La sonda israelí Beresheet se estrella conta la Luna

Por Daniel Marín, el 12 abril, 2019. Categoría(s): Astronáutica • Luna • Sistema Solar ✎ 59

Al final no pudo ser. El 11 de abril de 2019 a las 19:23 UTC la sonda israelí Beresheet se estrelló contra el Mare Serenitatis de la Luna por culpa de un fallo durante la maniobra de descenso. La nave de la empresa SpaceIL pretendía convertirse en la primera sonda privada en alcanzar la Luna. Beresheet fue lanzada el pasado 22 de febrero mediante un Falcon 9 v1.2 Block 5 como carga secundaria y siguió una trayectoria dividida en etapas para alcanzar la Luna. La órbita inicial de Beresheet alrededor de la Tierra fue de 242 x 68 850 kilómetros y 27,6º de inclinación. El 24 de febrero aumentó la altura de su perigeo y quedó en una órbita de 670 x 69 000 kilómetros. El 25 de febrero el ordenador se reseteó inesperadamente y se canceló una maniobra propulsiva. El 28 de febrero y el 7 de marzo realizó dos encendidos adicionales hasta quedar en una órbita de 470 x 27 1500 kilómetros. El 19 de marzo logró situar su apogeo más allá de la Luna —hasta los 405 000 kilómetros de distancia— tras un encendido de un minuto de duración. Por fin, el 4 de abril alcanzó la órbita lunar después de un encendido de frenado de casi seis minutos que tuvo lugar sobre la cara oculta. Israel pasaba así a ser el séptimo país en poner un artefacto artificial alrededor de la Luna.

La última imagen de Beresheet (SpaceIL).

La órbita lunar inicial era de 500 x 10 400 kilómetros, con un periodo de 14 horas. El 6 de abril se redujo el apolunio hasta los 750 kilómetros y dos maniobras realizadas el 8 y el 10 de abril situaron a Beresheet en una órbita casi circular de 200 x 450 kilómetros de altura con un periodo de dos horas. Un día más tarde, otra ignición redujo el perilunio hasta los 16 kilómetros. La sonda comenzó la maniobra de descenso final usando el motor principal y los ocho motores auxiliares el jueves 11 de abril a las 19:19 UTC mientras viajaba a 1,7 km/s. Todo parecía ir bien hasta las 19:21, cuando los controladores de la misión en Yehud (Israel) detectaron un fallo en una de las unidades de guiado inercial del vehículo que se tradujo en un corte de la telemetría (recibida por una antena de la red DNS de la NASA en España). La telemetría volvió, pero luego se detectó un problema con el motor principal Leros de frabricación británica, que se apagó. A continuación se perdió la telemetría por completo. En esos momentos la sonda estaba a unos 14 kilómetros sobre la superficie y la velocidad era mucho más alta de la esperada, por lo que sabemos que la sonda se estrelló a lasa las 19:23 UTC, dos minutos antes del momento planeado del aterrizaje, con un ángulo de unos 8º. La última imagen se tomó a menos de veinte kilómetros de altura.

La penúltima imagen de Beresheet a 22 km de altura durante la maniobra de descenso (SpaceIL).
Lugar de alunizaje previsto en el Mare Serenitatis (SpaceIL).
Zona del alunizaje previsto (SpaceIL).

Beresheet o Bereshit (בְּרֵאשִׁית, «génesis» o «en el principio» en hebreo) era una sonda de bajo coste que había salido por solo cien millones de dólares. Inicialmente el proyecto nació para hacerse con los 20 millones de dólares del Google Lunar X-Prize, pero tras la cancelación de este premio, logró salir adelante contra todo pronóstico. Aunque se ha publicitado como una iniciativa totalmente privada, Beresheet ha contado con un amplio apoyo del gobierno de Israel en su última fase, lo que se ha traducido en la inclusión de numerosos elementos «patrióticos» en la misión, incluyendo banderas de Israel y libros sagrados judíos. Beresheet tenía una altura de 1,535 metros y un diámetro de 2,288 metros, con una masa de 585 kg (de los cuales 435 kg eran combustible).

Lanzamiento de Beresheet (SpaceX).
La Tierra vista desde Beresheet el 30 de marzo a 16 000 km de distancia (SpaceIL).
La Tierra vista el 3 de marzo a 37 600 km de distancia (SpaceIL).
Trayectoria de Beresheet (SpaceIL).
Partes de Beresheet (SpaceIL).
Beresheet antes del lanzamiento (SpaceIL).

La sonda debía haber usado sus sensores LIDAR detectar el suelo y ajustar el encendido de sus ocho motores auxiliares y el motor principal Leros 2b (fabricado por la empresa británica Nammo) para regular el descenso. Esta parte de la trayectoria era especialmente crítica porque el motor Leros 2b, de 500 newton de empuje, no había sido diseñado para regular su potencia, así que tenía que encenderse y apagarse en ráfagas. Por eso la nave requería además del funcionamiento de los otros ocho motores auxiliares para completar el descenso. A cinco metros de altura estaba previsto que se apagasen todos los motores y la nave cayese libremente hasta la superficie (una técnica pensada para evitar que la nave rebotase contra la superficie).

La cara oculta de la Luna vista por Beresheet (SpaceIL).
Imagen de la cara oculta tomada por Beresheet el 7 de abril (SpaceIL).
La cara oculta y la Tierra vistas el 5 de abril (SpaceIL).

Beresheet incorporaba varias cámaras (que nos han dejado unas imágenes especialmente bellas de la Tierra y la Luna desde la órbita), un magnetómetro y un retrorreflector láser suministrado por la NASA. Al depender de paneles solares y baterías, la vida útil de la nave sobre la superficie lunar se estimaba en unos pocos días. La sonda incorporaba una cápsula del tiempo y la espectacular Librería Lunar, que incluía varios libros en miniatura grabados con láser con el fin de que puedan sobrevivir a nuestra civilización. A pesar del fracaso final, Beresheet ha demostrado que es posible alcanzar la órbita lunar con un presupuesto muy reducido. Al mismo tiempo se ha convertido en un ejemplo de que aterrizar en la superficie lunar no es tan sencillo como parece. Esperemos que Israel y SpaceIL no se rindan y lo vuelvan a intentar.



59 Comentarios

  1. Yo hubiera optado por un primer aterrizador más simple y resistente:

    O bien, del tipo Ye-6 (http://unnatural.ru/wp-content/uploads/2014/05/052214_1818_16.png), pudiendo desplegar un rover del tipo PrOP-F (http://cyberneticzoo.com/wp-content/uploads/prop-f-landing.gif) o PrOP-M (http://cyberneticzoo.com/wp-content/uploads/PrOP-M-Mars-disconnect.JPG) de cara a los requerimientos del Google Lunar X Prize (colocando en cada pétalo paneles solares, para extender la vida útil del aterrizador y rover por encima del uso de las baterias del aterrizador, utilizadas por este y su rover unido por cable).

    O bien, dada la posibilidad de alta velocidad de descenso, adaptar el tipo de aterrizador 4V-1 para la luna (https://vfm.jpl.nasa.gov/images/vdrmlanderCD.jpg); pudiendo haber tenido más posibilidades de sobrevivir en caso de fallo del motor y habiendo supuesto un esquema de un menor consumo de propelentes y de complejidad en las igniciones del motor. Aparte de adaptar también rovers de tipo PrOP-F/M a este esquema; así como, presurizar en una sola esfera: la aviónica, el combustible, el motor (incluso un IVF) y los instrumentos científicos. Colocando los paneles solares en un sistema con apertura en forma de pétalos, tras el alunizaje*, similar al planteado antes. Aunque, más elevado respecto al horizonte y de mayor apertura; gracias al tren de alunizaje).

    * Si alunizas a una velocidad que hace que el regolito salte cual muestras de la Hayabusa, puedes perder los paneles si estan muy expuestos a estos materiales proyectados. De forma que cuando este se asiente de nuevo en el suelo, es el momento de desplegar los paneles fotovoltaicos y rover de sus cobertura protectora.

  2. El problema con la telemetría comenzó justo cuando enviaron la foto de la banderita. ¿A quién se le ocurre que la nace interrumpa sus rutinas en pleno descenso para enviarlas? Me parece una irresponsabilidad del que tomó esa decisión, porque no parece que tuviera ni ordenador de a bordo ni sistema de comunicación redundantes. Además, ha sido una sonda que ya tuvo problemas de reseteos en el pasado, que tuvieron que parchear desde Tierra. No sé si catalogarla como nave «low cost» o como nave «sin terminar», porque se han saltado determinadas pruebas de software de la nave. De qué sirve lanzar una nave así, sin instrumentos científicos, tan solo una cámara, banderas del país y unas copias de libros religiosos. Creo que en esto no consiste la exploración espacial, sino que es un uso totalmente nacionalista del espacio, eso sin comentar que aún empleen el diseño «cool» de la nave y no el que realmente tuvo a lanzarla, como si lo importante fuera el aspecto.

  3. Bueno, pues creo que es un pequeño (¿gran?) fracaso. Los hebreos tenían una esperanza grande en este proyecto, pero se han quedado con las ganas y más en período electoral israelí. Pero espero que lo vuelvan a intentar,

  4. Divagando un poco, y con una hipótesis que supongo que no será compartida. Siempre he pensado si el conocimiento científico, teórico, es suficiente para por ejemplo aterrizar una sonda en la luna. Probablemente han sido unas personas muy preparadas las que han realizado el proyecto. Creo que al final, es necesario experimentar, ganar experiencia a pesar del bagaje teórico. No sabría decir qué es lo que no se tiene en cuenta para que algo falle y que esté dentro de una física no muy compleja. No se podía predecir que las prevalvulas del Hopper se congelarían? por ejemplo. Creo que siendo mentes incapaces de controlar todos los detalles, nos debemos a la experiencia para conseguir las metas. No he leído nada sobre lo que hace fallar normalmente (abstrayendo el problema) un proyecto espacial, hablando de personas preparadas. No sé si son despistes como confundir km por millas, que no se ha pasado un paracaídas por el tunel de viento, que los materiales no sean los adecuados, o que tras un test, el sistema se ha deteriorado (como le ocurrió al James Webb). Como persona que ha programado, quizás podría decir que se asemeja a realizar un programa de miles de líneas y que funcionase a la primera. Es un sueño, que yo sepa para los programadores. ¿Y qué falla en nuestro caso? Mala organización? Un análisis de la aplicación deficiente? Bueno … da igual.

  5. Muy buen post como siempre Daniel. Me quedo con el último párrafo: «Esperemos que Israel y SpaceIL no se rindan y lo vuelvan a intentar»….

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Por Daniel Marín, publicado el 12 abril, 2019
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