Pilotando el módulo lunar por primera vez (medio siglo del Apolo 9)

Por Daniel Marín, el 7 marzo, 2019. Categoría(s): Apolo • Astronáutica • Luna • NASA ✎ 80

De todas las misiones Apolo tripuladas, la menos recordada es probablemente el Apolo 9. No fue la primera y tampoco viajó a la Luna. Para más inri, tuvo lugar después del viaje del Apolo 8 a la Luna y antes del ensayo del alunizaje del Apolo 10 en órbita lunar, así que es comprensible que para muchos fuese una especie de decepción. Pero el Apolo 9 fue una misión esencial. Antes de llevar a cabo un alunizaje era necesario probar primero un módulo lunar con tripulación y ensayar las maniobras necesarias para hacer realidad el objetivo de la NASA de poner un ser humano en la Luna antes de 1970. El módulo lunar o LM (Lunar Module) era, junto con su contrapartida soviética LK, la primera nave espacial de la historia que había sido diseñada para aterrizar en otro mundo y que no llevaba un escudo térmico. De acuerdo con el plan de la NASA, solo se iban a llevar a cabo dos vuelos del módulo lunar antes de la primera misión de alunizaje, pero uno de ellos, el Apolo 10, sería un ensayo general, así que sobre los hombros de la tripulación del Apolo 9 recaía el peso de llevar esta nave al límite para saber de qué era capaz.

El módulo lunar Spider (LM-3) del Apolo 9 visto desde el módulo de mando Gumdrop (NASA).

Y no solo eso. Apolo 9 fue la primera misión en la que se probó el traje extravehicular A7L con la mochila de soporte vital PLSS. La siguiente actividad extravehicular después del Apolo 9 sería la que realizarían Armstrong y Aldrin sobre la superficie lunar. El Apolo 9 había recibido en un principio la denominación Misión D y debía haber tenido lugar antes  antes que el Apolo 8. Su objetivo era probar el módulo lunar en órbita terrestre (no era cuestión de viajar a la Luna en la primera misión de esta nave). Pero como el módulo lunar del Apolo 8 no estaba disponible para finales de 1968, la cúpula de la NASA decidió intercambiar las misiones y sus tripulaciones. Como resultado, los astronautas del Apolo 9 serían Jim McDivitt, David Scott y Russell «Rusty» Schweickart. La tripulación de reserva estaría formada por Pete Conrad, Dick Gordon y Al Bean, que volarían en el Apolo 12.

De izqda. a dcha.: Rusty Schweickart, Dave Scott y Jim McDivitt mientras se entrenaban para el Apolo 2. Los tres aparecen con trajes de presión A6L sin la cubierta exterior blanca (NASA).

McDivitt (39 años) y Scott (37 años) eran veteranos del programa Gémini (Jim había volado en el Gémini 4 y Dave en el Gémini 8), mientras que Schweickart (33 años) era un novato pelirrojo (de ahí su apodo, rusty, «oxidado»). McDivitt había sido seleccionado en 1962 como parte del segundo grupo de astronautas de la NASA, mientras que Scott y Schweickart pertenecían a la tercera selección de 1963. En los tiempos acelerados del programa Apolo, esa diferencia resultaba fundamental. Los tres habían servido en la Fuerza Aérea (USAF). Para Deke Slayton, ex astronauta del programa Mercury ahora encargado de la selección de las tripulaciones del Apolo, McDivitt era, junto a Gus Grissom y Frank Borman, uno de sus astronautas favoritos y encabezaba la breve lista de posibles candidatos a convertirse en el primer hombre en caminar sobre la Luna. Slayton había ofrecido a McDivitt y su tripulación la posibilidad de viajar a la Luna en el Apolo 8, pero McDivitt rechazó la propuesta. Piloto de pruebas ante todo, para McDivitt poner a prueba el módulo lunar era más importante que viajar a la Luna (su tripulación no estaba tan entusiasmada con este ‘sacrificio’, pero solo podían obedecer).

Emblema del Apolo 9 (NASA).

Como no podía ser de otra forma, McDivitt sería el comandante de la misión. Scott ocuparía el segundo puesto de mayor responsabilidad en el Apolo, es decir, sería el piloto del módulo de mando (CMP), un trabajo que lo ponía en primera línea para ser el comandante de una misión posterior de acuerdo con el sistema de rotaciones de Slayton (y, efectivamente, Scott comandó el Apolo 15 en 1971). Como piloto del módulo lunar (LMP), y aunque pueda parecer paradójico, Schweickart lo tenía más difícil para hacerse con un puesto en una misión de alunizaje futura (de hecho, no volvió a viajar al espacio). En cualquier caso, a principios de 1969 todo eso quedaba muy lejos. La prioridad era la misión Apolo 9.

El CSM Gumdrop (CSM-104) (NASA).

Apolo 9 –también conocida por la NASA como AS-504 (Apollo-Saturn 504)— llevaría el módulo de mando y servicio CSM-104 Gumdrop y el módulo lunar LM-3 Spider. El nombre Spider («araña») era una obvia referencia a la forma del módulo lunar con las patas del tren de aterrizaje desplegadas, que le daban un aspecto de enorme y frágil insecto. Gumdrop («caramelo», «gominola») aludía al aspecto del módulo de mando dentro de su contenedor durante el transporte, rodeado de material aislante azul traslúcido que le hacían parecer un caramelo gigante. Era la primera vez que las naves Apolo recibían nombres propios, una costumbre surgida de la necesidad de diferenciar a ambos vehículos durante las sesiones de comunicación. El departamento de relaciones públicas de la NASA se opuso a estos nombres tan frívolos, pero en el Apolo los astronautas —casi— siempre tenían la última palabra. La misión duraría diez días, lo mismo que una misión lunar, pero sin salir de la órbita terrestre. El 3 de enero de 1969 el cohete SA-504 (sí, era la misión AS-504, pero el cohete era el SA-504; cosas de la nomenclatura de la NASA) fue trasladado a la rampa 39A del Centro Espacial Kennedy sobre la plataforma MLP-2 (Mobile Launcher Platform-2). Lanzar una mole de 111 metros de altura y casi tres mil toneladas no es una tarea sencilla, así que la cuenta atrás comenzó 28 horas antes del despegue.

Spider (LM-3) durante el montaje (NASA).
Traslado del Saturno V a la rampa (NASA).
Los tres tripulantes delante de su cohete (NASA).

En un principio el lanzamiento estaba previsto para el 28 de febrero, pero hubo de ser aplazado por culpa de un leve catarro de la tripulación. Por fin, el 3 de marzo de 1969 llegó el día. Los astronautas se enfundaron sus escafandras y comenzaron a respirar oxígeno para purgar el nitrógeno de su sangre. Esta operación era necesaria para evitar una embolia porque la atmósfera del Apolo era de oxígeno puro a baja presión. Por este motivo, los astronautas del Apolo viajaban a la rampa con el casco puesto, como en las misiones Gémini. Al llegar a la rampa 39A pudieron contemplar el enorme cohete Saturno V SA-504, el cuarto lanzador de esta familia jamás construido.

El Saturno V SA-504 en la rampa 39A sobre la plataforma MLP-2. A la izquierda se ve la estructura de servicio móvil (NASA).

Los tres hombres llegan a la habitación blanca en el extremo del brazo de servicio antes de proceder a ocupar sus asientos. Llevan en sus trajes la que probablemente es la insignia más fea y anodina del programa Apolo. McDivitt viajaría en el asiento izquierdo, mientras que Schweickart se coloca en el derecho y Scott en el centro. El ingeniero de origen alemán Günter Wendt sería el encargado como pad leader de ayudar a sentarse a los astronautas (en ocasiones se vincula a Wendt con el grupo de ingenieros y técnicos alemanes bajo el mando de Wernher von Braun que llegaron a EEUU de forma clandestina en el marco de la operación Paperclip, pero en realidad el bueno de Günter nunca tuvo nada que ver con el Sturmbannführer von Braun y sus chicos de Peenemünde, aunque sí voló como ingeniero de la Luftwaffe en cazas nocturnos Junkers Ju-88G durante la guerra y llegó a ser derribado dos veces). Günter, con su cerrado acento alemán, obligó a los astronautas a que se apretasen bien los cinturones y él mismo supervisó que estuviesen bien prietos antes de darles una palmadita en el hombro y desearles buena suerte. En cuanto la escotilla se cerró tras sus cabezas y Wendt abandonó la rampa, los tres hombres se aflojaron los cinturones. A pesar de que los trajes A7L no estaban presurizados por completo, eran demasiado voluminosos y los tres astronautas tenían que turnarse para colocar los brazos sobre los muslos de sus compañeros para descansar. Evidentemente, Scott, sentado en medio, era el que peor lo llevaba. Lo último que necesitaban eran unos cinturones demasiado apretados.

La tripulación posa mientras desayuna el día del lanzamiento. El jefe de los astronautas Al Shepard está sentado a la mesa con ellos (NASA).
La tripulación se monta en la Space Van para dirigirse a la rampa. El jefe del cuerpo de astronautas, Al Shepard, observa atentamente (NASA).
Günter Wendt a la izquierda de McDivitt en la habitación blanca antes de entrar en el módulo de mando (NASA).

La magnífica máquina que era el Saturno V despegó el 3 de marzo de 1969 a las 16:00 UTC (11:00 am hora local). Miles de personas observaron y escucharon —sobre todo escucharon— con asombro cómo el imponente cohete se elevaba en el cielo de Florida. Comparado con el brusco misil intercontinental Titán II de las misiones Gémini, el Saturno V era bastante dócil. Los cinco motores F-1 generan una potencia descomunal, solo igualada por su sonido, pero los astronautas ascienden rápidamente y, una vez que dejan la troposfera, los motores ya no se oyen desde la cabina del módulo de mando, aunque sienten sus vibraciones como si fuera un lejano zumbido constante. A medida que la etapa SI-C consume queroseno y oxígeno líquido en cantidades bestiales la masa del conjunto disminuye y, consecuentemente, la aceleración aumenta hasta superar los 3 g. El motor F-1 central se apaga primero para aliviar el aumento de peso de los astronautas, seguido 15 segundos más tarde por los otros cuatro. La separación de la primera etapa SI-C a los 2 minutos y 43 segundos es un suceso traumático que requiere la ayuda de varios cohetes de combustible sólido auxiliares (por desgracia, en este lanzamiento no hay ninguna cámara en la etapa S-IC que filme la espectacular separación). Súbitamente, la tripulación se ve lanzada hacia adelante, no solo por el apagado de los motores, sino también porque la estructura del cohete, hasta ese momento comprimida bajo la fuerte aceleración, se expande cerca de 15 centímetros. Los cinturones frenan a los tres tripulantes, que quedan con sus cascos a unos pocos centímetros del panel de mandos. Aflojarse los cinturones no había sido muy buena idea. Como siempre, el Padführer Wendt tenía razón.

Despegue del Apolo 9 (NASA).

La segunda etapa criogénica S-II de North American es mucho más suave que la anterior, construida por Boeing, y la aceleración proporcionada por sus cinco motores J-2 no supera los 2 g. La tercera etapa S-IVB de McDonnell Douglas es todavía más amable con los astronautas y apenas alcanza 1 g antes de situarse en una órbita inicial de 188 x 191 kilómetros y 33º de inclinación unos 11 minutos tras el despegue. Una vez en microgravedad los astronautas aprovechan para quitarse sus voluminosas escafandras y las guardan bajo los asientos. En esta misión la NASA usará su red de comunicaciones global, formada por estaciones de tierra y buques distribuidos por todo el mundo, incluyendo las estaciones de Maspalomas (Gran Canaria), así como las de Fresnedillas y Robledo de Chavela (Madrid), además de dos satélites geoestacionarios Intelsat. Esta red permite mantener unas comunicaciones casi constantes con la tripulación en cualquier punto de su órbita.

Red de comunicaciones del Apolo 9 (NASA).

Ahora le toca el turno al primer desafío de la misión: acoplar el módulo de mando Gumdrop con el módulo lunar Spider. La ‘maniobra de transposición’ estará a cargo de Dave Scott. Si falla, la misión será un fracaso. A las 02:41 UTC del 4 de marzo el CSM se separa de la tercera etapa S-IVB tras la separación de los cuatro pétalos SLA y usa los motores de maniobra RCS para alejarse hasta unos 15 metros de distancia. Luego Scott frena y efectúa un giro de 180º, de tal forma que la etapa, ahora con el LM al descubierto, está frente a ellos. Los pétalos SLA de la tercera etapa habían sido diseñados originalmente para retraerse 45º, pero la tripulación del Apolo 7 recomendó que era mejor que se desprendieran para evitar una posible colisión con el CSM. Pero en ese momento, Scott, sentado en el asiento izquierdo para la maniobra, se da cuenta con horror de que los propulsores RCS encargados de mover la nave de lado a lado no responden como debieran. McDivitt y Schweickart descubren que el fallo se debe a que las válvulas de combustible de los propulsores están cerradas. Aparentemente, la separación de la primera etapa durante el lanzamiento fue tan violenta que activó los interruptores de cerrado de las válvulas.

El módulo lunar Spider acoplado a la tercera etapa S-IVB visto desde Gumdrop (NASA).
Maniobra de transposición para acoplarse con el módulo lunar (NASA).

Solucionado el problema, Scott logra acoplarse con el Spider a la primera de forma manual —en el Apolo no había ningún sistema de acoplamiento automático— usando una de las dos ventanillas de acoplamiento frontales del CM. La maniobra de transposición solo ha durado 17 minutos. A las 03:02 UTC, una hora después del acoplamiento, la combinación formada por el módulo lunar y el módulo de mando y servicio se separa de la tercera etapa mediante la acción de cuatro muelles que liberan el LM de la tercera etapa —el módulo lunar se halla unido a la etapa por las «rodillas» del tren de aterrizaje— más una pequeña ignición de los motores de maniobra RCS del módulo de servicio. Por primera vez las dos naves del proyecto Apolo están unidas en el espacio, con una masa total de 43,2 toneladas. A continuación, la tripulación presuriza el túnel de conexión para acceder al mismo y comprobar que los doce pestillos del sistema de acoplamiento están firmemente unidos. Los astronautas no acceden al módulo lunar por el momento y se limitan a cerrar otra vez la escotilla de Gumdrop.

Sistema de acoplamiento del Apolo (NASA).
Partes del módulo lunar (NASA).

La misión de la tercera etapa no ha terminado, porque encenderá su motor J-2 durante 62 segundos para alcanzar un apogeo de 3097 kilómetros antes de volver a efectuar una ignición de 4 minutos y 2 segundos que le permitirá adquirir la velocidad de escape. La etapa abandonará la órbita baja y quedará situada en una órbita solar, donde sigue a día de hoy. No obstante, el encendido, que es una simulación de la inyección translunar (TLI) que emplearán las siguientes misiones Apolo, no alcanza la velocidad esperada con un error del 11%. Para el Apolo 9 este fallo no tuvo ninguna consecuencia, pero de haberse tratado de un vuelo lunar hubiera sido necesario abortar la misión. A pesar de todo, los ingenieros no están preocupados porque este último encendido se llevó a cabo sin efectuar los procedimientos previos de enfriado del sistema de propulsión para simular un fallo del motor J-2. Para la siguiente misión no tienen dudas de que todo saldrá correctamente, como ya había ocurrido en el Apolo 8.

El CSM acoplado al LM (NASA).

Mientras, los tres astronautas encienden el potente motor SPS del módulo de servicio por primera vez durante 5,23 segundos para quedar situados en una órbita de 201 x 233 kilómetros. Durante todo el día se dedican a llevar a cabo varias maniobras para comprobar las oscilaciones del conjunto CSM-LM, algo que preocupa mucho a los ingenieros, y el comportamiento del sistema de propulsión de Gumdrop con Spider acoplado (y, por lo tanto, con el centro de masas desplazado). Gumdrop realiza tres encendidos adicionales del motor SPS el día 4 de marzo. El segundo encendido del SPS tiene lugar 22 horas y 12 minutos después del lanzamiento y tiene una duración de 110,3 segundos, situando al conjunto en una órbita de 198 x 343 kilómetros, mientras que el siguiente, que tiene lugar durante el segundo día de la misión, dura 4 minutos y 42 segundos y coloca a ambas naves en una órbita de 203 x 504 kilómetros. El cuarto encendido, de 28,2 segundos, sirve para cambiar la inclinación del plano orbital 1º hacia el este para garantizar una mejor iluminación más adelante en la misión. Estos encendidos sirven, además de para poner a prueba el motor SPS, para quemar alegremente el combustible de los tanques del módulo de servicio con el fin de que el CSM se quede con una masa similar a la que tendría en órbita lunar. De esta forma será posible simular adecuadamente las maniobras en órbita lunar entre ambos vehículos. Al fin y al cabo, al estar en órbita terrestre, Gumdrop no tendrá que realizar el encendido de frenado en órbita lunar.

Partes del SM (NASA).

Durante los dos primeros días de la misión los tres astronautas viven en el módulo de mando. La NASA les ha dado permiso para dormir al mismo tiempo después de la mala experiencia con los turnos de descanso en el Apolo 8. Como nota negativa, el suministro de agua presenta burbujas de aire que interfieren con el proceso de hidratación de los paquetes de comida. A lo largo del tercer día se ponen sus trajes espaciales y presurizan el módulo lunar desde el CSM. Ha llegado el momento de probar el módulo lunar Spider y prepararse para el paseo espacial. Sin embargo, hay un problema. Schweickart, que estuvo acatarrado antes del despegue, comienza a sufrir fuertes nauseas. El efecto de la píldora contra el mareo que se tomó antes del despegue se ha desvanecido. Schweickart vomita dos veces, pero logra contener el líquido en su boca hasta que encuentra una bolsa donde depositarlo. No es la primera vez que un astronauta vomita en el Apolo —un honor que le corresponde a Frank Borman, comandante del Apolo 8— ni el primero en estar enfermo —algo que por lo que ya pasó Wally Schirra, comandante del Apolo 7—, pero en este caso es distinto. Primero, porque Schweickart es el piloto del módulo lunar y se supone que debe estar al cien por cien para pilotar este nuevo vehículo junto a McDivitt. Segundo, porque uno de los objetivos de la misión es llevar a cabo una actividad extravehicular junto a Scott. Si vomitar dentro de una nave es desagradable, hacerlo dentro de un traje espacial puede significar la muerte. En esos momentos McDivitt —quien también sufre mareos, pero menos intensos— considera muy seriamente cancelar la misión.

Túnel de conexión entre el LM y el CSM (NASA).
Resumen de las maniobras planeadas para el Apolo 9 (NASA).

Los vómitos de Schweickart retrasan la activación del módulo lunar. Se abren las dos escotillas que separan las naves y Schweickart es el primero en entrar en Spider para comprobar su estado. En el espacio no existe ‘arriba’ y ‘abajo’, pero al entrar en el LM con la cabeza por delante, Schweickart se encuentra con los controles de la nave «al revés», algo que le produce una confusión momentánea antes de girar el cuerpo 180º para situarse ‘correctamente’. Una situación que no ayuda a mejorar su mareo precisamente. Tras confirmar que el LM está en buen estado y activar el sistema de soporte vital, el comandante McDivitt se une a Schweickart dentro del Spider y unos 50 minutos más tarde despliegan el tren de aterrizaje. Esta acción podría parecer poco importante para el Apolo 9 —no es que fuera a aterrizar en ningún sitio—, pero es fundamental porque las patas del tren de aterrizaje están situadas delante de la tobera de la etapa de descenso cuando el tren está plegado y pueden interferir con el escape del motor.

De paso, Schweickart y McDivitt han demostrado que resulta muy sencillo moverse entre las dos naves acopladas a través del túnel de conexión de 81 centímetros de diámetro, incluso con los trajes puestos. Tras discutirlo con Schweickart, McDivitt avisa a Houston del problema de salud de su piloto a través de un canal privado. Los médicos de la misión acuerdan recortar la duración del próximo paseo espacial. El rumor sobre la enfermedad de Schweickart se extiende rápidamente dentro de la agencia espacial y el administrador de la NASA, Thomas Paine, interviene para asegurarse de que la información no se haga pública. Se lleva a cabo una transmisión de televisión en directo de cinco minutos en la que Schweickart y McDivitt aparecen con sus trajes de presión dentro del módulo lunar. Aunque la imagen es aceptable para los estándares de la época, el sonido es un desastre.

Schweickart y McDivitt durante la transmisión de televisión dentro de Spider (NASA).

Con las escotillas cerradas entre las dos naves, los astronautas realizan varios encendidos del sistema de propulsión RCS de Spider para estudiar cómo se comporta con el centro de masas desplazado al estar acoplado con Gumdrop. Luego proceden a encender el motor DPS de la etapa de descenso de Spider. Es la primera vez que se va a activar este motor en una nave tripulada y además lo va a hacer en una configuración que, en teoría, no debería volver a repetirse: unido al módulo de mando y servicio. Lo que nadie podía saber en esos momentos es que la experiencia de estos encendidos resultará crucial para salvar la vida de la tripulación del Apolo 13 un año más tarde. La ignición, que simula parcialmente el funcionamiento del motor durante el descenso a la Luna, tiene una duración de 6 minutos y 12 segundos, durante los cuales el ordenador del Apolo se encarga de mantener la orientación correcta del conjunto.

El motor comienza con una potencia del 10% para subir al 40% siete segundos más tarde antes de alcanzar el 100% casi 26 segundos después. Durante los últimos 59 segundos del encendido McDivitt regula el empuje manualmente y apaga el motor apretando el botón de parada con su mano derecha. El comandante está impresionado con la respuesta del DPS. Es la primera vez que un astronauta regula el empuje de un motor de una nave espacial. Tras la ignición la órbita del Apolo 9 es de 241 x 556 kilómetros. Después de nueve horas a bordo de Spider, McDivitt y Schweickart desactivan el módulo lunar y regresan a bordo de Gumdrop con Scott. La tripulación realizará otro encendido del SPS del módulo de servicio —el quinto de la misión— de 43,26 segundos de duración para compensar la ignición del módulo lunar. El Apolo 9 se queda en una órbita casi circular de 229 x 239 kilómetros.

Spider durante los preparativos en tierra (NASA).

En el cuarto día de la misión Schweickart y Scott se preparan para la actividad extravehicular (EVA), la primera del programa Apolo. Las nauseas de Schweickart han remitido y este le asegura a McDivitt que se encuentra mucho mejor. A diferencia de los paseos espaciales de las misiones Gémini, donde solamente uno de los dos astronautas salía por la escotilla unido a la nave por un umbilical, la EVA del Apolo 9 es mucho más compleja. Primero, McDivitt y Schweickart deben cerrar la escotilla superior del LM, mientras Scott hace lo propio con la del CSM. A continuación se despresurizan los dos vehículos. El plan original era que Schweickart saliese del módulo lunar por la escotilla frontal y se dirigiese hasta la escotilla del módulo de mando, donde Scott le ayudaría a introducir medio cuerpo dentro.

Esta maniobra es más difícil de lo que parece porque las escotillas del LM y el CM no estaban alineadas, sino que se encontraban giradas casi 90º una respecto a la otra. Además, el exterior de ambas naves tenía pocos pasamanos que facilitasen el movimiento del astronauta por el exterior. Schweickart debía regresar luego al LM, recogiendo muestras de material de los vehículos en el proceso. Este plan serviría para probar que la tripulación del LM era capaz de regresar al CSM en caso de que el túnel de conexión entre los dos vehículos no pudiese ser usado. Pero la enfermedad de Schweickart preocupó sobremanera a la NASA, que decidió acortar el paseo espacial de las dos horas y cuarto originales a tan solo 39 minutos para evitar adentrarse en la noche orbital. Como resultado, Schweickart no se trasladaría al módulo de mando y se limitaría a permanecer en exterior del módulo lunar, mientras que Scott saldría parcialmente de la escotilla para comprobar hasta qué punto era fácil esta maniobra.

Recreación de la EVA original, con Schweickart trasladándose al CM (NASA).
Recorrido inicialmente planeado para el paseo espacial de Schweickart, desde el módulo lunar hasta el módulo de mando (NASA).
Traje lunar EMU (escafandra A7L más la mochila PLSS) (NASA).
Traje A7L en la versión para el CMP y el LMP sin la cubierta protectora (NASA).

Dicho y hecho. Los tres astronautas se enfundaron en sus trajes de presión A7L, pero además Schweickart se puso la mochila de soporte vital (PLSS, Portable Life Support System) y la cubierta con el visor dorado sobre el casco de burbuja hecho de policarbonato (PHA, Pressure Helmet Assembly), así como las botas y los guantes lunares. Las «botas lunares» en realidad se ponían sobre los zapatos de la escafandra A7L, integrados con el resto del traje, mientras que la cubierta roja se denominaba LEVA (Lunar Extravehicular Visor) y su función era evitar que el casco resultase dañado y que el astronauta se deslumbrase con la luz solar. Schweickart llevaba varios umbilicales que conectaban su traje con la mochila y con el depósito de oxígeno de emergencia OPS (Oxygen Purge System), situado sobre la parte superior de la mochila (y que, para ser precisos, era un elemento distinto del PLSS).

Uno de los umbilicales era un cable de comunicaciones, otro conectaba el suministro de agua que circulaba por los tubitos del mono que llevaba el astronauta bajo la escafandra, otro umbilical transportaba el oxígeno, otro conducía el aire con dióxido de carbono a través de los filtros de hidruro de litio de la mochila y el último servía para llevar el oxígeno desde el tanque de emergencia OPS (si surgía la necesidad). Siguiendo una analogía con los vasos sanguíneos, las válvulas de entrada eran azules y las de salida —la válvula de aire con dióxido de carbono y la válvula para purgar el oxígeno y bajar la presión del traje— eran de color rojo (sí, los ingenieros de la NASA no tuvieron en cuenta la circulación pulmonar).

Schweickart durante la EVA del Apolo 9 visto desde el interior del módulo lunar por McDivit. Las marcas en la ventana servirán en misiones posteriores para apuntar y guiar el LM hasta la zona de alunizaje (NASA).
LEVA del Apolo 11 donde se aprecia el color rojo de la estructura bajo la cubierta protectora exterior (NASA).
Tipos de LEVA en el Apolo (NASA).
Scott sale del CM visto desde el módulo lunar (NASA).

McDivitt se limitó a colocarse el traje, pero sin los añadidos, ya que no iba a salir del módulo lunar y solo empleó cuatro umbilicales que conectó al LM. En esta configuración, el traje de McDivitt era similar al que llevaba durante el lanzamiento, aunque se había puesto el mono de una pieza con tubos de agua para regular la temperatura, esencial en una EVA. Por su parte, Scott se colocó la cubierta LEVA roja sobre el casco como Schweickart. En las siguientes misiones esta cubierta roja sería sustituida por otra con una tela blanca contra los micrometeoritos, de ahí que a veces la cubierta del casco del Apolo 9 se conozca como EVVA (Extravehicular Visor Assembly), para diferenciarlas de las LEVA posteriores de color blancas. El traje de Scott no llevaba los umbilicales para el depósito de oxígeno de emergencia OPS —el piloto del módulo de mando no iba a caminar por la superficie de la Luna—, por lo que su traje solo incluía las válvulas del lado izquierdo. Scott estaría conectado a los sistemas del módulo de mando, así que no podía alejarse demasiado de la escotilla.

Schweickart en el LM durante la EVA visto por Scott (NASA).
Esquema de salida del módulo lunar. Schweickart salió boca arriba en el Apolo 9 (NASA).

El paseo espacial tiene lugar el 6 de marzo de 1969 a las 16:45 UTC. El LM se despresuriza rápidamente en menos de un minuto (para eso la atmósfera era de oxígeno puro a baja presión). Después de pelearse con la puerta unos segundos, Schweickart abre la escotilla frontal hacia dentro del módulo lunar. Casi doce minutos más tarde comienza a salir del vehículo, con los pies por delante, pero lo hace boca arriba —es decir, mirando al techo del módulo lunar— mientras que en las misiones posteriores los astronautas saldrán del LM boca abajo. Schweickart es el primer astronauta de la historia que no usa un umbilical para realizar un paseo espacial. Su mochila PLSS convierte al traje EMU (Extravehicular Mobility Unit) en una auténtica nave espacial en miniatura.

No obstante, y por obvios motivos de seguridad, Schweickart está unido al módulo lunar mediante una cuerda de nylon de 7,6 metros de largo. Schweickart, que decide ponerse el mote de red rover haciendo referencia a su color de pelo, introduce sus pies en un soporte instalado específicamente para esta misión en el ‘porche’ del módulo lunar y que, debido a su color, es apodado como las ‘zapatillas doradas’. Allí se dedica a probar la movilidad del traje. Por su parte, Scott abre la escotilla del CM unos 16 minutos después para dar inicio a su paseo espacial en el que solo sacará el torso por fuera de la cápsula. Schweickart filma a Scott usando una cámara Maurer de 16 milímetros y hace fotos con la cámara lunar Hasselblad de 70 milímetros (la primera vez que se usa en el vacío), mientras que Scott intenta hacer lo propio desde el CM. Lamentablemente, la cámara de Scott no funciona correctamente y apenas logra filmar a Schweickart durante un par de segundos.

Scott de pie en el CM visto por McDivitt desde el módulo lunar a través de la ventanilla de acoplamiento (NASA).

Scott cierra la escotilla del CM primero y luego Schweickart hace lo mismo con la del LM cuatro minutos más tarde. Schweickart solo ha estado casi 38 minutos fuera del módulo lunar. Pese a todo, la tripulación está exhausta. Lejos de la imagen glamurosa que nos ofrece el cine, ponerse un traje espacial es una actividad agotadora. La fuerza que hay que ejercer contra la presión interna del traje para mover las articulaciones provoca moratones y rozaduras en la piel del astronauta, así como heridas en los extremos de los dedos que pueden ir acompañadas de sangrado y pérdidas de uñas (sí, es tan doloroso como parece). Y, pese a todo, tras el paseo espacial los astronautas se ven obligados a realizar una transmisión de televisión en directo de 15 minutos de duración desde el módulo lunar (siempre he pensado que los encargados de las sobrecargadas checklists de las misiones Gémini y Apolo eran profundamente sádicos). Una vez cumplido el trabajo de relaciones públicas, McDivitt y Schweickart desactivan el LM y vuelven al fin al CM junto a Scott para descansar.

Scott visto por Schweickart. En primer plano se ve el módulo lunar. (NASA).

Pero los astronautas no pueden dormirse en los laureles, porque ahora viene la parte más importante de su misión: separar el módulo lunar y comprobar que puede funcionar como una nave independiente. El LM ya había sido probado en órbita terrestre en la misión Apolo 5 (AS-204) de enero de 1968. En esa misión el LM-1 —que no llevaba tren de aterrizaje ni ventanas para ahorrar tiempo— fue puesto en órbita por un cohete Saturno IB desde la rampa 37B con el objetivo de demostrar el correcto funcionamiento de los motores de las etapas de descenso (DPS) y ascenso (APS). Al igual que el SPS del módulo de servicio, estos motores eran críticos para la supervivencia de la tripulación y, consecuentemente, habían sido diseñados de la forma más simple y robusta posible.

Como casi todos los sistemas de propulsión de las naves espaciales y satélites, usaban propulsión hipergólica a base de Aerozine 50 —una variante de la hidrazina— como combustible y tetraóxido de nitrógeno como comburente, de tal forma que no era necesario un mecanismo de ignición para encenderlos. Bastaba con que las dos sustancias se mezclasen en la cámara de combustión. Los tanques estaban presurizados con helio, por lo que no requerían un complejo sistema de válvulas para que fluyesen los propergoles. El Apolo 5 fue un éxito a pesar de algunos problemas menores, de tal forma que se consideró que no era necesario lanzar el LM-2, también diseñado para vuelos sin tripulación (y que actualmente se puede ver en el Museo del Aire y el Espacio de Washington), de ahí que Spider tuviese el número de serie LM-3. No obstante, la misión del Apolo 5 apenas había durado once horas. Los ingenieros de Grumman y de la NASA no se conformaban con simples igniciones de los motores de la nave. Querían ver cómo los astronautas pilotaban el LM.

Maniobras planeadas para probar el LM en el Apolo 9 (NASA).

En el quinto día de la misión McDivitt y Schweickart vuelven a Spider para activarlo. Después de los retrasos de los últimos días, la NASA les autoriza a moverse por el túnel entre ambas naves sin necesidad de ponerse los trajes espaciales. Tras cuatro horas trasteando con los sistemas del Spider, Scott maniobra el CSM para que la separación se produzca con la orientación adecuada y se da la orden de separación del LM, pero, para sorpresa de Scott, no sucede nada. Scott sigue insistiendo con el interruptor y los doce pestillos de acoplamiento se liberan un minuto y medio más tarde de lo planeado. Spider se separa de Gumdrop el 7 de marzo de 1969 a las 12:39 UTC. ¡El LM tiene alas! McDivitt maniobra el LM usando los propulsores RCS para que Scott pueda inspeccionar la nave.

Este ‘baile’ del LM frente al CSM será algo común a todas las misiones lunares posteriores y su objetivo principal es comprobar que el tren de aterrizaje está correctamente desplegado (durante la EVA los astronautas no habían podido ver las cuatro patas de Spider) y que la tobera del motor de la etapa de descenso no presenta ningún defecto. McDivitt y Schweickart se convierten en los primeros seres humanos que viajan a bordo de una nave sin escudo térmico y que ha sido diseñada para aterrizar en la Luna (recordemos que el tren de aterrizaje del módulo lunar no podría soportar su peso en la Tierra). Mientras Spider maniobra y prueba su radar de acoplamiento, Scott enciende los RCS de Gumdrop durante nueve segundos para alejarse y dejar que el LM vuele tranquilamente.

Gumdrop visto desde Spider (NASA).

McDivitt y Schweickart pasan las siguientes seis horas y media jugando con el módulo lunar. Primero encienden el motor de la etapa de descenso DPS. Todo transcurre sin problemas, aunque de repente escuchan un sonido extraño procedente del motor cuando alcanza el 20% de su potencia. McDivitt apaga el motor y el sonido desaparece. El comandante vuelve a encenderlo y aumenta el empuje hasta el 40%, pero no nota nada extraño. Por último, enciende el motor al 10% y todo transcurre sin problemas. ¿Qué había pasado? Nadie lo sabe, pero el motor DPS parece funcionar perfectamente. La duración total del encendido es de 24,9 segundos y la nave queda en una órbita de 220 x 269 kilómetros. El segundo encendido del DPS dura 24,4 segundos hasta alcanzar una órbita circular de 248 x 158 kilómetros, por encima del CSM. Durante estas maniobras el empuje del motor DPS cambia para comprobar una vez más la principal característica de este motor, esencial durante el alunizaje.

Cuatro horas después separan la etapa de ascenso y encienden por primera vez el motor APS, aunque la ignición solo dura tres segundos. Si este motor no funciona en una misión lunar, la tripulación estará condenada a una muerte segura en la superficie de la Luna. La separación de la etapa de ascenso requiere presurizar previamente los tanques de propergoles mediante la activación de válvulas pirotécnicas. Luego McDivitt debe apretar el botón abort stage para separar las conexiones entre las dos etapas de Spider. Esto se consigue mediante cuatro pernos explosivos que liberan la etapa de ascenso y otros mecanismos pirotécnicos que activan unas guillotinas encargadas de cortar las conexiones eléctricas y de fluidos entre las dos etapas. La separación tiene lugar a 182 kilómetros de distancia del CSM y, como resultado, la órbita del LM queda unos 16 kilómetros por debajo de la de su nave hermana.

Spider visto desde Gumdrop (NASA).
Etapa de descenso del LM (NASA).
Spider visto desde Gumdrop. Se aprecian las extensiones de las patas que servirán en las misiones lunares para alertar a la tripulación del contacto con el suelo (NASA).

Siguiendo con el plan de la misión, McDivitt y Schweickart proceden a realizar la maniobra de aproximación con el CSM, para lo cual primero encienden los motores de maniobra durante 38 segundos. La electricidad del módulo lunar se genera mediante baterías, pero la mayoría están en la ahora separada etapa de descenso, al igual que las reservas de agua. La etapa de ascenso del módulo lunar cuenta con menos baterías y unas reservas de agua limitadas, por lo que el acoplamiento con el CSM debe tener lugar en el espacio de unas pocas horas. Spider se acerca a Gumdrop, pero Scott no es capaz de ver la luz estroboscópica de posición del LM porque no funciona. McDivitt es el encargado de realizar el acoplamiento.

En las futuras misiones lunares será el piloto del módulo de mando el que acople activamente el CSM con el LM. La lógica de esta decisión es que el CMP estará más descansado y fresco que los dos astronautas que acaban de despegar desde la Luna después de explorar su superficie. Pero, recordemos, Apolo 9 es una misión de prueba y la NASA quiere verificar si los dos astronautas pueden acoplarse con el CSM. La maniobra es muy incómoda porque durante el acoplamiento McDivitt debe usar la ventanilla situada encima de su cabeza —Schweickart carece de una ventanilla similar— y, puesto que en el módulo lunar los dos astronautas viajan de pie, eso significa que el comandante debe mirar hacia ‘arriba’ mientras maneja los controles del sistema RCS de Spider con sus dos manos. Para colmo, la luz del Sol le incide directamente en los ojos.

Recreación del acoplamiento con la etapa superior (NASA).
Etapa de ascenso del LM (NASA).
McDivitt y Schweickart dentro del simulador del módulo lunar. Sobre McDivitt se aprecia la ventanilla de acoplamiento (NASA).

Finalmente, y tras otra sesión de ‘posado’ frente al CSM para que Scott verifique el estado del motor de la etapa de ascenso, los dos vehículos se unen a las 19:02 UTC. Spider ha volado libre durante un total de 6 horas y 22 minutos. McDivitt y Schweickart pasan al CSM y proceden a decir adiós a su nave. La etapa superior del Spider es abandonada en órbita. Media hora más tarde el control de tierra activa el motor APS hasta agotar el combustible para obtener más datos sobre sus prestaciones. La etapa queda en una órbita excéntrica de 204 x 6053 kilómetros y reentrará en la atmósfera de forma destructiva el 23 de octubre de 1981 sobre el océano Índico. La etapa de descenso de Spider reentrará el 23 de marzo de 1969 a las 03:45 UTC sobre la costa este de África. Spider ha demostrado que el módulo lunar de Grumman es una máquina maravillosa y que es capaz de funcionar como estaba previsto. McDivitt y Schweickart han probado todos los elementos de la nave, con la excepción de la antena de alta ganancia y el radar de aterrizaje de la etapa de descenso, que no se podían usar en órbita terrestre.

La etapa de ascenso de Spider vista desde Gumdrop. Destaca la tobera del motor APS (NASA).

Ahora que las fases más importantes de la misión han concluido, la tripulación puede relajarse un poco, especialmente Schweickart, que pasa a ser un piloto del módulo lunar sin módulo lunar. El sexto día de la misión el motor SPS de Gumdrop se enciende por sexta vez durante 1,43 segundos para reducir la órbita hasta los 195 x 222 kilómetros. El séptimo día la tripulación se dedica a observar la Tierra para identificar características geográficas en los EEUU, Sudamérica y África al mismo tiempo que toma 584 fotografías multiespectrales de la superficie terrestre en el marco del experimento S065, un ensayo de los experimentos que se llevarán a cabo en la futura estación espacial Skylab. El octavo día el motor SPS realiza un séptimo encendido de 24,9 segundos para situar la nave en una órbita de 182 x 464 kilómetros. La tripulación descansa durante el noveno día para prepararse de cara a la reentrada del día siguiente.

Impresión artística del acoplamiento visto desde el CM (NASA).
McDivitt dentro del CM con aspecto cansado tras llevar a cabo la parte más importante de la misión (NASA).

El encendido de frenado se retrasa una órbita por culpa del mal estado de la mar. Finalmente, el motor SPS se activa por octava y última vez durante 11,74 segundos. Casi cinco minutos después el módulo de servicio se separa del módulo de mando. Los astronautas, sentados en sus sillones sin los trajes de presión, experimentan el espectáculo luminoso del plasma rodeando la nave mientras la cápsula enciende sus propulsores por primera vez para orientar su centro de masas con respecto a su trayectoria y, de este modo, logra dirigir el vehículo hasta la zona de amerizaje prevista. Después del espectáculo del plasma, la tripulación comienza a sentir la deceleración y comprueba cómo su peso se multiplica.

Luego, tras unos minutos de caída libre, a 7,3 kilómetros de altura se abren los dos paracaídas piloto de 5 metros de diámetro, seguidos de los tres paracaídas principales, de 25,4 metros de diámetro cada uno, que se inflan siguiendo un proceso de tres etapas. El 13 de marzo de 1969 a las 17:00 UTC Gumdrop ameriza en el océano Atlántico (23,22º norte, 67,98º oeste) al norte de Puerto Rico (las misiones Apolo posteriores lo harán en el Pacífico). La cápsula se sitúa en la posición correcta (Stable I) con el escudo térmico bajo el agua (otras configuraciones estables, con la cápsula hacia abajo o de lado, son incómodas para la tripulación y requieren del inflado de globos en la parte superior de la cápsula para que la nave se coloque en la posición correcta). Después de 151 órbitas alrededor de la Tierra, McDivitt, Scott y Schweickart están en casa. La misión ha durado 241 horas y 54 segundos.

Amerizaje del Apolo 9 (NASA).
La cápsula Gumdrop tras el amerizaje (NASA).

El buque anfibio USS Guadalcanal (LPH-7) es el encargado de rescatar a la tripulación. Los buzos ayudan a los astronautas a salir de la cápsula para subirse en la cesta que cuelga bajo un helicóptero. El helicóptero los lleva hasta la cubierta del barco. Apenas han pasado 49 minutos desde el amerizaje. La tripulación del Guadalcanal ha preparado una enorme tarta de chocolate después de que, de forma inadvertida, Houston pillase a los tres hombres mientras jugaban a nombrar sus comidas preferidas (se ve que ya estaban cansados de la comida deshidratada), entre ellas la tarta de chocolate. Los astronautas se lanzan a devorar la tarta preparada con tanta ilusión, pero, para su sorpresa, sabe a rayos. Obviamente no dicen nada y fingen satisfacción mientras terminan el plato como pueden.

A día de hoy sigue sin estar claro si este suceso fue una ‘broma’ de la tripulación del Guadalcanal o, simplemente, es que no sabían hacer tartas de chocolate. Al día siguiente la tripulación fue trasladada a Eleuthera (Bahamas) mediante helicóptero y de allí viajaron en avión al centro MSC de la NASA en Houston. Por su parte, la cápsula Gumdrop sería transportada por el USS Guadalcanal hasta la base naval de Norfolk y el 21 de marzo viajaría en avión hasta la sede de North American Rockwell en California para ser inspeccionada en detalle. La cápsula es el único resto de la misión que ha sobrevivido hasta nuestros días —aparte de la etapa S-IVB que está en órbita solar— y se puede ver actualmente en el Museo del Aire y el Espacio de San Diego (California).

La tripulación llega al USS Guadalcanal (NASA).

La experiencia del Apolo 9 sirvió para resolver en buena medida los problemas de las misiones Apolo 13 (que usó el LM Aquarius como ‘bote salvavidas’ después de que explotase un tanque de oxígeno del CSM Odyssey) y Apolo 16 (en esta última misión el motor SPS del CSM Casper sufrió un fallo que puedo ser resuelto gracias a los datos del Apolo 9). Pero, por encima de todo, Apolo 9 permitió mantener el calendario de la NASA, que preveía un alunizaje para julio de 1969. El 6 de enero  de ese año Deke Slayton había comunicado a Neil Armstrong que él y su tripulación realizarían el primer intento de alunizaje en el Apolo 11, pero solo si el Apolo 9 y el Apolo 10 salían según lo previsto, por lo que Armstrong no se hizo demasiadas ilusiones. Después del éxito rotundo del Apolo 9 ya solo quedaba un paso antes de alcanzar la superficie de la Luna: el ensayo general del alunizaje a cargo del Apolo 10.

Referencias:

  • https://history.nasa.gov/alsj/a410/A09_PressKit.pdf
  • https://history.nasa.gov/afj/ap09fj/index.html
  • https://www.nasa.gov/mission_pages/apollo/missions/apollo9.html
  • https://history.nasa.gov/SP-4029/Apollo_09a_Summary.htm


80 Comentarios

  1. Sólo tú eres capaz de hacer un articulazo de este nivel a una misión tan «poco» conocida como la Apolo 9. Me quito el sombrero, Daniel.

    Una pregunta tonta: ¿Para qué necesitaban esos súper bolsillos en la parte baja de los pantalones en esa última foto? Deben servir a algún propósito, sin duda.

    ¡Gracias!

    1. Cuando hasta el perro mascota del barco le huye a la tarta de chocorayos… ¡super bolsillo al recate! 😉

      Magnífica entrada, Daniel.
      Enormes gracias.

  2. Estimado Daniel

    Sigo desde hace tiempo tu página, el contenido es formidable. Me parece muy apasionante el énfasis humano que le pones a todas tus entradas.

    Esa cubierta LEVA roja se ve muy bien.

    Saludos Cordiales desde México!

  3. Nací 5 meses después de que el Apollo XVII dejara la Luna sin «habitantes» por última vez…hasta ahora. Espero leer tus crónicas del retorno del hombre a la Luna, antes de que sea tan anciano que se me olvide a los 5 minutos tus crónicas.
    Mi apuesta personal, es que como muy tarde en el 2040 ya estaremos de vuelta en la superficie de la Luna. Pero quizás peco de optimista.

      1. La primera vez que recuerdo leer un artículo sobre la vuelta a la Luna, fue durante el mandato de George Bush Padre coincidiendo con el 20 aniversario de la llegada a la Luna. En alguna carpeta tengo guardada la foto del entonces presidente de los EEUU con los tres tripulantes del Apolo XI. Si no me rectifica alguien con datos mas precisos que mi memoria…juraría que Armstrong y Aldrin no eran muy optimistas con un temprano regreso a la Luna (entonces). Lo que no se, es si los tres se imaginarían que 30 años después no habríamos vuelto todavía a pisar de nuevo nuestro satélite.
        Por lo tanto, cualquier promesa de planes espaciales ya los cojo con bastantes pinzas…y en cuanto a ver pisar alguna vez el hombre la superficie de Marte; me parece tan cercano como la fusión nuclear en reactores comerciales…siempre 20 años en el futuro.

  4. La verdad que todo el proyecto Apolo fue un lujo, por la cantidad de ensayos previos (que no fueron todos los planificafos debido al temor de que los sovieticos les ganaran de mano), la cantidad de simulaciones exhaustivas (que los astronautas hubieran querido rxtender), la calidad de los componentes, la calidad de los astronautas y el control de vuelo, y simultaneamente con todo esto, corrieron muchos riesgos sin plan B en muchas etapas de los procedimientos.
    No recuerdo que autoridad del proyecto decia: «La nave entera tiene 5.600.000 piezas. Con que funcionen correctamente el 99.9 de ellas tendremos 5600 problemas». Y los problemas estuvieron lejos muy por debajo de esa cifra.

    1. Apolo 1 fue una tragedia… y Apolo 13 casi.

      Pero sí, considerando todo lo que podría haber salido mal, el grueso del programa fue como la seda.

  5. Me impresiona la calidad de las fotografías del programa Gemini y Apolo, esas tomas en el espacio son impresionantes teniendo en cuenta la época en que fueron capturadas. El nivel de detalle es simplemente espectacular!

      1. El mérito lo suelen llevar las cámaras, pero en mi opinión gran parte del mérito es de las películas utilizadas. Me intento explicar, en el espacio cualquier parte iluminada tiene una cantidad de luz brutal, cualquier cámara con una calidad decente cierra diafragma y consigue una calidad de imagen muy buena.
        El film Kodak formato 6×6 supo aprovechar las capacidades de la cámara especialmente en las zonas de sombra.

        1. Hola, EduR. ¿Por un casual conoces las características de la película utilizada? Lo único que se es que era Kodak, que estaba optimizada para el mayor contraste por la falta de atmósfera y que era especialmente fina para que cupieran más fotos en los chasis de las Hassel (los carretes normales suelen tener 24 fotogramas, pero estos que llevaban tenían 170).

          Pero desconozco el ISO (supongo 100) y la emulsión usada. Tampoco se si era negativo o diapositiva. Lo mismo para las de blanco y negro.
          Un saludo y gracias por adelantado.

      2. Gracias por el enlace. He descargado un par de ellas de Flickr (ocupan unos 9 Mp cada una de promedio), y he procesado con Lightroom una de Cernan saludando a la bandera.
        Le he quitado un poco de velo que tiene y subido un pelin el contraste y es IMPRESIONANTE.
        La definición es brutal incluso viéndola en 1:1. Y eso que está escaneada a 1800 dpi y cómo JPEG. En alta resolución y descargada como TIFF tiene que ser… pero ocupar del orden de GB (son negativos 6×6)
        Vamos, para hacerte un poster con ella o tapizar el techo de la habitación. A los que les guste la fotografía el sitio es una mina. Muy recomendable.

        1. Aquí tienes otra versión:
          archive.org/details/as17-134-20380
          3904 x 3904 pixels / TIFF / 43.6 MB
          La info incluye el tipo de film usado.

          Al principio creí que era una simple versión cropeada y cromáticamente corregida de esta:
          flickr.com/photos/projectapolloarchive/21059178493/in/album-72157658976934006
          4175 x 4175 pixels / JPEG / 7.53 MB

          Pero todo indica que son scans distintos, y no me guío sólo por las fechas de upload. Tienen idéntica resolución, pero el pixelado no es el mismo, y hay una levísima diferencia de inclinación de frame.

          Cualquiera de las dos tiene un muy visible granulado si las amplías lo suficiente. Por eso no sé si valdría la pena escanearlas a mayor resolución, la verdad.

          Saludos.

          1. Efectivamente. Película Ektachrome, diapositiva y 100 ASA (ISO ahora). Curiosidad para los que tirábamos (y algunos seguimos tirando) con química.

          2. Para José Antonio ó Pelau – Mi nombre es Leo soy fotógrafo y trabajé muchos años en la empresa KODAK, según versión oficial de NASA el film utilizado en misión Apollo 11 fue: EKTACHROME high-speed color reversal, ASA 160 (una versión con la base y la emulsión mas delgadas).
            Una preguntita: a que excursión térmica se supone que estuvo expuesto el film durante las misiones Apollo?? – La versión oficial solo dice: que la Hasselblad 500 y los magazine tuvieron como protección térmica un tratamiento con plata… caramba!!

  6. Bueno, otro de esos articulos para bajar, imprimir, anillar y a la biblio de espacioTrastornado junto a las maquetas espaciales y otras publicaciones.
    Esto no se puede perder ni dejar librado al debenir de racks de discos y servidores vaya uno a saber donde.
    Se inprime y se acabó.
    Ya me puse el despertador a las 4:15hs.(de Buenos aires) para seguir en vivo el desacople de la Crew Dragon.

    Un abrazo

    1. Uffff…. un poquito quemadonga…
      https://media.npr.org/assets/img/2019/03/08/crew-dragon-nasa_wide-7f26123a23606fa59f267cb6fbaa61576a53517f-s1100-c15.jpg

      Esta noche creo que en Roscosmos duermen un poco más tranquilos.
      Y no me quiero imaginar la cara de los dos astronautas programados para el primer vuelo….

      ¿Se habrá bamboleado más de la cuenta en la rentrada?
      ¿Que temperaturas se habran registrado en el interior?
      ¿Se prodrá reutilizar a pesar del aspecto?

      Veremos, ojalá que sea solo pintura chamuscada y nada mas.

      Abrazo

      1. Aunque, si los paracaídas funcionaron ok, entonces no habrá sido nada tan grave en cuanto a la temperatura interior.
        ¡¡¡Cruzo los dedos!!!

      2. Los de SpX deben estar pensando que tal vez la capsula no debio tener forma tan alargada, acercandose mas a la de un cono achaparrado, como las capsulas convencionales. Pero supongo que la temperatura interna debe haberse mantenido dentro de los limites.

        1. Tal cual JulioSpx, en una de esas en una vieja carpeta técnica de la Nasa reza: «Si el ángulo del cono es menor a tanto, la superficie se ve afectada por la fricción aerodinámica….»

          Si, tambien, a Roscosmo se le vino la noche. Totalmente de acuerdo contigo

  7. Gracias Daniel, hermosa entrada. Es como una cronica del minuto a minuto, inmersivo en el relato, lo vivi. tantos años despues.
    un gustazo de lectura y aprendizaje.

  8. Daniel, exelente articulo!. muy detallado. 🙂 te felicito
    creo que lo mas terrorífico es probar por primera vez un vehículo que no tienen sistemas de reingreso ni paracaídas, y que dependa totalmente de otra nave para que los tripulantes puedan regresar y ademas alejarse de el muchos kilómetros.:0
    una foto similar a la de Scott haciendo eva, con el CSM, el LM y la tierra de fondo, pero Scott MIRANDO hacia la derecha (parece que mira la tierra) es espectacular, denota la gran vastedad del espacio
    https://www.flickr.com/photos/projectapolloarchive/21315606974/in/album-72157659042210300/

    algo que mencionaste a medias fue la falta de cosas por no ser una misión lunar, entre ellas el «color» del LM, no necesitaba la protección de color verde marron, y el milar dorado. tampoco llevaba los «deflectores» que se sitúan debajo de todos los RCS.

    si no es mucha molestia, POR FAVOR, completa la serie apolo, faltan la del 7,10,14,15,y 16. tus artículos son muy didácticos y educativos.(la del «17» fue excelente,) has del «15» que es mi favorita.

    otra cosa, para todos los interesados, en flikr esta casi en su totalidad y sin edición (scans del negativo original)
    de todas las misiones apollo (y sus magazines correspondientes). las del apollo 9 son de excelente calidad. 🙂
    https://www.flickr.com/photos/projectapolloarchive/albums

  9. Espectacular, sin más, se nota que le tenías ganas a esta misión, que lujazo contar con este detalladisimo y muy entretenido relato de esta otra odisea llamada Apollo 9…

    Impresionado con muchos detalles desde Günter que fuera derribado dos veces (su destino le preparaba una parte especial en la historia), hasta la parte de apoyar los brazos en las piernas de los compañeros…etc…pero esta me ha dejado impactado:

    «Súbitamente, la tripulación se ve lanzada hacia adelante, no solo por el apagado de los motores, sino también porque la estructura del cohete, hasta ese momento comprimida bajo la fuerte aceleración, se expande cerca de 15 centímetros.»

    No conocía este detalle y es sin duda increíble…

    Gracias Daniel, tus entradas históricas son como una pequeña ventana a través de un fotón (3-body problem), que nos permite ver que paso en ese momento crucial de la historia…

  10. La entrada es espectacular, increíblemente detallada y precisa. Me ha dejado sin palabras.

    Parece mentira que una misión tan «anodina» haya dejado tantas historias. Da para película: Apollo IX.

    Enhorabuena una vez más por el nivel del blog.

  11. Impresionante artículo, un lujo.

    Viendo las fotografías y leyendo las proezas parece mentira que haya pasado medio siglo. Para la NASA de esa época la órbita baja era solo un «paso intermendio», una rutina previa a las misiones de verdad.

    Realmente dieron un salto tecnológico de más de 50 años. Por eso parecen decontextualizados de las fotos los coches y camiones de los 60, la moda de las mujeres o que utilizasen tubos de vacío en vez de transistores. Tenían recursos económicos ilimitados, pero tambien eran muy valientes.

    1. Estas subestimando los 60. Usaban la tecnologia de su epoca, y por supuesto nada de valvulas, todos transistores. Por cierto, el transistor se invento en 1947, aunque hubo experiencias previas cercanas al transistor por la decada del 20. Nada de salto adelante de 50 años.

  12. Estupendo artículo, como siempre en este blog.
    Sobre lo que comentas del emblema, para mí los que menos me gustan son los de Apollo 14 y 16. Los que más me gustan, los de Apollo 11 y 13 por igual.
    Siempre pensé que en el emblema de Apollo 9, hubieran puesto el Saturno a la derecha del emblema y una órbita con la inclinación adecuada, estas dos cosas hubieran formado una especie de 9.

    Y un pequeño bug, aunque los lectores lo habrán interpretado bien: la escotilla entre módulos tenía un diametro de 0,81 metros.

    Saludos.
    Carlos

  13. Muchas gracias Daniel, otra entrada enorme, espectacular,… vamos otro lujo más que no me canso de leer.
    Yo nací justamente 2 semanas después del amerizaje de Gumdrop.
    Un saludo y de nuevo gracias Daniel.
    Rafa.

      1. Si te refieres a Rafa 2… me da la impresión que no son el mismo 😉

        Las ráfagas de rafas y los packs de pacos son de cuidado.
        Y los danieles ya nada, perdí la cuenta hace rato 🙂

        1. Anda que es verdad! Le falta el 2 jajaja, pues menos mal, si que me refiero a nuestro Rafa 2. A mi es que me pasa una cosa rara, tiendo a imaginarme visualizaciones de la gente que leo y que no muestra el rostro, incluso les pongo voces particulares a cada uno y que escucho al leer, cuando la realidad entra en conflicto con mi visualización entro en cortocircuito por un rato, un Rafa 2 de 50 años hubiera sido un cortocircuito muy gordo.

          PD: ¿algún psicólogo en el foro que me trate? O lo de oír voces solo lo arreglan los psiquiatras?

      2. Hola, hay al menos 2 rafas. Yo soy el preguntón. 😉 Soy mayor, 45 años, pero mi curiosidad más intensa por los planes espaciales e inevitablemente por los cohetes es muy reciente (2 años o así). No tengo un historial de estudios técnicos. Empecé la carrera de informática pero la dejé a los 3 meses para ponerme a currar.

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Por Daniel Marín, publicado el 7 marzo, 2019
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