LHS 1140b, una supertierra potencialmente habitable alrededor de una enana roja cercana

Por Daniel Marín, el 20 abril, 2017. Categoría(s): Astronomía • Exoplanetas ✎ 45

Esto es un no parar. Tras Proxima b y los siete planetas de TRAPPIST-1, las estrellas enanas rojas siguen dando sorpresas en cuanto a planetas potencialmente habitables se refiere. El último es LHS 1140b, una supertierra localizada a 41 años luz en la constelación de Cetus alrededor de una estrella con un 15% de la masa del Sol. Y, aunque su periodo de traslación es de apenas 25 días, el nuevo exoplaneta está localizado en la zona habitable de la estrella. Bingo.

Impresión artística (muy sobria para lo que nos tienen acostumbrados últimamente) de LHS 1140b y su estrella (ESO/spaceengine.org).
Impresión artística (muy sobria comparado con lo que hemos visto últimamente) de LHS 1140b y su estrella (ESO/spaceengine.org).

Denominado LHS 1140b, el exoplaneta se halla en la parte exterior de la zona habitable y recibe solo el 46% de la insolación terrestre. Lo que no es necesariamente malo teniendo en cuenta la extrema actividad de las enanas rojas en el ultravioleta y rayos X. Hace un año esta noticia habría sido espectacular, pero tras Proxima b y TRAPPIST-1 el entusiasmo del público ante este descubrimiento no es el mismo. ¡Nos estamos acostumbrando a descubrir planetas rocosos en la zona habitable de otras estrellas! Quién nos lo iba a decir. Salvo por un pequeño detalle. Porque a diferencia de Proxima o TRAPPIST LHS 1140b ha sido detectado por dos métodos independientes: el del tránsito y el de la velocidad radial. O mejor dicho, nos ha tocado la lotería, ya que probablemente estemos ante el exoplaneta potencialmente habitable mejor conocido hasta la fecha.

asa
Tránsito de LHS 1140b (izquierda) y curva de velocidad radial (derecha). Es una auténtica suerte poder detectar un planeta potencialmente habitable tan cercano mediante los dos métodos (Dittmann et al.).

Gracias a los dos métodos sabemos que LHS 1140b tiene una masa de 6,65 ± 1,82 veces la de la Tierra y un radio 1,4 ± 0,10 veces el de nuestro planeta. O sea, es una supertierra bastante densa. Tanto que podría tener un contenido en hierro y níquel del 70% en vez del 30% que tenemos en la Tierra, y eso que la metalicidad de su estrella es inferior a la solar (la mitad de nuestro Sol, para ser exactos). ¿Es esto normal en los planetas rocosos alrededor de enanas rojas? Nadie lo sabe. Pero al ser un planeta de gran tamaño es posible que posea una atmósfera y su alto contenido en elementos pesados hace más probable que tenga un campo magnético potente. Es decir, dos ingredientes fundamentales para que pueda aparecer la vida en un mundo como LHS 1140b. Como siempre, debemos insistir en que, más allá de su densidad, no conocemos nada sobre este exoplaneta, ni siquiera si su órbita es circular, aunque las observaciones descartan que su excentricidad sea superior a 0,29. Y, aunque la edad de la estrella se estima en unos cinco mil millones de años, este dato es muy difícil de determinar con una precisión mínimamente aceptable.

sas (Dittmann et al.).
La estimación de la densidad del planeta implica que su contenido en hierro es mayor que el de la Tierra o Venus (Dittmann et al.).

Una pega de la habitabilidad de los mundos situados alrededor de las enanas rojas es que estas estrellas son especialmente activas durante la formación del sistema y, por lo tanto, cualquier planeta que esté actualmente en la zona habitable pasó primero por una fase de altas temperaturas que pudo eliminar parcial o totalmente las reservas de agua primigenia. LHS 1140b no entró en la zona habitable hasta pasados cuarenta millones de años tras la formación del sistema, un tiempo no demasiado prolongado en términos astronómicos. Por otro lado, la estrella LHS 1140 es relativamente tranquila comparada con Proxima y otras enanas rojas, todo un punto a favor de su habitabilidad.

El descubrimiento ha sido obra de la iniciativa MEarth, que detectó el tránsito del planeta. Posteriormente se usó el famoso espectrómetro HARPS del ESO en Chile para llevar a cabo las medidas de velocidad radial y confirmar la existencia de la supertierra de forma independiente. Gracias a su tamaño y a su relativa cercanía LHS 1140b es un objetivo muy goloso para los telescopios espaciales y los futuros observatorios terrestres. La próxima meta es investigar si posee alguna atmósfera y, en caso afirmativo, analizarla. ¡Analizar la atmósfera de un planeta situado en la zona habitable! A eso creo que tardaremos en acostumbrarnos.

Referencias:



45 Comentarios

  1. Yo nací en un tiempo en el que hablar de otros planetas extrasolares era propio de locos, lunáticos y bichos raros. También eran tiempos en los que se decía que la mujer a las diez de la noche p…. y a las once rep…… ¡Cómo han cambiado los tiempos!. Y que bien nos sientan.

    1. No hay que irse muy lejos… Hasta no hace ni 15 años, aún había muchísima gente y muchos profesores y científicos que consideraban la existencia de otros mundos poco menos que ciencia ficción… Y si existían, serían apenas un puñado desperdigados por las galaxias.

      Es el Antropocentrismo de siempre, el creernos y querer creernos algo especial, único, irrepetible, valioso e imprescindible en el Universo… y somos única y exclusivamente una mota de polvo entre gúgoles de motas de polvo tan insignificantes como nosotros.

      Como tan acertadamente dices, ¡¡qué bien sientan los cambios!!

      Saludos

Deja un comentario

Por Daniel Marín, publicado el 20 abril, 2017
Categoría(s): Astronomía • Exoplanetas