno más. La única duda era determinar cuántas misiones a la Luna serían posibles con ese número. Tras el accidente del Apolo 1, la NASA no podía imaginar ni en sus mejores sueños que todas las misiones Apolo previas al Apolo 11 se iban a llevar a cabo sin problemas significativos —con la excepción del Apolo 6, que casi termina en la destrucción del lanzador—, algo que permitió disponer de diez cohetes Saturno V para realizar vuelos lunares. Lamentablemente, una de estas misiones —Apolo 13— no alcanzó la Luna y la NASA canceló las tres últimas misiones (Apolo 18, 19 y 20). El Apolo 20 se canceló en enero de 1970, en pleno apogeo de popularidad del Apolo, para usar el Saturno V de esta misión en el lanzamiento de la estación Skylab. Los Apolo 18 y 19 se cancelaron en septiembre de 1970 por culpa de una mala jugada por parte del administrador Thomas Paine, que pensaba que el ahorro de los 42 millones de dólares destinados a esas misiones —una auténtica miseria en comparación con el coste del programa—, ‘suavizaría’ la postura hostil de la administración Nixon hacia la NASA. Ni que decir tiene, fue un tremendo error. Nixon no se movió ni un milímetro de su postura en contra del programa espacial tripulado, más bien todo lo contrario.
Entonces, ¿cómo habría sido posible la continuación del Apolo? La única posibilidad es que la Unión Soviética se hubiese adelantado al Apolo, pero, como ya hemos comentado en este blog en innumerables ocasiones, la URSS nunca tuvo una oportunidad real de ganar a la NASA a la hora de poner un ser humano sobre la superficie lunar. No obstante, sí que podría haber logrado mandar una misión tripulada alrededor de la Luna antes que el Apolo 8 con algo de suerte y esfuerzo. En ese caso es posible que la línea de producción del Saturno V se hubiese mantenido abierta ‘por si acaso’ y las últimas misiones lunares no se hubiesen cancelado. Quién sabe.
Sea como sea, el segundo motivo del fin del Apolo fue la falta de apoyo social. Aunque ahora nos pueda parecer sorprendente, Apolo nunca gozó del apoyo del público estadounidense. El programa apenas superó el 50% de aprobación en todas las encuestas. Y eso en plena euforia del Apolo 11. Cuando el Apolo 17 despegó en diciembre de 1972 el apoyo se había reducido todavía más y los medios de comunicación se jactaban abiertamente del hastío y aburrimiento hacia las misiones lunares que mostraba el público. La Guerra de Vietnam y los problemas de la sociedad —las desigualdades económicas y la lucha por los derechos civiles, incluyendo el feminismo y las políticas contra el pseudo-régimen de apartheid de algunos estados sureños— eran vistos por la mayoría del público como problemas más acuciantes que ir a la Luna. Y tenían razón, claro, pero evidentemente se trataba de asuntos que no estaban relacionados entre sí. La lucha por los derechos de las minorías o el resultado del conflicto en Vietnam eran independientes de lo que pasase con el programa Apolo (de hecho, el pico de gasto en la guerra de Vietnam tuvo lugar, como en el Apolo, antes de 1970). Esa falta de apoyo social, sumada a la falta de una respuesta soviética, se tradujo en una falta de apoyo político, tanto entre demócratas como republicanos (el mito de que Nixon, republicano, quería acabar con el Apolo porque era parte del legado de Kennedy, demócrata, es solo eso, un mito).
Por supuesto, la nefasta negociación del administrador Thomas Paine con el presidente Nixon no ayudó al futuro del programa tripulado. En 1969, cuando ya era evidente que Apolo no contaba con apoyo suficiente por parte del público y de la Casa Blanca, Paine le intentó ‘vender’ a Nixon un conjunto de proyectos completamente desconectados de la realidad. Mientras Nixon deseaba cancelar las misiones lunares por su elevado coste y baja popularidad, la alternativa de Paine para el futuro de la NASA fue… ¡un viaje tripulado a Marte! O sea, un proyecto todavía más caro, arriesgado y ambicioso. Y, no contento con ello, al mismo tiempo Paine quería que Nixon aprobase el proyecto del transbordador espacial, una estación espacial en órbita baja para cien personas y una flota de transbordadores nucleares que usarían la tecnología de las misiones marcianas para viajar desde la órbita baja a la Luna. Obviamente, y como buen estratega que era, la respuesta de Nixon fue la peor posible y amenazó con cancelar el programa espacial tripulado por completo. En marzo de 1970 Paine solo consiguió que la Casa Blanca se comprometiese a seguir adelante con la estación Skylab y logró la promesa de continuar con el desarrollo del transbordador espacial, el proyecto estrella de la NASA para la era post-Apolo.
Para sorpresa de todos, probablemente el propio Nixon incluido, Paine no reculó y siguió proponiendo proyectos fantásticos —aunque cada vez con menos fuerza— para el futuro de la NASA hasta que fue cesado en septiembre de 1970. Su sucesor, James Fletcher —que era afín a Nixon y, también, más realista— sabía que la única opción era elegir el mal menor. Es decir, había que olvidarse de misiones a Marte y luchar por seguir adelante con el transbordador espacial, un proyecto modesto —comparado con el Apolo— que al menos garantizaría la presencia estadounidense en el espacio y permitiría mantener parte de la tecnología y puestos de trabajo del Apolo. Pese a todo, en 1970 y 1971 la NASA volvería a proponer una misión tripulada a Marte, con el resultado esperado.
El transbordador espacial pretendía abaratar los costes de acceso al espacio y revolucionar la astronáutica por completo. Con suerte, dejaría atrás los enormes costes del programa Apolo. Y es que otro de los factores del declive del Apolo fue la fuerte oposición interna. Por increíble que nos pueda parecer hoy en día, la inmensa mayoría de ingenieros y técnicos que trabajaron en el Apolo pensaban que la tecnología de las misiones lunares era obsoleta. Veían al Saturno V como un gran logro técnico, sí, pero al mismo tiempo creían que era un enorme dinosaurio metálico, costosísimo y torpe. Los cohetes gigantes por etapas diseñados por un antiguo ingeniero de la Alemania nazi eran algo que había que superar. El futuro lo protagonizarían hermosas y estilizadas máquinas aladas totalmente reutilizables. Los cohetes desechables estaban pasados de moda. La única alternativa era la reutilización que prometía el transbordador espacial. Y, una vez el acceso al espacio fuese barato, la humanidad se expandiría por el sistema solar. Todo un acto de fe más propio de un culto religioso que de una agencia espacial. Pero no podemos culpar de exceso de optimismo a los protagonistas que hicieron posible el Apolo. Era una época en la que se soñaba a lo grande y en la que cualquier cosa imposible se podía hacer realidad con ingenio, esfuerzo y dinero suficientes. Huelga decir que esta ‘quinta columna’ que criticaba la ‘obsoleta y cara’ tecnología del Apolo al mismo tiempo que abogaba por la demolición del programa desde dentro tampoco ayudó a continuar con las misiones lunares precisamente.
El historiador David Portree ha imaginado una realidad alternativa en la que el programa Apolo nunca fue cancelado y en la que la humanidad siguió aventurándose más allá de la órbita baja. En esta realidad, el coste de las misiones lunares se redujo al espaciarlas en el tiempo. Y, entre misión y misión lunar, la NASA llevaría a cabo vuelos a estaciones espaciales en órbita baja. De esta forma, la infraestructura del Apolo podría haber sobrevivido hasta nuestros días —o al menos hasta los años 80 o 90—, de modo parecido a lo que ha pasado con la nave tripulada Soyuz y el cohete homónimo. No deja de ser un interesante ejercicio de imaginación, pero, como hemos visto, Apolo lo tenía todo en contra. Puede que si alguien como Fletcher hubiera ocupado el lugar de Paine y hubiese propuesto la continuación de la tecnología del Apolo con proyectos más modestos y baratos, la historia hubiese sido distinta. Puede, pero nunca lo sabremos.
Medio siglo más tarde, y tras el hiato de las tres décadas de la era del transbordador, la NASA tiene la intención de regresar a la Luna con el programa Artemisa usando un cohete menos potente que el Saturno V —el SLS— y una cápsula más grande que el CSM del Apolo —la Orión—. China también ha mostrado varios planes para poner un astronauta en la Luna, aunque por el momento no hay ningún proyecto oficial en marcha. Paradójicamente, todas estas arquitecturas se basan en lanzadores desechables. Solamente SpaceX propone viajar a la Luna y a Marte usando la combinación Starship/SuperHeavy, un sistema completamente reutilizable. ¿Lograrán hacer realidad los sueños de los ingenieros del Apolo más de cincuenta años después?
Las referencias del programa Apolo:
¿Cómo entender el Apolo? ¿Cómo es posible abarcar la inmensidad de este programa? No se puede. Resulta físicamente imposible leer y ver todo lo que se ha escrito y filmado sobre el Apolo. A lo largo de los años he intentado leer cuanto he podido sobre este fascinante periodo de la historia y, pese a todo, solo he podido consultar una pequeña fracción de las obras disponibles. He leído libros infumables y otros maravillosos. Fruto de esta experiencia particular, dejo a continuación una lista con mis referencias preferidas. Por supuesto, hay muchas más, pero estas son de las que puedo hablar con garantías porque, bueno, porque las he leído. He dejado fuera de la lista libros que no me han gustado, otros dedicados a misiones Apolo específicas distintas al Apolo 11 y la mayoría de las biografías de los astronautas (simplemente, son demasiadas). No están todas las que son (eso sería imposible), pero son todas las que están:
- Apollo Flight Journal: todo —y cuando digo todo, es TODO— sobre las misiones Apolo: transcripciones, fotos, etc. Es LA fuente imprescindible para cualquier historiador, espaciotrastornado o simple curioso.
- Apollo Surface Journal: igual que la página anterior, pero con los detalles de las actividades en la superficie lunar de las seis misiones Apolo que pisaron la Luna. Ahí está TODO.
- Apollo Press Kits: antes de Internet, los periodistas, expertos y curiosos en general tenían acceso a una gran cantidad de información oficial sobre el Apolo gracias a los informes para a la prensa. Son muy informativos y contienen multitud de detalles curiosos e ilustraciones.
- Apollo Press Kits: otra fuente oficial sobre los press kits de cada misión. Son más entretenidos y rigurosos que la mayoría de libros dedicados al tema.
- A Man on the Moon: The Voyages of the Apollo Astronauts, Andrew Chaikin: si tienes que leer solo un libro sobre el programa Apolo, que sea este. Chaikin resume el programa espacial estadounidense de forma magistral en una obra para todos los públicos. Los espaciotrastornados más recios echarán de menos los detalles técnicos, pero este defecto queda compensado por la maravillosa prosa del autor.
- Chariots for Apollo: A History of Manned Lunar Spacecraft, Courtney G. Brooks. James M. Grimwood y Loyd S. Swenson, Jr.: una magnífica referencia oficial —y gratuita— sobre la historia del programa Apolo de forma cronológica. Como su nombre indica, se centra en la historia del desarrollo de las naves y los lanzadores del Apolo.
- Stages to Saturn, Roger E. Bilstein: este libro oficial de la NASA es, además de ser gratuito, probablemente la mejor referencia sobre las decisiones políticas tras el programa Apolo.
- Project Apollo: The Tough Decisions, Robert C. Seamans: un libro para entender la historia del Apolo y las decisiones políticas asociadas. Bastante árido, pero muy interesante.
- NASA Apollo 11 Owners’ Workshop Manual, Christopher Riley y Philip Dolling: un libro delicioso repleto de detalles técnicos que resume fantásticamente la ingente información de los press kits de la NASA y cuenta con hermosas fotos e ilustraciones a gran tamaño.
- NASA Saturn V Owners’ Workshop Manual: 1967-1973 (Apollo 4 to Apollo 17 and Skylab), David Woods: el libro es similar al anterior, pero dedicado exclusivamente al Saturno V.
- How Apollo flew to the Moon, David Woods: gran libro que describe los detalles del viaje a la Luna. El autor consigue un equilibrio perfecto y logra ser entretenido, pero sin saturar de detalles técnicos al lector. Pese a todo, no se trata de una lectura dirigida a un público casual. Para dotar de un hilo conductor al relato, Woods narra los aspectos de cada fase de la misión de forma cronológica —lanzamiento, alunizaje, etc.— usando datos y anécdotas de todas las misiones Apolo.
- Deke!, Deke Slayton y Michael Cassutt: esta biografía de Slayton escrita por Michael Cassutt es LA referencia para conocer cómo se seleccionaron las tripulaciones de los programas Mercury, Gémini, Apolo y Skylab. El bueno de Deke no deja títere con cabeza y, a diferencia de lo que ocurre en las aburridas hagiografías que son la mayoría de las biografías de astronautas, no se muerde la lengua si es necesario. Imprescindible.
- The First Men on the Moon: The Story of Apollo 11, David Harland: este libro es LA referencia para el Apolo 11. Es una magnífica alternativa al Apollo Journal de la NASA, aunque lo malo es que para la mayoría del público puede ser demasiado exhaustivo, mientras que para muchos expertos y espaciotrastornados resulta más cómodo acudir al Journal directamente. En cualquier caso, es de lectura obligatoria para los fanáticos del Apolo.
- Apolo 11: La apasionante historia de cómo el hombre pisó la Luna por primera vez, Eduardo García Llama: la mejor obra en español sobre el Apolo 11. Eduardo cuenta la misión con todo lujo de detalles y, a diferencia de la referencia anterior, de forma mucho más amena y poética. Recomendado tanto para el público en general como para espaciotrastornados. Además, es de lo poco recomendable que ha aparecido con motivo del 50º aniversario del Apolo 11. Si no lo has leído, estás tardando.
- Un pequeño paso para [un] hombre: La historia desconocida de la llegada del hombre a la luna, Rafael Clemente: un magnífico resumen de todo el programa espacial de la NASA, desde el Mercury hasta el Apolo 11. Rafael explica muy bien TODOS los detalles técnicos del Apolo y la obra cuenta con el apoyo visual de multitud de imágenes a color y todo tipo de esquemas. Y además en español.
- Apollo: The Definitive Sourcebook, Richard Orloff: las fuentes oficiales de la NASA suelen ser contradictorias en cuestión de cifras y números (duración de las EVAs, hora de cada ignición, etc.). Este libro resuelve todas esas dudas y alguna otra. No se trata de un libro para leer plácidamente antes de dormir, sino que es una obra de consulta con todos los datos importantes del Apolo.
- On the Moon: The Apollo Journals, Grant Heiken y Eric Jones: este libro cuenta lo que hicieron los doce astronautas que pisaron la Luna. Es decir, se centra exclusivamente en las actividades sobre la superficie. Resume magníficamente y da contexto a la ingente cantidad de información del Apollo Surface Journal.
- Eight Years to the Moon: The Apollo 11 Mission, Nancy Atkinson: de los pocos libros publicados por el 50º aniversario del Apolo 11 que aportan algo nuevo. Atkinson narra el Apolo 11 de forma original a través de la visión de varios de sus protagonistas, desde astronautas hasta ingenieros. Muy bueno.
- Digital Apollo: Human and Machine in Spaceflight, David A. Mindell: gran referencia sobre el ordenador del Apolo y los procedimientos que se seguían en las principales fases de las misiones Apolo.
- The Apollo Guidance Computer: Architecture and Operation, Frank O’Brien: de idéntica temática que el anterior, aunque mucho más técnico y, quizás, mucho más árido. Solo apto para espaciotrastornados de pura cepa.
- Sunburst and Luminary: An Apollo Memoir, Don Eyles: una biografía que ofrece una visión interna poco habitual del desarrollo del ordenador del Apolo, especialmente en lo relativo al software. Es un libro muy interesante, pero también muy específico y a veces se va por las ramas (en tanto en cuanto habla de otras cosas aparte del Apolo), así que lo recomiendo solo si te gusta mucho la informática retro y su relación con el programa espacial.
- Failure Is Not an Option: Mission Control from Mercury to Apollo 13 and Beyond, Gene Kranz: mítica biografía del mítico Gene Kranz. Un punto de vista privilegiado del control de la misión y la historia del programa espacial y de la NASA.
- Apollo Mission Control: The Making of a National Historic Landmark, Manfred ‘Dutch’ von Ehrenfried: cuenta todos los detalles sobre el control de la misión, pero es quizá es demasiado técnico para el gran público.
- Paving the Way for Apollo 11, David Harland: se centra en la historia de los programas robóticos de exploración de la Luna antes del Apolo 11, o sea, las sondas Ranger, Surveyor y Lunar Orbiter. También habla extensivamente de la selección de los lugares de alunizaje y la geología lunar.
- Read you loud and clear!, Sunny Tsiao: libro gratuito sobre la historia de la red de estaciones de la NASA.
- Rocket Ranch: The Nuts and Bolts of the Apollo Moon Program at Kennedy Space Center, Jonathan H. Ward: este libro está dedicado a la historia del que actualmente es el Centro Espacial Kennedy. Árido, pero repleto de anécdotas y detalles muy técnicos poco conocidos.
- Countdown to a Moon Launch: Preparing Apollo for Its Historic Journey, Jonathan H. Ward: libro muy técnico que es continuación del anterior y cuenta todos los detalles del lanzamiento de los cohetes Saturno (alguno de ellos no los he visto en ninguna otra obra).
Resto de entradas sobre el 50º Aniversario del Apolo 11:
Hola,
Excelente nota y un muy buen remate para esta magnífica serie. Felicitaciones!!!
Abrazo
Supongo que deberíamos llevar a Paine al purgatorio de la NASA junto con Griffin…
Y algunos mas, como Atila Obama.
Disculpa; para Atila, Trump.
Un vodka con martini seco.
Mezclado, no agitado. 😆
El Constellation ya le había costado 7.000 millones $ a las arcas eeusanas cuando decidió cancelarlo Obama, y desviar fondos para la iniciativa privada.
Creo que Musk no se lo reprocha…
Y a los nefastos presidentes de ambos que no tuvieron la visión para saber la importancia del espacio, por encima de números…
Esperemos que 50 años después si estemos iniciando la era de oro de la exploración tripulada del espacio, y de forma permanente…es hora de abandonar LEO y explotar los recursos ISRU, del ecosistema cislunar y luego Marte…
Los políticos sólo son victimas del deseo de las masas. Si de verdad quieres que haya presión para que apoyen la exploración espacial la solución está en difundir y cautivar a tus allegados con esta pasión… compartan todo el material que cautive como este blog
Excelente epílogo de una gran serie. La biografía final es invaluable como tu conocimiento sobre el tema Daniel. Éxitos!
Excelente bibliografia Daniel MUY recomendada. 🙂
quería añadir, si no es molestia, que :
-«APOLLO FLIGHT JOURNAL» tiene sus propios canales de you tube (uno por cada misión) con los famosos «PDI to Touchdown». (salio uno mejorado del Apollo 11 recientemente, que es una mejora del original «pdi to touchdown»)
ejemplos apollo 11 y 17.
https://www.youtube.com/watch?v=xc1SzgGhMKc
https://www.youtube.com/watch?v=A7y5feeMvEo
-apollo surface journal es la que contiene al completo todos los vídeos de superficie lunar. como dijiste: todo.
-aunque apollo flight / surface journal tienen excelentes fotografías, la que contiene remasterizadas CASI todos los magazines sin filtros del Apollo es:
https://www.flickr.com/photos/projectapolloarchive/albums
es mas ordenado y amigable.
http://www.apolloarchive.com/apollo_gallery.html (esta es la antigua pagina, con fotos de contexto)
Lunar and Planetary Institute (http://www.lpi.usra.edu/resources/apollo/) tiene todos los magazines pero solo como referencia y ayuda.
esta es MUY RARA: los magazines de la misión Apollo Soyuz ASTP son casi imposibles de conseguir.
alrededor de 2500 fotos escaneadas. se encuentran en el «NATIONAL ARCHIVES CATALOG»
pero no están ordenadas
https://catalog.archives.gov/search?q=*:*&f.parentNaId=7933548&f.level=item&sort=naIdSort%20asc
-el libro «APOLLO BY THE NUMBERS». la guía de referencia con una cascada de números y datos.
https://history.nasa.gov/SP-4029.pdf
este libro es parte de la pagina : https://history.nasa.gov/books.html
GAZmaracaibo tradujo documentales de la NASA de 1968:
-La Fase de Reingreso de la nave Apollo
-la reunión en órbita lunar
-y la ventana de lanzamiento
https://www.youtube.com/watch?v=j9br1v6OMsw
https://www.youtube.com/watch?v=qTtO3hY5W-g
https://www.youtube.com/watch?v=skGPFYy6DWs
que son viejos pero muy MUY explicativos.
también en su canal tiene traducidos los resúmenes de cada misión Apollo en español.
casi que también recomiendo la serie de 6 documentales «Moon machines» (maquinas lunares)
que hablan en cada capitulo de una parte especifica del Apollo con ayuda de técnicos e ingenieros que los diseñaron
-el saturno v, el modulo de comando, el modulo lunar, la computadora de navegación, el traje espacial, el Rover lunar (en el canal de youtube «gazmaracaibo» están traducidos, solo falta el del AGC 🙁
y SPACECRAFT FILMS tiene en youtube los documentales:
The Mighty Saturns: Saturn 1 and 1B
https://www.youtube.com/watch?v=_z1a1R7RUfM
y
Spacecraft Films The Mighty Saturns Part I The Early Saturns 2002
Spacecraft Films The Mighty Saturns Part II The Saturn V 2002
https://www.youtube.com/watch?v=x8VL_mV5B98
https://www.youtube.com/watch?v=GaYMzhABF6s
pagina de planos y información:
http://home.kpn.nl/panhu001/SiteMap.html (mucha info y planos)
http://home.kpn.nl/panhu001/Saturn_V/Saturn_V_info/Saturn_V_ext_int.html (ejemplo)
en apollo surface journal esta el libro «Clouds across the Moon» que como dice el autor:
«…was written by accident. While searching for ways to prove to stupid people that they were wrong and we did go to the Moon, it occurred to me that there had been weather satellites at the time of Apollo. After a bit of searching, I discovered a variety of sources for satellite photographs, and set about matching them with Apollo images of Earth.»
y para finalizar:
https://www.youtube.com/watch?v=8vdqcxEuiic
https://vimeo.com/141812811
Cuando uno se pone a ver los majestuosos planes que habían para continuar la era Apollo (y que esperemos ver en la serie de Apple) y ve lo poco que se ha hecho en 50 años…estamos muy lejos todavía de una exploración seria de Marte, cuando no se ha hecho casi nada fuera de LEO…e incluso en nuestro jardín espacial, apenas hemos lograda una estación espacial muy buena si, pero que dista mucho de la maravilla que se planificaba para 100 personas, con módulos como el de Skylab, y además con gravedad artificial…
Ojalá al menos veamos estos pasos ahora…
Me pregunto cuánto dinero hubiera costado a la NASA mantener una misión lunar cada dos años. Seguro que se hubiera podido compatibilizar el shuttle con ir de cuando en cuando a la Luna.
Es una lastima que desde dentro de la propia NASA se viera al `programa Apolo como algo con un fecha de caducidad. Si no se hubiese cerrado la fabricación del Saturno V, aunque mas lentamente se podrían haber hecho muchas cosas mas.
Esta claro que si hay dinero (y ganas) para fabricar tropecientos portaaviones y un sinnúmero de submarinos nucleares, pero nos olvidamos del espacio porque no es «rentable». Y ahora que quieren volver, y a empezar de nuevo. Que cortos de miras. Esto hubiese sido como si una vez que Colón hubiese ido a America, los reyes le dijeran: «A ver Cristóbal, que para las baratijas que nos has traído y los maravedíes que te hemos dado…que mejor te vas a Génova y te retiras plácidamente.» Pero no fue así y al menos durante un tiempo España lidero los asuntos del mundo.
Otra cosa que me ha sorprendido es la gran cantidad de libros que nos recomiendas en español: 1. Ya, ya se que fue una gesta de los USA, pero. ¿nadie mas a escrito algo decente en español? Bueno sí, tú lo has hecho y te lo agradecemos. (Por cierto uno de los operarios y o directores del Fresnedillas ha escrito un libro, ¿sabes si esta bien?)
Buen punto.
La tecnología naviera, redes comerciales y artes administrativas del poder de turno en España ya estaban maduras para encarar la colonización, conquista, etc.
500 años antes lo escandinavos que llegaron a Terranova no lo estaban. Fueron, tocaron y no volvieron.
Los arsenales que se desarrollan, cierran dentro de las actuales lógicas de poder y hegemonía.
Para viajes tripulados sostenidos en el tiempo y con cierta escala significativa, es necesario que ofrezca dividendos o retornos de importancia económica.
A la actividad espacial tripulada a mayor escala le hace falta un sentido análogo en cuanto a su utilidad inmediata y concreta, y los avances en la automatización la hacen menos imprescindibles.
Agua fiesta, pero es mi visión.
Un detalle a vuelo de pájaro.
La películas de viajes espaciales de los ’50, las de los cohetes plateados tipo V-2, eran historias de explotaciones.
La películas de los ’70 para acá (Aliens, Star War, Dune, etc.) se desarrollan en naves cargueras, guerras comerciales entre colonias etc.
Es decir, estamos dando vueltas por ahí….
porqué hay pasta.
🤷🏼♂
donde dice explotación quise poner exploración
Soberbio epílogo a una serie magistral. Muchas gracias, Daniel.
No hay siete sin ocho: el infinito 🙂
Broche de chuknorrio para una serie sublime.
Ocho infinitas gracias, Daniel.
Por lo que dices Daniel, hubieran continuado con el Apolo 18,19, y 20 pero decidieron cancelarlo para calmar a Nixon y continuará de forma modesta con el Transbordador Espacial. Ví en un documental History Channel que Nixon se interesó en el Transbordador cuando alguien le dijo: Señor Presidente, este vehículo podría capturar satélites soviéticos y traerlos se regreso a la Tierra. Y de esta forma Nixon apoyo el proyecto aunque quien sabe si el Transbordador tuvo esa capacidad a la final.
Supuestamente el Transbordador iba a abaratar los costos de lanzamiento y de esta forma abrir definitivamente el espacio para los humanos, pero no fue así. Leí una vez que calculado a la inflación de los años 90, el costo por poner una tonelada en órbita de un Saturno V era de 9000$ mientras que la de un Transbordador Espacial podría rondar los 12000$. En vez de reducir los costos se han incrementado.
Quizás por ello que con Orión/SLS se han ido otra vez al enfoque conservador de cohetes desechables en vez de complicarse la vida con la reutilización.
Cuando veo el BFR de Musk me preguntó si llegará a ir al espacio y cumplir con ser reutilizable. Valdrá la pena recuperar la primera fase de los cohetes Falcón? Sería bueno averiguarlo
Hace un año fui a un evento de la organización Back to the Space, cuya cabeza era Adelaine Dallas Roosa, nieta del piloto del Módulo de Comando del Apolo 14. En dicho evento estaba Charlie Duke, piloto del Módulo Lunar del Apolo 16.
Le pregunté a Duke si habría un astronauta del Apolo vivo para cuando se regresará a la Luna con humanos. Duke me dijo que con lo que estaba haciendo SpaceX y la NASA con el Orión/SLS pensaba que antes de partir de este Mundo vería una nueva generación explorando la Luna. Duke acotó que era el más joven del grupo que fue a la Luna
«Solo apto para espaciotrastornados de pura cepa.» Jujaujajaja!!!
¡Gracias por esta y otras maravillosas entradas sobre el programa Apolo!
Increíble serie Daniel, enhorabuena. En la época de los 150 caracteres, y de la desaparición de los blogs, tu divulgación rompe con talento y cariño. Más de 8 años leyéndote.
¿Alguien ha leído este libro sobre el Apollo de Rafael Clemente?
https://www.amazon.es/gp/product/844802494X/ref=ppx_yo_dt_b_search_asin_title?ie=UTF8&psc=1
¡Ah, se me olvidaba el libro de Rafael! Lo añado ASAP.
El escritor e investigador navarro Juan José Benítez dice que a la luna no se ha podido ir desde 1972 porque la contaminaron con unas supuestas explosiones nucleares para destruir unas supuestas ruinas.Al parecer,esta información se la proporcionó un supuesto informante,(al parecer un ex alto cargo militar),al cual él denomina «Mirlo Rojo».
ummm…Juan José Benitez. Un gran científico y divulgador. Escritor afamado que sienta cátedra con la veracidad de sus novelas-testimonio. Un grande de la teoría de la conspiración. Todo muy creíble, vamos.
Lo confieso: YO SOY EL «MIRLO ROJO»
Y sí, las últimas misiones Apolo dejaron en la Luna dispositivos nucleares de 155 megatones para eliminar unas ruinas de una colonia vulcana que estorbaba para la futura construcción de un centro comercial Carrefour, auténtico motivo de los planes espaciales de Musk.
Me has pillado, felicidades.
No, fue porque vieron alli arriba danzando desnuda a Eilistraee, la diosa de los drow buenos, y en la NASA no querian que se supiera de eso.
A lo mejor deberias informarte mejor y saber que el video de los astronautas que sale en «Mirlo Rojo» -una mala traduccion del nombre de un ave norteamericana, cuando deberia haber sido «Zorzal Rojo»- resulto ser producto de una productora de dibujos animados vasca, Dibulitoon. Tambien pregutnntarse porque Bush, sobre todo en la epoca justo post 11-S y pre-guerra de Iraq, no movio un dedo porque se filtraran tals secretos de estado. Y hay mas.
Bah, ningún hombre pisó la Luna.
Eran todos transexuales.
LGBT Conspiranoid Mode – [ OFF ]
Impresionan las imágenes la cadena de montaje industrializada del Saturno V.
Quizás se hubiesen abaratado los costes con una primera etapa del Saturno V reutilizable con paracaidas y una segunda etapa tipo transbordador, reutilizable también… oh wait!
PD.- Daniel, se echa en falta un índice organizado al final de este artículo, con las 8 partes de tu serie del Apolo 11 (links). Así facilitarás la lectura de esta joya a los que vengan en el futuro.
Ah, bien pensado. Ahora las añado.
Gracias Daniel por esta estupenda serie rematada por tu selección crítica de obras sobre el tema.
Dado que yo soy un espaciotrastornado de los vuelos tripulados apoyo la recomendación del libro Deke! que hace Daniel. Creo que es parte del dinero mejor invertido que nunca hice.
Saludos
Carlos
Maravillosa serie lunar!! Felicitaciones Daniel. Fue un encantador viaje en el tiempo, 50 años atrás.
Es irónico que el programa Apolo, fuera cancelado no por el éxito de los norteamericanos sino por el fracaso de los soviéticos de alcanzar la Luna. 😀 Todo es cuestión de dinero y determinación. Es posible que China vuelva a encender la antorcha de la competencia y alcancemos a ver nuevamente misiones tripuladas a la Luna.
Off topic
Para los que gustan de la cf
Planetes es un manga japonés de drama y romance escrito e ilustrado por Makoto Yukimura,1y compuesto por cuatro tomos, del que también se ha realizado una serie de anime con el mismo título. Dirigida por Goro Taniguchi y producida por el estudio Sunrise, consta de un total de 26 episodios.
La historia se ambienta en el año 2075 y trata sobre un grupo de astronautas empleados en la estación espacial Tecnora, en la sección de desechos, más conocida como “la semi” (ya que es un grupo con recorte de presupuesto y sólo cuenta con la mitad del personal) cuyo deber es recoger la basura espacial que interfiere en las actividades aeronáuticas de la Tierra.
(wikipedia)
Capitulo 1:
https://www.youtube.com/watch?v=fabMqbEKjZg
Aprovecho el off-topic para comentar que seguí la recomendación de Erick aquí:
https://danielmarin.naukas.com/2019/07/28/el-cohete-chino-disfrazado-de-un-falcon-9-de-spacex/#comment-469854
Me refiero a la serie Origin
imdb.com/title/tt7801780/
youtube.com/watch?v=9fUU6y5-rTc
La premisa inicial es un cóctel de Passengers (2016) y Pandorum (2009). Nave de pasajeros muy moderna y bonita en viaje interestelar rumbo a una incipiente colonia en un planeta virgen tipo Tierra casi paradisíaco. Tanta felicidad no podía durar…
«Algo pasa» y varios pasajeros despiertan de su «hibernación». La tripulación brilla por su ausencia. La otrora lujosa nave es una tenebrosa galería de horrores. Uno a uno los pasajeros «deshibernados» se van encontrando. No se conocen entre ellos. No están familiarizados con los sistemas de la nave. Nadie sabe qué infiernos ha sucedido. Sus vidas dependen de averiguarlo.
El eje de la historia es un estofado de Invasion of the Body Snatchers con picadillo de The Thing from Another World y una pizca de The Andromeda Strain servido a la Alien.
El desarrollo, el misterio, la tensión, la dinámica entre los personajes, la narrativa salpicada de flashbacks… recuerda a la serie Lost… pero afortunadamente sin rastro alguno de los divagues «metafisicodelirantes» de Lost.
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Lo bueno :
La historia está bien hilada. Se distancia bastante de la super abundancia de absurdos y/o personajes idiotas que plagan otras series. No es demasiado predecible. Cambia, gira, se retuerce, al menos lo justo para no aburrir.
La producción es de primera. Cinematografía, diseño, decorados, efectos, todo de 10. La actuación es más que decente, son actores poco conocidos y quizá por eso mismo lucen muy convincentes, además de que saben actuar, claro.
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Lo no tan bueno :
O sea, lo que los sufridos fans de la ciencia-ficción ya damos por asumido pues pasan las décadas y estos asuntillos cambian poco tirando a nada.
La nave tiene tanto espacio interno desaprovechado y tanto corredor inútil que parece un laberinto de sets de filmación, lo cual es cierto 🙂
Las diminutas, ridículas, absolutamente inútiles «velas solares» en la proa de la nave… la cual desde luego viaja con sus toberas propulsoras permanentemente encendidas y nunca apuntando hacia adelante, ¿cómo hará para decelerar?
La nave es un descomunal «tren-gusano» de anillos contrarrotatorios generadores de gravedad centrífuga. Muy cool, excepto por 2 asuntillos: 1) Esa presunta gravedad centrífuga apunta en la dirección equivocada y el eje de la nave debería estar ingrávido pero no lo está. 2) A todos los efectos, esa gravedad luce coherente con el vector aceleración de los propulsores permanentemente encendidos de la nave, así pues, ¿para qué diantres los anillos rotatorios?
El planeta Thea dista 5 años luz de la Tierra. La nave es más rápida que la luz, ahora está viajando a velocidad subluz pero es de suponer que durante la mayor parte del viaje lo hace a velocidad hiperluz. La tripulación no viaja «hibernada» y da toda la impresión de que para ellos el viaje durará unos meses, no años. Entonces, ¿por qué los pasajeros sí viajan «hibernados»? A primera vista luce absurdo. Cabe suponer que es para ahorrar consumibles vitales y evitar «fricciones sociales», pero, ¿costaba mucho explicarlo en 10 segundos de diálogo?
Cuando se revela el origen del «problema»… he ahí otro grupo de perfectos idiotas que va y aterriza alegremente en un planeta inexplorado… como si toda su avanzada tecnología en materia de IA, sondas, telepresencia y realidad virtual sirviera sólo para drones repartidores de pizza y redes sociales holográficas.
En fin, se deja ver. Entretiene. Engancha. Cumple. No pidan más.
Saludos.