La recta final para Dragonfly y CAESAR, las próximas sondas New Frontiers de la NASA

Por Daniel Marín, el 3 febrero, 2019. Categoría(s): Astronáutica • NASA • Saturno • Sistema Solar • Titán ✎ 81

En diciembre de 2017 la NASA seleccionó las dos sondas finalistas para la cuarta misión de tipo New Frontiers de la NASA, o sea, las misiones de medio coste —unos mil millones de dólares— de la agencia espacial (más caras que las de tipo Discovery y más baratas que las de tipo Flagship). Las elegidas fueron Dragonfly, un dron que debe volar por los cielos de Titán, y CAESAR, una sonda de retorno de muestras del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko (sí, el mismo que exploró la sonda europea Rosetta). La NASA debe decidir a mediados o a finales de este año cuál de las dos propuestas será finalmente la ganadora, de ahí que los equipos de ambas sondas se hallen en plena «campaña» intentando que se hable de ellas. Aunque todavía no sabemos cuál será la seleccionada, estos últimos meses se ha perfilado el diseño y objetivos de ambos proyectos.

Diseño actual de Dragonfly (NASA/JHU-APL).

Empecemos por Dragonfly, sin duda una de las propuestas más ambiciosas y «molonas» del panorama espacial de las últimas décadas. Un dron que volará por los cielos de Titán, la mayor luna de Saturno, no puede dejar indiferente a nadie. Si es aprobada, Dragonfly despegará en 2025 y llegará a Titán en 2034. Durante dos años explorará las regiones ecuatoriales de Titán, dominadas por los mayores campos de dunas del sistema solar. Eso sí, estas dunas no están formadas por arena, sino por partículas orgánicas. Dragonfly usará cuatro parejas de rotores para volar por los cielos titánicos —es un octocóptero— para garantizar la redundancia adecuada (podrá mantenerse en vuelo con solo cuatro rotores funcionando) y llevará un generador de radioisótopos de tipo MMRTG (Multi-Mission Radioisotope Thermoelectric Generator) para producir electricidad a 1500 millones de kilómetros del Sol.

Emblema de la misión (NASA/JHU-APL).

La atmósfera de Titán es 4,4 veces más densa que la terrestre, un dato que, combinado con su baja gravedad (el 14% de la de la Tierra), hace que sea considerablemente más fácil hacer volar un dron en Titán que en la Tierra. De hecho, para volar en Titán un dron solo requiere el 2,4% de la potencia que necesita en la Tierra. O, dicho con otras palabras, con la misma potencia se puede levantar una masa 12 veces mayor en Titán que en nuestro planeta. Dragonfly es una propuesta del APL (Applied Physics Laboratory) de la universidad Johns Hopkins y Elizabeth Turtle es su investigadora principal. La sonda viajará hasta Saturno dentro de un escudo térmico de 3,7 metros de diámetro, un tamaño comparable al de las sondas marcianas Viking (la sonda europea Huygens que aterrizó en Titán tenía un escudo de 2,7 metros) y entrará en la atmósfera de Titán a 7,4 km/s. Usará un paracaídas piloto supersónico para estabilizarse y, una vez alcanzada la atmósfera baja, desplegará un paracaídas principal más grande (el esquema de dos paracaídas es necesario para evitar que la nave pase demasiado tiempo descendiendo). Luego la sonda se separaría del escudo térmico y comenzaría a volar, escaneando el terreno mediante LIDAR y cámaras hasta encontrar un lugar idóneo para posarse.

Elementos de la sonda Dragonfly (NASA/JHU-APL).
Secuencia de entrada en la atmósfera de Titán de Dragonfly (NASA/JHU-APL).
Dragonfly antes de separarse del backshell y el paracaídas (NASA/JHU-APL).

A pesar de ser un artilugio volador, Dragonfly pasará el 99% de su tiempo sobre la superficie. En cada vuelo podrá desplazarse hasta cien kilómetros y usará la larga noche de Titán —ocho días— para recargar las baterías. Durante cada viaje podrá desplazarse decenas de kilómetros, por lo que a lo largo de su misión recorrerá mucha superficie. Entre los instrumentos que llevará la sonda, además de las cámaras principales DragonCAM, se incluye la estación meteorológica DraGMet. Esta estación medirá la humedad de metano en el aire mediante un sensor óptico —el metano en Titán juega el mismo papel que el agua en la atmósfera terrestre—, un detector de hidrógeno y, por supuesto, sensores de presión y temperatura, además de cuatro sensores de viento, cada uno de ellos instalados en una de las parejas de rotores (el viento también se podrá medir durante el vuelo de forma indirecta comparando la velocidad de la sonda relativa al aire con la velocidad relativa al suelo). DraGMet llevará además sensores para medir el campo eléctrico, la temperatura de la superficie y un sismómetro.

Sistema de navegación óptica de Dragonfly (NASA/JHU-APL).
Dragonfly en vuelo (NASA/JHU-APL).

Otro instrumento será un espectrómetro de rayos gamma y neutrones (DraGNS), que analizará la composición de la superficie junto a un espectrómetro de masas (DragMS), este último un instrumento que estudiará muestras obtenidas mediante un taladro (DragMS estará basado en el instrumento SAM de Curiosity). Además de las dunas y la atmósfera, Dragonfly también buscará cráteres de impacto y posibles criovolcanes para analizar indirectamente el interior de Titán. En estas regiones es posible que el agua líquida entre en contacto con el metano y las sustancias orgánicas de la superficie, creando un entorno potencialmente habitable. Por supuesto, enviar a Titán una sonda y no explorar los lagos y mares de metano del polo norte parece un pecado, pero Dragonfly no explorará esta zona tan interesante porque en 2034 se encontrará en pleno invierno, así que deberá evitar las zonas nocturnas y de baja temperatura (a pesar de usar un RTG, Dragonfly también llevará baterías, que se resienten con las bajas temperaturas), zonas desde las que, además, será imposible comunicarse directamente con la Tierra.

Patrón de exploración de Dragonfly (NASA/JHU-APL).
Un prototipo terrestre de Dragonfly (NASA/JHU-APL).

El gran desafío de Dragonfly es cómo asegurar una navegación totalmente autónoma a casi 1500 millones de kilómetros de la Tierra. No en vano, conocemos peor la superficie de Titán que la de Marte cuando las sondas Viking se posaron en su superficie a mediados de los 70. ¿Y si el artilugio despega y luego no encuentra un lugar seguro donde aterrizar? Para evitar esta, y otras, eventualidades Dragonfly seguirá un patrón de vuelo cuidadosamente estudiado. Tras despegar de la zona en la que se hallaba posado, primero se dirigirá a otra zona previamente estudiada desde el aire y comprobará que es adecuada para aterrizar, luego seguirá volando para buscar otras zonas de aterrizaje válidas y regresará a la zona anterior para posarse en ella. Si la primera zona presenta algún problema, la sonda aterrizará en el punto de partida y esperará instrucciones desde la Tierra.

Dragonfly (NASA/JHU-APL).

Y es que las comunicaciones son otro quebradero de cabeza, ya que la enorme distancia, la atmósfera de Titán y el ciclo día-noche hacen que sea complicado asegurar un enlace de alta ganancia (la sonda Huygens que aterrizó en Titán empleó a Cassini como repetidor). El laboratorio APL es consciente de que el software de la misión es un elemento crítico y alega que se basará en la experiencia con las misiones TIMED, MESSENGER, STEREO, New Horizons y PSP a  la hora de desarrollarlo. Claro que, por muy complejas que fuesen estas misiones, ninguna incluía el detalle de hacer volar un artilugio por la atmósfera de otro mundo.

Dragonfly (NASA/JHU-APL).
El bicho en la superficie (NASA/JHU-APL).

La misión rival de Dragonfly también sigue allanando el terreno por si es elegida. CAESAR (Comet Astrobiology Exploration Sample Return) tiene como investigador principal a Steve Squyres, famoso por también haber sido el PI de los rovers marcianos Spirit y Opportunity. Esta misión, liderada por la Universidad de Cornell y el Centro Goddard de la NASA, puede parecer una especie de repetición de OSIRIS-REx, aunque con un cometa como objetivo en vez de un asteroide. Pero no olvidemos que la comunidad científica ha declarado en innumerables ocasiones que traer una muestra de un cometa a la Tierra es un objetivo prioritario. Lamentablemente, traer un pedazo de cometa es una hazaña compleja. Por un lado, igualar la órbita de un cometa, bastante excéntrica, requiere mucha más energía que viajar a un asteroide cercano, pero es que además en este caso la nave debe volver a la Tierra.

Sonda CAESAR (Cornell University/NASA Goddard).

El segundo desafío consiste en asegurar que las muestras llegan a la Tierra convenientemente conservadas en unas condiciones de muy baja temperatura para preservar los volátiles (hielos de agua, metano, amoniaco, etc.). No sirve de nada traer muestras de un cometa a la Tierra y descubrir posteriormente que estas preciosas sustancias se han sublimado. Sin embargo, mantener las muestras a temperaturas criogénicas hasta su recogida en la Tierra es algo enormemente complicado. Por eso CAESAR usará un sistema muy ingenioso. Primero recogerá las muestras de la superficie usando un brazo recolector TAG y una maniobra muy similar a la que ejecutará OSIRIS-REx en el asteroide Bennu, pero la diferencia es que la muestra se introducirá en el contenedor SCS (Sample Containment System) estando todavía muy fría, por debajo de —80 ºC (el contenedor se meterá posteriormente en la cápsula SRC, Sample Return Capsule). El contenedor SCS es hermético y, una vez sellado, se calentará para permitir que se sublimen los volátiles, que se almacenarán en un contenedor separado o GCS (Gas Containment System). Una vez sublimados los volátiles, la muestra sólida será expuesta al vacío para garantizar su preservación. Se recogerán muestras de hasta tres lugares distintos del cometa como mínimo.

Sistema para guardar las muestras de CAESAR (Cornell University/NASA Goddard).
Partes del sistema de recogida de muestras (Cornell University/NASA Goddard).
Cómo se meterá el contenedor con las muestras en la cápsula (Cornell University/NASA Goddard).
Brazo de recogida de muestras (Cornell University/NASA Goddard).

Otro problema al que se enfrenta CAESAR es cómo aproximarse a la compleja y torturada superficie de un cometa. Por este motivo el objetivo elegido es nuestro viejo amigo el cometa 67P. No en vano, Chury es el cometa mejor estudiado y de ahí que haya sido elegido para minimizar los riesgos de esta misión. De ser elegida, CAESAR despegará en 2024 y llegará al cometa 67P en diciembre de 2028. Con suerte podrá sobrevolar el asteroide 2809 Vernadskij de camino a su objetivo. CAESAR estudiará el núcleo del cometa desde varias órbitas cada vez más cercanas (55, 20, y 10 kilómetros) antes de recoger las muestras en 2031 (un mínimo de 80 gramos, aunque se espera recolectar 300 gramos aproximadamente). En 2034 pondrá rumbo a casa y el 20 de noviembre de 2038 la cápsula con las muestras cometarias aterrizará en Utah (es necesario esperar a que Chury y la Tierra se alineen para regresar, de ahí la elevada duración del vuelo de vuelta). La cápsula con las muestras será suministrada por la agencia espacial japonesa JAXA y usará un diseño similar al empleado en las misiones de retorno de muestras de asteroides Hayabusa y Hayabusa 2.

Trayectoria de CAESAR. Las flechas indican el funcionamiento de los motores iónicos (Cornell University/NASA Goddard).
Fases de la misión (Cornell University/NASA Goddard).
Cápsula japonesa para traer las muestras (Cornell University/NASA Goddard).

Para viajar y regresar del cometa, CAESAR usará enormes paneles solares flexibles de tipo ROSA (Roll-Out Solar Arrays), capaces de generar un máximo de 30 kilovatios, que alimentarán tres motores iónicos NEXT-C. También llevará a cabo un sobrevuelo de la Tierra a la ida y otro a la vuelta, principalmente para cambiar el plano de la órbita. La sonda será construida por Northrop Grumman tomando como base la plataforma GEOStar-3 de satélites geoestacionarios y elementos de la sonda Dawn que estudió Ceres y Vesta.

Zonas preseleccionadas para la recogida de muestras (Cornell University/NASA Goddard).
Lugar de aterrizaje de CAESAR en Utah (Cornell University/NASA Goddard).

Ambas misiones son interesantes, pero es evidente que el hecho de viajar a un objetivo ya explorado hace que sea muy difícil «vender» CAESAR entre el gran público. Dragonfly es mucho más apasionante, pero también infinitamente más arriesgada y, lo más importante, no está dentro de las prioridades del último Decadal Survey de la comunidad científica (por este motivo, los encargados de la misión se han apresurado a añadir el objetivo de explorar posibles zonas de criovulcanismo). Personalmente, y por mucho que me guste Dragonfly, el hecho de viajar tan lejos y «desaprovechar» la única oportunidad que tendremos durante décadas de visitar los lagos y mares del sistema solar fuera de la Tierra me parece un error casi imperdonable. En cualquier caso, solo puede quedar una. Este año sabremos qué misión es la elegida.



81 Comentarios

  1. La descripcion de las dos misiones causa babeo por los desafios tecnologicos que suponen, pero sin duda Dragonfly -el legado que dejo Cassini se lo merece-. Es aun mas de ciencia-ficcion que CAESAR -por mucho que Rosetta no hubiera sido diseñada para enviar muestras, los datos que envio seguramente no habran sido analizados por completo y tal y como estan las cosas es mejor diversificarse. Ademas quizas las muestras que traigan Hayabusa y OSIRIS-REX puedan compensarlo-.

    Titan es muy rico en material organico y con suerte puede que haya algun lago de metano o incluso agua liquida. Ademas, los problemas con una sonda a una hora luz podrian servir de acicate para desarrollar sistemas de inteligencia artificial. Eso si, de salir, el miedo durante la fase de descenso hasta que comunicara con la NASA iba a dejar en nada al experimentado cada vez que aterriza algo en Marte.

  2. Gracias por el artículo. Mi favorita sin duda es Dragonfly. De todas maneras, con esos plazos, en cualquiera de los dos casos, cuando vea la misión hecha realidad seré casi un jubilado…

  3. Qué interesantes misiones !!! Lástima que no haya presupuesto para ambas. De poder elegir, opto por volar en Titán.
    La NASA tiene que mantenerse en esta línea, abandonar el SLS, y -a esta altura- dejar los vectores de acceso al espacio a los privados.
    Saludos

  4. No deja de llamarme la atención la tremenda diferencia entre los perfiles de las misiones preseleccionadas. Una totalmente ambiciosa, arriesgada e innovadora; mientras que la otra es una misión mucho más clásica a un cometa ya estudiado en detalle. Parece que durante la selección final pesará tanto los méritos propios como las faltas ajenas. Siento que CAESAR peca de «aburrida», mientras que DragonFly de arriesgada. Se le podrá encontrar un nuevo objetivo no explorado a CAESAR?

    1. Ufff, leyendo lo que ha comentado Daniel sobre CAESAR no me parece nada aburrida, a nivel tecnológico.
      Y traer muestras de un cometa parece prioridad absoluta.
      Yo sigo apostando porque se aprobará CAESAR.
      Habrá otra oportunidad para un dron (y podría ser anfibio) en Titán.

  5. Yo apostaría por Dragonfly, si hacen esta «campaña» correctamente. New Horizons ya ha demostrado que se pueden hacer misiones muy espectaculares con este presupuesto.
    saludos.

  6. DRAGONFLY SIN DUDARLO!! la otra misión es aburridisimaaaa, en cuanto a lo de visitar los mares de titan, no los podremos visitar enviemos algo o no, pues eso esta marcado por las estaciones de titan, así que, de perdidos al rio, prefiero ver un dron volando por titan a no ver nada de titan el resto de mi vida.

      1. Estoy con vosotros, aunque me temo que el coste de la misión se va a disparar y que habrá problemas técnicos serios (p.e. ¿qué hacer si viento vuelca la sonda?)

        A decenas de kilómetros al mes, la sonda puede sobrevolar muuucho terreno en unos meses. Solo por eso ya vale la pena.

  7. Pues, desde mi modesta opinión, me parece más atractivo CAESAR. Simplemente ser capaz de retornar muestras desde un cometa es el primer paso a la minería espacial. Pero, ¿no lo había realizado ya Japón?.

    1. Sí, Japón retornó muestras pero la verdad es que en tan poca cantidad que poco se ha podido estudiar. También tiene otra misión en curso para repetir la operación pero ahora en mayor medida.

      Ahora bien… que creas que es el primer paso para la minería espacial… hombre, no se cómo explicártelo, es como decir que el programa Apollo fue el primer paso para la minería en la Luna (y más razón tendría esto). No tiene NADA que ver el estudio de un cometa con la minería espacial. Nada, pero NADA que ver…

  8. Soy amante de Titan , la superficie en parte la vimos a través del radar de la
    sonda Cassini , su superficie la vimos directamente con la sonda Huygens , solo unos pedruscos vimos , pero con una cámara en el dron y desde lo alto , la vista será inimaginable …..

  9. Es genial el desarrollo de conducción autónoma de los robots. Nos permiten explorar otras lunas/planetas lejanos sin estar allá.
    Dragonfly me encanta, pero, no sé qué respuestas queremos encontrar.Vale, exploramos, sin buscar nada concreto. Analizamos la atmósfera, campos eléctricos, las posibles vibraciones sísmicas, supongo que habrá un almacenamiento de la geografía mediante las cámaras y luego se transmitirán a tierra ¿o no?. ¿Por qué encontrar trazas de hidrógeno? ¿Qué nos indica?

    Caesar sería más interesante si supiéramos más concretamente, qué nos permitirá saber. Si supiéramos qué hipótesis nos permite validar, posiblemente nos parecería más interesante.

    Seguro que se ha preguntado antes, pero con un SLS o un Starship podríamos ahorrarnos algún año?

    Gracias por el artículo 🙂

  10. Dos muy interesantes misiones que como siempre Daniel nos informa con detalle, gracias, pero si tengo que elegir una prefiero la misión a titán.
    Respecto a la misión al cometa, cabría la posibilidad de fotografiar a rosetta ? en la superficie antes de recoger las muestras y porque no aprovechan y mandan algún cubesat al cometa, y en la de titan fotografiar a Huygens si la zona no es invierno.
    Yo espero una sorpresa de la nasa y elijan a las dos pero retrasen un par de años una de las dos para que pase como en el caso de las misiones discovery a los asteroides.

    saludos jorge m.g.

  11. Las dos son impresionantes. Mi corazón está con Dragonfly, pero desde mi ignorancia, pareciera que hay unas 10.000 cosas que pueden salir mal y hacerla fracasar estrepitosamente antes de su primer vuelo. CAESAR parece «más segura», guardando las proporciones.

    1. Cristobal Colon hubiera dicho, me voy por lo seguro, viajo a las indias en la ruta acostumbrada nunca hubiera descubierto América. Mil cosa pueden salir mal, pero igual muchas cosas se aprenden de tomar riesgos. Queda el desarrollo de tecnología para mejorar.

      1. Pffff, Colón no tuvo que enfrentarse a la complejidad de los comités de elección de sondas de la NASA. Si le hubiera ocurrido eso seguro que habría tirado la toalla.

  12. Todo mi apoyo para CAESAR. Drangonfly no debió de haberse incluido en esta terna finalista, es una pena que la administración de la NASA la haya metido a fuerza cuando la prioridad era Venus. En lo personal prefiero esperarme a 2040 para que se lanze una Cassini 2.0 con esteroides a Saturno que incluya lo que Drangonfly y la sonda atmosférica prometían además de otros artilugios.

    1. Tenemos ya dos misiones a Venus confirmadas, además de la Japón que ya está allí estudiando…y son las sondas de India y China, incluso alguna con globos para su atmósfera…y como han dicho algunos, la Venera-D puede que salga en unos años también…creo que Venus está bien servido por el momento…

  13. CAESAR, el cometa Churi yo creo que no ha revelado todos sus secretos. Esa sustancia negruzca según algunos trabajadores de la ESA les parece sospechosa. Saludos

  14. Buenos días.

    Por supuesto, a mí también me gusta muchísimo la misión «Dragonfly». Si por mi fuera no lo dudaría ni un instante (de hecho, si tuviera tanta pasta como Bezos, Gates o Amancio Ortega, la financiaría yo mismo). El salto tecnológico que supondría esta misión marcaría un antes y un después en la exploración planetaria, al menos sería tan importante como los rovers marcianos.

    Peeerooo… Conociendo a la NASA de nuestros días, que si por algo se caracteriza es por la fobia al riesgo y por el conservadurismo extremo (sirva como muestra el emperramiento en seguir usando sistemas de propulsión química en misiones como ésta, cuando tienen el prototipo de motor iónico de alta potencia X3 muerto de risa en un laboratorio sometido a pruebas esporádicas que nunca terminan), tengo clarísimo que la elegida será la misión CAESAR, más segura, más barata y más de toda la vida.

    Saludos

    PD:He leído por ahí arriba que la misión «Caesar» supondría «el primer paso de la minería espacial» y, por educación, he tratado de evitar una carcajada. Si es por eso, entonces supongo que los rovers de Marte significan el primer paso para montar una línea de autobuses regulares de lujo en la superficie de Marte, ¿no?

    1. Ups! casi he dicho lo mismo que tú, no actualice la página antes de publicar lo que escribí y no vi tu comentario, mil perdones Hilario.

      PD: Muy agudo con lo de la minería

      1. ¡Anda! ¿Por qué tendría que perdonarte? Has emitido tu opinión y punto. Que haya coincidido con la mía es circunstancial. Casualidades de la vida informática.

        Me alegro que opinemos más o menos lo mismo.

        1. Pues no me gusta repetir un argumento justo debajo del que acaba de decir otra persona. Por cosas del internet mi comentario ya no queda justo debajo del tuyo jaja, pero bueno, si te hubiera leído antes de publicar me hubiera centrado en opinar sobre otro punto diferente o hubiera escrito que opinaba igual que tu en eso

    2. «seguir usando sistemas de propulsión química en misiones como ésta» – La CAESAR usa motores iónicos eléctricos NEXT-C: «CAESAR usará enormes paneles solares flexibles de tipo ROSA (Roll-Out Solar Arrays) capaces de generar un máximo de 30 kilovatios que alimentarán tres motores iónicos NEXT-C». Así que, no sé de donde sacas que la NASA les tiene fobia, dado que la sonda Dawn (de la ahora Northrop Grumman, fabricante de la CAESAR) fue la segunda sonda de la NASA; y cuarta de la humanidad, en tener propulsión iónica. Pero tampoco se puede aplicar universalmente a todo, ante las diferentes necesidades y soluciones óptimas en cada caso.

      Y si Dragonfly no la tiene, es ante su origen académico y no industrial o empresarial; lo cual limita el uso de tecnologías previas, de largo desarrollo (que no investigación o invención) y patentadas. Aunque, eso sí, esto lleva a un planteamiento más creativo (y tanto) en su concepto.
      También, tiene algo que ver la cuestión de obtener radioisótopos para el generador MMRTG que porta; que es lo más caro y complicado de todo (dado que EE.UU. retomó la producción hace poco (elevado coste medio unitario) y comprarlo a Rusia (el mayor y más competitivo proveedor mundial) es problemático actualmente, ante la caída del tratado INF y la próxima no renovación que amenaza Trump del New START (último tratado actual de regulación de armamentos nucleares); que caducará en 2021); lo que aleja del presupuesto meter motores iónicos nacionales o extranjeros en la sonda a Titán (en la CAESAR son asumibles por la necesidad de maniobrar respecto al inestable cometa, y es uno de los pocos lujos que se permiten; en el resto han ido a por los expertos de cada cuestión a nivel global, y explotando al máximo los recursos y capacidades de la empresa en cuestión).

      «cuando tienen el prototipo de motor iónico de alta potencia X3 muerto de risa en un laboratorio sometido a pruebas esporádicas que nunca terminan» – Si fuera viable, ya lo habrían instalado en constelaciones de satélites o sondas en el mercado NO-SUBVENCIONADO; como los tan populares motores SPT-100/140 rusos (OKB Fakel) y XIPS-25 estadounidenses (L-3 ETI). U otros ejemplos, como el motor IHET-300 israelí (Rafael Advanced Defense Systems), el T6 británico (QinetiQ) o los LIPS-300 chinos (LIP). Pero no es así, lo que indica que el X3, o está muy verde aún, o necesita tragar aún mucho dinero público; o aún le quedan bastantes años de desarrollo. Por no comentar que puede que nunca llegue a ser viable y se abandone.

      1. 1) Yo no he dicho que la NASA le tenga fobia a los motores iónicos, no te inventes cosas. Simplemente le digo que parece alérgica al riesgo y a la innovación. Ya sé que la CAESAR va dotada de motores eléctricos, pero son de empuje bajísimo.
        2) El X3 no es que no sea viable (no sé de dónde sacas eso, me da la impresión de que no te has informado sobre él), es un motor experimental (lo llaman el «Mars Drive»), pero a lo que se ve no es una prioridad ahora mismo para la NASA por simple cuestión presupuestaria. De hecho, en las pruebas ha dado resultados estupendos, pero si no se le mete dinero, nunca lo veremos volar.
        3) O vamos más allá de la propulsión química de una vez, apostando claramente por motores iónicos / plasma de alta potencia o NUNCA iremos realmente a ningún sitio y seguiremos estancados en la fase actual. Pero eso, claro, exige dinero, y para los EEUU es más importante gastarse 12.000 millones de dólares en un nuevo portaaviones con un coste de mantenimiento anual de 500 millones (pero que puede ser enviado al fondo del mar por un único misil hipersónico que cuesta menos de la décima parte). Además, para que esos motores eléctricos sirvan para misiones espaciales rápidas es necesario decirle a todo el mundo claramente que tienen que disponer de fuentes de energía nuclear, lo que solivianta a muchos.
        3) Que la NASA es conservadora y alérgica al riesgo no es ninguna novedad. Solo hay que ver la ORION y el SLS. Otra cosa son organismos dependientes de ella como el JPL.

  15. Indudablemente DragónFly, no hay ni punto de comparación entre explorar Titán a ese nivel o un cometa del montón.

    Las agencias nos deben a todos un viaje como ese, después de ponernos la miel en los labios con la Huygens, cuya duración fue decepcionante, explorar Titán dos años con un dron que se desplace decenas de kilómetros en cada vuelo haría que en una sola misión casi alcanzáramos un nivel de estudio de esa luna similar al que llevamos de marte con todos los rovers o al menos si en espectáculo visual para el expectante público. Si se deciden por CAESAR por considerarla menos arriesgada es solo una muestra más de la falta de capacidad de asumir riesgos que tienen unas agencias tan burocratizadas, ir a por lo mas fácil en vez de a por el desafío mas estimulante

      1. Cuantas misiones a cometas y asteroides van ya? Merecemos una a Titan antes de que fallecer XD!

        Si por descubrir el origen de la vida fuera que no mandaran ninguna misión al espacio hasta que se estudiaran afondo las chimeneas hidrotermales submarinas, no te digo!

        Llevamos estudiando mucho tiempo cometas, desde el 85 del siglo pasado, así de memoria recuerdo las misiones que estudiaron el Haley o la misión stardus la rosetta la deep impact, ya se trajeron muestras de un cometa ¿y han resuelto algo relacionado con la vida? Mas allá de la composición del cometa, de que tienen abundancia de material orgánico, nada de nada, así que no me vendan esta misión como la panacea al descubrimiento del origen de la vida porque lo que va es a decirnos la composición del cometa, no a traer microorganismos para estudiar, y yo por saber la composición de un cometa más no me quedaría sin ver una misión exploratoria de otro mundo tan dinámico como la tierra o marte en el periodo de nuestra vida, que aquí pocos tendremos 15 años!

          1. Debe ser entonces que las muestras que trajo la Stardust del cometa Wild 2 eran en realidad otra cosa, algún tipo de micro zurullo cósmico de un principito que cuida una rosa en un diminuto «planeta asteroidal» ¿pero muestras de un cometa? Ni hablar!

            https://elpais.com/diario/2006/03/15/futuro/1142377204_850215.html

            La Misión Stardust: Implicaciones Astrofísicas de las muestras analizadas …
            PDFwww.spmn.uji.es › articulo › RIb_Fis_08

  16. Iba a comentar que Dragonfly tiene muchos visos de superar el límite de presupuesto establecido. Demasiadas cosas que nunca se han hecho, para un objetivo tan lejano.

    Pero luego he leído que el contratista de CAESAR es nada más y nada menos que: ¡Northrop Grumman! Sí amigos, los responsables del James Webb. Que si bien no tiene nada que ver, tecnológicamente hablando, me dan más miedo que un nublao con la gestión de proyectos…

    Yo espero que salga DragonFly, sinceramente, lo que dice Daniel de que es imperdonable no estudiar los lagos, es cierto, pero es que si no, yo creo que ni vamos a explorar los lagos, ni vamos a explorar Titán, EN ABSOLUTO.

      1. Durante sólo un mes estuve en Buenos Aires y sus alrededores. Un día allí, en mi trayecto a pie entre la estación de autobuses del Retiro y la Casa Rosada (iría bajando por Florida, Maipú o Esmeralda) me encontré con un bellezón exótico máximo en un semáforo esperando para cruzar (es cierto que un bellezón superior a Inés Arrimadas). En ese momento, un cincuentón, se le acerca por detrás, le rodea la cintura, empieza a andar con ella y le empieza a hablar de las cuentas bancarias que él tenía en ese y en aquél otro banco y la mujer en lugar de cruzarle la cara, permanecía atenta y caminando a su lado sin más. JulioSpx, me ha quedado una duda todo este tiempo, ¿en esos barrios ricos, y con entidades financieras, hay bellezones ganándose el sustento a base de pasearse por las calles?. Prometo que no he visto nada igual en París, Londres, Madrid o Barcelona (supongo que será porque los cincuentones en estas otras ciudades no se arriesgan a ser abofeteados en plena calle).

    1. ¿Donde quedó el Antonio que daba la fórmula de la apertura focal de un telescopio para detallar la superficie de los exoplanetas a distancias hasta 1800 años luz?

  17. Las dos son muy interesantes desde el punto de vista científico. CAESAR parece una Philae corregida y aumentada, como si no estuvieran satisfechos con los resultados de la sonda (comprensible). Dragonfly es un dron, con eso está dicho todo: tiene ganado el interés de la chusma ignorante, el bicho humano es así, todos lo sabemos. Es que es un dron, tío, un dron moviéndose p’arriba y p’abajo en Titán. Si sale elegida las imágenes van a ser «una pasada». De todas formas seguro que la química de Titán nos da muchas sorpresas, así que científicamente también es una buena misión

    1. «Dragonfly es un dron (…) tiene ganado el interés de la chusma ignorante (…)»

      Bien, como el Premio Nobel de Cuñadismo de Barra de Bar, «daniel», ya ha dejado las cosas claras, creo que no caben más valoraciones.

      Y menos sobre lo que opino de su comentario.

      1. Hombre, no te lo tomes tan a pecho. Chusma ignorante somos todos, de una forma o de otra. Venimos del mono, ya sabes, nos gusta ver cosas moverse y eso, los drones hacen furor…

        1. Empezando por mi. Antes veréis una rana criando pelo, que verme exponer un detalle técnico calculado sobre un motor de un cohete.

          Necesitamos más información sobre las misiones para tomar decisiones sabias.

          1. A ver, es cierto que hay un componente técnico en la decisión, pero también político, de expectativas.

            ¿Quieres hacer lo de siempre, con la tecnología conocida, volver a donde ya fueron otros (JAXA, ESA) para hacer lo que ya han hecho otros con mucho menos dinero? ¿Quieres que la misión pase desapercibida para el gran público? Pues entonces elige CAESAR.

            ¿Quieres marcar la diferencia, poner al límite la tecnología e incluso ir mas allá, explorar lo desconocido, ir a dónde nadie ha ido antes (al fin y al cabo el módulo Huygens no se movió de dónde aterrizó) y llamar la atención del planeta entero volviendo a demostrar que la NASA no tiene competencia? Entonces elige Dragonfly.

            Y por eso mismo digo que la NASA elegirá CAESAR. Ojalá me equivoque pero estoy convencido al 99%.

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Por Daniel Marín, publicado el 3 febrero, 2019
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