DLA y ESL, los hermanos pequeños del Ariane 5 que nunca fueron

Por Daniel Marín, el 1 diciembre, 2017. Categoría(s): Astronáutica • Cohetes ✎ 22

El Ariane 5 es uno de los cohetes más fiables del mundo y, aunque ya tiene sustituto en forma del Ariane 6, todavía le quedan unas cuantas misiones por delante. Pero, con una capacidad para situar 21 toneladas en órbita baja (LEO) y casi diez en una órbita de transferencia geoestacionaria (GTO), es un lanzador demasiado potente para los satélites más pequeños, de ahí que Arianespace haga uso de otros dos vectores, el Vega y el Soyuz, para poner en órbita cargas útiles de pequeño tamaño desde la Guayana Francesa. No cabe duda de que el uso de tres lanzadores diferentes —uno de ellos ruso, para más inri— no es una solución muy eficiente que digamos. Por este motivo hace ya más de veinte años se sugirieron otros lanzadores modestos que pudieran aprovechar la tecnología del Ariane 5 y cubrir así todo el mercado.

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Propuesta de lanzadores europeos de combustible sólido. A la derecha el ESL-B y a la izquierda el ACL (capcomespace.net).

El Ariane 5 nació en la reunión del consejo de la ESA de noviembre de 1987 como sustituto de la exitosa familia Ariane 4. El nuevo lanzador usaría una etapa central criogénica —hidrógeno y oxígeno líquidos— junto con dos potentes aceleradores de combustible sólido EAP (Etage d’Acceleration à Poudre), una configuración que recordaba al transbordador espacial de la NASA. No en vano, el proyecto había nacido a principios de los 80 bajo auspicio de Francia con el objetivo principal de lanzar el transbordador espacial Hermes, un proyecto que sería cancelado en 1992. La decisión de usar grandes cohetes de combustible sólido se tomó en 1983 y fue bastante discutida en su momento, más que nada porque suponía alejarse radicalmente del diseño del Ariane 4, formado por etapas de combustibles hipergólicos una encima de la otra (el Ariane 4 también usaba cohetes PAP de combustible sólido, pero eran mucho más pequeños que los EAP).

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Cohete europeo Ariane 5 con los EAP de combustible sólido a los lados (Arianespace).

El diseño de los EAP había sido propuesto en 1982 por la empresa francesa Aérospatiale y contemplaba el uso de más de 230 toneladas de combustible sólido, de ahí su denominación alternativa de P230. Uno solo de estos cohetes, que no serían probados en tierra hasta 1993, tenía una potencia mayor que la generada por la primera etapa del Ariane 4, por lo que en 1991 la agencia espacial francesa (CNES) y la empresa Aérospatiale llevaron a cabo un estudio para desarrollar una familia de lanzadores pequeños basados en el P230. La familia se llamó DLA (Dérivés Légers Ariane) y se concibieron dos variantes, DLA-S y DLA-P. El DLA-S era un lanzador que usaba tres etapas de combustible sólido P230, P85 (un segmento de la P230) y P30, más una etapa superior hipergólica L5, para colocar hasta 3,5 toneladas en órbita polar (SSO), mientras que el DLA-P usaba tres etapas P85, P30 y L5 y tenía una capacidad de 1,1 toneladas. Ambos lanzadores usarían las cofias del Ariane 4.

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Proyecto de lanzadores DLA-S y DLA-P (Airbus).

El DLA-S era un proyecto interesante, pero el DLA-P entraba en competencia directa con la propuesta italiana Vega de lanzador pequeño. Como resultado el programa DLA fue abandonado en favor de un proyecto de carácter más internacional denominado ESL (European Small Launcher) que nació en 1994. Del ESL se concibieron dos versiones, la ESL-A, con una etapa P50, otra P7 y una etapa superior hipergólica, y la ESL-B, con dos etapas P50 además de la P7. El ESL-B tendría una capacidad de una tonelada en SSO, ligeramente por debajo del Vega (1,5 toneladas), mientras que el ESL-A sería capaz de colocar en órbita unos 600 kg. Las etapas P50 del ESL estarían relacionadas con las etapas Zefiro del Vega, permitiendo así una mayor participación italiana en el proyecto. No obstante, su diseño era muy diferente de las tecnologías usadas en los cohetes EAP del Ariane 5, por lo que no tenía mucho sentido como proyecto que pretendía reutilizar las tecnologías de este lanzador (sobre todo si recordamos que los cohetes de combustible sólido son los menos eficientes de todos).

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Lanzador ESL-B (capcomspace.net).

Para dar una salida a los intereses enfrentados de Francia e Italia en 1996 surgió el proyecto de lanzador ACLV-1 (Ariane Complementary Launch Vehicle 1) que preveía la participación de las empresas Aérospatiale y Fiat Avio. El ACLV-1 era un pequeño lanzador de combustible sólido que usaba una primera etapa francesa P85 derivada de la P230, una segunda etapa italiana Zefiro (de 16 toneladas) y una tercera etapa por concretar (en teoría una P7). Su capacidad en SSO habría sido de una tonelada aproximadamente. A partir del ACLV-1 se propuso construir variantes más potentes (ACLV-3) que pudieran situar hasta cuatro toneladas en SSO. Esta versión del ACLV se fusionaría finalmente con el programa Vega.

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Proyectos de lanzadores europeos e israelíes de finales de los años 90 (Novosti Kosmonavtiki).

Pero ya antes de la propuesta ACLV —y otras denominadas genéricamente LCA o ACL (Ariane Complementary Launchers)— se impuso una solución de compromiso, que además era más barata: utilizar lanzadores rusos para el segmento de satélites pequeños. De esta forma nadie salía perdiendo dentro de la ESA. Así se gestó la iniciativa para construir una rampa del cohete Soyuz en la Guayana Francesa. El sueño de aplicar las tecnologías derivadas de los cohetes de combustible sólido del Ariane 5 no vio la luz, como tampoco lo hizo el proyecto estadounidense SRB-X, pero paradójicamente el Vega, con sus futuras versiones Vega C y Vega E, ha terminado por ocupar veinte años después el lugar de los proyectos DLA y ESL. Todo un triunfo para los lanzadores de combustible sólido.

El cohete Vega ha heredado muchas de las características de los programas ADL, ESL y ACLV (Arianespace).
El cohete Vega ha heredado muchas de las características de los programas ADL, ESL y ACLV (Arianespace).

Referencias:

  • https://www.capcomespace.net/dossiers/espace_europeen/starsem/index.htm
  • http://epizodsspace.airbase.ru/bibl/nk/1998/6/6-1998-2.html


22 Comentarios

  1. Una lastima por que se podría a ver evitado la dependencia de otras potencias como pasa con el soyus
    por lo menos el VEGA C y D estarán pronto en servicio y esto cambiara en breve

  2. off topic : párese que la causa del fallo del ultimo soyus fue que la etapa fregat estaba mal configurada
    en ves del nuevo comodoro se la configuro para despegar desde balkimur

  3. Esta entrada coincide con la noticia de la inversión de la ESA para el desarrollo ya en serio del Vega-E, con nuevas tecnologías y configuraciones interesantes que se firmó ayer en París. Viendo el éxito que está teniendo, porque nunca ha tenido un fallo y la precisión de la inserción en órbita de Vega es realmente buena, se disfruta más la lectura de hoy conociendo en detalle cómo surgió todo.

    Recuerdo una vez, hablando con un ingeniero francés, me dijo que al inicio ellos relegaban el trabajo de los sólidos a los italianos porque lo consideraban una tarea menos importante, como más secundaria. Con el tiempo vieron que, sin embargo, los italianos eran realmente capaces y consiguieron sacar con éxito su propio lanzador hecho mayoritariamente en casa.

    1. Por lo que he leído, la familia de los Vega va a potenciarse mucho. El Vega-C despegará en 2019 y podrá llevar a la órbita terrestre hasta 2.300 kg de carga, es decir, 800 kg más que la actual versión.

      Pero el gran salto vendrá con el Vega-E, que si todo sale según lo previsto tendrá su bautismo espacial en 2024, tendrá tres etapas en lugar de cuatro, siendo la última europea en lugar de ucraniana. Esta tercera etapa usará oxígeno líquido y metano y será reencendible.

      Y puestos a aprovechar viejas ideas, parece que la ESA ha vuelto los ojos hacia el proyecto Hermes: en el mismo comunicado se anuncia una asignación de 36,7 millones de euros a las empresas Avio y Thales Alenia Space Italy para el desarrollo del “Space Rider”, un avión espacial no tripulado derivado del vehículo experimental IVX capaz de mandar 800 kg a LEO en misiones de más de dos meses y de ser reutilizado media docena de veces. Se espera que en 2019 esté listo el diseño definitivo y que en 2020 pueda hacerse un primer vuelo de prueba, siendo utilizado para su envío al espacio un Vega-C. Sus vuelos comerciales empezarían en 2025.
      El “Space Rider” tendrá una longitud de 4-5 metros, la mitad que el americano X-37.
      Tenéis más información en:

      spacenews.com/esa-pours-107-million-into-vega-e-and-a-reusable-spaceplane/
      spacenews.com/esa-aims-to-privatize-space-rider-unmanned-spaceplane-by-2025/
      esa.int/Our_Activities/Space_Transportation/Space_Rider

  4. O.T.:
    Durante un paseo espacial se han recogido bacterias vivas en el exterior de un módulo ruso de la ISS. Afirman que esas bacterias no estaban en el módulo al lanzarlo, aunque es cási seguro que proceden de la Tierra.

    ¿Habrán llegado las bacterias ahí por medios naturales?
    ¿Se habrán adelantado las bacterias a los cohetes en la carrera espacial?
    Si es así, ¿desde cuando: años, millones de años, eones,…?

    La noticia está en varios sitios. P.ej.:
    https://www.space.com/38922-extraterrestrial-bacteria-international-space-station.html

      1. Gracias, no conocía esa novela. Por lo que he encontrado, sí que se parece a este caso, en que no se sabe todavía la procedencia. No creo que este sea tan alarmante como el microbio de la ficción. 🙂

        Me parece probable una hipótesis que dice que es posible que haya microorganismos terrestres que alcancen las capas más altas de la atmósfera y ahí reciban algún «empujoncito» de meteoritos que los pongan en órbita.

  5. Daniel, se sabe algo de la sonda privada que tenia que despegar a la Luna antes del 31 diciembre de este año?Perdona por no tener nada que ver con esto.$

  6. En 1996, no habían ni blogs, ni internet y nos enterábamos de las cosas de uvas a peras. Los apaños para pasar del Ariane 4, al Ariane 5 me interesaron por entonces y tuve amigos que fueron a la Guayana y trabajaron en aquél ambiente. No creo que ahora hayan mejorado allí mucho las cosas (me parece que persiste ese caos en la gestión de estos proyectos tan grandes).

  7. ¿Nadie va a comentar que en la ilustración de los lanzadores de los años 90 estaba tan bien el Capricornio español?
    Una entradita sobre el bicho del InTA, por favor

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Por Daniel Marín, publicado el 1 diciembre, 2017
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