Todo listo para que la Chang’e 4 explore la cara oculta de la Luna

Por Daniel Marín, el 15 agosto, 2018. Categoría(s): Astronáutica • China • Luna • Sistema Solar ✎ 63

En diciembre de este año despegará la sonda china Cháng’é 4 a bordo de un cohete Larga Marcha CZ-3B rumbo a la Luna. Será la primera vez que un artefacto humano aterrice en la cara oculta de nuestro satélite y la segunda vez que China ponga una sonda sobre la superficie lunar. Su objetivo será explorar la cuenca Aitken del polo sur lunar, uno de los cráteres más grandes —mide cerca de 2.500 kilómetros de diámetro— del sistema solar. Esta cuenca está repleta de cráteres de todos los tamaños y la Chang’e 4 se posará dentro del cráter Von Kármán (45–46° sur, 176,4–178,8° este), de 186 kilómetros, aunque la región precisa no ha sido hecha pública todavía. El cráter Von Kármán tiene una edad estimada de unos 3.600 millones de años y la zona que estudiará la Cháng’é 4 es bastante plana para facilitar el alunizaje.

La Cháng’é 4 en la cara oculta. Destacan las antenas del experimento de radioastronomía de baja frecuencia (Xinhua).

La Cháng’é 4 (嫦娥四号) fue construida originalmente como un vehículo de reserva para la Cháng’é 3, de ahí que su diseño sea básicamente idéntico. Al igual que su hermana, la Cháng’é 4 incluirá una cámara para filmar el alunizaje —o sea, que apuntará hacia «abajo»— y una cámara panorámica, pero además incorporará tres instrumentos nuevos: un detector de neutrones alemán (Lunar Lander Neutrons and Dosimetry, LND), un pequeño experimento de «astrobiología» y otro de radioastronomía. El experimento astrobiológico llevará gusanos de seda, además de semillas de patatas y arabidopsis, una planta muy común en los ensayos espaciales, incluido un experimento en la estación espacial china Tiangong 2. Las semillas deberán germinar dentro de un contenedor presurizado de 18 x 16 centímetros y 3 kilogramos. El experimento, desarrollado por 28 universidades chinas, incorpora su propias reservas de aire, agua y nutrientes, además de una cámara, y recuerda mucho al reciente experimento español Green Moon Project.

Sonda Cháng’é 4 lista (Xinhua).
Zona de aterrizaje de la Cháng’é 4. Arriba a la izquierda la cuenca Aitken. Abajo, el cráter Von Kármán donde alunizará la sonda (en uno de las regiones que aparecen en rectángulos) (Huang et al.).

El experimento de radioastronomía usará varias antenas de gran longitud para observar el cielo en las frecuencias de 0,1 a 40 megahertzios. Estas frecuencias tan bajas son la parte menos explorada del espectro electromagnético por culpa de las interferencias con las señales de radio artificiales de nuestra civilización, pero afortunadamente la Cháng’é 4 podrá estudiar la bóveda celeste usando toda la masa de la Luna como escudo. Las observaciones se llevarán a cabo conjuntamente con el satélite Quèqiáo, dotado de un instrumento similar. Precisamente, Quèqiáo ya está situado en una órbita de halo alrededor del punto de Lagrange L2 del sistema Tierra-Luna para retransmitir los datos de la Cháng’é 4 a la Tierra.

Otra vista de la Cháng’é 4 (Xinhua).
El rover de la Cháng’é 4 (Xinhua).

La Cháng’é 4 también llevará un rover similar a Yùtù —el que llevaba la Cháng’é 3—, con un espectrómetro visible e infrarrojo y dos radares para estudiar el subsuelo lunar. El rover de la Cháng’é 4 llevará además un detector de átomos neutros sueco (Advanced Small Analyzer for Neutrals, ASAN) para estudiar la interacción entre el viento solar y la superficie lunar, pero no incorporará el espectrómetro de partículas alfa que tenía Yùtù. Hace poco las autoridades chinas anunciaron que el nombre del nuevo rover será elegido por el público a través de un concurso que estará activo hasta el próximo 5 de septiembre (el resultado se anunciará en octubre).

El rover de la Cháng’é 4 (el concurso para ponerle nombre está patrocinado por el fabricante de juguetes Maisto, de ahí el pequeño rover que aparece sobre el panel solar de la derecha) (Xinhua).
Otra vista del rover (Xinhua).

Tras la Cháng’é 4 China planea lanzar en 2019 la Cháng’é 5, una sonda mucho más compleja que traerá muestras de la superficie lunar a la Tierra. A partir de 2020 el país asiático planea lanzar varias misiones a los polos lunares, incluyendo al menos otra misión de retorno de muestras. Con la Cháng’é 3 —que todavía sigue operativa— China dio un gran paso adelante en la exploración de la Luna, pero desde el punto científico no podemos decir que fuese una misión revolucionaria. Por contra, con la Cháng’é 4 el programa de exploración lunar chino (CLEP) se adentra en una nueva fase. Nunca antes nadie ha intentado aterrizar y estudiar la cara oculta de nuestro satélite.

Referencias:

  • http://www.chinanews.com/gn/2018/08-15/8600428.shtml
  • http://www.planetary.brown.edu/pdfs/5294.pdf
  • http://english.cas.cn/newsroom/china_research/201804/t20180413_191654.shtml
  • http://news.sina.com.cn/c/2018-08-15/doc-ihhtfwqr8833733.shtml


Deja un comentario

Por Daniel Marín, publicado el 15 agosto, 2018
Categoría(s): Astronáutica • China • Luna • Sistema Solar