A un año de su lanzamiento el telescopio James Webb sigue acumulando retrasos

Por Daniel Marín, el 2 marzo, 2018. Categoría(s): Astronáutica • Astronomía • NASA ✎ 102

El telescopio espacial James Webb (JWST) promete revolucionar la astronomía moderna gracias a su capacidad para estudiar el infrarrojo medio y lejano con su espejo primario plegable de 6,5 metros de diámetro (recordemos que el Hubble tiene 2,4 metros). Pero la joya de la corona de la división de astrofísica de la NASA acumula años de retrasos y sobrecostes que han catapultado su precio hasta los ocho mil millones de dólares. El descalabro económico del JWST ha sido tal que por su culpa se han cancelado varios de proyectos astronómicos de la NASA y algunos están a punto de ser cancelados (como el WFIRST) ante el peligro de que puedan seguir su senda de despilfarro.

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La óptica del JWST durante las pruebas en Tierra (NASA).

Pese a todo, el JWST parecía haber dejado atrás todos estos escándalos. Una vez asumido su enorme coste el proyecto iba viento en popa y todo estaba listo para su lanzamiento en octubre de este año mediante un cohete europeo Ariane 5 (que es parte de la contribución de la ESA al proyecto). Sin embargo, en septiembre del año pasado supimos que el despegue se retrasaba hasta 2019. La excusa inicial parecía ser que la sonda europea BepiColombo para el estudio de Mercurio debía ser lanzada aproximadamente por esas fechas con el fin de evitar perder su ventana de lanzamiento, pero pronto supimos que la propia NASA había solicitado un retraso en el lanzamiento de entre cinco y ocho meses para solucionar una serie de problemas con el telescopio espacial. Primero se habló de principios de 2019 y ahora la fecha de lanzamiento ya está prevista para junio de 2019. ¿Asunto arreglado? Pues parece que no, porque podrían haber más retrasos.

Partes del James Webb (NASA).
Partes del James Webb (GAO).
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Progreso en la integración del James Webb (NASA).

La voz de alarma la ha dado el último informe independiente del GAO (Government Accountability Office) del gobierno estadounidense. Todo iba bien hasta principios de 2017, cuando hizo aparición el problema más importante durante las pruebas de despliegue del escudo solar. Una vez en el punto ESL2 de Lagrange, el telescopio debe estar a una temperatura muy baja para poder observar en el infrarrojo. Una de las tecnologías novedosas —y caras— del James Webb es que parte de este enfriamiento se logra mediante un sistema pasivo sin necesidad de usar un refrigerante como el helio líquido, empleado en otros telescopios infrarrojos como el Spitzer.

En una de las pruebas de despliegue del escudo, formado por cinco membranas de tela Kapton recubiertas por aluminio, el contratista principal Northrop-Grumman detectó con horror algunas grietas, aparentemente debidas a un «error humano». Aunque se pueden reparar, lógicamente el proceso llevará tiempo. Durante estas pruebas también vieron que uno de los seis sistemas encargados de desplegar el escudo se bloqueó, por lo que ha sido necesario cambiar su diseño. El despliegue del escudo durante las pruebas ‘solo’ lleva unas dos semanas, pero volverlo a plegar es un proceso que dura cerca de dos meses, de ahí la necesidad de retrasar el lanzamiento. Pero es que además se han descubierto otros inconvenientes. Sin ir más lejos ha sido necesario sustituir 8 válvulas defectuosas de un total de 16 en los propulsores del vehículo y en febrero de 2017 una anomalía durante las pruebas de vibración de la óptica provocó más retrasos. Para más inri, un técnico inutilizó los sensores encargados de medir el nivel de combustible de la nave al aplicarles un voltaje demasiado elevado.

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El escudo solar del James Webb durante las pruebas de despliegue en tierra (NASA).

Con el retraso del lanzamiento a junio de 2019 la NASA ha ganado cuatro meses más, pero como parte de este tiempo adicional ya ha sido adjudicado a la solución de problemas, en realidad la agencia solo dispone de un mes y medio de margen de contingencia. En el caso de que surjan nuevos problemas estas reservas de tiempo se agotarán fácilmente y será necesario retrasar una vez más el despegue de la misión. Si esto ocurre, que es muy probable, la misión corre el riesgo de superar el techo de ocho mil millones de dólares impuesto por el Congreso en 2011. En septiembre de 2017 la NASA le dio a Northrop-Grumman 180 millones de dólares para completar los trabajos con el James Webb, un dinero que la empresa ya ha gastado, así que el proyecto está muy cerca del límite marcado por el Congreso.

La óptica del JWST es impresionante (NASA).
La óptica del JWST es impresionante (NASA).

El informe deja en muy mal lugar al contratista principal, Northrop-Grumman, por su mala gestión de recursos humanos y por su insistencia en que podían tener listo el JWST para octubre de 2018 cuando ya sabían que esa fecha era un imposible. En definitiva, el James Webb está una vez más en la cuerda floja después de casi seis años de relativa tranquilidad mediática. Esperemos que los problemas se solucionen y en junio de 2019 podamos contemplar en acción el observatorio espacial más complejo ideado por el ser humano.

Referencias:

  • https://www.gao.gov/assets/700/690413.pdf


102 Comentarios

  1. Estamos asistiendo a un evidente saqueo de dinero público por empresas sin escrúpulos. Atraco a la vista de todos, sin ninguna vergüenza, y obviamente con la complicidad del resto de actores. JWST, SLS , y Gateway son 3 programas con un mismo objetivo. Robar y saquear.

  2. En la vida, más que los hechos puntuales, que las circunstancias o situaciones concretas, son las tendencias.
    Y en el tema del James Webb la tendencia general es horrorosa.
    Desde que empezó el proyecto ha sido incidente tras incidente, problema tras problema.
    Lo que no puede ser no puede ser y este caso tiene toda la pinta de que va a ser imposible.
    Esto no va a funcionar

  3. Y después de tanto esfuerzo todo va a depender de que funcione el cohete europeo Ariane 5 del ESA.
    Ay. No habría sido mejor que lo envíen los rusos? Esos europeos del este si saben hacer estas cosas.

    1. 83 vuelos consecutivos con éxito del Ariane 5. El de hace unos meses también cuenta como éxito, dime tú dónde está el problema.

      1. En esto estamos de acuerdo. Parece que el A5 funcionó perfectamente.

        De todas formas, la Misión (en su conjunto) puede considerarse un (semi) fracaso, ya que el único objetivo de la Misión es colocar los satélites en su órbita, y hubo problemas con eso.

        Pero ese fallo no es atribuible al cohete, y me alegro.

  4. Este proyecto de origami espacial apuesto que no sale antes del 2020 . ¡la risa que iba dar una vez en el espacio que no se desplegase o que tuviera un problema en la óptica como le paso al Hubble ¡ , se ve un proyecto demasiado complicado en el que pueden fallar muchas cosas . El otro dia hablaban en un comentario de la resistencia de una cadena y sus eslabones , este es un buen ejemplo .

  5. Da miedo, lo que comenta Daniel y las implicaciones … dan mucho miedo. La contrata se esta cubriendo de gloria, y los que han tragado con los pagos tambien.

    Hace unas semanas que lo peor del James Webb es que iba a ser un antidoto contra las misiones caras futuras; y asi va a ser y como falle, los de NW no van a encontrar cueva donde meterse.

    Y sin la NASA no hubiesemos tenido ni el 80% de lo dedcubierto en el espacio, porque el resto … muy poco.

  6. Yo creo que lo que SpaceX y Blue Origin están haciendo es dejar en evidencia al complejo aeroespacial (privado), que ha estado durante décadas robándole al estado yanqui. Eso no desmerece las grandes cosas que ha hecho la NASA, ni tampoco significa que esas empresas, que han adquirido experiencia en lanzadores únicamente, estén listas para sustituir a la NASA ni a encargarse de todo por dos centavos. Por favor no transformemos a Musk en Dios, no seamos infantiles. Ya lo dije antes, esas burradas sin propias de la prensa ignorante, no de los que frecuentados el blog de Daniel.

    1. Bien dicho.
      A Musk lo que es de Musk, y a la NASA lo que es de la NASA.

      Problema de la NASA: ser más eficiente al desarrollar hardware. (En las demás actividades de la NASA no hay excesivas quejas, ¿no?).

      Posible solución: cambiar el sistema de contratos.

      No es el fin del mundo.

      *****

      Un detalle, Blue Origin aún no ha dejado a nadie en evidencia. No sabemos el coste del New Glenn ni del BE-4, ni el nivel de eficiencia empresarial.

      Sencillamente, la gente presupone que BO -y el resto del New Space por venir- será tan cost-eficient y maravillosa como SpX; yo tengo mis dudas.

    2. Después de los continuos retrasos y sobrecostes del SLS/Orion, después del despropósito de la torre de lanzamiento, la cancelación del WFIRST y los retrasos y sobrecostes del James Webb es normal que la gente diga esas cosas para desfogarse.

      No creo que nadie en el foro abogue REALMENTE por finiquitar la NASA.

      Es producto de la gran frustración que nos producen estas noticias, y el miedo de que vuelvan a la opinión pública contra el programa espacial.

  7. Me parece que esta vez habría salido más económico y seguro diseñar el telescopio para ser desplegado por astronautas de carne y hueso…

  8. Tal vez lo lógico habría sido diseñar el JW para que fuera lanzado por el SLS y así haber reducido los problemas de despliegue origami. Y planificar su lanzamiento para después de que entrase en servicio la Orion.
    Así el SLS y la Orion habrían tenido algo de sentido. En caso de avería podrías enviar a los «mecánicos» en la Orion (con un módulo de servicio ampliado), o simplemente enviarlos de vez en cuando en misiones de mantenimiento. Porque con la arquitectura de misión elegida estás vendido: al mínimo problema, 8.000 millones convertidos en chatarra espacial.

      1. El problema es que SLS no tiene un registro de lanzamientos en el que basarse para estimar la probabilidad de éxito. Poner 8.000+ M$ en un cohete a prueba, es una decisión complicada de tomar, si no se espera a que se realicen varios lanzamientos del SLS que aseguren su funcionamiento, lo que llevaría el lanzamiento a bien entrada la década 2020

  9. No creo que nadie de este blog se alegre que fracase el JWST ni la NASA , el legado de esta agencia es esencial e insustituible , lo único que se pide es que se cambie la manera de contratar y sean mas eficientes y apliquen el sentido común siquiera , estoy de acuerdo con Hilario .

  10. Lo que no entiendo es que se puede culpar al personal de NG de varios de los fallos que están produciendo todos los retrasos, porque no son de diseño o fabricación sino de manipulación/preparación de los elementos del JWT, y se sale de rositas, ampliará el presupuesto para arreglar los fallos que han creado, sobre el que añadirán su beneficio. Es una locura, que expongo con cifras inventadas para exponer mi razonamiento:
    – Diseñar y fabricar el escudo solar: 30 M$
    – Realización de pruebas: 1 M$
    – Reparación de los daños por fallo humano: 5 M$
    – Nueva realización de pruebas: 1 M$
    Se introduce un sobrecoste enorme por un fallo atribuible a NG, sin que se produzca un cambio en el diseño o características del JWT. Como comentaba recientemente Elon Musk sobre la forma de operar en los contratos de la industria tecnológica, se entra en una espiral viciada que fomenta la introducción de sobrecostes que no aportan nada adicional.

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Por Daniel Marín, publicado el 2 marzo, 2018
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